En menos de un mes, el 1 de abril del 2015, se acaban las cuotas lácteas, con lo que los ganaderos podrán en teoría aumentar su producción. Esa leche a mayores que entrará en el mercado preocupa a la industria asentada en España, que comienza a buscar fórmulas para la gestión de posibles excedentes. Una empresa, Capsa – con marcas como Clas o Larsa-, ya comenzó a comprar la leche que sobrepasa lo asignado al produtor a un precio B, referenciado a la cotización de los productos industriales (leche en polvo, mantequilla, etc.), un sistema ya empleado en Francia. El sector aguarda también un aumento de la intermediación por parte de primeros compradores, que recogerán la leche que las industrias dejen libre.
El escenario que se abre con el fin del sistema de cuotas aparece marcado por la alta volatilidad del mercado. Situaciones como la actual, marcada por los bajos precios debidos a una oferta que crece más que la demanda, convivirán previsiblemente con situaciones contrarias, con una oferta que tirará al alza de los precios en origen de la leche y de los precios de los productos lácteos industriales (leche en polvo, mantequilla).
Ante esta situación, las explotaciones lácteas demandan garantías de precio y de recogida de la leche. “Estoy seguro de que no quedará un litro de leche sin recoger, pero a que precio”, se pregunta el secretario general de Unións Agrarias-Upa, Roberto García.
«Estoy seguro de que no quedará leche sin recoger, pero a qué precio» (Roberto García, Unións Agrarias-Upa)
La posibilidad de que se extiendan pagos como los que comenzó a aplicar Capsa hace 15 días, con un precio A para las cantidades que ya venía entregando el ganadero y con un precio B para las cantidades a mayores, no gusta en el sector produtor. El precio B, referenciado a los productos lácteos industriales, rondó en el mes de enero los 23 céntimos por litro, por debajo de los costes de producción que calcula el sector para la mayoría de las explotaciones gallegas. El caso contrario también podría darse: momentos de buenos precios de los productos lácteos industriales en los que la leche producida a mayores tenga un sobreprecio. Pero a las explotaciones les preocupan los picos bajos del mercado.
Contratos lácteos
La reforma del sistema de contratos lácteos era vista por el sector produtor como una oportunidad para garantizar precios y recogida de volúmenes, si bien hay escepticismo sobre las posibilidades de negociar con la industria. Ulega, una organización de produtores ligada a Unións Agrarias, ya solicitó por escrito de las industrias el inicio de las negociaciones. “Queremos contar con una propuesta por escrito de las industrias en 15 días, ya que es preciso que para el 1 de abril estén firmados nuevos contratos entre las industrias y las explotaciones”, incidió el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, ayer en rueda de prensa. “Queremos contratos a un año que pacten volúmenes de recogida y precios que en ningún caso estén por debajo de los costes de producción”, adelantó García.
Unións Agrarias entiende que será preciso un acompañamiento del Gobierno en las negociaciones entre las partes y pide que la Administración utilice las herramientas de las que dispone para forzar acuerdos.
El Sindicato Labrego pide un nuevo control público que limite la producción
Control de la producción
El resto de las organizaciones del sector también ha mostrado su preocupación por la situación del mercado. El Sindicato Labrego Galego (SLG) solicitó recientemente en nota de prensa que se reconsideren los controles públicos de la producción, ya que vislumbra una situación de excedentes “y precios ruinosos en origen” en cuanto concluyan las cuotas y aumente la producción. “La parálisis de los poder públicos está llevando al establecimiento de controles privados de producción”, señalaba al SLG en relación a un modelo de doble precio como el que está aplicando Capsa.
«La cuestión es la de siempre. No somos capaces de ponerle precio a la leche» (Manuel Iglesias, OLP)
La Organización Láctea de Produtores (OLP), un colectivo estatal dirigido por el gallego Manuel Iglesias, un ganadero de Santa Comba, incide en el problema de fondo del mercado: “La cuestión es la de siempre. Nosotros no somos capaces de ponerle precio a la leche”. La OLP constituyó recientemente una organización de productores con capacidad para negociar con la industria en nombre de su casi un centenar de socios, pero Iglesias duda de la disposición de las empresas a negociar: “En España somos 7 organizaciones de produtores (OPs) y en los últimos dos años las OPs que ya estaban funcionando no han conseguido llegar a acuerdos: “Se debería avanzar para fusionar OPs y conseguir más poder de negociación”, valoraba Iglesias recientemente.