¿Serán las flotas de robots autónomos el futuro de la agricultura en lugar de los grandes tractores? Esa es una de las alternativas que puso sobre la mesa el investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Dionisio Andújar, durante su participación en el Ciclo de Conferencias en robótica agrícola y ganadera celebrado en días pasados en Lugo. “Estamos ya ante otro nuevo ciclo de la agricultura, donde el reto es producir más alimento de una forma más sostenible. Nos encontramos inmersos en una nueva revolución agrícola: la agricultura digital”, apunta Andújar.
En esta nueva fase, que el investigador acuña como agricultura digital, la automatización de los trabajos vinculada a la agricultura de precisión deja paso a una agricultura que camina de la mano de la innovación. Junto con los avances tecnológicos, el nuevo perfil de los ganaderos y agricultores, con una mayor formación y con grandes empresas interesadas en el sector primario, abre camino a este nuevo modelo.
Una de las alternativas innovadoras que se barajan es la utilización de flotas de robots autónomos que puedan asumir los trabajos realizados en estos momentos con grandes máquinas agrícolas. Del mismo modo que su compañera del CSIC Ángela Ribeiro había apuntado algunas de las ventajas de las flotas de robots de pequeño tamaño, Andújar señala que estas flotas de autómatas de pequeño tamaño pueden ser una opción frente a las grandes inversiones en maquinaria agrícola que se llevan realizando en los últimos años.
Estos sistemas multirobots tienen, entre otras ventajas, ser más fácilmente reemplazables en caso de avería, además de poder asumir labores de manera más localizada. Es el caso, por ejemplo, de la solución propuesta por casas comerciales como Fendt y su flota de robots pensados para la siembra localizada que realizan mediante sistemas de gps. Aunque también es cierto que esa es una realidad que, por el momento, apenas ha llegado al campo de forma generalizada. Así, algunas grandes marcas solo han presentado por el momento prototipos, sin llegar a desarrollarlas de forma estandarizada. Otras firmas han desarrollado estas flotas sin que resulten propuestas que faciliten un manejo sostenible, es el caso, por ejemplo, de flotas de robots empleadas para el sulfatado, a las que les falta implementar sistemas que permitan una aplicación más selectiva.
Tecnología para una agricultura más sostenible
Unos de los retos que asume esta agricultura digital es lograr una producción más sostenible a nivel medioambiental dejando atrás un manejo sistemático de los cultivos. Optimizar el abonado y los tratamientos fitosanitarios en función de las necesidades específicas o realizar plantaciones diferenciales son ejemplo de este nuevo modo de proceder. “Si los cultivos son heterogéneo no tiene sentido que todos los imputs sean para actuar de forma homogénea. Tratar los cultivos como si fuesen homogéneos nos ha llevado a los problemas que hay hoy en día en la agricultura, desde resistencias de las plagas, residuos fitosanitarios en suelos y agua, la pérdida de biodiversidad en el campo…”, señala el investigador.
“Si los cultivos son heterogéneos no tiene sentido que todos los imputs sean para actuar de forma homogénea. Esta forma de proceder nos ha llevado a problemas por resistencias, contaminación y pérdida de biodiversidad”
Frente a esta problemática, los avances tecnológicos pueden permitir aplicaciones más localizadas y selectivas. Bajo estas premisas trabajaron en el proyecto europeo Dacweed, en el que también ha participado el CSIC y que busca atajar las malas hierbas de una forma más efectiva y sin tener que recurrir a la aplicación de herbicidas de forma generalizada. “Vemos, procesamos y se trata”, resume el investigador el procedimiento seguido.
En el caso del tratamiento de malas hierbas, la identificación de las especies es uno de los mayores obstáculos a superar, debido a las similitudes entre especies o el aspecto diferente que presentan en función de la fase de crecimiento en la que se encuentre. Actualmente con este método de detección y control de malas hierbas en tiempo real tienen ya más de 40 especies herbáceas identificadas y casi un millón de etiquetas generadas, lo que les permite que la detección e identificación de las malas hierbas sea cada vez más precisa. Si bien, uno de los inconvenientes de esta propuesta es su elevado precio, por lo que además de contar con tecnología adecuada, otra de las prioridades sobre las que incide Andújar es la necesidad de disponer de soluciones económicas que puedan llegar al campo.
Soluciones adaptadas al sector
En este afán por plantear propuestas asequibles, Andújar ha desarrollado un sistema de tratamiento de malas hierbas buscando echar mano de tecnologías que ya están presentes en muchos de los tractores actuales como el sistema Isobus, que permite la comunicación tanto entre tractores como equipos de los principales fabricantes, y echando mano de cámaras más asequibles. Tienen ya el prototipo funcionando aunque aún pendiente de mejoras.
Andújar también señala que en esa búsqueda de una agricultura más sostenible, el tratamiento mecánico de las malas hierbas se vuelve una alternativa muy atractiva. De hecho, el investigador ha trabajado en el desarrollo de una grade de púas para malas hierbas, que desenraiza las malas hierbas. Se trata de un sistema que integra tanto el uso de ultrasonidos para la detección de biomasa y la presencia de malas hierbas, como cámaras para adaptar el tratamiento.
El valor de los datos
Otro de los ejes fundamentales de la innovación en la agricultura y la ganadería, al igual que en otros sectores, es la obtención de datos que permitan contar con la información necesaria para ajustar el manejo. “La información es muy útil, pero hay que saber manejarla”, señala el investigador. Así, es que muchos productores y ganaderos se encuentran que después de haber recogido datos para mejorar su explotación, se quedan sin poder gestionar de una forma adecuada toda esa información, es ahí donde la innovación y la robótica tienen también un papel fundamental en el desarrollo de herramientas que puedan procesar ese volumen de información.
Los avances tecnológicos permiten una mayor obtención de datos en granjas y explotaciones que aportan información valiosa, lo que hace necesaria una regulación sobre este tratamiento y el acceso a estos datos
En esta gestión, obtención y tratamiento de datos queda aún pendiente de resolver la protección de este tipo de información dado el valor que puede llegar a alcanzar. Así, los datos obtenidos en una ganadería o explotación agrícola además de revelar información importante para el propio sector también resultan de gran interés e incluso imprescindibles para que la tecnología se ajuste cada vez más a las necesidades del campo.
En este sentido, tanto el investigador como los asistentes a la jornada celebrada en Lugo recalcaron la necesidad de que esta obtención de datos por parte de las grandes empresas se compense a los productores. Si bien, en la actualidad las grandes firmas están obteniendo estos datos, bien sea a través de la maquinaria como de los dispositivos y aplicaciones, sin llegar a compensárselo o incluso advertírselo a los productores por lo que tampoco hay opción a negarse a este trasvase de información. Así, desde los sistemas incorporados en el tractor para la elaboración de mapas o la aplicación con la que se gestiona el abonado pormenorizado de la parcela pueden acabar proporcionando información interesante no solo al ganadero o agricultor. De ahí que son muchas las voces que reclaman ya la regulación y control sobre el acceso que se tiene de esos datos para que se pueda compensar a los productores y que tengan la capacidad de decidir qué hacer con esta información.