¿Es rentable producir manzana en ecológico en Galicia para la elaboración de sidra? Esa es la pregunta a la que intenta dar respuesta el estudio de costes de producción encargado por la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (Agacal), dependiente de la Consellería de Medio Rural, y que fue presentado recientemente en A Estrada (Pontevedra), uno de los principales ayuntamientos productores de manzana de sidra en Galicia, que cuenta con más de 100 hectáreas dedicadas a esta producción.
El trabajo fue elaborado por la asesoría especializada GB Auditores Asociados SL, empresa con más de 25 años de experiencia en el sector. La firma llevó a cabo el estudio con la colaboración de dos de las principales cooperativas que agrupan a gran parte de los productores en ecológico y convencional de Galicia: Ullama, situada en A Estrada, y Cabrinfolla, en Bergondo (A Coruña). «Es el primer estudio que se realiza en este ámbito y pretende mostrar los costos reales y la rentabilidad económica de esta producción», explican desde la auditoría.
En la elaboración del informe participaron Ullama y Cabrinfolla, las principales cooperativas centradas en la producción de manzana de sidra en Galicia
A la hora de responder sobre los costos de producción, uno de los condicionantes más importantes es el tamaño de la plantación, que influye directamente en la rentabilidad actual de esta actividad agraria. A mayor tamaño, la actividad se vuelve más rentable, pero el margen aún resulta mínimo, tal y como muestra el informe.
Estimar los costos
Para llegar a estimar los costos medios que se derivan en un pomar dedicado a la sidra en ecológico, desde GB Auditores Asociados hicieron un repaso y un cálculo de los gastos que se generan en la plantación durante su período productivo. Como plantación estándar fijaron un pomar de una hectárea de superficie y con unos 500 árboles de las principales variedades que se cultivan en Galicia, ya que en términos generales, tampoco hay grandes variaciones de requerimientos o productividad.
El estudio evalúa un período productivo de 24 años, que comienza con la preparación de la parcela y la plantación de los árboles. Estiman los gastos de mantenimiento durante los 6 primeros años, en los que no producen cosecha, y a partir del octavo año de la plantación, cuando ya comienza a estabilizarse la producción. El análisis se prolonga hasta que comienza a decaer la productividad de los manzanos, cuando se cumplen alrededor de los 24 años.
Estimaron los gastos desde los primeros trabajos precisos para realizar la plantación de manzanos hasta pasar 24 años, cuando ya comienza a decaer la producción
Estipularon unos rendimientos que oscilan entre los 35.000 kilos, en los años de carga, con los años de menor producción, en los que el promedio suele situarse en los 17.000 kilos. «Llevamos a cabo una calendarización de los trabajos que se van a hacer en la plantación a lo largo de esos 24 años para luego poder estimar los gastos que se van a producir», explica Enrique González, uno de los socios de GB Auditores y que participó directamente en la elaboración del informe.
Los principales gastos tienen que ver con las horas de trabajo manual y mecánico. Realizaron un desglose pormenorizado de la maquinaria que se precisa para atender la plantación y se incluyen tanto los plazos de amortización de los aparatos como los gastos variables de la maquinaria, habida cuenta tanto el paso del tiempo como la carga de trabajo.
En el trabajo también incluyeron los gastos habituales de una plantación de este tipo para el cuidado y mantenimiento de los árboles, que van variando en función de cada etapa. Así en plena producción incluyeron los tratamientos que suelen darse a los árboles como en los primeros años las tareas de arado profundo.
Junto con la maquinaria y los tratamientos también incluyeron los costes por hora de trabajo. «Muchas veces en el campo, y con actividades complementarias, los productores se olvidan de incluir en los gastos su propio trabajo, pero es fundamental incluirlo, para saber si realmente es rentable en términos económicos esta actividad», indica González.
El equilibrio entre costos y precio
El análisis establece un modelo económico que permite estimar los costos para una plantación de una hectárea, así como también recoge para plantaciones de 10 o 15 hectáreas. En este cálculo, estiman que la inversión necesaria para un pomar de una hectárea se sitúa en los 50.000 euros, mientras que para una plantación de 15 hectáreas los gastos se sitúan en los 117.000 euros.
En un pomar de una hectárea, producir un kilo de manzana ecológica cuesta 0,40 euros y el precio medio que reciben los productores se sitúa en los 0,31 euros
El factor más significativo que determina la reducción de los costos con una plantación de mayor superficie se debe a que en los pomares más pequeños la maquinaria está siendo infrautilizada, con lo que no llega a amortizarse el desembolso que supone su adquisición. Estiman que en una plantación de una hectárea el uso de la maquinaria es de unas 111 horas al año, mientras que cuando se trata de plantaciones de 15 hectáreas llega a las 1.600 horas anuales, lo que se aproxima más a que esté a pleno rendimiento.
En cuanto al costo de producción, el estudio concluye que en una plantación de una hectárea se sitúan en los 0,40 euros por kilo. «Esta cifra se estima después de calcular los gastos todos que supone la plantación a lo largo de los 24 años», puntualiza González.
La cifra se aleja considerablemente del precio de referencia que perciben los productores. El precio medio que manejan en el estudio y que le proporcionaron desde el sector, se sitúa en los 0,31 euros por kilo. «Cuanto mayor sea la plantación estos costos se reducen y los precios actuales se acercan a cubrir al menos el costo de producción», detalla González. Así, en las plantaciones de 15 hectáreas, el costo de producción se establece entre los 0,29 y los 0,30 euros por kilo de manzana. «Con todo, aún en estas plantaciones de mayor tamaño es una rentabilidad muy baja y resulta preciso llevar un control estricto de los costos de la explotación para que las cuentas salgan», concreta el experto.
Si se analiza por partidas, las más significativas en los gastos del pomar corresponden a las horas de trabajo, en las que se incluyen los salarios del propio productor y de los jornaleros; así como la maquinaria. En un pomar de 15 hectáreas, el salario del productor supone 0,08 euros por kilo de manzanas, mientras que a los salarios de los trabajadores se destinan 0,11 euros y la misma cantidad estiman que corresponde para el gasto de la maquinaria. «La situación cambia considerablemente si se trata de una parcela de una hectárea, ya que ahí los gastos en maquinaria se disparan hasta los 0,21 euros al estar infrautilizada, por las pocas horas de trabajo que acomete», explica el asesor financiero.
Claves para incrementar la rentabilidad
Después de analizar la realidad de las plantaciones, una de las recomendaciones para que el pomar sea rentable es contar con una superficie mínima de 15 hectáreas. «Por debajo de las 15 hectáreas, desde un punto económico sólo se entiende como una actividad complementaria», concreta González.
En el análisis de costos también abordaron las vías que resultarían más factibles para incrementar la rentabilidad del pomar. «Mejorar la productividad puede ser importante, pero se debe conseguir un mejor precio para hacer rentable esta actividad», señala el informe.
Echar mano tanto de las cooperativas como de otros modelos asociativos para abordar la compra de la maquinaria y tratamientos o la comercialización de las manzanas es otra de las vías que apuntan para incrementar la rentabilidad de los pomares.
Por otra parte, en la presentación del informe, el director de Agacal, José Luis Cabarcos, también avanzó que el Gobierno gallego está trabajando ya en la actualización de la Ley de la calidad alimentaria, que data del año 2005, para reforzar la puesta en valor de los productos con figuras de protección, es decir, de los que están inscritos a alguno sello de calidad, como puede ser la manzana en ecológico, lo que también podría conseguir su valorización.
Del mismo modo, Cabarcos también apuntó a la nueva Ley de recuperación de la tierra agraria, que incluye herramientas como los polígonos agroforestales, y que pueden ser de utilidad para mejorar la rentabilidad de los pomares.