Al margen de los apicultores, hay quien también ha puesto en su punto de mira a la avispa asiática y se ha vuelto un auténtico especialista en su captura: el abejero europeo (Pernis apivorus). Se trata de un ave rapaz migratoria que es un depredador natural de la vespa velutina y, por tanto, se ha convertido en un aliado para frenar su expansión. Solo en el último año, los investigadores estiman que la población de estas aves en O Morrazo, ha consumido unos 922 nidos, una cantidad muy pareja a la de nidos se han retirado en estas zonas, según los registros de la Xunta.
Solo en el último año, la población de estas aves en O Morrazo ha consumido unos 922 nidos
Esta ave ha hecho de la vespa velutina su principal sustento y esto posiblemente ha provocado que también aumente la presencia de la rapaz en la comunidad gallega. Así lo ha constatado un estudio realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Alcalá de Henares, coordinado por el profesor titular Salvador Rebollo, y en el que participa el ornitólogo José Manuel Fernández, que en días pasados presentaba algunos de los datos de su investigación en unas jornadas apícolas desarrolladas en el CFEA Lourizán (Pontevedra).
Aunque los ornitólogos se muestran muy cautos frente a las primeras cifras de la investigación, puesto que se trata de datos provisionales que “no pueden tener consistencia si no se amplían los años de estudio”, constatan el potencial del abejero en el control de la vespa velutina.
También apuntan que, pese a que el abejero es un ave presente históricamente tanto en Galicia como en el resto de la cornisa cantábrica, sigue siendo un gran desconocido y apenas se han llevado a cabo estudios sobre la especie. “El abejero europeo es una rapaz territorial y muy discreta que puede pasar fácilmente desapercibida si no se realiza un estudio a fondo para localizarlo”, concreta Fernández.
La velutina, el eje de su dieta
El abejero se ha ganado el calificativo de especialista en la caza de velutina al convertir estos insectos en su principal alimento. Esta ave basa casi el 70% de su dieta en las avispas asiáticas según han comprobado en esta primera fase de la investigación. “Esta especialización en la avispa asiática es muy importante porque es la respuesta ideal de los depredadores que pueden usarse en el control biológico de plagas Esta especialización reduce los “efectos colaterales” debido al consumo de otras especies beneficiosas. En este caso es muy importante que el abejero europeo no consuma abeja doméstica», especifica el ornitólogo.
Para conocer la dieta del abejero, los expertos han vigilado, mediante cámaras fotográficas instaladas en los nidos existentes en las penínsulas de O Morrazo y O Salnés. También recolectaron restos de presa en los nidos y al pie de los mismos. “La grabación de los nidos es una técnica que ya ha habíamos utilizado con otras especies y que no interfiere ni molesta a las aves”, apunta Fernández.
El registro fotográfico de 66.000 fotografías les ha permitido descubrir la presencia de restos de panales de celdas grandes, es decir pertenecientes a vespa velutina o vespa crabro (autóctona de Galicia y muy similar a la asiática) en los nidos del abejero. Sin embargo, los análisis realizados en el laboratorio determinaron que en su gran mayoría se trata de panales de vespa velutina.
El resto de la dieta del abejero, según los aportes a los nidos, se compone de panales de celda pequeña (otras avispas sociales) así como de pequeños roedores, aves, reptiles y vertebrados sin identificar.
El abejero basa casi el 70% de su dieta en las avispas asiáticas. La disponibilidad de alimento llevó a que su población en el Morrazo se triplicase
El hecho de que el abejero comenzara a alimentarse principalmente de velutina ha propiciado posiblemente un incremento de las aves localizadas en estas dos zonas. “El abejero se ha especializado en la especie invasora y la abundancia del ave se produce pareja a la de la velutina”, especifica Fernández. Tanto es así, que el estudio constata que la población de abejeros casi se ha triplicado en estas zonas. “Hemos pasado de 1,3 parejas reproductoras en la zona del morrazo a 3,3. Además, ha coincidido con los años en los que la vespa velutina se ha propagado más”, apunta el ornitólogo.
Un depredador en el bosque y bajo tierra
El sistema principal de localización de nidos de la avispa asiática por parte del abejero es la localización de flujos de movimientos de velutina que se producen en los recorridos que hacen desde su nido a la fuente de alimento. Esto es posible gracias a la potencial vista que tiene. Pero, además, también es un especialista en localizar los nidos que están soterrados.
«Una vez detectado el lugar aproximado del nido de velutina, y si este esta enterrado en el suelo, el abejero aproximara el oído al suelo para poder escuchar mejor el sonido que produce la actividad de las larvas y adultos en el nido enterrado y así precisar mejor el lugar donde escarbar”, concreta el ornitólogo. De hecho, los expertos tienen sospechas de que hay un contingente importante de nidos de avispa asiática en las masas forestales dado que ya se encontraron nidos de la avispa asiática desenterrados por el abejero europeo en el interior del bosque.
Son aves que están adaptadas para la extracción de nidos enterrados al disponer de una especie de rejilla de ventilación en las narinas, que les permite realizar estas excavaciones sin dificultades. “Es muy probable que la mayoría de los restos de panales localizados pertenezcan a nidos desenterrados puesto que en los análisis se encontraban restos de tierra”, explica.
Los ornitólogos sospechan de que hay un contingente importante de nidos de avispa asiática en las masas forestales
También sus patas y garras están reforzadas para mitigar las picaduras y su pico en forma de pinza les permite extraer las larvas de las celdas sin destrozar los panales, a diferencia de otros animales, “este detalle nos ha permitido descartar otras especies cuando encontramos los panales desenterrados”, precisa el ornitólogo.
En el futuro proyecto que aguardan realizar para dar continuidad a esta primera investigación pretenden colocar radiotransmisores por satélite a los abejeros adultos. Este sistema les permitirá, entre otras cosas, crear un mapa en el que ubicar dónde esta capturando los nidos de vespa velutina.
La amenaza de los nidos de velutina envenenados
Los descubrimientos de esta investigación, iniciada en 2018, alertan de nuevo de la amenaza que supone el uso de insecticidas para la eliminación de los nidos, ya que pueden terminar afectando a esta ave. Al transportar las celdas con insecticida de los panales de la velutina hasta su propio nido, el riesgo se incrementa.
Por eso, los expertos recomiendan evitar métodos como el conocido ‘troyano’ que consiste en rociar a las velutinas con insecticidas, sin matarlas, para que vuelvan a sus nidos y contagien al resto de la colmena, ya que el nido quedaría impregnado del veneno. Tampoco convencen los métodos que consisten en inyectar insecticidas en los nidos de velutina, si estos no terminan destruyéndose totalmente después.
¿Cuántos abejeros se precisarían para controlar la vespa velutina?
Una de las cuestiones que surgen en el marco del estudio es determinar el número de abejeros y el nivel de consumo de velutina que serían precisos para controlar la expansión de la avispa asiática en la zona de estudio del Morrazo. Para ello, el equipo de investigación contará con la colaboración del matemático especialista en este tipo de modelos de simulación, Marcos Marva, profesor de la Universidad de Alcalá. Por este motivo, ya están trabajando en recopilar datos necesarios para la estimación tales como la capacidad de carga, la tasa de crecimiento del abejero y las tasas de depredación del abejero sobre la velutina.
Los expertos inciden en la importancia de fijar medidas de conservación de las poblaciones de abejeros y de sus hábitats
Además, para poder medir de una manera directa los posibles beneficios que pudieran tener sectores como la uva, la fruta y la apicultora por la presencia del abejero procederán a realizar diferentes estudios de campo consistentes en la colocación de colmenas, cajas con frutas o uvas, con sistemas de control que contabilicen el número de velutinas.
Estes focos de alimento para las vespas velutina los colocarán a diferentes distancias del nido del abejero europeo, partiendo de la hipótesis de que cuánto más cerca esté una explotación (colmenas, viñedos o frutales) del nido de abejero, más beneficiada se verá. Para esta tarea solicitan la colaboración de los apicultores con el fin de localizar los colmenares existentes en la zona de O Morrazo y O Salnés, el área de estudio, para idear la mejor ubicación para que los colmenares existentes no interfieran en los datos que se obtenga.
Solicitan la colaboración de los apicultores de la zona para estudiar de forma controlada la población de abejeros
Los expertos inciden también en la importancia de establecer medidas de conservación de las poblaciones naturales de abejeros y de sus hábitats así como la inclusión del ave en un Plan de lucha integral contra la velutina. Sin embargo, descartan la introducción del abejero en zonas en los que no tenga presencia, por el impacto que esta práctica pueda ocasionar. Además, puntualizan que en este caso no parece ser necesario su introducción puesto que el ave ya esta aumentando su población de una manera natural.