Cultivos alternativos para el pago verde de la PAC (VIII): el trigo

El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) presentó este año una serie de fichas de cultivos forrajeros que podrían emplearse para cumplir con los requerimientos de diversificación del llamado pago verde. Seguimos la serie de cultivos de invierno con el trigo.

Cultivos alternativos para el pago verde de la PAC (VIII): el trigo

Finca de trigo Callobre

El trigo blanco o panificable (Triticum aestivum L.) es uno de los cultivos de más arraigo en la historia de Galicia para alimentación animal pero, sobre todo, humana. Hoy en día su cultivo se concentra principalmente en la comarca orensana de A Limia. Desde el año 2008 se experimentó una recuperación del cultivo de la variedad tradicional Callobre, gracias a un convenio firmado entonces entre a Consellería de Medio Rural y la Federación Gallega de Panaderos (Fegapan) para diferenciar el pan gallego mediante el empleo de harina de trigo de variedades autóctonas.

El proceso de selección y de mejora genética de la variedad Callobre fue realizado por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) que en su banco de germoplasma cuenta con 87 variedades locales de trigo procedentes de 44 ayuntamientos de toda Galicia.

Los requerimientos del pago verde de la PAC abren también una oportunidad para la recuperación de este cultivo. Presentamos la guía de cultivo elaborada por el CIAM.

Calendario de siembra:

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Requerimientos edafoclimáticos y de fertilización:

Se recomiendan suelos con PH superior a 5 (entre 5,5 y 7,5), ya que lo contrario llevaría a una insolubilización de los fosfatos presentes en el suelo o añadidos con la fertilización y, por lo tanto, podrían producirse deficiencias de fósforo para la planta de trigo. Los suelos más idóneos son los de textura media la pesada y buena estructura, que permitan un buen drenaje.

Exige más humedad edáfica que el centeno. El trigo no soporta el encharcamiento, por lo que se tienen que evitar suelos en los que se produzca el estancamiento del agua o que tengan un nivel freático muy alto.

El trigo precisa suelos con buena estructura pero bien drenados

Los mejores rendimientos se obtienen en suelos arcillo-limosos o arcillosos. EN Los terrenos ligeros el trigo puede padecer deficiencias nutricionales y estrés hídrico en el período de maduración del grano.

A efectos de cálculo de fertilización, las producciones medias de grano de trigo están comprendidos entre las 6 y las 8 toneladas por hectárea. Para un suelo con niveles medios de fósforo y potasio y para una producción estimada de 6 tn/ha de grano de trigo, deben aplicarse sobre 180 kg/ha de Nitrógeno, 80 de fósforo y 150 kg de potasio. El abonado de fondo incluirá todo el fósforo y el potasio, y un 25-30% del nitrógeno. El resto se aplica entre el ahijado y el encañado.

Si la finalidad es obtener forraje, para una producción de 5 toneladas de materia seca por hectárea de forraje al inicio del espigado, la recomendación es aplicar 100 kg de nitrógeno, 60 de fósforo y 130 kg de potasio. El abono nitrogenado se repartirá en un 30% en la siembra y un 70% en la salida del invierno.

Con respeto a la acidez del suelo, se recomienda tener un suelo con menos de un 10% de aluminio. Para dosis de encalado consultar el díptico “La fertilización de los cultivos”.

Variedades:

Si el aprovechamiento del cultivo es para forraje en verde, se deberían escoger variedades de ciclo medio. Si el objetivo es cosecha en grano lechoso-pastoso o grano seco, se deberían escoger variedades de ciclo más largo y que se adapten bien a las condiciones agroclimáticas de la zona de siembra, con buenas producciones y bajas susceptibilidad a las enfermedades foliares.

Siembra y preparación del suelo:

El laboreo tradicional consta de una labor profunda, a 20 o 30 centímetros, para alzar la tierra, enterrando los restos del cultivo anterior, y un laboreo superficial con una fresa, con un cultivador o una grade de discos en pase cruzado, para enterrar los fertilizantes y obtener una cama de siembra idónea.

Para obtener un buen nacimiento, se necesita sembrar en un lecho fino y húmedo. La preparación del terreno será más cuidadosa cuanto más tarde se realice la siembra.

Una mayor simplificación la proporcionan las máquinas combinadas, que realizan varias labores en un mismo pase, o la siembra directa, en la cual no se realiza laboreo, y tan sólo se aplica un herbicida total contra las malas hierbas, seguida de la siembra con una sembradora especial.

En altitudes bajas la siembra debe hacerse entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre

El momento de la siembra es esencial para conseguir una buena producción. Por tanto, se recomienda en altitudes bajas realizar las siembras entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre, ya que las siembras más tardías podrían mermar los rendimientos o producirse daños por heladas en estado de plántula. La siembra se deberá adelantar antes del 15 de octubre cuanta más altitud tenga la zona, ya que se alarga el ciclo.

La maquinaria que se debe utilizar en la siembra es una sembradora de líneas, con separación entre 12 y 18 centímetros y profundidad de 2 a 4 centímetros. La dosis de semilla recomendada es de 400 semillas por metro cuadrado.

Utilización de herbicidas:

Variedad de trigo Callobre

Variedad de trigo Callobre

Se debe utilizar un herbicida específico para trigo. Los herbicidas autorizados más utilizados para el control de las malas hierbas de hoja ancha y de hoja estrecha en el período de nacimiento del cereal son: iodosulfuron-metilsodio, clotoluron 50%, isoproturón 50%, profulfocarb, sulfosulfuron, binefox + isorproturon, clortoluron + diflufenican, diflufenican + isoproturon. Es importante eliminar la competencia en los primeros meses.

Manejo fitosanitario: enfermedades y plagas

Existen cuatro enfermedades foliares que afectan al desarrollo del trigo: oídio, septoria, roya parda y roya amarilla. Las dos primeras no suelen producir gran merma del rendimiento en variedades con una resistencia media. Las royas se deben tratar si producen ataques severos, ya que pueden producir importantes pérdidas en la producción. En este caso, los tratamientos principales son: epoxiconazol, tebuconazol, propiconazol, ciproconazol, triadimenol, azoxistrobin, piracolostrobim, que son muy efectivos.

Se recomienda dejar pasar entre 2 y 3 años antes de volver a sembrar trigo en el mismo terreno

El fungicida se aplicará a partir del momento del espigado, en roya parda, e incluso antes en roya amarilla, ya que se desarrolla con temperaturas más bajas.

También existen cuatro enfermedades de hongos del suelo: mal del pié, fusariosis, mancha ocular y ryzoctonia. La rotación con otros cultivos que no sean cereal es la mejor solución, dejando pasar entre 2 y 3 años antes de volver a sembrar trigo en el mismo terreno.

Plaga de la babosilla

En cuanto a las plagas, la que suele dar en Galicia una pérdida de producción es la babosilla (Oulema melanopus). Se puede tratar con cipermetrin 50% o esfenvalerato 5%.

En el caso de siembras tempranas también pueden darse casos de ataques de babosas grises o del zabro de los cereales (Zabrus tenebrioides) que produzcan daño en la implantación del cultivo. Existen otras plagas que no suelen hacer grandes daños en Galicia, caso del mosquito y los chinches del trigo. Se considera que el sistema de lucha más eficaz contra el zabro y el mosquito del trigo es el enterrado profundo de los restos de la cosecha para que los adultos no puedan emerger.

Cosecha, rendimiento y valor nutritivo:

El trigo produce menor materia seca para pastoreo que los demás cereales de invierno, por lo que no se suele cultivarlo específicamente como forraje. Sin embargo, cuando es posible, suele se pastoreado en invierno y después se deja para grano. En este caso, es mejor hacer siembras y pastoreos tempranas, antes de que encañe el trigo, pues sino se reduce bastante el rendimiento en grano.

En el caso de hacer ensilado, el mejor momento de corte es el inicio de grano pastoso, con un rendimiento de ente 9 y 12 toneladas de materia seca por hectárea. Generalmente, su uso principal es su cosecha en grano seco, con un rendimiento de entre 6 y 8 toneladas, para añadir como pienso a la ración de los animales.

El valor nutritivo y el rendimiento varían con la época de corte, fertilidad del suelo y variedad. En la siguiente tabla se presentan los valores nutricionales medios del ensilado de trigo, y del gran seco, extraídos del FEDNA:

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Descarga aquí el díptico sobre el cultivo del trigo elaborado por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM).

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