En Galicia hay alrededor de 70 variedades autóctonas de castaños, pero no todas tienen la misma aptitud para la producción de castaña de calidad. El sector gallego de la castaña aboga por centrar la producción en una veintena de variedades, que son las que obtienen más demanda en el exterior, según el presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Castaña de Galicia, Jesús Quintá. «El productor gallego se tiene que profesionalizar como hizo el del vino. ¿Qué sería de la Ribeira Sacra si no hubieran seleccionado variedades?» -se pregunta Quintá-. «El mercado no pide castaña, pide variedades».
Todas las variedades autóctonas de castaña están inscritas en la IGP Castaña de Galicia, pero aquellas que se consideran más idóneas para el mercado están centrando las prioridades de actuación de la Xunta en dos campos, en la orden de ayudas para plantación de castaños, que ampara 9 variedades, y en el registro de variedades comerciales. La inscripción en el registro de variedades comerciales no es una cuestión menor. Al contrario. Las plantas de las variedades que no estén registradas no se podrán comercializar de aquí a unos años.
«¿Qué sería de la Ribeira Sacra si no hubiesen seleccionado variedades de uva? El mercado no pide castaña, pide variedades» (Jesús Quintá)
Por el momento, la Administración, a través del Centro de Investigación Forestal de Lourizán, ha promovido la pasada primavera el registro de 16 variedades comerciales y prevé registrar 7 más en breve. Del mismo modo, también se registrarán 8 variedades híbridas, resistentes al mal de la tinta, como portainjertos para castaños de fruto.
Preocupación en los viveros
El proceso está suscitando preocupación entre los viveros productores de planta forestal, como quedó de manifiesto en unas jornadas sobre el tema que se celebraron el pasado viernes en Santiago. Ramiro Martínez, del vivero O Pomariño, expuso su caso concreto: «Si produzco cada año 50 unidades de una variedad de castaño que no está registrada, ¿qué tengo que hacer?, ¿arrancar las cepas madre?», se pregunta.
«Si produzco cada año 50 unidades de una variedad no registrada, ¿qué hago, arrancar las cepas? (Ramiro Martínez, viverista)
El viverista abogó por respetar la diversidad varietal por comarcas. «Si hay variedades que funcionan bien en una zona, por ejemplo en el Eume, ¿por qué hay que promover allí otras variedades que no sabemos si se adaptan bien a esa zona?», inquirió.
Postura de la Administración
Desde la Administración, se trató de tranquilizar ánimos en el sector de los viveros forestales. «En España, la normativa que obliga al registro de las variedades comerciales no quiere impedir la compra venta de variedades que ya se venían comercializando. No queremos excluir a nadie del mercado» -defendió Victoria Colombo, de la Oficina de Variedades Vegetales del Ministerio de Agricultura. – «Los productores de planta pueden solicitarle a la Comunidad Autonóma que tramite el registro de una variedad que comercialicen. Es un proceso sencillo para ellos, pues todo el trabajo de registro le corresponderá a la comunidad».
A mayores de las plantas que estén inscritas en el Registro de Variedades Comerciales, también podrán comercializarse aquellas que se reconozcan como variedades DOR, es decir, con una Descripción Oficialmente Reconocida, un proceso más sencillo que la entrada en el Registro, si bien Galicia, por ahora, no optó por esta vía.
Plan de inspecciones
¿Cómo se van a controlar las variedades que se comercializan? La Xunta iniciará este año un plan de controles sobre los 41 viveros de producción de castaña que hay en la comunidad (16 en A Coruña, 12 en Lugo, 6 en Ourense y 7 en Pontevedra).
«El agricultor tiene derecho a saber qué variedad compra» -defiende César Iglesias, del servicio de Sanidad y Producción Vegetal de la Xunta.- «Nuestro trabajo es comprobar si coincide la variedad que se ofrece con la realidad. En el plan de controles de frutales nos encontramos con que en un vivero se ofrecía una variedad como autóctona cuando en realidad era una variedad francesa, que además estaba protegida con licencia» -explica.- «Conclusión, hubo que destruir esas plantas».
«El agricultor tiene derecho a saber qué variedad compra» (César Iglesias, Xunta)
La Administración autonómica viene realizando desde 2014 un plan de controles de la certificación de plantas frutales, un comercio que mueve cada año en Galicia alrededor de 134.000 plantas, entre las que figuran ejemplares de las 97 variedades autóctonas de frutales que están en el Registro de Variedades Comerciales. La Xunta ya ha dictado este año instrucciones para extender los controles a la producción de plantas de castaño, de cara a identificar las variedades a la venta.
Identificación varietal
La identificación científica de las variedades depara en ocasiones sorpresas. «Nos hemos encontrado con que un castaño que nos decían que era de una variedad autóctona, por ejemplo la de parede, era en realidad otra variedad, la picona», señala Javier Fernández, del Centro de Investigación Forestal de Lourizán.- «También hay variedades que se conocen con distintos nombres, según la zona, pero que son la misma. Es el caso de la luguesa, también conocida como abadá o negra».
El Centro de Investigación Forestal de Lourizán cuenta con personal y tecnología para hacer una identificación morfológica, a partir del análisis visual de la castaña, y también una identificación por marcadores moleculares.
El Centro de Investigación Forestal de Lourizán ofrece la identificación varietal por marcadores moleculares
La técnica de los marcadores moleculares consiste en comprobar la presencia de al menos 5 secuencias de ADN características en una variedad, lo que permite una mayor seguridad en su identificación. Lourizán tiene ya establecidos precios públicos para hacer este análisis por encarga (20,40 euros para análisis de 5 marcadores y 27,01 el análisis de 10 marcadores).
Adaptación a la demanda
El presidente de la IGP Castaña de Galicia, Jesús Quintá, también propietario de la empresa Alibós, es partidario del proceso de certificación de las variedades comerciales de castaño. «Promovemos la certificación porque el mercado va por ahí. Esto se tenía que haber hecho ya hace 30 años. Antes, la gente cuando iba a comprar, le decían ‘lleva estos castaños que son buenos» -recuerda-. «Nosotros, como IGP, tratamos de regularizar el sector y producir lo que demandan los clientes», expone.
«El sector importa cada año 10.000 toneladas de fuera de Galicia. Es una pena que no se plante más aquí» (Jesús Quintá, IGP Castaña de Galicia)
El mercado de la castaña, según Quintá, se orienta a la venta de determinadas variedades de manera individual. «Tenemos que vender separando por variedades, no todo en el mismo saco. El sector importa 10.000 toneladas año de fuera de Galicia -el 50% de la producción de la comunidad- y es una pena que no se plante más aquí», concluye Quinta.
Desde la perspectiva de la IGP, esta orientación a determinadas variedades es compatible con que en alguna comarca haya productores que apuesten por variedades minoritarias de la zona, una opción que, valoran, también podría conseguir un buen posicionamiento en el mercado.
Castaños preferentes
– Variedades para las que hay ayudas de plantación: amarelante, famosa, garrida, longal, de parede, ventura, negral, picona y rapada.
– Variedades inscritas en el Registro de Variedades Comerciales: amarelante, blanca, de pared, de presa, famosa, garrida, inxerta, longal, rubia, luguesa, negral, picona, puga de afora, raigona, rapada y ventura.
– Variedades en proceso de registro: amarilla, calva, campilla, monfortina, puga de O Bolo, rapada do Sil y serodia.
– Clones híbridos que se recomiendan como portainjertos para castaños de fruto: 111 -este es de brotación tardía, por lo que resulta de interés para zonas elevadas del interior-, 7521, 2671, 1483, 125, 7810, 90044.