“Dejar a la becerra en la paridera con la madre al nacer es bueno para la vaca, para la ternera y para el propio ganadero”

Un estudio de la Facultad de Veterinaria de Lugo, dirigido por Ramiro Fouz, demuestra los beneficios para las ganaderías de leche de mantener la cría con la madre al menos un día tras el parto, tanto para favorecer la recuperación de la vaca como para el crecimiento, la inmunidad y la producción futura de leche de la ternera

Ramiro Fouz, diante do edificio da Facultade de Veterinaria de Lugo, onde é profesor do Departamento de Produción Animal

Ramiro Fouz, delante de la Facultad de Veterinaria de Lugo, donde es profesor del Área de Produción Animal

Ramiro Fouz es una persona muy conocida en las ganaderías lácteas de la provincia de Lugo. Durante 25 años fue gerente de Africor y antes trabajó como veterinario haciendo clínica, programas de reproducción y alimentación.

Ahora, como profesor del Área de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de Lugo, forma a los profesionales que en los próximos años deberán ayudar a las explotaciones a ser más eficientes y a superar retos como los de la reducción de antibióticos, la huella de carbono o el bienestar animal.

Ramiro es autor de algunos de los estudios de referencia sobre los cambios que en las últimas décadas están afrontando las granjas gallegas, como la digitalización y robotización de las instalaciones, el impacto ambiental, o la longevidad y causas de descarte de las vacas en producción.

Las granjas han hecho importantes esfuerzos en los últimos años para mejorar las condiciones de las vacas en producción y ahora la asignatura pendiente en muchos casos es la recría

En la actualidad está centrado en analizar distintos aspectos de la recría y en cómo mejorarla, tratando de concienciar a los ganaderos de la necesidad de prestar mayor atención y dedicar más esfuerzos y recursos a los animales de reemplazo como garantía del futuro de la granja.

– ¿Qué líneas de trabajo estáis siguiendo en relación a los animales de recría?
– Una de las investigaciones que estamos llevando a cabo en el Área de Producción Animal tiene que ver con analizar las estrategias de las ganaderías lecheras en cuanto a la separación de la cría de la madre.

Ha sido posible gracias a una línea de ayudas del Campus Terra para proyectos colaborativos. Para este tipo de trabajos hace falta financiación porque los kits que se utilizan para medir el nivel en sangre de determinadas hormonas (haptoglobina, cortisol) son muy caros, incluso llegan a superar los 1.000 euros cada kit. En este proyecto también participa el área de Ciencias Clínicas Veterinarias, que realizó de forma paralela un análisis de minerales.

Tomamos muestras de suero sanguíneo en 49 vacas de cada grupo e hicimos estos análisis en 8 ganaderías de la provincia de Lugo: buscamos 4 granjas que separan la cría en el momento del parto y 4 granjas que no separan, es decir, que mantienen la cría con la madre durante más o menos tiempo. Y también hicimos estudios de validación previos en otro grupo de ganaderías.

Desde el Área de Producción Animal agradecemos la colaboración a las ganaderías que han hecho posible este proyecto, financiado por el Campus Terra: Chaín, Xerlea, Vilamaior de Negral, Rego, Roke, Ledo, Varela-Labrada, Xanceda, Emilio do Jaime, Mámoa, Marcos, As Pedreiras y Casa Roxa; así como a Africor Lugo, en la elaboración de las encuestas.

– ¿Qué es lo más habitual, separar a la ternera al nacer o mantenerla con la madre?
– La mayoría de ganaderos no permiten ningún tipo de contacto entre la vaca y la ternera, eso es lo habitual en la mayoría de las explotaciones lecheras gallegas. Por ejemplo, en una encuesta realizada en ganaderías que están en Control Lechero en la provincia de Lugo, tan sólo un 2,5% mantenían la cría con la madre tras el parto. Lo más frecuente en estos casos suele ser durante un día, aunque hay explotaciones que mantienen durante 3 o más días. Muchas de estas granjas son ganaderías más pequeñas o que hacen pastoreo, aunque también hay alguna intensiva más grande que lo empieza a hacer.

Tan sólo el 2,5% de las ganaderías que están en Control Lechero en la provincia de Lugo mantienen la cría con la madre después de nacer

Hicimos también 60 encuestas entre ganaderos para conocer los motivos que los llevan a separar o no a la cría, para entender por qué en unos casos se hace una cosa y en otros otra. Las granjas que hacen separación, que son la mayoría, dicen que de este modo baja mejor la leche porque no se crea el vínculo entre madre y cría y que de la otra manera la vaca está más estresada en la sala de ordeño porque quiere estar con la ternera y ese estrés que se genera inhibe o bloquea la oxitocina, que es necesaria para que baje la leche, ya que actúan hormonas que se contraponen.

Pero la realidad es que en muchos casos ese estrés por la separación se produce igual, por ejemplo si la vaca pare de noche y la vemos por la mañana, porque ya pasó unas horas con la cría. Por el contrario, las granjas que mantienen a la becerra con la madre tras el parto aseguran que la vitalidad de la cría no es comparable, incluso dicen que les cuesta más cogerla para chapearla, porque maman más calostros y más leche los primeros días y lo hacen cuando ellas quieren.

– ¿Qué ventajas tiene esto sobre la ternera?
– Son becerras que arrancan mucho mejor y que tienen también menos problemas de diarreas, porque el problema de la toma de leche en terneras recién nacidas es que tienen un estómago (abomaso) pequeño, en el que cogen unos 3 litros de capacidad. Al limitar la ingesta a dos tomas diarias, que es lo habitual en la mayoría de ganaderías por temas de mano de obra, se producen digestiones pesadas. Es como cuando nosotros comemos mucho, si hubiésemos comido a poquitos comeríamos incluso más cantidad y no nos haría daño. Pues las terneras igual, lo ideal sería imitar a la naturaleza y darle cuantas más tomas mejor y en eso las amamantadoras ayudan mucho.

Lo ideal sería imitar a la naturaleza y darle cuantas más tomas mejor y las amamantadoras ayudan mucho en ese sentido

Es mejor para la becerra darle menos cantidad de cada vez y no todo junto, porque asimila mejor, no se producen empachos y corremos menos riesgo de que esa leche se quede en el rumen, donde no hay enzimas, por lo que fermenta y genera problemas digestivos. Por eso cuando los primeros días mama en la vaca mama poco a poco y cuando quiere y asimila mucho mejor lo que toma.

La otra de las ventajas que tiene la no separación de la ternera es el aprovechamiento de la leche de transición. Tras los calostros del primer día y antes de producir la leche que va ya al tanque, durante 2 o 3 días la composición de la leche va cambiando, con variaciones en los niveles de grasa, proteína, lactosa, minerales y sobre todo inmonuglobulinas, que son las defensas que la vaca le traslada a la cría.

La leche de transición de los 2 o 3 días posteriores al parto, que se tira porque no sirve para ir al tanque, es fundamental para el desarrollo de la ternera

Estamos viendo, en los estudios que hay, que esa leche de transición cada vez es más importante para un correcto crecimiento y desarrollo inmunitario y metabólico de la ternera, porque además de los anticuerpos que hacen que el animal responda mejor ante las posibles infecciones, hay otra serie de hormonas y factores de crecimiento que preparan el intestino y hacen que la becerra asimile mejor el alimento, por lo que esa leche de transición es fundamental.

Se ve en los estudios epigenéticos que los animales que toman leche de transición producen más leche y son más sanos en su vida productiva. El producto de más valor que produce una granja son los calostros, porque si los tuviésemos que comprar, por la cantidad de inmunoglobulinas que tienen, su valor sería de unos 400 o 500 euros el litro. Y después estaría la leche de transición, que sería incluso más valiosa que la propia leche. No es tanto el valor económico, sino que los componentes de los calostros no se encuentran en preparados comerciales que le podamos suministrar a la ternera.  

Las terneras pasan los primeros días con la madre.

Tener a las becerras con la madre los primeros días es una práctica minoritaria en la actualidad en las granjas lecheras

– ¿Cuánto sería el tiempo mínimo recomendado de estancia de la cría con la madre?
– Aunque lo ideal puedan ser 3 o 4 días para aprovechar esa leche de transición, vemos que la vaca y la cría precisan estar juntas al menos un día tras el parto. Es también lo que recomienda la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y sabemos que cuando la EFSA se preocupa por un tema y hace una recomendación, al poco tiempo acaba siendo de obligado cumplimiento. Y uno de los objetivos del estudio es tener datos y ofrecer alternativas de manejo a los ganaderos, precisamente por si esto se acaba convirtiendo en norma.

Cuando la EFSA pone el foco en un tema como es este primero comienza siendo una recomendación pero después acaba siendo de obligado cumplimiento

Pero independientemente de que en este momento, o en el futuro, haya o no una ley que obligue a mantener a la cría con la madre, queremos concienciar a los ganaderos de que esto puede ser interesante para la explotación, porque tiene efectos positivos y es beneficioso para la vaca, para la ternera y para el propio ganadero porque esos pequeños detalles son los que pueden marcar la diferencia para que esa novilla primeriza dé 9.000 o 12.000 litros en la primera lactación.

– ¿Qué diferencias habéis visto en el estudio?
– En el caso de la producción al primer parto, habría que esperar dos años, a que esas terneras hayan parido, para verlo y poder tener datos exactos. Pero lo que sí vimos es que los niveles de haptoglobina en la madre son mayores si la separación es inmediata con respecto a si es más tardía, porque mantener la cría con la vaca reduce o minimiza el estado inflamatorio postparto, que es muy grande, porque hay una matriz que tiene que volver a su sitio y una ubre que pasa de 0 a 100.

Al tener a la cría con ella, los niveles de haptoglobina en la madre son menores, es decir, la vaca tiene una mejor respuesta antiinflamatoria

En las primerizas, por ejemplo, se ve que tener a la cría no solo no perjudica la bajada de la leche, sino que la favorece, porque facilita su manejo en la sala de ordeño. La becerra, al mamar, reduce la presión de la leche sobre la ubre y estimula el pezón, de manera que cuando entra en la sala es más fácil de ordeñar.

Por lo tanto, la presencia de la cría es beneficiosa para la recuperación de la madre. Incluso vimos con vacas que habían tenido dificultades de parto, en las que hubo que tirar, que estar con la ternera contribuye a que la vaca se desquite y se recupere mejor.

La práctica de separar a la ternera al nacer se hace muchas veces por costumbre, porque siempre se hizo, sin tener en cuenta las ventajas de mantenerla los primeros días con la madre

En el caso del cortisol, no encontramos diferencias significativas, porque esa separación la va a haber siempre y el estrés de la vaca tras la separación de la cría se va a producir tarde o temprano, ya que la cría tiene que separarse de la madre en algún momento, la cuestión es establecer cuándo, porque mantener la ternera más tiempo con la madre va a suponer seguramente un mayor coste de manejo para el ganadero.

Pero el estrés de la separación se va a producir siempre, sea a los 3 días, a los 10 días o al mes. Y ese estrés lo va a sufrir tanto la vaca como la ternera, que pasa a verse indefensa después de estar bajo la protección de su madre. Por eso yo pienso que las amamantadoras pueden ayudar mucho, para mí entre las tecnologías que hay disponibles hoy en día en las ganaderías son la herramienta que va a dar más juego, por encima incluso del propio robot de ordeño.

La mayoría de ganaderos no permiten ningún tipo de contacto entre la vaca y la ternera, no llegando a crearse el vínculo entre la madre y la cría

La amamantadora puede ayudar mucho porque permite hacer esa transición a grupo, porque si tenemos a la ternera en la paridera los primeros 3 o 4 días con la madre después esa becerra ya podría pasar directamente al lote de la amamantadora, sin tener que pasar por un box individual. De esa manera, al estar en grupo, acompañada, su estrés por la ausencia de la madre también es menor. La crianza en grupo es algo en lo que ya están incidiendo las normas de bienestar animal y es también positivo para las ganaderías desde el punto de vista de la opinión pública.

Además, en la amamantadora, la ternera va a poder seguir manteniendo un número de tomas diarias alto, semejante al que tenía con la madre en la paridera, sin necesidad de pasar de 4 o 5 tomas a solo dos, por lo que el estrés para la ternera también se minimiza. Al pasar a mamar solo dos veces al día, el tiempo entre tomas es mucho mayor, por lo que el animal al tener hambre mama más apurado y traga mucho aire y eso provoca problemas digestivos y diarreas.

amamantadora

Tras varios días en la paridera con la madre las becerras pueden ir a la amamantadora sin pasar por un box individual

– A nivel de instalaciones, ¿están preparadas las ganaderías para implementar este cambio de manejo en relación a las becerras recién nacidas?
– El principal limitante hoy en la mayoría de granjas son las instalaciones y en segundo lugar el manejo que conlleva la vaca parida con la cría. Las parideras nunca llegan a nada, porque las granjas cada vez se dimensionan más.

Pero la paridera tiene que reunir unas condiciones mínimas de confort para los animales, en cuanto a la cama, ventilación, etc. No puede ser una cuadra fría, húmeda y oscura ni estar en el establo viejo de la casa, porque eso después crea muchas dificultades a la hora de hacer el manejo, tanto para llevar a la vaca a ordeñarse, porque la ternera no va a lograr mamar toda la leche y va a haber que ordeñar a la vaca, como después para poder limpiar la paridera una vez que queda libre. Tiene que estar en la nave nueva, cerca del robot o de la sala de ordeño, y a poder ser que la vaca que va a parir no pierda el contacto visual con sus compañeras de lote, puesto que las vacas son animales muy sociables y ver el rebaño les produce tranquilidad.

Las parideras que se hacen nunca llegan a nada porque las granjas crecen; son el gran limitante

Lo habitual hoy en una explotación de 100 vacas en producción es que tenga 1 o 2 parideras como mucho, cuando serían necesarias por lo menos 3 o 4 para poder mantener la becerra con la madre 2 o 3 días. Y eso siempre que haya una distribución de partos más o menos uniforme a lo largo del año, pero después sabemos que hay picos porque cuando las vacas no empreñan y se recurre a las hormonas se tienden a sincronizar los celos y las inseminaciones, por lo que se precisarían incluso más espacios para poder cubrir esos momentos de mayor concentración de partos.

La paridera no puede ser el establo viejo de la casa, tiene que estar en la nave nueva, cerca del robot o de la sala de ordeño

Pero lo de hacer más parideras es fácil de decir pero difícil de implementar en muchos casos. Además, en muchas explotaciones a paridera es un espacio de uso compartido, que se usa también como enfermería. Es una especie de lazareto para separar vacas, por ejemplo cuando una está coja o enferma, y mantener en ese mismo espacio las becerras pequeñas recién nacidas no es lo mejor.

Hay que tratar de simplificar el manejo lo más posible para reducir el trabajo que supone tener a la cría con la madre, sino se dejará de hacer por muy beneficioso que sea para la vaca y para la ternera

En los establos de nueva creación recomienda planificar esta zona como una parte más de la nave. Lo ideal sería contar con espacios individuales para cada vaca con su cría, donde se produciría el nacimiento y donde estarían juntas los 2 o 3 días posteriores. Para reducir el espacio necesario, se puede hacer una zona de paridera múltiple compartida más amplia, donde cojan varias vacas próximas al parto y donde estén con sus crías en los días posteriores.

Sea de una manera o de otra, es fundamental que esta zona de parideras tenga un acceso cómodo a la zona de ordeño para simplificar esta tarea durante esos 2 o 3 días, porque sino, si eso supone incrementar mucho el trabajo, se dejará de hacer por muy beneficioso que sea para la vaca y para la cría. Por eso es interesante introducir estas prácticas en la rutina de manejo de la granja, tratando de optimizarlas lo más posible. Es algo que tiene que ser visto no como una imposición, sino como una oportunidad para mejorar.  

“Colocar cepillos o pelotas para que jueguen hace que las terneras se mamen menos entre ellas”

Un momento da presentación dalgunhas das conclusións do estudo

Un momento de la presentación de las conclusiones del estudio en el marco de los Proyectos Colaborativos de la USC

Otra de las líneas de investigación que Ramiro Fouz está dirigiendo en el Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de Lugo está relacionada con el enriquecimiento ambiental para las terneras de recría, es decir, la implementación de distintos elementos en las instalaciones donde están alojados los animales que favorecen su bienestar y evitan comportamientos anómalos.

Uno de los problemas habituales en la recría es precisamente que las becerras se mamen entre ellas, debido a su reflejo de succión, pero no todos los animales desarrollan este comportamiento, por lo que están tratando de determinar a que se debe el hecho de que unas terneras lo lleven a cabo y otras no.

Este estudio está siendo realizado en colaboración con Recría Castro, el centro público dependiente de la Diputación de Lugo ubicado en la Granja Gayoso Castro, que alberga a 2.500 animales de 60 ganaderías de la provincia de Lugo.

– ¿En qué consiste este trabajo de investigación?
– Estamos midiendo una serie de hormonas en las terneras, en concreto dos, la leptina y la grelina, que regulan el apetito y la saciedad, y lo que estamos tratando de determinar es por qué en un lote de terneras de la misma edad unas tienen ese reflejo de succión y otras no y si eso tiene algo que ver con los niveles que presentan de estas dos hormonas, porque además ese comportamiento lo hacen después de mamar, por lo que no es debido al hambre, sino a otros factores que estamos tratando de identificar.

Queremos comprobar si los datos que obtengamos pueden tener valor predictivo, es decir, si analizando los niveles de leptina y grelina podemos determinar que una becerra tiene mayor predisposición a tener estos comportamientos y con eso poder anticiparse de manera preventiva, con la colocación de la anilla nasal, por ejemplo, o incluso poder tomar decisiones de descartes.

Todas las líneas de mejora que hay hoy van hacia lo que se llama epigenética, es decir, cómo interactúa el ambiente en los propios genes

Muchas de las líneas de mejora en las que se está trabajando en este momento tienen que ver con la epigenética, porque además de los genes hay también otras cosas que regulan comportamientos e influyen en el desarrollo de la ternera, y queremos ver cómo determinadas pautas de manejo pueden conducir a que un animal se comporte de una manera o de otra.

– ¿Qué consecuencias pueden tener estos comportamientos en las ganaderías?
– Hay una serie de actos que hace el animal de forma repetitiva debido al estrés, que se llaman esterotipias, y que pueden causar daños en los otros animales. Pueden, por ejemplo, lamerse tanto entre ellas que llegan al extremo de provocarse heridas. O pueden morderse o mamar unas en las otras.

Que una ternera mame en otra puede provocar la apertura del canal del pezón y derivar en infecciones que provocan pezones ciegos en las novillas de primer parto

Esto es algo importante para los ganaderos porque si tienen ese vicio pueden provocar en otra ternera, aunque no dé leche, la apertura del canal del pezón. Esto provoca que entren infecciones y hace que en el momento del parto pueda haber novillas con un pezón ciego, porque en esas edades no se vigilan y controlan las infecciones mamarias como se hace en las vacas productoras de leche y muchas veces no se cogen a tiempo.

Los animales en la naturaleza pueden estar mamando hasta los 8, 10 o 12 meses, por lo que es habitual que animales de 7 o 8 meses mantengan aún ese costumbre, aunque con el cambio de la alimentación a forraje pierdan un poco ese instinto.

La colocación de elementos para que estén entretenidas reduce los niveles de estrés y los comportamientos anómalos en las terneras

Y estamos viendo como el enriquecimiento ambiental, es decir, qué cosas se les pueden implementar a las terneras de recría en los lugares donde están para entretenerlas y evitar estrés, puede ser positivo, porque si un animal está entretenido no adopta conductas anómalas, por lo que esto puede ayudar a minimizar estos comportamientos. Hay por ejemplo cepillos o pelotas para que jueguen y lo que se usa sobre todo son elementos para que chupen o muerdan para que de este modo se mamen menos entre ellas.

Normalmente esto sucede porque se aburren y se trata de crearles un entorno que las incentive a jugar y a estar entretenidas, porque las terneras son animales muy curiosos. Además, tienen el instinto de succión, por el hecho de mamar en la madre muchas veces al día de forma natural, por lo que cuando eso se limita a dos tomas al día pueden aparecer con mayor frecuencia esos problemas, aunque intervienen además muchos otros factores.

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