«Elaborar y vender vino en Vilachá es un privilegio»

Hablamos con Purificación Díaz Ferreiro, dueña de la Bodega Val do Frade, sobre la situación de la DO Ribeira Sacra y la Feria del Vino de Vilachá, de la que es promotora original aunque actualmente está desvinculada de la organización del evento celebrado en las bodegas centenarias situadas en el municipio de A Pobra do Brollón.

¿Cómo surgió tu bodega Val do Frade?
Mi implicación en el mundo del vino empieza en el año 2006 y fue pasando por varias fases. En un primer momento, construyendo una SAT con gente de aquí de Vilachá, y luego, en el año 2011, esa SAT se disolvió y pasé a ser autónoma y a trabajar sola con mi propia bodega pequeña.

Desde el año 2011 hasta ahora he estado sola. Vilachá para mí es como si fuera mi religión, estar aquí es intentar una y otra vez que las cosas funcionen…

¿De dónde viene tu pasión por el mundo del vino?
Los que nacemos aquí estamos relacionados con el mundo del vino sí o sí, o lo odias o lo amas… Entonces, nacimos en un momento en el que el mundo del vino en Vilachá era un complemento a otras actividades, principalmente la ganadería, y nunca se pensó en aquel momento que se podría vivir del vino. Cuando llegó la DO y empezó a poner un poco de orden en los precios, en la calidad y en la venta de la uva, eso fue lo que hizo que esto se hiciera más profesional y ahora podamos vivir de ello.

¿Qué ayudas y dificultades estás encontrando en este proceso?
¿Ayudas…? Ya no me acuerdo de cuándo recibí la última ayuda.
¿Dificultades…? Mucha burocracia, obviamente, pero como en casi todas las actividades en el campo. Pero, sobre todo, lucho contra muchos elementos externos a lo que es el mundo del vino. Aquí en Vilachá es como si hubiera una filosofía de no salir de esos años 80 en los que se vendía el vino de cualquier forma… Y no se consigue avanzar en la evolución de la venta del vino con un mínimo de sanidad o con una marca.

¿Cómo es el proceso de comercialización de tu vino?
El proceso aquí creo que debe pasar porque la gente venga a visitar este lugar, es decir, la idea de que mi bodega forme parte de estas bodegas que son BIC y un monumento histórico-artístico… Pasa por la visita aquí y la venta en la propia bodega. Por lo tanto, tiene que ser envasado en botella y con todas las normativas en la etiqueta.
Siempre he creído en este conjunto de Vilachá y en las posibilidades turísticas que tenía, y por eso mis bodegas están aquí. Poder vender aquí es un privilegio comparado con los demás.

¿Cómo ves la situación de la DO Ribeira Sacra?
Creo que la situación de la DO es diferente a la que puedan tener otras DOs, aunque sean de vino tinto, que creo que es lo que está teniendo problemas ahora mismo.

En Ribeira Sacra llevo bastantes años y he visto diferentes fases: cómo nació, cómo se llegó hasta este punto… Había un grupo de gente que quería que esto fuera hacia arriba… Cuando se está empezando, todo el mundo tira hacia arriba, pero llegamos a un punto máximo de calidad y exportación que ahora mantenerlo ahí es diferente. Por un lado, vi que desapareció esa gente que estaba tan comprometida con la tierra y luchaba porque se conociera este territorio. Eso se consiguió, y ahora ya es bastante conocido. Por otro lado, para sustituir a la directiva en su momento, se hizo mucha campaña contra la DO y no tiene nada que ver una cosa con la otra. Entonces, la situación es compleja, pero creo que el problema debe solucionarse desde dentro, con la misma gente del sector, y no metiendo a gente de fuera como políticos, empresas de otro tipo… que no saben de lo que están hablando e intentan organizar algo que desconocen.

¿Qué opinión os merecen las medidas de apoyo a la DO por parte de la Xunta?
Creo que es una de las cosas que va en la candidatura a Patrimonio de la Humanidad: que se nos pague por mantener el paisaje, y creo que es positivo y que es algo que ya se hace en otras DOs. Para mí es positivo porque el verdadero problema de la DO es que no hay relevo generacional. Hay mucha viña sin legalizar, no se han superado los localismos, hay gente que no habla de Ribeira Sacra, sino que todavía habla de Amandi… Eso me pone enferma.

Hay mucho que solucionar, pero creo que las ayudas son positivas y van a mantener un poco… Nadie va a decidir su vida por esa ayuda, pero sí a mantener a la gente que ya lo está haciendo… Por 2000€ por hectárea nadie va a dejar su vida para meterse a viticultor.

¿Cuántas hectáreas trabajas y cómo es el manejo de esas hectáreas?
En total trabajo una hectárea, pero está dividida en dos parcelas más grandes y dos trocitos pequeños… Mi dinámica es un poco la de todos aquí: tengas la extensión que tengas, casi nunca está junta. Ahora mismo estamos haciendo la poda, y luego hago un poco de tratamiento, pero siempre el mínimo que puedo. Antes aplicaba un tratamiento de herbicida para evitar otros tratamientos, pero ya no uso herbicida desde hace tres años… Decidí que tenía que hacer un poco más de trabajo con la desbrozadora y dejamos de usar herbicida. Un poco por filosofía de usar el mínimo tratamiento posible, aunque no trabajo en ecológico, porque aplicamos tratamientos sistémicos.

Hacemos la vendimia en septiembre, pero depende de la maduración. En los últimos años ha ido cayendo a principios de septiembre o incluso finales de agosto, por el cambio climático. Intentamos que la uva llegue siempre fresca a la bodega para mantener el máximo de aromas posibles.

¿Qué variedades de uva tienes plantadas y qué superficies ocupa cada una?
Tengo mencía y un poco de garnacha. La mencía ocupa el 80% y la garnacha el 20%. En la mencía tengo cepas nuevas y viejas, pero en la garnacha son todas cepas muy viejas y producen muy poquito, pero cuanto menos produzca, más calidad tendrá, así que para mí es suficiente, ya que se complementan perfectamente.

Val do Frade es un vino mencía, un típico Ribeira Sacra, fresco y afrutado.

¿Cómo fue la cosecha de este año?
Creo que de las mejores que recuerdo. Hacía años que no recogíamos uvas con tanta calidad, ninguna seca ni podrida, así que maravillosa, las expectativas son muy buenas para ese vino.

A nivel de enfermedades, ¿cómo está la situación?
Casi todos los años tenemos ataques de mildiu, algún año hizo perder casi toda la producción. Es un poco debido a que no aplicamos demasiados tratamientos. Hago esto porque quiero que la planta se haga fuerte y que responda ante cualquier problema de forma natural… Cuanto más fuerte sea, menos tratamiento tendremos que aplicar. Parece una tontería, pero al final del año se nota en la reducción de tratamientos. No les hago la vida fácil, más bien difícil, tienen que luchar contra todo.

¿Qué perspectivas de futuro tienes con tu proyecto?
El vino fue y seguirá siendo mi proyecto aquí en Vilachá. Además, dentro de un año voy a añadir al proyecto una pequeña casa para alquilar… Voy a complementar el mundo del vino con otras cosas para seguir dinamizando Vilachá.