La pasada semana representantes de la Xunta de Galicia se reunieron con alcaldes de las comarcas del Ulla, Tambre, Zas y Ferrolterra, así como en la comarca de A Limia, para anunciarles que en el mes de mayo estarán declaradas como Zonas Vulnerables a la contaminación por Nitratos, lo que en la práctica se traducirá en restricciones a la actividad ganadera, fundamentalmente en la aplicación de purín y estiércol.
Para aclarar los próximos pasos a seguir y también las limitaciones que se fijarán entrevistamos a el director general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias de la Consellería de Medio Rural, José Balseiros.
¿Coge de sorpresa la Xunta a declaración de estas zonas? algunos alcaldes así lo tomaron igual que agricultores y ganaderos….
– En cierto modo sí. Todos teníamos el punto de mira en alguna comarca en concreto, pero la realidad es que en las mediciones que fueron efectuando los departamentos y organismos que tienen la competencia sobre eso en los distintos puntos de toma de muestra a lo largo de la geografía gallega -muestras que se toman durante un cuatrienio-, con funciones de valores medios y máximos, sí que aparecieron unas zonas con las que en principio no contábamos. Estas aparecen reflejadas en la publicación que hace el Ministerio de Transición Ecológica a través de la Dirección General de Aguas, donde aparece ese mapa de masas de aguas contaminadas sobre las cuales hay que cumplir la normativa. Esta deriva de una directiva comunitaria que, en el caso del reino de España, fue traspuesta en posteriores modificaciones en el año 1996, que acaban en el decreto 47/2022 que es el que regula y determina como hay que actuar en cuanto a la denominación de zonas vulnerables en esas comarcas que presentan elevados índices de nitratos.
Desde el Ministerio aseguran que la Xunta tenía conocimiento de estas zonas desde el año 2022 y, en el caso concreto de A Limia, sí que hay informes propios de Augas de Galicia desde el año 2017 que advertían ya de que había una elevada concentración de nitratos. ¿Que medidas correctivas, especialmente en el caso de A Limia pero también en las demás zonas, puso en marcha la Xunta para reducir este riesgo de contaminación?
– Es cierto que la publicación de ese decreto se hace en el año 2022, pero no debemos olvidar que a lo largo de los últimos años hubo distintas cuestiones que nos hicieron pensar que tal vez debería haber algún tipo de flexibilización. Todos tenemos en la memoria aquellas movilizaciones que se hicieron prácticamente en todos los países productores europeos previas a las elecciones europeas. Movilizaciones, en algunos casos, muy contundentes y agresivas que derivaron, recuerdo con claridad, en unas manifestaciones que hizo el ministro de agricultura, Luis Planas, en el mes de mayo del año 2024 en un foro de ganadería extensiva en Toledo. Allí anunciaba la flexibilidad y relajación de 56 medidas que afectaban precisamente la cuestiones relacionadas con la producción agroganadera en el conjunto de España. Por ejemplo, retrasar la implantación del cuaderno digital, del veterinario de explotación y de determinadas prácticas, muchas de ellas relacionadas con la sostenibilidad medioambiental.
Como había una tendencia favorable a flexibilizar estas cuestiones al mismo tiempo que nosotros, precisamente a consecuencia de esa sorpresa que nos causó que había habido puntos en comarcas con los que no me los contaba con altos índices de nitratos, pues hicimos un encargo con un equipo de técnicos científicos para determinar el verdadero origen de esa contaminación. En algunos casos nos dió la razón en principio, pero en otros no fue así y eso nos puso finalmente en tomar la decisión de cumplir la ley, la norma que nos obliga a hacerlo.
También desde la constitución del Parlamento Europeo teníamos una posible buena noticia, ya que el actual comisario de agricultura de la UE empezó a manifestarse diciendo que a este tema de la producción agropecuaria y agroganadera en Europa había que darle una vuelta. Tiene razón en sus planteamientos y nosotros coincidimos en que se está criminalizando a los agricultores y ganaderos de una forma absolutamente injusta y pensamos que se les exige demasiados requisitos y cumplimientos. Por ejemplo, en la aplicación de productos fitosanitarios tienen que reducir al 50% la aplicación mientras que terceros países colocan aquí sus productos, como es el caso de las patatas de Egipto o los tomates de Marruecos. Eso nos parece injusto y coincidimos con el comisario europeo en que hay que darle una vuelta. Probablemente habría que prohibir la aplicación de algunos productos si son nocivos para la salud humana o para el medio ambiente. Pero también habrá que exigírselo a los países que comercialicen aquí sus productos, de lo contrario estaremos poniendo en desventaja a los productores locales y nacionales, en todo caso europeos.
“A raíz de las movilizaciones de los agricultores y ganaderos pensábamos que se iba a flexibilizar la normativa para declarar Zonas Vulnerables a Nitratos, por eso esperamos hasta ahora”
Esta circunstancia fue lo que nos hizo pensar que tal vez antes de que se agotara el plazo de los 3 años que concede la normativa para la declaración de zonas vulnerables, pudiérammos llegar a alcanzar una modificación legislativa que permitiese que no hubiera que declarar todas estas zonas como vulnerables. No fue así y por lo tanto la Xunta de Galicia tiene que cumplir con una normativa europea y nacional pues, en caso contrario, estaríamos exponiéndonos a que la Comisión Europea, como ya hizo con otros lugares, podría sancionarnos.
A nadie se le escapa lo que está pasando en otros países como Holanda, Bélgica, Alemania o Dinamarca. En Holanda recientemente un tribunal acaba de sentenciarle al gobierno holandés que en un plazo de pocos años tiene que reducir a la mitad las emisiones provocadas por la ganadería y, por ese motivo, están sacrificando animales. Esa tendencia, que está pasando en otros países, empieza a pasar también en España.
¿En mayo van a estar declaradas todas las zonas?
– Sí, nosotros pensamos cumplir los plazos salvo algún obstáculo en la parte administrativa. Sabemos que la burocracia tiene las dificultades que tiene pero nuestra voluntad es cumplir con la normativa. Precisamente, para evitar esas sanciones que en el caso de la Comisión Europea o del Tribunal de Justicia Europeo son millonarias, y también para evitárselas a los agricultores y ganaderos. Esta responsabilidad es conjunta y por lo tanto tenemos que tratar de ayudarles con las medidas que ponemos, conservar y preservar nuestro sector productivo y, sobre todo, poner en valor nuestros productos agroalimentarios.
¿Al cabo de cuatro años se volvería a revisar la declaración?
– Efectivamente. Luego de la declaración aún tendríamos la administración autonómica, la Xunta de Galicia en este caso, dos años de plazo para aprobar y publicar un plan de acción que sería el que definiría las condiciones y características que habría que cumplir en esas comarcas declaradas zonas vulnerables. Eso tendría una duración de cuatro años al final de los cuales se podría revisar para revertir la situación y volver a la anterior, en caso de que mejorase la situación de las analíticas de esos puntos de toma de muestra, o habría que continuar si ese requisito no se hubiera cumplido.
¿El límite es 170 unidades máximas de nitrógeno por hectárea y año?
– Eso no es así exactamente. Vi estos días en algunos medios cantidades de todo tipo y esto no se ajusta a lo que dice el propio decreto 47/2022, que establece que en el primer cuatrienio, una vez aprobado el plan de acción, se podrá poner una cantidad de 210 kg de nitrógeno por hectárea y año. Pero el organismo competente, en este caso las comunidades autónomas, acreditando la tipología del cultivo, la orografía, la climatología, la rotación de cultivos, etc., podríamos poner otras cantidades y eso es perfectamente posible.
Yo lo que pido es un llamamiento a la responsabilidad porque, por una parte, le estamos metiendo miedo a los agricultores y ganaderos, ante los que tenemos que quitarnos el sombrero especialmente en Galicia. Si miramos para el resto del territorio nacional, prácticamente todas las comunidades autónomas, excepto Asturias, Cantabria y, hasta ahora Galicia, tienen zonas vulnerables declaradas. Algunos territorios incluso superan el 30% de su territorio declarado zona vulnerable. Los agricultores y ganaderos gallegos son extremadamente cumplidores y cuanto más profesionales son, más entienden que no queda más remedio que ir hacia el cumplimiento de prácticas sostenibles y medioambientales. Lo importante es que les paguen más por los productos que produzca, tengan más calidad y más valor. El consumidor reclama esto cada vez más.
También me gustaría aclarar una confusión. Nos están llamando ganaderos estos últimos días diciendo que están viendo en los medios que solo vamos a permitir aplicar 170 kg de nitrógeno. Eso no es así. Como dije antes vamos a ir a mínimos de ese plan de acción porque consideramos que Galicia va a acabar cumpliendo y revirtiendo la situación. Serán 210 en términos generales, y más en los casos que se acrediten que son rotaciones de cultivos o que son cultivos que necesitan mucha aportación de nitrógeno. Además, cuando hablamos de cantidades, nos referimos a kilos de nitrógeno. Cada tonelada de purín de vaca puede tener entre 1,5 o 3 kg de nitrógeno. Por lo tanto, se podrían echar hasta cerca de 80 toneladas de purín por hectárea y año.
“Vamos a ir a un plan de acción de mínimos porque estamos convencidos que vamos a conseguir en el primer cuatrienio revertir la situación”
¿Confirma por tanto que ese límite va a ser flexible?
– Nosotros decimos con contundencia que en el plan de acción, teniendo en cuenta las características edafológicas, climatológicas y orográficas de Galicia, vamos a ir a un plan de acción de mínimos porque estamos convencidos que vamos a conseguir en el primer cuatrienio revertir la situación.
En este plan de acción se va a permitir aplicar la cantidad que sea necesaria y se considere conveniente en el caso de rotación de cultivos. Pero no debemos olvidar que previa a la declaración de zonas vulnerables, ya hay requisitos, hay normativas, hay un decreto de nutrición sostenible de los suelos que hay que cumplir. Y aunque alguna de sus condiciones y requisitos están aliados, como por ejemplo el nombramiento de un asesor de fertilización o las analíticas de campo, no significa que no haya que estar cumpliendo determinadas condiciones. Claramente, vamos a ir la unas exigencias mínimas porque con las condiciones de Galicia y con la colaboración de esos agricultores y ganaderos vamos a conseguirlo.
¿Puede avanzar algún límite básico que se podría autorizar con este plan de acción?
– Lo estamos estudiando. El estándar serían 210 kg de nitrógeno al año.
¿En los cultivos?
– No. 210 sería el mínimo que permite el decreto en el primer cuatrienio. Pero para aquellos casos donde se justifique adecuadamente que va a haber rotación de cultivos o que se van a hacer cultivos que absorben muy bien el nitrógeno, se va a permitir más cantidad. Pero no se puede adelantar porque aún están los técnicos haciendo su trabajo.
¿Cuando está previsto que se conozca este plan de acción con detalle?
– Como la ley dice, tenemos dos años de plazo y no nos vamos a precipitar. Vamos a trabajar bien, tomar en consideración los datos técnicos y científicos que se nos aporten y vamos a hacerlo en el momento que sea necesario, siempre cumpliendo los plazos que marca la ley.
Por tanto, para esta campaña y para la que viene, ¿en principio podrían seguir trabajando como trabajan hasta ahora?
– Cumpliendo las normativas que hay pueden seguir haciéndolo hasta que se apruebe y publique el plan de acción que será en un plazo aproximado de dos años.
“En las Zonas Vulnerables a Nitratos se puede seguir trabajando el campo con normalidad”
Se habla también de que una de las medidas de la Xunta para reducir o mitigar esta problemática serán las plantas de tratamiento de purines, las plantas de biogás. Los pueden adelantar algo sobre esta medida?
A diferencia entre Galicia y el resto de comunidades autónomas es que en ellas se declararon zonas vulnerables sin más, cumpliendo la normativa lógicamente. Y Galicia cumpliendo la normativa, además de declarar zonas vulnerables, en el momento que las declara ya estaba ofreciendo dos soluciones desde nuestro punto de vista muy importantes.
Por una parte, estamos anunciando que la Xunta va a implementar unas plantas de biogás por el territorio, unas plantas de tratamiento de purines, con una doble o triple característica. Por una parte la producción energética y por otra la higieneización de los productos resultantes de la digestión anaeróbica que pueden, una vez higienizados o compostados, devolver la aportación de nutrientes a los propios agricultores o ganaderos que así lo demanden, libres de metales pesados y cualquier tipo de contaminación. Ahí radica la principal diferencia de las plantas de tratamiento que propone la Xunta en su red de plantas con respeto a las que se pueden estar promoviendo por iniciativa privada.
“En las plantas de tratamiento de purín o estiércol se va a gestionar el excedente de las explotaciones y los ganaderos no tendrán coste para los ganaderos, por lo menos en los primeros años”
Esas plantas pueden tener participación privada a título individual de una o varias explotaciones o de una cooperativa o pueden ser público-privadas. Esto quiere decir que no se busca la rentabilidad o negocio, se busca ayudar a los ganaderos a gestionar su excedente, nunca la totalidad. La cantidad excedente que no pueda aplicar lo va a tener gestionado por esa red de plantas de tratamiento. También se garantizador que no va a tener coste ninguno por lo menos en los primeros años e incluso dependiendo del precio que alcance el kW de energía que se produce ahí, se puede llegar a ganar dinero.
¿Puede avanzar cuándo y donde está previsto que se pongan en funcionamiento?
– Lógicamente las plantas que va a impulsar la Xunta estarán cerca de las zonas de producción de purín y donde se tenga constancia de que va a haber más excedente. Al mismo tiempo, dentro de las posibilidades, cerca de las redes gasísticas y, en tercer lugar, donde sea sencillo facilitar el transporte, que está previsto que lo haga la propia infraestructura logística de las plantas, sin coste ninguno.
Hay una segunda propuesta positiva que hacemos, que es el establecimiento de un sello de circularidad para aquellas explotaciones que, siguiendo las practicas de sostenibilidad, le vamos a conceder la posibilidad de ese sello de tal manera que un frasco de leche o bolsa de patatas que lo lleeve, obtendrá un alto valor añadido y un mayor precio. Hay que recordar que la sociedad y los consumidores reclaman cada vez más productos sanos y locales, libres de contaminación y que contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático.
¿Cuando esté previsto poner en marcha estas plantas?
– No vamos a mentir, estas cosas llevan tiempo pero tenemos muchas otras hechas. Tenemos un anteproyecto de ley y tenemos un soporte técnico hecho por consultoras de renombre. Hay otras muchas cosas hechas para comenzar lo antes posible y poder tenerlas en funcionamiento. Si lo que preguntan es si estará en el plazo de dos años, yo veo difícil pero espero que estén en construcción en ese momento.
Ya para finalizar, con relación al plato invertido, ¿que gestiones hizo la Xunta para su autorización? Segundo ha contestado el Ministerio, ahora depende de las comunidades autónomas presentar el informe que avale el uso, y por parte del Ministerio dicen que estarían abiertos a autorizarlo. ¿Que tramítes realizó la Xunta para que se autorice?
– Primero hay que decir que Galicia estuvo excepcionando la aplicación de purín en plato en los últimos cinco o seis años. Con la aplicación del decreto de suelos sostenibles esa práctica se prohíbe con carácter general. Aun así, en base a las múltiples alegaciones que hicimos desde Galicia a los borradores de ese decreto -quiero recordar que hasta 11 versiones se hicieron gracias a los alegatos de las comunidades- conseguimos que el decreto excepcione la aplicación del purín en plato invertido en aquellos recintos o superficies menores de 2 hectáreas o en aquellas cuya pendiente sea superior al 10%. Incluso también en el conjunto de los recintos de una explotación siempre y cuando la media de la pendiente de los recintos que tenga supere ese número que acabo de indicar.
Encargamos un trabajo técnico y científico para tratar de conseguir que se nos autorice quitar el purín con el plato invertido
Aun así, encargamos un trabajo técnico y científico para tratar de conseguir que se nos autorice quitar el purín con el plato invertido. Tengo que recordar que, si bien es cierto que lo estamos haciendo y esperamos tenerlo en poco tiempo, también es verdad que el propio decreto dice que esa propuesta habrá que transmitirla y que la última palabra sobre eso será del Ministerio de Transición Ecológica. Confiemos en que el trabajo científico acredite que sí conveniente autorizarlo y confiemos en que el Ministerio permita implantarlo.