La Lei de montes veciñais en man común data del año 1989. Desde aquella, se le fueron haciendo cambios puntuales para adaptarla al marco legislativo y a las necesidades actuales, pero tras más de tres décadas en marcha, le llegó el momento de una revisión en profundidad. La Xunta inició en enero la consulta de su revisión con el Consello Forestal, un órgano consultivo de la Administración con participación de todo el sector. En cuanto se cierren las aportaciones del Consello Forestal, la Xunta abrirá un periodo de exposición y participación pública, según se anunció este viernes en el Parlamento.
Antes de la actual revisión, los últimos cambios en la Lei de montes veciñais llegaron en diciembre pasado a través de la ley de acompañamiento de los presupuestos, una normativa que con frecuencia se aprovecha como cajón de sastre para modificar múltiples disposiciones legales.
En el caso de la Lei de montes veciñais, los cambios se centraron en el supuesto de montes que se declaren en estado de grave abandono, es decir, cuando no haya una comunidad vecinal para gestionar el monte. Entonces, la Xunta pasaría a asumir su gestión pública, con posibilidad de alquilar el terreno por 50 años a empresas.
Esa opción de alquiler por 50 años es vista con reticencia por el Bloque y por colectivos como la Organización Galega de Comunidades de Montes, pues interpretan que un acuerdo de cesión de 50 años es excesivo y “un primer paso para que se acabe perdiendo la memoria del monte vecinal y este desaparezca”.
Desde la Xunta se sostiene que el mecanismo sólo busca evitar que las tierras queden en abandono y se incide en que la normativa garantiza la reversión del monte en cuanto haya una comunidad vecinal constituida que lo reclame, algo que ponen en entredicho los nacionalistas: “Si una empresa hace una inversión, con la idea de gestionar ese monte 50 años, ¿cómo se le va a devolver a los vecinos?”, se preguntan.
Iniciativa Legislativa Popular
En vista de la situación, la Organización Galega de Comunidades de Montes ha optado por iniciar la recogida de firmas para promover una Iniciativa Legislativa Popular en torno a la nueva ley de montes vecinales La Organización considera que es preciso “proteger los montes vecinales del expolio”, un expolio que atribuye a empresas de diversa índole (forestales, madereras, eólicas, mineras, etc.).
El colectivo aboga por defender el carácter germánico de la propiedad vecinal, consolidándola como propiedad diferencial, diferente de la particular y de la pública.