De ‘Super Feirón’ en el Lidl y «no encontrar ni un gramo de carne gallega»

Unións Agrarias desarrolló una acción de protesta hoy en Lugo ante la cadena de supermercados. Exige medidas para que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria y ayudas que compensen la bajada de precios de la carne en origen, de entre el 20 y el 25%, que están sufriendo los ganaderos

O supermercado Lidl de Lugo loce na súa entrada o logo da campaña da Xunta de fomento dos produtos galegos

Los supermercados Lidl lucen el logo de la campaña de la Xunta de fomento de los productos gallegos

Ir al Super Feirón auspiciado por la Xunta de Galicia a raíz del coronavirus para fomentar la venta de productos gallegos en los supermercados puede equivaler a todo lo contrario. Es lo que denunciaron esta mañana a las puertas de la cadena alemana Lidl ganaderos de Lugo reunidos por Unións Agrarias y que criticaron que dentro no hubiese «ni un gramo de carne gallega» pese a estar adherida al canal Mercaproximidade. 

El responsable de ganadería extensiva de UUAA, José Ramón González, denunció la presencia de carne procedente de Holanda, Bulgaria, Polonia u otros países del este de Europa en los supermercados Lidl de Galicia. «Hace falta que la carne de Galicia se venda como carne de Galicia y para eso tiene que ser producción certificada dentro de la IGP y amparada dentro de Ternera Gallega y tenemos que señalar a aquellos que no lo hacen porque se están portando mal con los productores gallegos. Necesitamos que todas las partes de esa cadena colaboren y por eso hoy estamos aquí diciéndole a una gran superficie como es Lidl, con bastante implantación en Galicia, que no puede ser que no tenga un solo gramo de carne de producción gallega. Necesitamos que el consumidor gallego conozca esto para que actúe en consecuencia porque en Asturias esto sería imposible, allí los supermercados están casi obligados a tener carne asturiana porque así se lo exigen los consumidores», aseguró.

En Galicia se vende carne de Holanda, de Bulgaria y de Polonia. En Asturias esto sería imposible, allí los supermercados están casi obligados a tener carne asturiana porque así se lo exigen los consumidores

La campaña de Unións Agrarias, iniciada la semana pasada en Ourense, con parada hoy en Lugo y que continuará en los próximos días en otras ciudades y villas gallegas, busca concienciar al consumidor para que mire las etiquetas y se fije de dónde viene la carne que está comprando. «Se trata de sensibilizar a la opinión pública para poner de manifiesto la situación crítica por la que atraviesa el sector en Galicia y buscar aliados en la otra parte, entre los consumidores, buscando su complicidad y que sepa que hay unos puntos de la cadena de valor que no se están portando bien con los productores», explicó José Ramón González.

Incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria

«Los ganaderos de carne están produciendo por debajo de los costes de producción y, por lo tanto, se está incumpliendo la Ley de la Cadena Alimentaria», denunció el representante de UUAA, que demandó la puesta en marcha de un Observatorio de Precios en Galicia. «No puede ser que estemos produciendo la carne entre 50 y 60 céntimos por kilo por debajo de los costes de producción porque de este modo los ganaderos están perdiendo dinero», explicó.

Los ganaderos están perdiendo dinero porque están produciendo entre 50 y 60 céntimos por debajo de los costes de producción. No hay justificación para seguir con la bajada de precios del 20% en origen que se produjo en marzo

«Hubo una bajada en los precios a los productores a raíz de la crisis de la Covid-19 de alrededor de un 20% o 25% pero esa bajada no se le ha repercutido al consumidor, que sigue pagando precios altos que impiden muchas veces que aumente la demanda y dar salida a la producción. Hace falta incentivar el consumo para que el sector arranque de nuevo, pero ahora ya no hay ningún motivo para seguir con esa bajada del 20% al productor», añadió.

José Ramón González pidió que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria, lo que implica, dijo, «que la cadena de valor sea transparente y efectiva en todos los eslabones desde la producción a la comercialización final. No puede ser que se nos hayan aplicado a finales del mes de marzo una bajada de alrededor del 20% porque no se vendían unas piezas fundamentales de la canal como pueden ser los chuleteros y después ver esas piezas a la venta a un precio elevado. Es un insulto a la inteligencia que vayas a cualquier tienda de carne certificada gallega y el kilo de chuletas cueste 16 euros porque eso quiere decir que alguien nos está engañando», argumentó.

Ayudas engañosas

Desde Unións Agrarias reclaman de la Administración, tanto autonómica como estatal, «que hace falta echar una mano a este sector porque no nos podemos permitir perderlo. Algo tendrán que hacer para compensar la bajada que han sufrido los productores. Lo que falte para que estas explotaciones no pierdan dinero a final de año habrá que ponerlo de fondos públicos, tanto de la Xunta como del Ministerio», insistió José Ramón González.

La reprogramación del Plan de Desarrollo Rural anunciada por el conselleiro supone que ni la Administración autonómica ni la estatal van a gastar ni un solo céntimo más de lo que ya habían previsto, así que ese anuncio de ayudas es quedar bien y no gastar un duro

«Hacen falta fondos propios específicos para este sector que tiene que ser capaz de cubrir los costes de producción y esa parte que falta actualmente para que se cubran tiene que ser cubierta y compensada con ayudas públicas. Ninguna de estas explotaciones pudo acogerse la ningún tipo de ERTE ni de ayuda pública prevista para otros sectores y están tirando en este momento de ahorros o de endeudamiento para poder subsistir. La situación es grave y el llamamiento es urgente para que se arbitren medidas de una manera inmediata», dijo.

Urgió que se establezcan ayudas directas y afirmó que no llega con la reprogramación de los fondos del Plan de Desarrollo Rural anunciados la semana pasada por la Xunta. «Esta situación hay que arreglarla lo antes posible y tenemos que involucrar a la Administración. La Xunta de Galicia no puede pasar por alto esta situación. El conselleiro de Medio Rural admitía el otro día que este es un sector sensible y anunciaba que va a haber ayudas pero consisten simplemente en una reprogramación del PDR que supone que ni la Administración autonómica ni la estatal vayan a gastar ni un solo céntimo más de lo que ya habían previsto, así que ese anuncio de ayudas es quedar bien y no gastar un duro», criticó.

Antonio Fernández, ganadero de Ternera Gallega Suprema: «Si tengo que cerrar, con 50 años que tengo hoy, a dónde voy?»

La concentración delante del Lidl de Lugo juntó a dos docenas de ganaderos de la zona. Entre ellos estaba Antonio Fernández, con una explotación de 40 madres de raza rubia gallega a 5 kilómetros de la ciudad de Lugo y que comercializa su carne dentro de Ternera Gallega Suprema.

Desde que comenzó el coronavirus vendió 8 terneros a un precio de 4 euros el kilo, cuando antes de la pandemia sanitaria los vendía al mismo comprador, a Novagrigsa, a 4,80. «En mi casa fui yo el que salió a comprar en este tiempo y miraba los precios en los supermercados y yo veía que mover la carne se movía y que estaba al mismo precio que antes pero sin embargo a mí me habían bajado el precio por el que me la compraban antes», se quejó.

Estoy cobrando la carne a menos de lo que la cobraba mi abuelo hace 40 o 50 años

«Ya arrastrábamos una crisis de antes del coronavirus y ahora con esto nos ha bajado un 20% el precio/canal de nuestros terneros. Yo estoy vendiendo la carne a menos de lo que la vendía mi abuelo hace 40 o 50 años cuando él tenía las vacas y con este precio no damos llegado para cubrir gastos. Estamos a merced del mercado, no tenemos capacidad para subir ni bajar precios», denunció.

«Nosotros nos esforzamos los 365 días del año para proporcionar al consumidor una carne fabulosa. Yo me dedico solo a la ganadería, pero no podemos seguir así mucho tiempo o tendremos que cerrar. Tengo 50 años a día de hoy. Si tengo que cerrar, a dónde voy?», se preguntó.

José Ángel Regueiro, productor de carne en ecológico: «He vendido ganado y he reducido la explotación al mínimo»

«Nos cuesta producir un kilo de carne casi 6 euros en ecológico y no los cobramos después a la hora de vender la carne», denuncia José Ángel Regueiro, que tiene una explotación en la parroquia de Bacurín, a 8 kilómetros de Lugo. José Ángel es vocal del CRAEGA y fue de los primeros ganaderos en producir carne de ternera en ecológico en Galicia, en el año 2005, pero la situación que se está viviendo en el sector no distingue entre las explotaciones convencionales y las que están en ecológico, que también están notando la bajada de la demanda y del precio de la carne.

«Antes de esta crisis del coronavirus estaba aumentando el consumo y la venta de carne ecológica porque los restaurantes de élite y las carnicerías gourmet especializadas estaban tirando del producto pero ahora hubo un parón. Y el problema es que tenemos un producto que caduca porque cuando un ternero pasa del año ya es añojo. Eso nos afecta tanto a los productores en ecológico como a los que lo hacen de manera convencional, y cuando se vende se vende todo muy bien, pero cuando no se vende se para todo, tanto el normal como el ecológico», indica José Ángel.

Los gobiernos protegen lo que quieren pero los sectores productivos quedamos siempre desprotegidos

«Yo tuve que reducir cabezas, vendí el ganado para vida para la zona de Zamora y mantengo la explotación al mínimo», cuenta. «Yo estoy cerca de la jubilación y con los precios que hay te desanimas y echas para atrás otros proyectos, yo me defiendo vendiendo a particulares y para recría y lo lógico sería cerrar el ciclo», dice.

Su ganadería, con 25 cabezas, forma parte de un proyecto del Centro Tecnológico de la Carne para producir cecina con destino al mercado árabe, que no consume jamón procedente de carne de cerdo. Pero José Ángel ve el futuro con incertidumbre y teme la competencia de los países productores del Mercosur. «Como no nos protejan un poco estamos perdidos. Los gobiernos protegen lo que quieren pero los sectores productivos quedamos siempre desprotegidos», denuncia.

La suya, dice, es el prototipo de pequeña explotación gallega de producción de carne, que se mueven en el caso de la producción ecológica entre las 25 y las 30 vacas con una superficie de entre 25 y 30 hectáreas. «Soy yo solo y tengo 16 parcelas, eso implica dificultades a la hora de mover el ganado», relata. Reclama precios de intervención que permitan «ya no ganar dinero, sino simplemente mantenernos y no perderlo», algo que, dice, «con 17 céntimos de precio de intervención en el caso de la leche y 2 euros en el caso de la carne no se garantiza».

En riesgo 10.000 explotaciones en Galicia, 5.800 de ellas en la provincia de Lugo y 1.800 en Ourense

Entrega de información aos consumidores esta mañá ás portas do Lidl de Lugo

Entrega de información a los consumidores esta mañana a las piertas del Lidl de Lugo

Según los cálculos de Unións Agrarias, los bajos precios actuales de la carne en origen pondrían en peligro la supervivencia de unas 10.000 explotaciones en el conjunto de Galicia, de las que más de la mitad, unas 5.800, se encontrarían en la provincia de Lugo, otras 1.800 en Ourense y el resto repartidas entre A Coruña y Pontevedra, la provincia con menor presencia de este tipo de explotaciones de vacuno de carne en extensivo o semiextensivo.

«Hay unas explotaciones de carne muy concretas, dedicadas a la producción en extensivo en base a vacas nodrizas que se encuentran en una situación muy complicada. No podemos prescindir de ninguna de estas explotaciones, porque muchas de estas ganaderías están ubicadas en las zonas de montaña y en las zonas demográficamente más deprimidas. Es por lo tanto un sector estratégico», ha asegurado José Ramón González.

No nos podemos permitir el lujo de que ni una sola explotación de carne cierre en Galicia porque están ubicadas en las zonas de montaña y en las zonas demograficamente más deprimidas

Explicó además que las cerca de 6.000 explotaciones de la provincia de Lugo ocupan a «por lo menos» 10.000 personas, por lo que, alertó, «estamos hablando de que están en riesgo 10.000 puestos de trabajo en las zonas demográficamente más delicadas de la provincia de Lugo, por lo que habrá que hacer lo que haga falta para que ninguna de estas explotaciones cierre. No nos podemos permitir el lujo de que ni una sola explotación de carne cierre en Galicia, porque van a cerrar en Cervantes o en A Fonsagrada», concluyó.

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