El pimiento de Herbón: cultivo y comercialización

Estamos a punto de comenzar la campaña del pimiento de Herbón (Capsicum anuum E) del año 2015. Desde un punto de vista agronómico, bajo esta denominación se agrupan varios ecotipos de la variedad Padrón, cultivados al amparo de la Denominación de Origen Protegido «Pimiento de Herbón». Son múltiples los condicionantes biológicos, ambientales pero también históricos los que explican la proliferación de este pimiento. La tradición, presiente aun en múltiples aspectos del cultivo, representa un papel fundamental para determinar el que a día de hoy se convirtió en un producto de elevada calidad y con señalado impacto comercial.

El cultivo del pimiento de Herbón

El cultivo comienza con la selección de los ejemplares de las plantas y frutos entre los mejor conformados respetando los criterios morfológicos recomendados por la D.O.P.

La selección se realiza entre ejemplares que presentan frutos con 3 o 4 lóculos en el extremo, con el ápice hundido, de sección trapezoidal, ligero engrosamiento de la pared y la piel lisa, sin abultamientos ni imperfecciones.

El pimiento sigue su ciclo normal en la planta hasta la maduración, momento en el que, previa prueba de sabor en crudo de algunos ejemplares seleccionados al azar, se escogen los de menor sabor picante. Posteriormente las semillas son desprendidas de la matriz en agua y secadas a continuación.

El sembrado tradicional y mayoritariamente se efectúa entre octubre y diciembre en semilleros, un tipo de huerto de semilla con sustrato muy rico en materia orgánica. De forma rectangular se cubren con plástico en arco que contribuye a elevar la temperatura y preservar la humedad, estimulando la brotación de la semilla y el amparo posterior de la plántula. En los meses de invierno el plástico de abrigo se retira del arco durante el día permitiendo la ventilación del interior, estrategia con la que se frenan las enfermedades y endurecen la planta al mismo tiempo.

A fines de febrero se trasplanta en el invernadero, donde se desenlvuelven hasta el 31 de octubre. A primeros de mayo el trasplante se hace en las fincas de exterior donde los rendimientos y el ciclo de cultivo son más cortos. La plantación se realiza en líneas, con una separación entre plantas de 35 cm y entre líneas de 70 cm. Con estos marcos se obtienen de 2 a 2.5 plantas por metro cuadrado.

Es fundamental un abonado rico en materias fosfatadas y nitratadas, así como complementado con microelementos

Si las temperaturas y la humedad son estables y sobrepasan los promedios de entre 17-19º C diurnos, la floración tiene lugar entre los 45 y los 55 días después del trasplante. Poco antes de la fase de floración se introduce el entutorado mediante colocación de hilos a ambos lados de la planta, atados en estacas en los extremos de cada línea. El hilo puede ser simple o doble y dependiendo del porte de la planta y la altura oscila entre los 30 y los 70 cm con respecto al suelo.

Pimiento de Herbon.

En esta etapa se considera fundamental un abonado rico en materias fosfatadas y nitratadas, así como complementado con microelementos como boro, molibdeno, magnesio que estimulan la floración y el cuajado del fruto.

La cosecha comienza aproximadamente 20 días después de la primera floración general (>50%). La masiva floración conseguida por estos ecotipos unido a un buen índice de cuajado de la flor, determinan que sea necesaria la extracción cada 48-72 horas.

El fruto cosechado mantiene así los criterios de calidad establecidos por la D.O.P y también el necesario equilibrio organoléptico que le otorga el sabor característico. El pimiento de Herbón debe ponerse a la venta con un tamaño comprendido entre los 3.5 y los 5.5 cm de largo, 1.5 cm de diámetro, y un peso que oscila entre 4.5 y 5.5 gramos por unidad. Resulta fundamental en esta fase el aporte de potasio y algunos microelementos como magnesio y hierro para el mantenimiento del cultivo y el engorde de la planta.

Enfermedades de la planta

La sanidad se convierte en un factor determinante en determinadas etapas: Durante el período de crecimiento de la plántula en el semillero, las bajas temperaturas, el abrigo del plástico y la humedad en exceso elevan los riesgos de manera radical. El trasplante y los días posteriores a él constituyen otro de los momentos complicados del cultivo, pues supone una componente de estrés añadido que aumenta las probabilidades de colapso. Los problemas más significativos en estas dos fases son las enfermedades criptogámicas y algunas parasitarias, nombradamente los nematodos.

Conviene señalar que el pimiento es una solanácea. Esta característica hace que los cultivares acumulen ciertas enfermedades que afectan mayoritariamente al sistema radicular. La repetición del cultivo en el mismo suelo aumenta significativamente el riesgo de desarrollar este tipo de enfermedades.

Se desaconseja la repetición del cultivo en el mismo terreno

La Rizoctonia (Rhizoctonia solani) y el Fusarium(Fusarium oxysporum) junto con los nematodos suponen la mayoría de la problemática sanitaria en las dos fases anteriormente citadas.

Una mejora en el manejo de la semilla, con empleo de bandejas y tierra estéril en el sembrado, junto con una racionalización del riego y de la ventilación, constituirían un adecuado punto de partida para reducir los problemas de la primera fase.

La rotación con cultivos intermedios entre sucesivas plantaciones parcela, evitar los encharcamientos, emplear abonos orgánicos esterilizados y reducir la salinización debida a sucesivos abonados minerales, el control de la temperatura y una adecuada ventilación tanto aérea como edáfica, contribuirían positivamente a reducir las pérdidas en la fase de trasplante y posterior establecimiento del cultivo.

Durante el período vegetativo el control debe mantenerse, aunque las probabilidades de caída derivadas de factores ambientales se reducen. La gran adaptación de estos ecotipos de pimiento a la zona, gracias a un proceso de selección genética de siglos, le permite resistir bastante bien infecciones micóticas como el Mildeu y la Botritis.

Por otra parte la Sequía (Phytophtora capsici) constituye de por sí sólo un factor de riesgo bien conocido; esto permite dotarse de estrategias necesarias para controlarla. Evitar los encharcamientos, empleando riegos cortos durante los períodos de sequía, reducen significativamente la influencia de esta enfermedad.

Otra afección habitual durante el período productivo es el Oidium, aunque su influencia es relativa, muy condicionada por la temperatura y la humedad ambientales. Las estrategias para combatirlo deberían incluir alguna alternativa en el manejo que permitiera recortar los tratamientos de síntesis pues, si bien son seguros y con plazos de seguridad cortos, enseguida aparecen resistencias.

El pimentón también padece plagas. Dentro de este tipo de patógenos hay que estar atento al pulgón, sobre todo al pulgón verde, que se manifiesta en varias etapas en el cultivo. Un golpe de calor y el ascenso ocasional de la humedad relativa es suficiente para que aparezca. Más frecuente en las etapas intermedias (en los meses de abril, mayo y junio), conviene no descuidarlo en el verano. La metodología de control es doble. Normalmente se recurre a sueltas de mariquita (Coccinella septempunctata) y si esta no fuera efectiva, se emplean químicos de bajo residuo.

En los últimos años se registraron episodios muy frecuentes de trips(Franklinella occidentalis) que ha ocasionado importantes pérdidas en el cultivo y en el fruto. Al deterioro en la propia flor y del fruto hace falta sumar que se trata de un potentísimo vector en la propagación del virus del Bronceado (TSWV) que ha provocado el colapso de invernaderos enteros. El control del trips se efectúa con sueltas semanales de Chinches (Orius laevigatus) y ocasionalmente con tratamientos a base de spinosad.

Cosecha y comercialización

Pimiento de Herbon.

La cosecha se extiende entre el 15 de mayo y el 31 de octubre. La productividad de las parcelas es oscilante aunque la D.O.P. establece como topes productivos para la campaña de 6 kg/m2 en el cultivo protegido y 3 kg/m2 para aire libre.

La mayor problemática del pimiento de Herbón se sitúa en la comercialización, pues el nombre Padrón coincide con una variedad comercial muy extendida geográficamente y durante mucho tiempo empleada de manera desregulada. Lejos de constituir una ventaja, ha servido para que las tiendas y áreas comerciales se vean saturadas de pimiento con el calificativo «tipo Padrón», procedente de cultivares situados muy lejos del ayuntamiento que le de la nombre, a precios muy bajos que no recogen las condiciones agronómicas que se establecen como mínima en la Denominación de Origen.

Esta situación está sometiendo las explotaciones de la zona a una desigual y severa competencia que se traduce en una dificultad de visibilización del producto propio. Pimientos que ni siquiera son ecotipos semejantes y que comparten color y no siempre tamaño, copan no sólo áreas comerciales sino que son empleados a veces por establecimientos de restauración de los alrededores con el argumento de que se trata de un producto con un precio mucho menor del pimentón de la D.O.P.

Los desafíos del futuro pasan por establecer mejores canales de comercialización, diseñar estrategias para la visibilización y que establezcan criterios de diferenciación que permitan al consumidor distinguir definitivamente aquel pimiento con elevada calidad de aquel producido sin ellas.

Por otra parte hace falta seguir insistiendo en la venta del producto a partir de la calidad y procurar instrumentos que contribuyan a aumentar la diferenciación y el valor añadido en aras de un mejor y mayor reconocimiento.