El Banco de Terras, la principal herramienta de la Xunta de Galicia, para movilizar las tierras abandonadas en la Comunidad y darle un uso productivo ofertará para esta campaña de arrendamientos que se acaba de abrir un total de 12.355 hincas, con algo más de 5.785 ha, prácticamente la misma cifra que en 2015 y en 2014. Esto supone alrededor del 5% de la superficie agraria que, según los expertos, está abandonada en Galicia.
Así, según los datos de la Consellería de Medio Rural, a fecha 1 de agosto de 2016 figuran incorporadas al Banco de Terras de Galicia para su alquiler el siguiente número de fincas y de superficies:
PROVINCIA |
TOTAL DE FINCAS NO BANCO |
||
Nº de Fincas |
Superficie (ha) |
Media (ha) |
|
A Coruña |
5.028 |
2.420,42 |
0,48 |
Lugo |
2.769 |
1.875,78 |
0,68 |
Ourense |
2.611 |
952,25 |
0,36 |
Pontevedra |
1.947 |
536,58 |
0,28 |
TOTAL GALICIA |
12.355 |
5.785,03 |
0,47 |
Desde el 2014 apenas aumenta la superficie incorporada al Banco de Terras
En el siguiente cuadro se aprecia la evolución en el número de fincas incorporadas al Banco de Terras y la superficie total desde la fecha de creación, apreciándose un estancamiento en cuanto a la superficie desde el año 2014:
ANO (Datos a 31/12) |
2008 |
2009-2011 |
2012 |
2013 |
2014 |
2015 |
2016 |
Nº de Fincas |
6.722 |
8.139 |
8.202 |
9.410 |
11.358 |
12.176 |
12.343 |
Superficie total (ha) |
3.159 |
3.458 |
3.647 |
3.985 |
5.657 |
5.750 |
5.784 |
Estos datos contrastan con los de la superficie agrícola abandonada en Galicia, que según la Fundación Juana de Vega, una de las entidades más activas en el estudio de la movilidad de tierras en Galicia, es de unas 114.000 hectáreas de tierras agrícolas abandonadas, de las que 46.000 hectáreas son de máxima aptitud para la producción agraria. Es decir, la oferta del Banco de Terras vendría a suponer alrededor del 5% de la superficie agraria abandonada en Galicia y alrededor del 15% de las tierras abandonadas de mejor calidad agraria.
A esto hay que añadir que la Superficie Agraria Útil (SAU) en la Comunidad no llega al 25% del territorio, una de los porcentajes más bajos de Europa, y que aún fue reduciéndose en los últimos años como consecuencia del abandono del rural.