Las normas básicas de ordenación de las explotaciones de ganado porcino extensivo estipuladas en el Real Decreto 1221/2009, del 17 de julio, establecen en el artículo 4.1.f la necesidad de que en las explotaciones porcinas extensivas exista un programa de manejo y rotación. Su objetivo es hacer un aprovechamiento racional de en medio, evitando fenómenos que supongan uno deterioro del ecosistema de soporte, como la sobreexplotación.
Este documento deberá ser aprobado por la autoridad competente, y asimismo, sólo se podrán acoger a él aquellas explotaciones en las que se crie en pureza a raza Porco Celta. Además, tan sólo tendrá validez si va acompañado con los datos individualizados de la explotación de acogida, siguiendo el modelo expuesto en el anexo final del Programa de Manejo y Rotación para Explotaciones Extensivas de Cerdo Celta, desenvuelto por la Asociación de Criadores de Raza Porcina Celta (Asoporcel).
En este último se incluyen los datos generales de la explotación acogida, la descripción del sistema de aprovechamiento, el plan de rotación, el estudio de la xeomorfoloxía y edafoloxía, y el estudio hidrolóxico que pasarán por un proceso de verificación de Asoporcel. Pero siguiendo el Programa de Manejo 2022, ¿qué información se debe incluir en cada apartado?
Descripción del sistema de aprovechamiento
Partiendo de la identificación del titular y de la explotación acogida -datos del titular, Rega, dirección, coordenadas, raza y observaciones- hace falta detallar el sistema de aprovechamiento, en el cual se deberá cumplir con unas condiciones generales de las explotaciones en tener de extensión de la superficie, densidad ganadera, infraestructura, y de manejo de la alimentación.
En cuanto a la extensión, las explotaciones se clasificarán en función de su orientación y capacidad productiva, aunque se asentarán sobre una superficie siempre continua que tendrá una dimensión mínima de 1 hectárea, la cual se deberá indicar según el Sixpac o sistema de registro equivalente.
La densidad ganadera tendrá un límite en función de la clasificación en cuanto a capacidad productiva con la que figure inscrita en el Registro de explotaciones. De este modo, no excederán la carga ganadera máxima de 2,4 UGM por hectárea calculada de acuerdo con las equivalencias de la siguiente tabla:
En la misma medida, la granja en cuestión deberá cumplir con unos requisitos de infraestructura, bajo la finalidad de garantizar unas condiciones higiénico-sanitarias y de bioseguridad idóneas. Por esto, la totalidad de la superficie donde se asiente el ganado porcino estará cerrada perimétricamente con postes verticales que pueden ser de madera tratada, hormigón o metal, sobre los que se tense una malla de alambre formada por grandes cuadros poco visibles desde lejos. Su altura mínima será de 1,5 metros, y se deberá establecer un efecto de doble vallado, en el que la parte interna puede ser una cerca más sencilla conformada por alambres a diferentes alturas conectados a un pastor eléctrico.
Una vez cerrada la totalidad de la superficie de explotación en su perímetro, se deberá hacer una subdivisión en parcelas con alambre conectado a pastor, o similar, para la correspondiente rotación. Hace falta destacar que las entradas asignadas para la recepción de vehículos de transporte deberán contar con un sistema eficaz para la desinfección de las ruedas y del resto del vehículo, así como para la desinfección de calzado de operarios y visitantes.
Las instalaciones posteriores a la entrada en vigor del Real Decreto 1221/2009 también deberán incluir un muelle exterior para la carga y descarga, excepto aquellas permanentemente incluidas en un recinto cerrado. Al respeto, en el campo de las edificaciones, deberán ir acorde al estipulado en el Real Decreto 1135/2002, del 31 de octubre, relativo a las normas mínimas para la protección de los cerdos, e igualmente, deberán cumplir con el ‘Programa sanitario y de bienestar animal para el plan de aprovechamiento con Porco Celta’ desenvuelto por Asoporcel y aprobado por la Consellería.
Por último, este apartado hace referencia a un manejo de alimentación que debe consistir en el aprovechamiento directo por parte de los animales de los recursos agroforestales durante todo el año y mediante pastoreo. Podrá llevarse a cabo tanto en parcelas de monte, como pasteros, sotos, etc. Además, se les suministrará diariamente y en cantidad suficiente una ración de mezcla de cereales balanceada y formulada en función de la edad y estado fisiológico y productivo de los animales.
Plan de rotación
Entre los requisitos que se formulan en el programa de este año está el establecimiento de una rotación para garantizar un aprovechamiento acomodado del medio, evitando así que se produzcan fenómenos de sobreexplotación o erosión de este. Esta gestión de la superficie se podrá llevar a cabo de dos maneras diferentes, siempre sin superar la densidad ganadera máxima de 2,4UGM/Ha: por rotación de parcelas o ‘todo dentro-todo fuera’.
En el sistema de rotación de parcelas a explotación se divide en diferentes zonas mediante cierres permanentes o temporales, y según los ejemplares vayan consumiendo los recursos de cada zona delimitada, se irán rotando a las siguientes. Se deberá hacer un control periódico de la piara, y se deberá tener especial atención sobre el suministro de agua y alimento suplementario en las zonas que no dispongan de recursos suficientes.
La otra opción, ‘todo dentro-todo fuera’ mantiene la superficie parcelaria sin divisiones. De esta forma, los animales se mantienen dentro de la parcela de 8 a 10 meses, y tras su retirada, que coincidirá con la salida de estos de la explotación, se dejará descansar la finca para recuperar los recursos de la misma, haciendo visitas y controles habitualmente.
En cada caso, se deberá indicar el sistema empleado, el período de permanencia de los animales por parcela, y la orden de rotación entre parcelas. También deberá constar dónde tendrán lugar las diferentes fases productivas, separando la zona de cubrición y gestación, la de partos, la de deteste y transición, y la de cebo.
Estudio de la geomorfología y edafología, estudio hidrológico, y gestión ambiental
La información sobre el suelo y sus características es otra de las cuestiones de importancia que registra el Programa de manejo. Para dar una descripción completa del suelo de la parcela de la explotación será preciso elaborar un estudio edafológico, en el cual se describen las propiedades físicas del suelo mediante su estructura, textura, porosidad y densidad aparente; además de un estudio geomorfológico, que describa la forma del terreno habida cuenta su pendiente media, y la orografía.
Existen herramientas digitales para proceder con ambos estudios: para la caracterización de las propiedades físicas a incluir se emplea un programa GIS (Geographical Information System), de libre acceso, y el Sixpac para la información orográfica del terreno, y de esta manera completar el estudio geomorfológico.
También será necesario hacer un estudio hidrológico de la explotación extensiva en el que se especifiquen las distancias a puntos de agua que habían podido verse afectados. Para eso se hará una consulta en el Sistema de Información Geográfica de Galicia. Empleando las capas de información que están disponibles se harán mediciones de distancias desde la parcela, a través de la referencia catastral, hasta los puntos de agua existentes en las zonas más inmediatas.
Por último, hay que destacar la necesidad de realizar una correcta gestión medioambiental, por la cual se controlarán y gestionarán los residuos generados. Igualmente, deberá registrarse una gestión de medicamentos y de productos zoosanitarios utilizados, siempre de acuerdo con la normativa vigente.
Es necesario hacer hincapié en que la gestión de cadáveres se hará en una zona especialmente habilitada para cuyo fin en las instalaciones, para ser posteriormente retirados por una empresa autorizada. En lo relativo a la gestión de estiércoles y purines, se deberá encontrar un equilibrio entre una utilización recurrente y segura como fertilizantes naturales, y de control de excedentes. Asumiendo que la producción del abono en porcino contiene niveles de nitrógeno a razón de 60kg por UGM y año, se puede estimar la producción máxima de nitrógeno de cada explotación en función de su densidad -máximo 2,4 UGM por hectárea-.