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La campaña de castaña 2020 está siendo mala en la mayoría de comarcas productoras de Galicia, hasta el punto de que el Sindicato Labrego cifra en un 50% la caída media de producción en comparación con la campaña 2019, «que ya había sido mala». La bajada, según la organización agraria, tiene que ver con la avispilla del castaño y con otros factores, como la sequía, granizos en determinadas zonas y una alta incidencia del chancro.
Otra cuestión a tener en cuenta es el coronavirus, pues hay más dificultades para colocar la producción en el mercado, dada la menor actividad de hostelería y repostería. «Esto se está traduciendo en una caída de precios y en la ruptura de un importante eslabón en la cadena comercial: las cooperativas y empresas que habitualmente le compran castaña a particulares dejaron de hacerlo o disminuyeron considerablemente sus adquisiciones», señala el Sindicato Labrego.
Así las cosas, el Sindicato Labrego considera preciso que la Xunta active líneas de apoyo como ayudas para enfrentar la actual campaña y para fortalecer al sector de cara a próximos ejercicios.
Por parte de la Xunta, que desde hace años está trabajando en la lucha biológica contra la avispilla del castaño, el conselleiro de Medio Rural señaló recientemente que pediría que la Política Agraria Común (PAC) tuviera en cuenta al sector de la castaña de cara al próximo ciclo de ayudas, a partir del 2023, si bien no indicó ninguna previsión de ayudas de la Xunta a corto plazo.
