El cambio climático obliga a repensar la gestión forestal en Galicia

Los modelos de simulación de incendios forestales apuntan a que los fuegos ganarán en intensidad y velocidad de propagación como consecuencia del aumento de la temperatura y de la reducción de lluvias. Una jornada de la asociación Iniciativa Comunales aborda experiencias prácticas para mejorar la prevención

El cambio climático obliga a repensar la gestión forestal en Galicia

Jornada organizada por Iniciativa Comunales en Pontevedra.

El pronóstico de los incendios que se declaran en Galicia empeora con el paso de los años, pues el cambio climático ya es una realidad que agrava factores de riesgo. La temperatura tiende a ser mayor, las precipitaciones menores y el monte está más seco. Ante esta realidad y vista la tragedia de Pedragao Grande, en Portugal, la asociación Iniciativa Comunales programó una jornada en Pontevedra para analizar cómo mejorar la prevención en los montes vecinales gallegos.

El evento congregó a comunidades de montes, investigadores, técnicos y personas interesadas en el ámbito forestal con el objetivo común de conocer experiencias prácticas en los montes vecinales y de reflexionar sobre el camino que debe seguir la gestión forestal. Desde la asociación Iniciativas Comunales trátan de poner sobre la mesa propuestas prácticas sobre las que pueda haber un consenso en Galicia.

La reducción de humedad del combustible forestal desencadena una mayor velocidad de avance de los incendios y aumenta el riesgo de focos secundarios

De dibujar el escenario que se avecina en el monte se encargó el investigador José Antonio Vega, que fue creador del Laboratorio de Fuegos del Centro de Investigación Forestal de Lourizán, en tanto las comunidades de montes de Baroña (Porto do Son), Teis (Vigo) y Meira (Moaña) presentaron sus experiencias.

Índices de peligrosidad
El análisis de Vega comenzó por lo que sucedió en las últimas décadas, en las que se constató un aumento de los índices de peligro. En el periodo 1961-2006, el proyecto de investigación Cligal concluyó que se produjo una merma de la humedad de los combustibles finos muertos. «La reducción de la humedad lleva a una mayor velocidad de avance de los incendios y a que haya más probabilidades de que una pavesa prenda. También aumenta los peligros de daños y dificulta los trabajos de extinción», repasa José Antonio Vega.

Los índices de riesgo se agravan en Galicia en dirección Norte-Sur y Oeste-Este

El aumento de la sequía provoca además mayores daños del fuego sobre el suelo, con los peligros de erosión que eso lleva consigo: «El problema generado por la reducción de la humedad no es uniforme en todo el territorio, sino que hay dos gradientes de aumento de peligro: del norte al sur y del oeste al este», apuntó Vega.

Impacto del cambio climático

¿Y qué sucederá en el futuro con el cambio climático? «Las perspectivas apuntan a que tendremos veranos con temperaturas más elevadas y con menores precipitaciones. Esa situación aumentará el estrés de la vegetación, que tendrá menor humedad en las partes vivas y secas. Los modelos de simulación que utilizamos apuntan a que los fuegos, en esas circunstancias, serán más rápidos, más intensos y con mayor longitud de llama», resume José Antonio Vega.

Mesa de debate de la jornada de Iniciativas Comunales.

Mesa de debate de la jornada de Iniciativas Comunales.

Propuestas

Con ese escenario de mayor peligrosidad de los incendios, ¿qué se puede hacer para mitigar los efectos?. Las jornadas dejaron una serie de propuestas, recopiladas por los organizadores a modo de conclusiones. Resumimos a continuación algunas de las cuestiones que se apuntaron:

«Es importante que los vecinos sintamos el monte como nuestro»

– Es preciso disminuir el número de incendios y continuar con la tendencia de la última década. «La educación sobre la importancia del monte, la vigilancia disuasoria y el rechazo social del incendiario en el rural son cuestiones básicas», valoró José Antonio Vega. Desde las comunidades de montes incidieron en la importancia de divulgar su trabajo y de implicar a los vecinos en el monte. «Es importante que los vecinos sintamos el monte como nuestro», destacaron.

– La gestión forestal debe orientarse a impulsar una selvicultura preventiva que, entre otras cuestiones, reduzca la carga de combustible del monte, pues en situaciones extremas, los cortafuegos son insuficientes para contener el avance de los incendios. Medidas como el aumento de desbroces, el empleo de ganado en el monte, la diversificación de especies forestales o el impulso a nuevos aprovechamientos (resina, micología) fueron algunas de las cuestiones planteadas.

Aumento de desbroces, uso de ganado en el monte, diversificación de especies o impulso a nuevos aprochamientos son algunas de las medidas propuestas

La comunidad de montes de Baroña (Porto do Son), que practica una gestión en la que combina desbroces, silvopastoreo y aprovechamientos complementarios como el resinero, expuso su experiencia en la jornada. Su presidente, Ovidio Queiruga, destacó que en un incendio del año pasado, que arrasó más de mil hectáreas en Porto do Son en terrenos vecinos, ellos sólo perdieron 2.000 metros cuadrados.

Vega recordó también que existen desde hace años modelos de simulación que permiten concretar en un monte los puntos en los que es más rentable intervenir con tratamientos de vegetación, a efectos de reducir los riesgos de los incendios.

– Los acuerdos de colaboración con propietarios particulares lindantes se presentan como una vía para realizar actuaciones conjuntas con las que reducir la peligrosidad de los fuegos forestales. En las jornadas, la comunidad de montes de Teis (Vigo) expuso el trabajo que está desarrollando con propietarios lindantes para crear masas de frondosas autóctonas y reducir la población de especies invasoras y pirófitas, como la acacia negra.

– Es preciso que las comunidades de montes compartan experiencias prácticas en la ordenación y prevención de incendios en su territorio. También que haya una transferencia de los resultados de las investigaciones sobre fuegos y cambio climático hacia montes vecinales, propietarios particulares y sociedad en general.

En Galicia, en el año 2006 hubo en una semana 800 kilómetros de incendios en una interfaz urbana-forestal

– Mejora en la eficacia de la extinción de fuegos. Conviene capitalizar la experiencia y aumentar la formación y especialización del personal.

– En zonas con alto riesgo y donde hay mayor probabilidad de incendios forestales en una interfaz urbana-forestal, es preciso establecer protocolos y herramientas como planes de autoprotección. En caso de la llegada del fuego a un núcleo urbano, se recomienda retirar materiales combustibles del entorno de las casas, refrescar su exterior con agua (a ser posible) y protegerse en el interior. La tragedia de Portugal puso de manifiesto el peligro de accidentes durante la fuga.

En Galicia, en el año 2006 hubo en una semana 800 kilómetros de fuego en terrenos de interfaz urbán-forestal. Una intensidad incendiaria como aquella, combinada con un aumento de riesgo por el cambio climático, apunta a escenarios amenazadores a tener en cuenta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información