Godello es una de las variedades en auge en Galicia, en especial en Denominaciones de Origen (DO) como Valdeorras o Monterrei, donde la presencia de esta variedad se ha incrementado de forma notable en los últimos años. Para muchos nos encontramos en pleno boom del Godello, no solo por la creciente expansión que ha experimentado en los últimos años en los viñedos y bodegas sino por el reconocimiento que ha logrado también en el mercado, pero ¿a que se debe esta expansión? ¿Por qué conquista a los viticultores y en el mercado esta variedad?
El enólogo Jorge Navascués, uno de los grandes ‘elaboradores’ de vino como él mismo se define, es también uno de los grandes apasionados de esta variedad autóctona. Su experiencia en los últimos años en Valdeorras, en un proyecto impulsado por la Compañía Vitivinícola del Norte de España (CVNE) le ha permitido estar en contacto directo con la variedad y conocerla más en profundidad. “Godello es una uva muy atractiva, una variedad que desde el primer momento te atrapa. Tiene la capacidad de dar lo mejor en un vino joven. Es, sin duda una variedad muy buena para poder embotellar un paisaje”, reivindica el experto durante su participación en una masterclass organizada por Ourense Vinis Terrae.
“Godello es una variedad que desde el primer momento te atrapa. Tiene la capacidad de dar lo mejor en un vino joven. Sin duda, resulta muy buena alternativa para embotellar un paisaje”
Navascués reconoce que el Godello se encuentra, al igual que Galicia “en una época dulce” por la proyección que están teniendo sus vino, pero asegura que aún queda trabajo por hacer y mucho que ofrecer en lo que a producción vitivinícola se refiere. “Galicia tiene clima, cultura, historia, variedades propias y una identidad propia”, señala el experto. De ahí que pueda reivindicar el espacio que le corresponde en el mundo del vino. Navascués incide en la necesidad de sacudirse ya los complejos de inferioridad aún presentes que hay en muchas regiones productoras de vino de España con respecto a las dos grandes referencias históricas de vino. “Galicia aún puede llegar mucho más arriba. Galicia era un auténtico diamante por pulir, en lo que a vinicultura se refiere”, valora el elaborador.
Las potencialidades
En base a su experiencia en el mundo del vino y en especial en el contacto directo que está teniendo en los últimos años con la variedad en Valdeorras, Navascués analiza el Godello desde tres etapas claves: la viticultura, la elaboración y la crianza. El enólogo somete así a una revisión a la variedad para conocer tanto sus puntos fuertes como sus debilidades.
En el viñedo, Godello es una variedad con un gran potencial y capacidad de adaptación y de expresar el suelo y el clima del que procede. “Me ha sorprendido mucho su carácter camaleónico, su capacidad para poder sobrevivir en cualquier tipo de suelo, pasando de los suelos arcillosos que podemos encontrar en Monterrei, al granito o a la pizarra pura de O Barco de Valdeorras”, detalla el enólogo. Navascués reconoce que en su primer contacto con la variedad en Valdeorras tuvo sus dudas sobre la respuesta de la variedad ante estos suelos pizarrosos. “Yo tuve miedo con ese suelo, pero Godello se ha comportado muy bien y me ha demostrado que es una variedad fuerte y muy resistente”, sentencia.
Godello es también una variedad con rendimientos destacados. “Se trata de una variedad bastante generosa en cuanto a rendimientos se refiere y eso es bastante bueno, no solo por la rentabilidad del viñedo, sino porque tener una producción equilibrada asegura una madurez más lenta”, destaca el enólogo.
“Tener una madurez muy rápida hace que tengamos que estar muy encima en la época de madurez para no perder de vista el PH y la acidez”
Uno de los puntos débiles de la variedad radica en lo sensible que resulta al calor y a la radiación solar. Esta alta sensibilidad choca de lleno con la expansión que ha tenido esta variedad en una DO como Valdeorras donde aprieta el calor. “Tener una madurez muy rápida hace que tengamos que estar muy encima en la época de madurez para no perder de vista el PH y la acidez. Al fin y al cabo queremos recolectar una uva lo más equilibrada posible, con una acidez que refleje ese carácter gallego”, reconoce Navascués.
En este sentido, la orientación de las cepas también puede jugar un papel decisivo. Así, el enólogo sostiene la teoría de que en Valdeorras se han plantado muchas viñas de Godello en terrenos antes ocupados por cepas de Mencía, con unas necesidades para su madurez muy diferentes. “En Mencía se busca una maduración mediante la exposición sur, mientras que en Godello estamos experimentando con exposiciones al norte para poder ganar unos 15 días más de ciclo y frescor natural”, concreta el enólogo.
El enólogo incide en tener muy presente esta sensibilidad de la uva a la radiación solar no solo en prácticas habituales en otras regiones, como el deshojado, sino también por el tipo de suelo, que puede acentuar los riesgos de conseguir una uva óptima. “El suelo de pizarra aporta importantes matices al vino, pero también hay que tener presente que refleja mucho la luz”, apunta.
A nivel sanitario, Navascués señala que se trata de una variedad en la que se pueden lograr uvas de calidad “con un poco de criterio y siendo sostenibles, pese a la humedad típica de Galicia”, indica.
“Hay que analizar muy bien qué vino se puede trabajar o no con lías. Las lías son capaces de ofrecer lo mejor y lo peor de un vino”
El comportamiento de la variedad Godello en su elaboración también ha sorprendido, en gran medida, al enólogo. “Me ha costado entender la variedad dentro de la bodega”, reconoce. Sus catas para conocer los Godellos que se elaboran tanto en Valdeorras como en Monterrei le dieron buena cuenta del gran nivel de estos vinos, lo que también le llevó a pensar, equívocamente, que podría ser una tarea fácil.
“Empezamos con prensados directos, sin macerar mucho con la piel. Trabajábamos con temperaturas de fermentación muy bajas y vimos que tampoco es lo mejor para Godello”, apunta el enólogo. También incide en el papel determinante que pueden tener las lías, pero que tampoco debe condicionar el vino. “Parece que las lías, deba ser una obligación. Las lías son capaces de lo mejor y lo peor. Hay que analizar muy bien qué vino se puede trabajar o no con lías”, valora Navascués.
Al mismo tiempo también recomienda prestar atención a la reducción que se hace en bodega. “Hay que guardar bien esta maravilla de vino que ofrece Godello, sin tampoco ser excesivamente reductivo, porque sino hacemos vinos muy de moda y tendencia, pero que no llegan a reflejar bien lo que es la variedad”, incide.
“La gran sorpresa de Godello ha sido la capacidad de envejecimiento que tiene. La madera, bien utilizada, es la mejor amiga de esta variedad”
En lo que a crianza se refiere, Navascués confiesa que “la gran sorpresa de Godello ha sido la capacidad de envejecimiento que tiene. Con un carácter tan comercial y maduro que tienen desde el principio, luego muestra ser un vino atlántico moderado, con mucha acidez y madurez al mismo tiempo. Es un conjunto perfecto para que el vino evolucione muy bien”, insiste.
En estos años en Valdeorras, Navascués también ha experimentado con diferentes crianzas, tanto en madera como hormigón o poliestireno para comprender la evolución del vino y del comportamiento del oxígeno durante la crianza. El enólogo reivindica la crianza en madera para Godello. “La madera, bien utilizada, es la mejor amiga de la Godello, cuando se utiliza para potenciar sus virtudes, no para enmascararlas”. Así, para vinos que vayan a estar 3 o 4 años, indica que la madera casi “debería de ser una obligación, ya que es el complemento perfecto”. Además, su recomendación pasa por utilizar grandes depósitos de madera. En CVME están apostando por depósitos de 500 y de 2.000 litros.
En plena expansión
Aunque en estos momentos, el Godello se encuentre en plena expansión, cabe recordar que esta variedad estuvo casi a punto de desaparecer debido a la filoxera. En este sentido, es imprescindible la labor de recuperación y puesta en valor llevada al amparo del movimiento Revival en Valdeorras, que consiguió iniciar la expansión de esta variedad y resultó clave para evitar su desaparición.
Basta un repaso a los datos de producción de los últimos años en zonas como Valdeorras o Monterrei para comprobar y ratificar la gran proyección que ha tenido esta variedad. Así, en la DO Valdeorras han pasado de una producción de 2,4 millones de uvas en 2014 a sumar más de 7 millones de kilos en 2020 y más de 1.000 hectáreas de viñedo. En la última cosecha, 4 millones de kilos eran solo de variedades blancas, en su mayoría Godello.
“Mientras el crecimiento sea sostenible, creo que es interesante para todos, tanto para viticultores como para la DO”
Las cifras manejadas por Navascués muestran un gran crecimiento en el Godello. “Valdeorras ha experimentado en los últimos años un auténtico boom del Godello. Han logrado casi doblar la producción de Godello en solo 6 cosechas, ya que las producciones en tinto se han mantenido”, reconoce el enólogo al tiempo que lo valora como algo positivo. “Mientras este crecimiento sea sostenible, creo que es interesante para todos, tanto para viticultores como para la DO”, indica.
Un crecimiento similar ha experimentado la DO Monterrei, que ha alcanzado una producción de 6,7 millones de kilos en 2020, con unas 600 hectáreas de viñedo. “Aunque en Monterrei hay más variedad varietal entre los blancos que en Valdeorras, donde predomina más el Godello, también en esta DO se ha constatado casi el mismo crecimiento. Han pasado de 1,9 millones kilos a 3,6 en 2020. Creo que es un crecimiento necesario”, argumenta.
También en otras Denominaciones de Origen se están elaborando grandes Godellos, como ocurre en la Ribeira Sacra, tal y como destaca Navascués, aunque la presencia de estos vinos es mucho menor. El enólogo también incide en la gran compañera y el gran potencial que tiene la variedad Godello para el Albariño.
Retos de la variedad ante el futuro
Entre los retos que se dibujan para el Godello, en opinión del enólogo, se encuentra el posicionamiento y la difusión de la variedad. “Los vinos actuales de Godello de Valdeorras tienen poca identidad y apenas se diferencian entre genérico y lías. El potencial que tiene la DO en variedad de suelos, fincas e influencias es muy interesante”, reivindica.
En este sentido, han hecho ya trabajos para establecer un mapa de clasificación de las comarcas de Valdeorras por el tipo de suelo (suelos pizarrosos, arcillosos y graníticos) que puede ayudar a clarificar la gran variedad y múltiples expresiones de Godello que ya se elaboran.
Navascués también incide en lo transcendental que debe ser encaminar la proyección futura del Godello teniendo muy presente la evolución de otros vinos. “Es fundamental que no se prostituya la variedad, como ha ocurrido en otras regiones vitivinícolas, que han experimentado una explosión comercial y mediática muy grande y han perdido un poco la identidad”, indica el enólogo.
“Vender vino solo por la variedad sería un suicidio profesional, como ya ha ocurrido con otras variedades desligadas de su origen”
Para Navascués la estrategia debe centrarse en definir la personalidad y sitio en el mercado de la DO sin caer en el error de vender únicamente Godello. “Vender vino solo por la variedad sería un suicidio profesional, como ya hemos visto que ha ocurrido en otras zonas de España y con otras variedades blancas, ya que cuando solo vendes una variedad y no un origen tienes muchas posibilidades de que te copien. Debemos embotellar paisajes, encontrar nuestro estilo y tener cuidado con este boom. Es una variedad de futuro, para seguir trabajando, pero sin perder el norte”, concluye Navascués.