Si en España no estuviera penalizado el autoconsumo energético por el conocido como impuesto al sol, cada explotación láctea podría ahorrar 6.000 euros al año con una instalación de paneles fotovoltaicos. Los beneficios serían aun mayores en granjas intensivas y en las comunidades de regantes del Mediterráneo. Sólo en el regadío español se podrían ahorrar más de 1.000 millones de euros anuales con paneles fotovoltaicos, según cálculos del proyecto Resfarm, coordinado por Unións Agrarias-Upa.
Resfarm es una iniciativa promovida por asociaciones agrarias del sur de Europa (España, Italia y Grecia) con el objetivo de impulsar la energía renovable en el campo como vía para reducir costes. En el proyecto, coordinado por Unións Agrarias-Upa, participan también en Galicia el Sindicato Labrego y la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca), junto con la Universidad de A Coruña y socios tecnológicos y financieros.
«La mayor limitación no es la tecnológica ni la financiera, sino la normativa» (Julio Pombo, Universidade de A Coruña)
Marco normativo
Los agentes que participan en la iniciativa identifican dos barreras clave que limitan la expansión de las energías renovables en el campo: la financiación y el marco normativo. “En España, la mayor limitación no es la tecnológica, que está resuelta, ni la económica, sino la normativa”, destaca Julio Pombo, de la Universidad de A Coruña.
Similar opinión expresa Jacobo Feijoo, responsable de Desarrollo Rural de Unións Agrarias. “En cuanto cambien las relaciones de poder en el sector eléctrico en España, las nuevas maneras de producir energía aparecerán como un tsunami” -pronostica.- “En España, las energías renovables para autoconsumo no se desarrollan por una decisión política”, sentencia.
«En cuanto cambien las relaciones de poder en el sector eléctrico, las nuevas formas de producir energía serán un tsunami» (Jacobo Feijoo)
Beneficios para el rural
Los estudios desarrollados en el marco del proyecto cifran en 6.000 millones de euros las inversiones de energías renovables que se podrían acometer en el regadío español, con las implicaciones que esas cifras tendrían en la mejora de la renta de las explotaciones agrarias y en la creación de empleo. El ahorro para los agricultores superaría los 1.000 millones de euros anuales.
Resfarm trata de diseñar un modelo de aprovechamiento eléctrico que repercuta en la economía del rural. “Cuando se acometió en Galicia el desarrollo de la energía eólica, nos encontramos con que las comunidades rurales, agricultores y propietarios de la tierra, fueron las últimas en beneficiarse”, recuerda Julio Alonso. “Con Resfarm tratamos de evitar que eso vuelva a suceder y estamos diseñando propuestas de instalaciones idóneas para el autoconsumo en el campo”, describe Alonso.
Bonos verdes
Una de las principales líneas en las que trabaja el proyecto es en la búsqueda de mecanismos de financiación para evitar que el agricultor o ganadero tenga que acometer la inversión inicial de las posibles instalaciones. La solución que se trata de impulsar es un sistema de bonos verdes que permita la financiación a un interés inferior al ofertado por las entidades bancarias.
El proyecto busca crear mecanismos financieros para que las explotaciones puedan afrontar las inversiones
“Estamos tratando de aglutinar un ‘pool’ de demanda de unos 40 millones de euros entre España, Italia y Portugal para negociar con entidades financieras la implementación de un sistema de bonos verdes”, detalla Jacobo Feijoo.
El problema al que se enfrentan los bonos verdes radica en el marco normativo de las energías renovables. “El peaje al autoconsumo eléctrico que hay en España es inaceptable para los inversores” -valoran desde Resfarm.- “Se puede buscar buena financiación para instalaciones no afectadas por la regulación, pero no para las otras, como los paneles fotovoltaicos”.
Las penalizaciones en España al autoconsumo duplican el periodo de amortización de una instalación fotovoltaica
Los impuestos al autoconsumo de la energía fotovoltaica, así como a la venta de la energía sobrante a la red, lastran la implantación de los paneles en el campo español y también dificultan la busca de financiación. Las penalizaciones al autoconsumo duplican el periodo de amortización de una instalación fotovoltaica dirigida a explotaciones lácteas, que puede precisar de una inversión de alrededor de 50.000 euros, según estimaciones de Resfarm.
Instalaciones en Galicia
En Galicia, los principales intereses de las energías renovables se sitúan por ahora en las granjas intensivas. “La implantación de calderas de biomasa podría sustituir a las instalaciones de gas como sistema de calefacción en granjas avícolas o de porcino. Para refrigeración en verano, serían muy útiles los sistemas de paneles fotovoltaicos, que eliminarían el gasto eléctrico de la red”, señala Jacobo Feijoo.
Las explotaciones lácteas y zonas de regadio, como A Limia, también se podrían beneficiar de los ahorros de costes que pueden representar las energías renovables, según Resfarm, sobre todo si hay un cambio normativo que le haga percibir a los agricultores una mejor relación entre esfuerzo, riesgo y retorno económico.