«El vino blanco del Ribeiro tiene muy buena demanda, no damos producido lo que pide el mercado»

Hablamos con Fernando Cibeira, que se incorporó hace 4 años como viticultor en O Ribeiro. Conocemos sus vinos y el manejo que hace del viñedo. La colaboración entre viticultores de la zona les permites sacar adelante el proyecto en aquellas zonas donde la maquinaria no accede

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«El vino blanco del Ribeiro tiene muy buena demanda, no damos producido lo que pide el mercado»

Fernando Cibeira, colleiteiro de O Ribeiro, en uno de sus viñedos.

Conocemos a Fernando Cibeira, un joven O Ribeiro que se incorporó a la actividad vitícola hace 4 años. Tomó el relevo en los viñedos familiares y comenzó también a elaborar vinos especiales, producidos a base de mosto lágrima, que comercializa bajo la marca Outeiro de Barra.

-¿Cómo empezaste con el viñedo?
-Me viene de tradición familiar. Mi abuelo ya tenía viñas, después siguió mi padre y yo le ayudaba cuándo podía. Mi padre las tenía como una segunda actividad, ya que él trabajaba en la industria del automóvil en Vigo y cuando se jubiló tomé yo el relevo. Así es que yo llevo con el viñedo desde hace 4 años. Cuando comencé ya tenía algunos clientes, ya que mi padre vendía algún vino y también disponía de maquinaria.

-En concreto, ¿dónde están situados tus viñedos?
-Los más antiguos, los de mi abuelo, están en As Regadas. Allí tengo unos 6.000 metros cuadrados. Muchos de estos viñedos ya fueron heredados de mi bisabuela. Incluso el bisabuelo de mi padre ya había trabajado en los viñedos, solo que en aquel momento no eran en propiedad y cuando pudieron fueron comprando algunos viñedos.

Después tengo en Beade viñedos más jóvenes, con unos 14 años, que fueron plantados por mi padre. Desde que cogí yo los viñedos planté varias parcelas. En total trabajo unas 3 hectáreas de viñedo.

-Reivindicas que tus vinos son de ‘colleiteiro’, ¿qué significa para ti ser ‘colleiteiro’? ¿Qué quieres que la gente asocie a tus vinos de este modo?
-Son vinos elaborados solo con las uvas de tus propias fincas, no puedes comprar más y eso tiene el valor añadido de que en todo momento sé el proceso y el estado de mis viñas. Siendo ‘colleiteiro’ sigues el proceso desde el comienzo en el viñedo hasta la elaboración del vino e incluso el momento final en que vendes el vino. Lo controlas en todas las fases, de ahí que sea especial y que también puedas transmitírselo al cliente, ya que conoces todo el proceso que ha experimentado tu vino.

«En las parcelas más antiguas trabajo como antiguamente, ya que no entra ni el tractor»

-¿Buscas trabajar los viñedos de una manera tradicional?
-En las parcelas más antiguas trabajo como antiguamente, ya que no entra ni el tractor. Se hace todo a mano, desde la cava hasta la aplicación de tratamientos fitosanitarios, que hacemos con la mochila a cuestas. En las viñas más jóvenes, las últimas que plantamos, ya tenemos acceso para la maquinaria, pero aunque sea con el tractor soy de trabajar con un manejo tradicional. Así, es que nosotros cavamos todos los viñedos, en los que entra la maquinaria le paso primero la fresa y luego cavo a mano solo al lado de la cepa. De este modo en 3 años tienes la viña hecha, mientras gente que plantó la viña hace 8 aún no la tiene produciendo a pleno rendimiento.

-¿Hay muchos viñedos con esa limitación para acceder a las fincas?
-En As Regadas ya solo quedamos 4 o 5 vecinos, el resto de viñedos ha ido quedando abandonado, aunque es de las mejores zonas para las cepas. Estoy rodeado de monte. Donde mejor terreno había para tener viñedos están quedando yermas por la falta de acceso y por el alto precio que piden por las parcelas. Ahora están plantando viñas en medio del monte, donde nunca hubo viñedo, ya que esto les permitió preparar 50 o 60 hectáreas juntas, con buenos accesos y que fueron comprados a un precio muy bajo de la tierra.

-En las plantaciones que realizaste ¿qué variedades escogiste?
-Principalmente plantamos Treixadura, pero también Albariño y Godello. Además metí tinto con variedades como Brancellao y Sousón.

-¿Barajas seguir ampliando los viñedos a corto plazo?
-Por el momento no tengo intención de plantar más viñedo. Quiero seguir trabajando yo en todo el proceso y si planto más no puedo hacerlo. Tendría que contratar personal y no hay. La gente que tenía viñedo ha ido abandonando la tierra y se ha marchado para empresas de fuera y ahora no queda quien trabaje en las viñas. Aquí en el pueblo somos un grupo de gente joven que estamos implicados en el viñedo y vamos trabajando unos con los otros. El otro día fuimos todos para plantar el viñedo de uno de ellos y cuando es la vendimia también lo hacemos. Sino no hay manera de hacerlo, por lo que tampoco pienso en plantar más.

«Comenzamos con las variedades blancas por la demanda del mercado y no alcanzamos a producir todo lo que piden»

-O Ribeiro es tierra de vinos multivarietales, tú eres buen ejemplo de eso tanto en tu blanco como en el tinto, con variedades incluso minoritarias como el Torrontés que combinas con Godello, Albariño y Treixadura. ¿Por qué comenzaste con los blancos?
-En las viñas de la familia nunca habían tenido vinos blancos, pero comenzamos a ver que había demanda de ellos y fuimos plantando. En As Regadas, de donde era mi abuelo y donde tengo la bodega era tierra de tintos. La viña más vieja que tengo de blanco no tiene más de 12 años, mientras que las cepas de tinto tienen 80 años. Comenzamos con las variedades blancas por la demanda del mercado y no alcanzamos a producir todo lo que piden.

-En la bodega también sorprendes con las elaboraciones, ¿cómo te decidiste a hacer vinos con mosto lágrima?
-Cuando comencé con la bodega yo quería seguir manteniendo el vino que estaba haciendo ya mi padre y para el cual teníamos una clientela, pero también probar a elaborar un vino más especial. Fueron los enólogos los que me hablaron del mosto lágrima y empecé a destinar una parte de los viñedos para este vino. Se trata de cuidar la elaboración, pero también mimar mucho la uva que llevamos. Ahora vendimamos todo en cajas, para que la uva llegue lo mejor posible a la bodega. Además, al ser ‘colleiteiros’ te permite también adaptar los ritmos de la bodega. Por eso vendimamos por la fresca, paramos en las horas centrales y retomamos a partir de las cinco de la tarde, prolongando la tarde, para tener la uva en las mejores condiciones, lo que te anima a seguir haciendo bien las cosas.

-¿Qué aporta esta elaboración?
-Estamos haciendo maceración en prensa, con una prensa que lleva unos 2.500 kilos de uva y hago dos prensadas al día, sobre todo este año que la vendimia se hizo de manera tranquila, ya que no amenazaba lluvia. En el caso de los blancos los dejamos 5 horas en la prensa para que todos los aromas de la fruta pasen al vino.

-¿Qué producción tienes de cada uno de los vinos?
-De Outeiro de Barra tengo unos 3.000 litros de blanco y 3.300 litros de tinto.

-¿Outeiro de la Barra hace referencia al lugar de los viñedos o hay otro motivo para este nombre?
-Es el nombre de la nuestra finca más antigua, la que más historia tiene en la familia. A mi padre también le gustaba mucho ese nombre y como él sigue muy vinculado e ilusionado con el viñedo me decidí por ese nombre.

«Todos los años estoy sacando el vino temprano de la bodega, el año pasado en enero ya había finalizado el vino»

-¿Están teniendo buena acogida estas elaboraciones en el mercado?
-El año pasado ya terminé el vino en enero. Por suerte, todos los años saco el vino temprano de la bodega, estoy trabajando con cosechas, es vino del año. Por ahora tampoco estoy entrado con nuevos clientes ya que no tengo suficiente producción. Yo trabajo directamente con hostelería y tengo alguna clientela fija.

-¿Valoras en algún momento hacer vinos de crianza?
-Me tienta la idea, pero comenzaré a hacerlo el día de mañana cuando tenga más producción, ahora mismo estoy muy corto de producción.

-¿Cómo valoras el apoyo que has tenido por parte de la Administración para tu incorporación al campo?
– Tuve una ayuda cuando me incorporé y después también tuve otra para la compra de maquinaria, lo que me permitió adquirir una trituradora para los viñedos, un atomizador y otros aperos. Estamos invirtiendo mucho en maquinaria, porque de nada sirve tener unas muy buenas viñas si después no dispones del equipo adecudo para elaborar el vino y viceversa, por mucha máquina que tengas si no cuidas el viñedo no lograrás un buen viñedo.

Tengo muy buena maquinaria que fuimos consiguiendo a muy buenos precios en Francia al comprarla de segunda mano

-¿Tienes mucha inversión hecha en maquinaria?
-Sí es verdad que se precisa tanto para los viñedos como para la bodega. Ahora estoy pendiente de comprar un tractor, pero la verdad es que todo lo que tengo en la bodega es de segunda mano, ya que mi padre por el trabajo viajaba mucho a Francia y allí compraba mucha maquinaria. Cuando mi padre trajo las tijeras de poda eléctricas los vecinos se habían sorprendido mucho porque aquí aún no se usaban mucho. Tengo maquinaria muy buena que fuimos consiguiendo a muy buen precio al ser de segunda mano.

-¿Qué retos tienes a corto-medio plazo?
-En cuanto las últimas fincas que planté comiencen a producir tendré que comenzar a trabajar con un distribuidor, que se encargue de la comercialización del vino y dejar de hacerlo de manera directa, ya que pasaré de los 3.000 litros a producir unos 10.000 o 12.000 litros y ya no me llega el tiempo para llevar también la venta directa.

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