Cuatro frentes de la nueva PAC que preocupan en la ganadería gallega

La previsible eliminación de los derechos históricos abre un debate sobre cómo compensar a las explotaciones de la Cornisa Cantábrica por ese cambio. Ecoesquemas, pagos acoplados y pagos redistributivos, otras cuestiones sobre la mesa

Cuatro frentes de la nueva PAC que preocupan en la ganadería gallega

El agro gallego es partidario de que las superficies forrajeras tengan encaje en el ecoesquema de pastos.

El nuevo ciclo de la Política Agraria Común (PAC), que arrancará el 1 de enero del 2023, llegará con una serie de cambios que preocupan en el campo gallego. Uno de los más importantes es que el Ministerio de Agricultura ya manifestó que apuesta por la eliminación de derechos históricos de la PAC para avanzar hacia una convergencia en los pagos. Se trata de un proceso en el que se calcula que la ganadería de Galicia y del resto de la Cornisa Cantábrica saldría perdiendo en conjunto, por lo que el debate se sitúa en cómo buscar un equilibrio.

La percepción que hay en Galicia, tanto por parte de la Xunta como por organizaciones agrarias y cooperativas, es que el Ministerio está apostando en primera instancia por una PAC mediterránea, en perjuicio del modelo ganadero de la Cornisa Cantábrica.

Los temores se centran en algunas de las líneas de trabajo para definir el Plan Estratégico Nacional de la PAC, en proceso de elaboración. Así, por ejemplo, la convergencia de derechos históricos hacia una tasa plana por hectárea iría aparentemente en detrimento de las ganaderías de la Cornisa Cantábrica, con menor base territorial que las grandes superficies cerealistas de las Mesetas o que perceptores del sur peninsular. ¿Podría compensarse esa situación con los pagos redistributivos que se prevén?. Es una cuestión por ver.

Un segundo elemento de atención es el borrador elaborado por el Ministerio para los ecoesquemas, que representarán un mínimo del 20% de los pagos directos de la PAC, pues también se perciben en Galicia como orientados a la agricultura mediterránea y a la ganadería de las dehesas, estando poco adaptados por tanto a las granjas de la Cornisa Cantábrica. Un último punto candente radica en los pagos acoplados de la ganadería, que se mantendrán, pero se desconoce con qué cantidades.

Repasamos a continuación todas estas cuestiones desde una óptica gallega, a partir de la perspectiva de organizaciones agrarias, cooperativas y Xunta.

1) Derechos históricos

El Ministerio de Agricultura quiere avanzar hacia un sistema sin derechos históricos de la PAC, pues entiende que no se pueden justificar diferencias de pago entre explotaciones «semejantes». La idea es converger a pagos por hectárea y reducir las actuales 52 regiones agronómicas, en las que se divide el campo español a efectos de la PAC.

«La eliminación de derechos históricos tiene riesgos para nuestro modelo productivo si no se acompaña de medidas complementarias» (Roberto García, Unións Agrarias)

“Es un planteamiento que tiene ciertos riesgos para nuestro modelo productivo si no se acompaña de variantes que maticen la medida» -valora el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García-. «Avanzar hacia un pago por hectárea homogéneo perjudicaría a nuestras ganaderías, pues como es sabido tienen poca base territorial. En las negociaciones que hay ahora abiertas entre Ministerio y comunidades autónomas, la Cornisa Cantábrica debería hacer propuestas conjuntas en el sentido de ir hacia una convergencia gradual de derechos, agrupando sólo regiones agronómicas semejantes. Conviene dar tiempo además a que las granjas de la Cornisa busquen vías para aumentar sus hectáreas, hasta llegar al promedio nacional», defiende García.

La organización agraria es también partidaria de que el pago redistributivo, anunciado por el Ministerio para las primeras hectáreas de cada explotación, se dote de fondos suficientes, así como de una orientación que beneficie al modelo de ganadería familiar de la Cornisa.

«En ganadería de carne, por ejemplo, las ganaderías con futuro se habían dotado con más derechos y ahora enfrentan una perspectiva preocupante» (Higinio Mougán, Agaca)

La preocupación por la eliminación de los derechos históricos es compartida en el conjunto del campo gallego. Desde la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca), su director, Higinio Mougán, incide en que la supresión de derechos en sectores como la ganadería de vacuno de carne perjudicará precisamente a las explotaciones con más futuro. «Hay granjas con relevo generacional y con futuro que se preocuparon de dotarse de derechos y ahora se enfrentan a una perspectiva preocupante», cuestiona Higinio.

El director de Agaca incide en la escasez de superficie agraria en Galicia y aboga por buscar una alternativa que permita preservar pagos suficientes para la Cornisa Cantábrica, «quizás una región agronómica específica con compensaciones superiores», valora.

Una de las pocas organizaciones que se había pronunciado en Galicia a favor de la eliminación de los derechos históricos, el Sindicato Labrego, también cuestiona el cambio del sistema que semeja que se avecina. La organización agraria está en contra de los derechos históricos pero se opone a pagos por hectárea. En lugar de eso, propone pagos por persona activa.

2) Agricultor genuino y pago redistributivo

El nuevo ciclo de la PAC vendrá acompañado de dos cambios que buscan una reorientación de los apoyos: la definición de agricultor genuino, que determinará quién puede cobrar la PAC y quién no, y el establecimiento de un tope de ayudas (capping) por beneficiario.

Son ambos dos cuestiones importantes en el país, pues España venía manteniendo un volumen de perceptores de la PAC muy superior a países vecinos como Francia o Alemania, un escenario que se asocia en parte al hecho de que agricultores jubilados puedan seguir cobrando las ayudas. Por otra parte, grandes latifundios del centro y sur peninsular, los llamados «agricultores de sofá», perciben las mayores ayudas de la Política Agraria Común en España, lo que desvirtúa la esencia de las ayudas, orientadas a garantizarle una renta básica a pequeños y medianos productores.

Los fondos que se recuperen de la limitación de pagos por explotación, que se espera en un máximo de 100.000 euros, y de la reducción del número de beneficiarios de la PAC irán previsiblemente orientados a un pago redistributivo. Ese pago redistributivo, según anunció ya el Ministerio, permitirá pagar más las primeras hectáreas de cada explotación.

Desde Unións Agrarias demandan que el pago redistributivo se dote de los máximos fondos posibles y que sirva para compensar a la ganadería de la Cornisa Cantábrica por lo que pueda perder por la eliminación de los derechos históricos.

¿Quién podrá cobrar la PAC?. Las negociaciones apuntan a exigir un mínimo de un 30% de ingresos agrarios

Definición de agricultor genuino
La definición del agricultor genuino también es una cuestión a debate. Desde la Xunta piden que para ser agricultor genuino haya que tener un mínimo de un 30% de ingresos agrarios, línea en la que también parece moverse el Ministerio. El Sindicato Labrego, sin embargo, considera que es un umbral muy bajo y un potencial coladero, por lo que tiene abogado porque se exija al menos un 50% de ingresos procedentes de la agricultura y que las personas dediquen un 50% de su jornada laboral al campo.

Entre ambas propuestas se sitúa Unións Agrarias, que estaría de acuerdo en que se pueda cobrar la PAC a partir de un 30% de ingresos agrarios, siempre que haya una afiliación a la seguridad social y se establezca lo que ellos llaman un «agricultor genuino plus», con un mínimo de un 50% de ingresos del campo, que se pueda beneficiar de mayores pagos redistributivos o acoplados. En la propuesta de Unións, se permitiría también que las personas con menos de 5.000 euros de ingresos de la PAC la continuaran cobrando, aunque no entraran en la definición de agricultor genuino.

3) Ecoesquemas

Los ecoesquemas, unos compromisos ambientales que representarán por lo menos un 20% de los pagos directos, son otro asunto fundamental para el próximo ciclo de la PAC. El Ministerio está trabajando en su diseño, en el marco del Plan Estratégico Nacional que prevé presentar la próxima primavera, pero los primeros borradores no gustan en Galicia. «Tienen un planteamiento muy mediterráneo»- cuestiona Higinio Mougán-. «Uno de los ecoesquemas habla de primar el pastoreo, pero piensa más en las dehesas que en el modelo ganadero del Norte de España. Incluso habría ganaderías ecológicas de leche que tendrían problemas para cobrar ese ecoesquema», critica Mougán.

El agro gallego pide que el ecoesquema de pastos tenga encaje en la ganadería de la Cornisa Cantábrica, no sólo en las dehesas

Para la Asociación Galega de Cooperativas, el ecoesquema de pastos tiene que tener en cuenta el modelo forrajero de la Cornisa Cantábrica, en el que parte de las tierras pueden aprovecharse a diente y otra parte tiene uso como superficie forrajera para silos y heno. «Una ganadería gallega que por ejemplo tenga 80 fincas, probablemente sólo pueda llevar las vacas a pacer a un 10 – 20% de las fincas. Por cuestiones de distancia y de minifundio, sería inviable que la mayor parte de esas parcelas fueran pastoreadas. Por tanto, hay que buscar un ecoesquema en el que tenga encaje nuestro modelo ganadero», defiende Mougán.

Es un criterio también compartido desde Unións Agrarias. «Hay que adaptar los ecoesquemas a modelos en los que el sector lácteo y nuestra ganadería de carne se puedan sentir cómodos», defiende Roberto García.

4) Pagos acoplados

La próxima PAC mantendrá los pagos acoplados en vacuno, ovino y caprino, pero no se sabe de qué cuantía serán esos pagos asociados a la producción. Desde las organizaciones agrarias se reclama la necesidad de aumentar las ayudas acopladas, toda vez que los precios de las producciones ganaderas (leche, carne, etc.) se mantienen estancados desde hace décadas, sin evolucionar al alza conforme al IPC.

El problema radica en que el Ministerio tiene previsto aumentar los sectores con pagos acoplados. Se da por hecho que la aceituna de mesa recibirá ayudas asociadas y también está a debate la posibilidad de que entre el sector de frutas y hortalizas. «Si entran más sectores en los pagos acoplados, será muy importante que se suba el presupuesto para esos pagos, pues de otro modo, se estarían reduciendo los fondos destinados a la ganadería», subraya Higinio Mougán.

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