«En Portugal se está viendo de nuevo interés por el cultivo de la avellana de la mano de jóvenes empresarios»

Conocemos con la doctora en Ciencias Agrarias, Ana Paula Silva, las claves para el cultivo de la avellana de Portugal, localizado en regiones centrales del país luso. Con ella analizamos también las posibilidades de esta producción en Galicia

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«En Portugal se está viendo de nuevo interés por el cultivo de la avellana de la mano de jóvenes empresarios»

La doctora en Ciencias Agrarias Ana Paula Silva.

En Galicia, a pesar de que es fácil encontrar avellanos en zonas como los márgenes de las fincas o próximas a los lechos de ríos, no hay, por el momento, producción de este fruto seco, aunque algunos productores y empresas están comenzando a hacer plantaciones experimentales. En Portugal también se está viendo en los últimos años de nuevo un interés por este cultivo aunque, a diferencia de Galicia, el país cuenta con una tradición en el cultivo y aprovechamiento de la avellana.

De la mano de la doctora de la Escuela de Ciencias Agrarias y Veterinarias (Ecav) de la Universidad de Trás-los Montes y Alto Duero, en Portugal, Ana Paula Silva, conocemos las claves para la producción de avellana en el país vecino y analizamos su viabilidad en Galicia.

-La producción de avellana en Portugal fue significativa durante años, ¿lo sigue siendo?
-En Portugal, el sector de la avellana registró en los últimos 25 años una honda crisis, pasando en la década de 80 de un área de 1.800 hectáreas a menos de 500 hectáreas en el inicio de 2000, como consecuencia de los bajos precios de venta y de las dificultades para competir en el mercado externo. En los últimos 5 años, se está viendo de nuevo interés por el cultivo de la avellana con jóvenes empresarios involucrados e incluso ya se han hecho inversiones significativas.

A nivel nacional esta especie se presenta como una buena alternativa a diversos cultivos, presentando como ventajas el hecho de tener costos de instalación bajos y reducidos costos de producción, fruto relativamente poco perecedero, de fácil conservación y transporte.

-Actualmente, ¿cuáles son las principales regiones productoras en el país?
-Es una tradición en las regiones de Tras-os-Montes y Beira Interior ( (zona centro). La avellana se adapta bien a nuestras condiciones edafo-climáticas y es factible una explotación agrícola integrada con la vertiente paisajística, cinegética y forestal.

«En la producción tradicional había una diversidad de variedades, parte de ellas con características y aptitud mal definidas que provocan una producción heterogénea y baja productividade»

-¿Qué variedades están más implantadas?
-En Portugal, en la producción tradicional de avellana hay un conjunto diverso de variedades, parte de ellas son variedades con características y aptitud mal definidas que provocan una heterogeneidad de la producción y baja productividad. Con todo, los modernos avellanares cuentan esencialmente con combinaciones de variedades de mesa o de doble aptitud y que ya fueron objeto de estudio. En concreto trabajan con variedades como la italiana Tonda di Giffoni, las americanas Ennis y Butler, las francesas Fertile de Coutard, la española Segorbe y la portuguesa Grada de Viseu. El hecho de no apostar por variedades de industria está relacionado con que la competencia externa, procedente de España y Turquía, es muy agresiva por la cantidad comercializada.

-¿A qué se debe prestar especial atención a la hora de seleccionar la variedad a plantar?
-La elección de las variedades a instalar en el avellanar debe ser hecha con algún cuidado, dado que una mala elección interfiere directamente con su productividad y, consecuentemente, con la viabilidad económica de la explotación. Cuestiones como, el fin a que se destina la producción (frutos de mesa, industria y de doble aptitud), la necesidad de polinizadoras, las características de la variedad como son el vigor, la productividad, el número de brotes que emite y las características del fruto (tamaño, tanto por ciento de huecos y rendimiento de cáscara) son parámetros que deben ser siempre valorados antes de la decisión de plantar.

«El primer paso para el éxito de un avellanar es la calidad del material vegetal a plantar. También es aconsejable que el 30% de los árboles sean polinizadoras»

-¿Qué cuestiones se deben tener en cuenta para producir avellana?
-El primer paso para el éxito de un avellanal es la calidad del material vegetal a plantar. Las plantas deben ofrecer garantías clonales y sanitarias, presentar buen vigor y contar con un sistema radicular bien desarrollado. Aunque el valor de mercado sea determinante en la elección de las variedades a cultivar en cada región, la elección correcta de las polinizadoras no se puede ignorar, así como su correcta colocación en el pomar. Por regla general, son necesarias dos polinizadoras de forma que garanticen disponibilidad de polen a lo largo de todo el período en que hay flores femeninas receptivas. Es aconsejable que el 30% de los árboles en el pomar sean polinizadoras. Su colocación en el pomar debe hacerse de acuerdo con líneas pre-definidas para que los vientos dominantes favorezcan la polinización. Hay varios esquemas que pueden ser seguidos, desde la mezcla en cada línea de la variedad principal con las polinizadoras, así como la colocación de las polinizadoras en líneas completas.

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Distintos modelos de plantación en los que se intercalan árboles polinizadores para lograr una óptima producción.

El marco de plantación aconsejado en las plantaciones varía bastante en función de la fertilidad del suelo, del vigor de las variedades, del tipo de mecanización, etc. La distancia entre renglones de 5 metros es siempre recomendable en un avellanar en el que la cosecha sea mecanizada. Así, prestando atención a los parámetros referidos, la distancia entre renglones debe ser entre 5 a 7 metros y en la propia línea entre cada avellano debe haber entre 3 y 4 metros.

«En Portugal, sin riego difícilmente se obtiene una tonelada por hectárea, mientras que en avellanares en regadío se puede llegar a conseguir 3 toneladas»

-¿Qué rendimientos se obtienen?
-La producción por hectárea depende de muchos parámetros, pero está fuertemente condicionada por el hecho de si se trata de un avellanar de seco o de regadío. En avellanares sin riego difícilmente se llega a 1 tonelada por hectárea, mientras que en regadío, puede llegar a conseguirse 3 toneladas. Con la popularización de los sistemas de riego por aspersión y sobre todo del microrriego, es posible llevar el agua de manera eficiente a prácticamente cualquier local, cultivo o tipo de suelo. Los inconvenientes pueden estar más relacionados con su disponibilidad o con cuestiones económicas.

– ¿Sólo se emplean métodos mecánicos para la recolección o se sigue en algunos casos un proceso manual?
-La recogida de la avellana en Portugal puede ir desde la última semana de agosto hasta mediados de septiembre. La recogida es de las operaciones que tiene costos más elevados, por lo que la búsqueda de soluciones que permitan incrementar el rendimiento en trabajo de esta operación ha sido de los aspectos más estudiados. El aumento del rendimiento de la cosecha, además de disminuir los costos de producción, reduce el tiempo de permanencia de los frutos en el suelo, que conduce a la pérdida de calidad.

La avellana, al igual que otros frutos secos, es recogida del suelo, manual o mecánicamente. La cosecha manual de la avellana del suelo es una operación que tiene un rendimiento bastante bajo, entre 6 y 8 kilos por hora (entre 50 o 60 kilos al día), lo que encarece mucho su costo de producción.

En términos mecánicos existen varios tipos de equipaciones cuya prestación depende, entre otros factores, de las características de la instalación del avellanar, como por ejemplo, del tipo de conducción de los árboles, de la cadencia y las características de la superficie del suelo. Las cosechadoras pueden ser neumáticas, en los que la cosecha de la avellana del suelo se efectúa por aspiración tras ser sacudida del árbol. Este proceso también puede ser mecánico, presentando rendimientos entre 300 a 500 kilos por hectárea de avellana, lo que corresponde a entre 8 y 13 horas por hectárea. También pueden ser cosechadoras mixtas, donde el material sacudido es inmediatamente aspirado y conducido para una tolva.

«Una de las principales ventajas del cultivo de avellana es que tiene costos de instalación y producción bajos»

-¿Puede ser viable el cultivo de avellana en Galicia?
-Esta especie se presenta como buena alternativa a diversos cultivos. Una de las principales ventajas es el hecho de tener costos de instalación bajos, y reducidos costos de producción (poda simplificada, reducido número de tratamientos y cosecha enteramente mecanizable), fruto relativamente menos perecedero, de fácil conservación y transporte.

Son las regiones con climas moderados las que mejor se adecúan para la avellana. Factores como temperaturas de primavera demasiado bajas son los principales condicionantes de su cultivo. La avellana tolera bien los fríos invernales, pudiendo resistir a temperaturas próximas de los 15 grados centígrados negativos en pleno reposo vegetativo, mientras que las inflorescencias masculinas soportan hasta -7 grados centígrados y las femeninas hasta -13 grados centígrados. Sin embargo, las heladas de primavera, con temperaturas del orden de los -3°C o inferiores en el inicio de la brotación en el mes de marzo pueden ser peligrosas y, por tanto, las zonas bajas de los valles, debido a ser locales muy susceptibles a estas heladas deben excluirse.

En cuanto a las necesidades de agua, el avellano prefiere climas cuya pluviosidad sea del orden de los 1.000 milímetros, con primaveras lluviosas, y caracterizados por precipitaciones suficientes incluso en el inicio del verano. Como las grandes necesidades hídricas del cultivo tienen lugar en pleno verano debe valorarse la instalación de riego para que la producción sea rentable.

Siendo la polinización anemófila, los vientos suaves en la época de floración son deseables, pero los vientos fuertes en invierno pueden arrastrar demasiado el polen y en verano provocar la caída de frutos antes de la maduración. También pueden originar grande evapotranspiración, provocando la desecación de las hojas y la paralización del crecimiento de los brotes. Por todo ello, el avellano prefiere regiones abrigadas de los vientos muy fríos en invierno, no sujetas a heladas en primavera, con inicio de verano relativamente caliente, lluvias estivales regulares y humedad elevada durante todo el período de vegetación. Estas condiciones se verifican tanto en Galicia como en diversas zonas del norte de la Península Ibérica.

-¿Qué debería de tenerse en cuenta para lograr que este cultivo sea una alternativa más en el campo gallego?
-El avellano en el contexto de una fruticultura moderna es una especie interesante y es posible obtener cosechas regulares y abundantes. Para la expansión del área de cultivo y su explotación rentable es fundamental adquirir conocimientos sobre la planta, nombradamente sus exigencias edafo-climáticas, sus necesidades de nutrición, la biología de esta planta, la fenología y los comportamientos de las variedades.

En cuanto a la comercialización es preciso que exista una concentración de la producción de manera que se pueda asegurar cantidades suficientes, así como el establecimiento de circuitos de comercialización y la oferta de un producto de calidad, con una selección rigurosa y homogénea.

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