El Sindicato Labrego Galego critica lo que considera “cierre en falso” de la crisis de excedentes de vino tinto y de precios de la uva en la Denominación de Origen Ribeira Sacra. En concreto, considera que “las ayudas publicadas el 30 de diciembre por parte de la Xunta discriminan a las personas productoras a favor de quien tenga grandes extensiones de terreno” y critica que la Consellería se haya negado “a convocar una mesa de trabajo con todos los agentes”
Así, desde la organización labradora echan en falta “una medida fundamental para los y las viticultoras que no tuvieron quien les recogiera la uva: una ayuda directa en el 2024 para paliar las pérdidas de ingresos”.
Igualmente, critican que la Xunta de Galicia “se haya negado a convocar una mesa de trabajo en la que todo el sector pueda tener voz y participar en la famosa “hoja de ruta” para la denominación de origen, que finalmente fuimos conociendo por la prensa después de ser instrumentalizada para romper la unidad de acción sindical y parar las movilizaciones”.
A este respeCto, recuerdan que “como castigo hacia el Sindicato Labrego por seguir movilizándose a la vez que las viticultoras y viticultores, la Consellaría do Medio Rural anuló la reunión ya comprometida con nuestra organización, no nos convocó a ninguna más y escenificó ante los medios de comunicación reuniones -vacías de contenido- con otras organizaciones agrarias”.
“Queda claro que se prometieron soluciones para desconvocar las movilizaciones del sector que nunca llegaron, y a comienzos ya de otro año se sigue sin tratar de manera integral y democrática, con interlocución con todas las organizaciones del sector, un plan completo para la crisis del sector, con soluciones ya para la campaña 2025 y de futuro. Le preguntamos a la Consellería de Medio Rural: que va a pasar con las personas viticultoras a las que no les va a recoger la uva de nuevo en este 2025?”, cuestiona la Secretaria General del SLG, Isabel Vilalba.
En cuanto a las medidas concretas de apoyo al sector por parte de la Xunta y las adoptadas por el Consejo Regulador, desde el Sindicato Labrador consideran que son “parches que van tarde y son insuficientes: no llegaron para evitar que muchas personas viticultoras no vieran como sus uvas pudrían por falta de salida o fueran obligadas a vender a precios de miseria, y no garantizan evitar que dentro de nueve meses se vuelvan a ver en la misma situación”.
Analizando independientemente cada una de ellas desde el SLG aseguran que “la bajada de rendimientos en una campaña de 2.000 kilos por hectárea, si no se estipula un precio digno del kilo de la uva o si se basa en los precios pagados en el 2024, más que una ayuda puede ser un problema”.
En lo referido a la poda en verde recuerdan que tiene que solicitarla la Consellería al Ministerio antes del día 15 de enero. “¿Alguien sabe si la Consellería de Medio Rural está haciendo estos trámites?”, se preguntan.
Y en lo relativo a las ayudas para la conservación del paisaje -es decir, las únicas con cuantías económicas directas- critican que “paradójicamente no están ligadas a las pérdidas por precio o a no poder vender las uvas, sino a la superficie”. “Es decir, van a cobrar los mayores importes las plantaciones con superficies más grandes, aunque sean de bodegas o personas viticultoras que pudieron vender la uva sin problema, y luego las pequeñas superficies como son las de las plantaciones en bancales de las riberas, que son la base de los paisajes y de la viticultura social de la DO, van a recibir cantidades mínimas”, advierten. Y recuerdan además que “los importes propuestos son más pequeños que los aportados en la Rioja -donde en su momento sí se habilitó una ayuda de minimis-, a pesar de requerir a Ribeira Sacra unos costes de producción mucho más altos”.