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El potasio es el mineral más abundante en la leche de la vaca, de modo que es limitante en la producción de leche. Es el tercer mineral más abundante en el cuerpo de la vaca después del calcio y el fósforo, encontrándose sobre todo en el músculo esquelético.
El rol del potasio es muy importnate por la bomba de sodio-potasio, que es la encargada de la absorción de nutrientes y desechos metabólicos de la célula; la forma y turguidez de las células depende de la concentración de potasio en combinación con los líquidos del citoplasma.
A nivel celular un 98 % del potasio se encuentra dentro de la célula y un 2 % fuera de ésta. En contraste el sodio es el principal electrolito en plasma y fluido extracelular. Así el potasio participa con un 75 % de las funciones catiónicas dentro de la célula. El potasio, el sodio y el cloro son los tres mayores electrolitos del cuerpo manteniendo el balance catión-anión (DCAD).
En cuanto a las necesidades de potasio de una vaca en lactación, hay que tener en cuenta que es un mineral con poca capacidad de retención en el cuerpo, de modo que las pérdidas por vía urinaria, heces o sudoración son importantes y pueden aumentar en situación de estrés calórico de la vaca.
Un estudio de N.Silanilove en condiciones de temperatura moderada (14 ºC) , es decir sin estrés calórico, se valoró el consumo de Na, K y Cl (entradas alimentarias y por agua) y la capacidad de retención considerando las pérdidas por la producción de leche, por la orina y por las heces, dando como resultado que la retención aparente del potasio es mucho peor que la del sodio o la del cloro.
Otra consideración importante son los niveles de potasio en materias primas, y sobretodo hay que considerar la gran variabilidad de los niveles de potasio en los forrajes, de modo que siempre se debe analizar el % K en la mezcla unifeed.
Las necesidades de potasio en la vaca en alta producción son del 1,2 al 1,5% de potasio sobre materia seca ración, aumentando estos niveles al 1,8% en verano con estrés calórico por el aumento de las pérdidas de potasio.
Otra consideración importante es la fuente de potasio, ya que no es lo mismo el aporte en forma de cloruro de potasio que en forma de carbonato de potasio. Sólo el carbonato de potasio tiene efectos positivos en la biohidrogenación ruminal de las grasas y es efectivo en corregir las pérdidas metabólicas, además de aportar más potasio y en forma más biodisponible que el cloruro.
Además de cubrir las necesidades de potasio de la vaca, otro de los efectos positivos con el uso del carbonato de potasio es su efecto positivo en el porcentaje de grasa en leche. La explicación a este efecto es el estímulo de bacterias ruminales que favorecen la biohidrogenación de las grasas en el rumen y evitan se formen conjugados del tipo CLA que inhiben la formación de grasa en la leche.
