El ganado extensivo se posiciona como herramienta clave contra los incendios en la montaña gallega

Una jornada en el Courel organizada por la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes ha divulgado las experiencias de ganaderías de la comarca. Muchas de ellas gestionan zonas de pastos que actuaron de cortafuegos en el gran incendio del pasado verano

El ganado extensivo se posiciona como herramienta clave contra los incendios en la montaña gallega

Los pastos de Seceda (Folgoso do Courel) actuaron de cortafuegos en el gran incendio del pasado verano.

El Courel sufrió el pasado verano el mayor incendio forestal de la última década en Galicia, con más de 11.700 hectáreas afectadas y una aldea arrasada por el fuego. El incendio llevó por delante más de 7.000 hectáreas de matorral y alrededor de 4.000 hectáreas arboladas, principalmente pinares pero también tocó algún soto de castaños y zonas de frondosas. El avance de las llamas sólo se detuvo por completo en los pastos y prados, como constataron las ganaderías y vecinos de la comarca.

El papel que juegan los pastizales como cortafuegos naturales posiciona a la ganadería extensiva como una herramienta clave para enfrentar los grandes incendios, unos incendios que en los últimos años se ven favorecidos por fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático (sequías prolongadas, tormentas secas, etc.).

Para divulgar esa potencialidad de la ganadería extensiva, la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes acaba de organizar una jornada en el Courel en la que se presentaron las experiencias de distintos productores de la comarca. El Courel, como otras zonas de montaña del interior de Lugo y Ourense, sufrió en las últimas décadas una pérdida progresiva de la actividad ganadera. Sólo desde 2006 al 2020, la comarca perdió alrededor de un 9% de sus pastizales y tierras agrarias, un declive muy superior al de otras áreas rurales del sur de Lugo fuera de la montaña.

Ese escenario es un problema, sobre todo en el contexto de grandes incendios como el del Courel de este verano. Pero también presenta oportunidades, pues existe territorio en el que se pueden poner en marcha nuevos proyectos de ganadería extensiva.

Jornada de la Sociedade Galega de Pastos en Seoane do  Courel. / Imagen: SGPF.

Jornada de la Sociedade Galega de Pastos en Seoane do Courel. / Imagen: SGPF.

La jornada del Courel reunió a distintos productores de ganaderías tanto de la comarca como de zonas próximas, que contaron su experiencia. Fue el caso de José Antonio Vilariño, que gestiona una ganadería caldelá en Seceda (Folgoso do Courel) y Quiroga, de Lorena Rego (Folgoso) o de Alejandro Salvatierra (A Pontenova).

El ganado, además de su interés económico como actividad laboral, genera también gran interés en los pueblos de la zona por su efecto de protección de las aldeas frente el fuego. En la jornada, se contó la experiencia que vienen de iniciar los vecinos de Vieiros (Folgoso do Courel) para mantener con ganado ovino los prados del entorno de las viviendas.

Otra aldea que se beneficia de la actividad ganadera es Parada dos Montes (A Pobra do Brollón), en la que los prados que gestiona la única ganadería del lugar fueron decisivos para evitar que el fuego del verano llegara a las casas. “Nosotros habíamos tenido ya cerca un incendio en el 2017 y a partir de ese momento decidimos desbrozar todos los años las fincas del entorno del pueblo. ¿Qué sucedió?. Que al cabo de un par de años nos dimos cuenta de que ese sistema no era sostenible, pues todos los años había que pagar para el desbroce, y en muchos casos había que pedirle a vecinos que vivían fuera que pagaran su parte”, cuenta Marcos Ferreira, uno de los vecinos del lugar.

“Entonces fue cuando vimos que lo más sencillo sería controlar el matorral con el ganado” -señala Marcos-. “Coincidió esa fase con el lanzamiento de la figura de aldeas modelo por parte de la Xunta, y a través de convertirnos en aldea modelo, tuvimos apoyo para cercados y para transformar las tierras del entorno de la aldea en zonas de pasto. Ahora, con la aldea modelo, los vecinos que cedieron sus tierras, en vez de pagar por el desbroce, incluso cobran un pequeño alquiler que abona la ganadería”.

De cara al futuro, para atraer nuevos proyectos ganaderos para las aldeas del Courel, Marcos señala que, aparte de zonas de pasto, es fundamental ofrecer condiciones atractivas a nivel de calidad de vida. “Se precisan servicios como buenos accesos, internet o saneamiento”, destaca.

La altura del matorral se reduce un 90% en las zonas controladas por el ganado

El papel del ganado para el control del pasto arbustivo (matorral) es una cuestión que se pone de manifiesto tanto en las experiencias de las ganaderías como en las investigaciones que se han desarrollado en las últimas décadas.

Uno de los últimos ensayos lo hizo el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo en la Finca Marco da Curra (Monfero, A Coruña) en el periodo 2018-2021. Sobre parcelas de pasto arbustivo que se desbrozaron, se instalaron dos ensayos, uno con caballos de pura raza gallega y otro con cabras. En ambas parcelas se mantuvieron además jaulas de exclusión, en las que no podían entrar los animales, para comparar la evolución del matorral en las zonas pastoreadas y en las excluidas del pastoreo.

El resultado fue el previsible. En las zonas sin pastoreo, aumentaron las especies arbustivas y la altura del matorral, mientras que en las zonas pastoreadas, el matorral se mantuvo bajo y aumentaron las especies herbáceas.

En números, al final del proyecto, desarrollado entre 2018 y el 2021, las zonas sin pastoreo acumulaban una biomasa de materia seca equivalente a unos 12.000 Kg. / hectárea, en tanto en las zonas pastoreadas, la biomasa se limitaba a alrededor de 400 Kg. / hectárea, según detalló en la jornada del Courel el investigador Santiago Creciente. En ambos casos, las tierras habían sido desbrozadas antes del inicio del proyecto.

Los resultados de la investigación de Marco da Curra son similares a la experiencia de ganaderías de la montaña gallega, así como a investigaciones anteriores, en las que se constataba que en las parcelas pastoreadas la altura del matorral quedaba en el entorno de los 15-20 centímetros, frente a los 1,5 – 2 metros de media que llegaba a alcanzar en parcelas sin presencia del ganado.

De cara al futuro, Marco da Curra tiene previsto continuar con esta línea de proyectos. La intención es que el próximo ensayo sea una experiencia de pastoreo mixto, con cabras y caballos en las mismas parcelas (de forma secuencial o no), pues eso permitiría un mejor control de todo el matorral.

Los caballos suelen dejar las silvas sin consumir, mientras que las cabras dejan los tojos, por lo que al combinar ambas especies, se logra un mejor control de silvas y tojos, así como del resto del matorral. En retama y piorno, tanto caballos como cabras se demostraron efectivos en su control, igual que en el brezo, que crece algo más con los caballos.

“La gente quiere ganado para proteger las aldeas del fuego”

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