Encanto Natural, cómo trabaja una de las ganaderías top en genética en Portugal

Encanto Natural es una de las explotaciones de referencia en genética holstein en Portugal. Norberto Gonçalves y su hermano João están al frente de esta ganadería, ubicada en Ponte de Lima, que está modernizando sus instalaciones para garantizar un mayor bienestar animal a sus vacas y una mayor calidad de vida para ellos.

Norberto hijo está acabando sus estudios para incorporarse a la granja, garantizando así el relevo generacional necesario para dar continuidad al trabajo de mejora genética llevado a cabo por su padre y su tío en las últimas 3 décadas.

La granja cuenta hoy con 300 cabezas en total, de las que 125 son vacas en producción, otras 20 secas y el resto terneras y novillas. “Aquí hacemos mucha recría”, explica Norberto, ya que la venta de animales supone una vía de negocio importante para esta explotación. Venden tanto embriones como terneras pequeñas y novillas preñadas y esta actividad supone “un complemento importante en los ingresos”, destacan.

Ir a los concursos nos sirve para mostrar la calidad genética que tenemos en casa para después vender mejor la recría

Encanto Natural tiene en este momento el mejor animal holstein de Portugal, con 16 en conformación, 13 en ubres y 12 en patas. “Lo que más nos llena de orgullo es que tuvimos aquí a la bisabuela de este animal, a la abuela y a la madre. Procede de una familia que ya va en la quinta generación criada aquí en nuestra granja, no fuimos a comprar esa familia fuera, la hicimos nosotros aquí en la explotación”, destaca Norberto. Ocupan también los primeros puestos en los listados de las pruebas genómicas de Portugal, con un animal con 3.076 puntos de TPI.

“Nosotros vivimos de la leche del tanque”

Pero tener buenos animales desde el punto de vista morfológico no es incompatible con que den mucha leche. Al contrario, asegura Norberto. “Hoy logramos tener vacas que producen 12.000 y 13.000 litros al año sin ningún tipo de estrés por eso. Cuando yo comencé las mejores vacas que teníamos habían venido de Alemania y daban 18 y 20 litros por día; hoy si no dan eso en cada ordeño no se quedan en la explotación”, reconoce.

Producen un millón y medio de litros de leche por año, lo que supone una media de 11.600 litros por vaca, con un 4% de grasa de un 3,4% de proteína, lo que les permite recibir primas por la composición físico-química, ya que el pago por calidad en Portugal se realiza a la leche que se encuentra por encima de 3,7% de grasa y 3,2% de proteína.

Precio de la leche

Venden la leche a la cooperativa Agros, perteneciente al Grupo Lactogal, que fue el año pasado la última empresa en subir el precio de la leche en Portugal por lo que Norberto espera que ahora sea también la última en bajarlo. “La leche hace un año estábamos vendiéndola a 35 céntimos, era una situación en la que por muy bien que tú lo hicieses todo, ya no daba para pagar. Con la escasez de producción fue aumentando de precio y hoy cobramos a 58 céntimos”, explica.

Norberto defiende que las ganaderías deberían ser rentables por sí mismas, a través del precio de venta de sus productos, sin necesidad de ayudas como la de la PAC. “En nuestro caso representa poco, porque tenemos poca superficie. Yo voy más por la valorización de la materia prima, algo que ha estado olvidado hasta ahora. Esa es la forma más justa de remunerar el trabajo del productor”, dice.

Da gusto trabajar en una explotación lechera con los precios que se pagan hoy por nuestro producto

“La ayuda más importante que puede haber al ganadero es valorizar el precio de la leche. El resto, las subvenciones, son préstamos, porque el Gobierno da con una mano y quita con la otra. En este momento da gusto trabajar en el sector, porque la leche está siendo pagada a un precio que considero justo, porque los costes de producción están carísimos”, argumenta.

Por eso, a pesar de los buenos precios actuales pagados por la leche, no cree sin embargo que vaya a incrementarse mucho la producción. “Hay escasez y carestía también en los productos para la alimentación del ganado, que es un factor que también pesa mucho”, dice.

Encarecimiento de los costes de producción

“En Portugal se hacía mucho cereal, pero se dejó de hacer porque cuando el maíz estaba a 100 o 120 euros la tonelada nadie quería hacer grano, era más barato comprarlo fuera, pero ahora que sube de los 300 euros todo el mundo quiere volver a plantar cereal”, recuerda Norberto.

Europa se ha dado cuenta ahora con la guerra de Ucrania que no podemos ser dependientes de otros

Encanto Natural no tiene necesidad de comprar silo de maíz, porque cosechan suficiente para autoabastecerse, pero hay otras granjas que no logran cubrir su demanda y que han sufrido un fuerte encarecimiento en este producto básico para la alimentación del ganado. “El silo de maíz ha pasado de 5 céntimos el kilo a 10 céntimos. Si una explotación tiene que comprarlo a 10 céntimos, ¿cuánto cuesta la ración de las vacas?”, se pregunta.

“Los costes de producción se han duplicado. En el caso de los concentrados, tú comprabas la tonelada a 250 euros y ha pasado a 500 euros. El pienso dobló su precio y los fertilizantes también, un big bag que costaba 300 euros cuesta ahora 600. Lo mismo sucede con la alfalfa; yo la traigo de España, pero también dha doblado el precio, de 220 euros ha pasado a 440”, detalla.

No hemos notado subida en el recibo de la luz porque pusimos paneles solares; fue una buena inversión

En cuanto a la electricidad, dice, “ha subido mucho aquí en Portugal, se encareció un 40%”, aunque en su caso no han notado esa subida en la factura ya que pusieron paneles solares. “Fue una buena inversión, financiada con un 60% por el Gobierno”, destaca. Sin embargo, no opina lo mismo en lo que tiene que ver con los combustibles: “el gasóleo es una desgracia porque el Gobierno quiere ganar dinero con sus impuestos, es ridículo, porque llegamos a pagar a 1,30 euros el litro del gasóleo agrícola”, se queja.

Bienestar animal

La búsqueda de un mayor bienestar para sus animales ha sido desde siempre uno de los objetivos en los que se ha centrado esta explotación. “El bienestar animal es un aspecto que preocupa al productor, pero también al consumidor, al que le gusta saber que los animales son bien tratados. El mito hoy es que el productor explota a la vaca, y eso es mentira, el ganadero es el mejor amigo de la vaca. Porque nosotros somos cuidadores de ellas las 24 horas del día: les ponemos cepillos, ventiladores para que en verano tengan una temperatura fresca, les hacemos y les limpiamos la cama todos los días, etc. Al final quien es el patrón de la granja son las vacas y nosotros somos sus sirvientes”, argumenta.

El mito hoy es que el productor explota a la vaca, y eso es mentira, el ganadero es el mejor amigo de la vaca, porque nosotros somos sus cuidadores y sus sirvientes las 24 horas del día

Realmente la granja tiene que tener buenas condiciones para todos sus animales, defiende. “Nosotros tenemos las vacas que llevamos a los concursos y a las demostraciones mezcladas con las otras, las que llenan el tanque de la leche; por lo tanto, si tenemos bienestar para unas también lo tenemos para las otras”, razona.

Prevención de enfermedades

«Aquí procuramos trabajar en la prevención más que en la curación. Somos una explotación libre de enfermedades como IBR, BBD y neospora en el ganado, pero llegar hasta ese punto fue un trabajo arduo», reconoce Norberto.

«Teníamos casos de neospora en la explotación y en esos animales inseminábamos con carne o los usábamos como vientre de alquiler para embriones y de este modo logramos erradicar la enfermedad en nuestra granja», explica.

Considera que no se deben dar tratamientos o antibióticos por dar. «Debemos usarlos solo cuando hacen falta de verdad. Nosotros no vacunamos ningún animal por vacunar. Solo aquellos que van a alguna feria o concurso para no correr el riesgo de traer la dolencia para casa», cuenta.

Endurecimiento de las normativas de medicamentos

En los últimos años años se ha producido a nivel de la UE un endurecimiento en las normativas de uso de antibióticos y productos fitosanitarios, lo que complica los tratamientos en las explotaciones. “Con estas nuevas normas nos están prohibiendo usar ciertos productos que no son fáciles de sustituir porque hay casos de mamitis que si no son tratadas con antibióticos en las primeras horas es perder el animal. Quien dice defender a los animales no puede prohibir que tengamos un pequeño stock de medicamentos en las granjas porque ese animal puede enfermar de repente y nosotros debemos estar preparados para atenderlos con la ayuda de nuestro veterinario, que es el médico de cabecera de nuestros animales», señalan.

«Por lo tanto, yo considero que no dejarnos actuar de manera rápida es ir en contra del bienestar animal. Están muriendo más animales ahora que hace un año atrás por causa de estas normas. Yo pienso que un buen profesional como somos nosotros sabe cuando tiene que usar un medicamento. Nadie gasta un medicamento por gastar. Si lo usamos es porque el veterinario nos lo recomienda y porque el animal necesita de esa emergencia”, asegura Norberto.

Están muriendo más animales ahora que hace un año atrás por causa de las limitaciones de medicamentos; eso también es ir en contra del bienestar animal

«No hay riesgo ninguno para el consumidor porque no hay nadie más preocupado que el productor por los plazos de seguridad. Ningún ganadero aprovecha un litro de leche que tenga residuo alguno de medicamentos. Aunque ya hayan pasado los días de la receta, todo el mundo hace un test a esa leche antes de mandarla para el tanque», dice.

Norberto también considera contraproducente la prohibición generalizada del uso de antibióticos en el secado. “Hoy la genética está cada vez más avanzada y secamos vacas dando aún 30 litros de leche. En muchos de esos casos el antibiótico es una prevención para evitar tener que curar después. Si solo dieran 10 litros de leche era fácil secarlas solo con el sellador”, justifica.

Antes poníamos a las primerizas un antibiótico al parir como prevención, eso hemos dejado de hacerlo en el último año

«Lo que hemos cambiado en este último año es que a las novillas de primer parto, a las que poníamos un antibiótico al parir como prevención, lo hemos erradicado por completo. Ahora les damos unos bolos para ayudarles a ubrar y a arrancar mejor en la producción de leche pero no ponemos medicamentos a no ser que el parto se complique, por ejemplo por una retención posterior de placenta», detalla.

Camas de serrín

La granja tiene el apoyo técnico de la cooperativa Agros, a la que le venden la leche, para mejorar en el aspecto sanitario del ganado y en la calidad de la leche que producen. Ese asesoramiento es muy importante para Norberto.

“Estamos a la cabeza de Europa en calidad higiénico-sanitaria de la leche. En Portugal se permiten solo 300.000 células somáticas en la leche, cuando en muchos países europeos el límite es mayor y se sitúa en 400.000”, recuerda.

Estamos en el Control Lechero, que es una herramienta muy buena para identificar animal a animal

Los controles en las explotaciones para garantizar la calidad del producto son máximas. «La empresa que nos recoge la leche saca una muestra para analizar todos los días. Por tanto, si un animal fue tratado con algún tipo de medicamento, esa leche no va para el tanque sin hacer un test previo que determine que no tiene ninguna presencia de residuos del tratamiento», insiste.

«Yo llevo 30 años en esto. Cuando yo comencé ya se trabajaba muy bien en términos de calidad e higiene de la leche pero había células más altas, andábamos siempre en el hilo de la navaja de las 300.000 células porque no había una alimentación equilibrada como hay hoy ni las condiciones de bienestar animal que tenemos hoy», destaca.

Minifundio

La ganadería es atendida por Norberto y João junto con sus mujeres, que son las que ordeñan, y con la ayuda puntual de los hijos. Cuentan a mayores con un empleado y realizan ellos mismos la recría y el trabajo agrario.

“Esta es una zona de muchas parcelas y mucho minifundio. No hay ninguna granja aquí en la zona norte que tenga 100 hectáreas. Esta es una zona además de mucha tierra arrendada. Nosotros trabajamos 40 hectáreas de tierra, 35 de ellas destinadas a maíz para ensilar y 5 a cultivo de alfalfa. Lo único que se compra en la explotación es la paja y los concentrados”, indica Norberto.

Esta zona del norte de Portugal es una zona de minifundio, con fincas pequeñas

Otra parte esencial del trabajo en la granja es la recría. Las terneras son alimentadas con el calostro y la leche de la propia madre los primeros tres o cuatro días. Después son cambiadas a leche en polvo hasta el destete, que se produce entre los 3 y los 3 meses y medio de vida para que se desarrollen bien. Pasan después a estar en lotes, primero hasta los 8 meses en la propia granja y luego en otra nave hasta los 12-13 meses, la edad en la que son inseminadas. En el último lote, el de las novillas preñadas, están hasta dos meses antes de parir, cuando vuelven para la nave de producción en el lote de las vacas secas.