La montaña lucense experimenta desde hace tiempo un fuerte descenso poblacional, con pérdidas que rondan el 25% del censo en la última década. Concellos como Cervantes o Navia de Suarna, en los Ancares, conservan sin embargo una importante actividad ganadera, sobre todo de vacas de carne, con más de 300 explotaciones en activo. Son la principal actividad en el territorio, mantienen economía y paisaje, pero se encuentran con problemas frecuentes por la falta de pastos o por su pérdida de calidad. La cooperativa A Carqueixa (Cervantes) está ahora buscando apoyos para un plan de recuperación de prados de siega, pastizales y pastos arbustivos.
«El fortalecimiento de la ganadería de montaña mejoraría el atractivo de la actividad para las personas jóvenes, contribuyendo a su incorporación o a potenciar su retorno», valoran desde la cooperativa. Ese es uno de los objetivos de un proyecto que tiene otro foco de interés principal, la reducción del peligro de grandes incendios forestales, como el del pasado otoño. «Se está invirtiendo en estructuras pasivas contra incendios, como cortafuegos, cuando la conservación de los prados de siega se demostró clave para frenar el avance de los incendios:», explica David López, de A Carqueixa.
Pastizales implantados y prados naturales
La cooperativa defiende la necesidad de apoyos para mejorar y aumentar los prados y pastizales de montaña. Las vías posibles de trabajo son múltiples. En los años 90, los técnicos de Extensión Agraria ya habían impulsado la creación de pastizales artificiales en los montes vecinales de la comarca, una acción que fue decisiva para el desarrollo de la ganadería extensiva que hay hoy en día en la sierra. Es un ejemplo, destacan en A Carqueixa, de cómo medidas concretas contribuyen a potenciar la ganadería.
Aquellos pastizales creados hace décadas se mantienen en buena medida, si bien en algunos casos se fueron deteriorando y precisan de mejoras. «Una cuestión importante a trabajar sería el aumento de la biodiversidad de los pastizales. Las praderas artificiales son muy productivas, pero tienen unas exigencias de fertilización y de lluvias que a veces no se dan, por lo que sería conveniente propiciar su naturalización con especies de la zona, como las habituales en los prados de siega naturales, que en principio se adaptan mejor a la comarca y al cambio climático», valora David López.
Los prados de siega de montaña constituyen un hábitat medioambiental prioritario a nivel europeo, pues se caracterizan por su biodiversidad, llegando a contarse en ellos hasta 30-50 especies vegetales en espacios reducidos de 100 metros cuadrados. «Son prados que en muchas ocasiones se ven invadidos por el matorral, perdiendo su valor medioambiental y ganadero, y que en los Ancares se están manteniendo por el esfuerzo personal de muchos ganaderos. Es precisa una línea de ayudas agroambientales que potencie la conservación de los prados de siega de montaña», destaca David López.
Pastos arbustivos y bajo arbolado
Otro de los puntos donde habría que actuar es en los pastos arbustivos, pues en los últimos años hubo en la montaña una expansión del matorral, incluso invadiendo antiguos prados. Ese aumento del matorral, que suele encontrarse denso y y ya en formaciones viejas, poco aprovechables por el ganado, deriva además en una mayor carga combustible en el monte, lo que incrementa las dificultades en caso de incendios.
«El uso combinado de desbroces y del pastoreo permitiría controlar la expansión del matorral» -subraya David López-. «Se podrían además vincular esos desbroces y ese pastoreo a áreas de defensa contra incendios, como ya se hace en otras comunidades autónomas».
La cooperativa también ve posibilidades en la creación de pastos en zonas arboladas con masas de pino silvestre, en las que podrían aplicarse fuertes claras para establecer sistemas silvopastorales bajo arbolado.
Son todas acciones propuestas por A Carqueixa en un plan de apoyo a la cultura ganadera para el que está buscando financiación a través de distintas vías. La cooperativa, ligada al Centro de Desarrollo Rural de Ancares, trabaja también en la línea de recuperar elementos patrimoniales de las ganaderías a través de las ayudas para inversiones no productivas en Red Natura 2000, con las que se pueden restaurar setos, alvares -para defensa de las colmenas contra el oso-, hórreos o estructuras de riego.
Estructuras de riego
La recuperación o nueva construcción de estructuras de riego, como balsas, fuentes o pozos en los prados de siega, es además una cuestión que en los Ancares se ve importante ante la amenaza del cambio climático. Ya hubo veranos difíciles, como el del 2017, y desde la cooperativa consideran que es preciso valorar la instalación de estaciones de bombeo alimentadas con energía solar para suministrar agua a abrevaderos y balsas de agua.