¿Es aconsejable incorporar los restos de poda a la viña?

En los últimos años cada vez es más común tritutar las vides después de la poda para incoporalas al viñedo, una práctica que puede incrementar los riesgos de enfermedades de la madera y de armillaria. Recabamos la opinión de tres expertos en el tema

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¿Es aconsejable incorporar los restos de poda a la viña?

En los últimos años se generalizó la práctica de triturar las vides de la poda para incorporarlas superficialmente al viñedo, básicamente por motivos económicos -abarata los costes respecto a recogerlas- y también medioambientales.

Antiguamente estas vides se solían recoger en manojos para combustible en los hogares -también para calentar hornos o forjas-, aunque también se enterraban en gavias en las viñas como abono, junto a estiércol, tojo…etc.

Sin embargo, la propagación en las últimas décadas de las llamadas “enfermedades de la madera”, la principal causa de muerte de vides en este momento, pone en cuestión estas prácticas. Recabamos la opinión de tres expertos en la materia: Rosa Pérez Otero, de la Estación Fitopatológica de Areeiro; Francisco Rego González, investigador jubilado de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia ( EVEGA) y Joaquín Martínez Rodiño, responsable técnico de viticultura y mecanización en Bodegas Martín Códax.

Rosa Pérez Otero: “Desde el punto de vista fitosanitario lo mejor es quemar las vides”

Rosa Pérez Otero advierte de que “desde el punto de vista fitosanitario, no es recomendable la incorporación de restos de poda al suelo porque estos restos constituyen fuentes de inóculo no solo para algunos de los hongos implicados en el complejo de enfermedades de madera, sino también de Armillaria, por ejemplo”.

“Y hay que tener en cuenta que la mayoría de estos hongos pueden conservarse en esos sustratos durante largos períodos de tiempo, con lo que la incorporación continuada de restos  leñosos agrava el problema”, añade.

La jefa de la unidad de Fitopatología de la Estación de Areeiro reconoce que “la recogida y quema de los restos no es una labor barata para el viticultor pues requiere de mano de obra y medios materiales, pero desde el punto de vista sanitario es lo más recomendable”.

Francisco Rego González: “Es imprescindible realizar un ensayo sobre los efectos de incorporar los restos de la poda al viñedo”

Francisco Rego González, investigador jubilado de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia ( EVEGA), y con muchas décadas de experiencia en el cultivo de la vid, reconoce que “lo que pueda decir sobre este tema es solo una opinión personal, porque falta realizar un estudio serio, con ensayos a 10 o 15 años, para ver los efectos que tiene sobre el viñedo incorporar los restos de poda”.

“Evidentemente que quemar las vides sería la medida más higiénica, y si se opta por tritularalas e incorporar esos restos superficialmente, hay un proceso de metabolización que acaba aportando materia orgánica y nutrientes al suelo”, explica.

En este sentido, recuerda que “antes los viticultores incorporaban las vides a la viña: primero abrían las gavias y dejaban pasar tiempo para que la tierra se oxigenara, y luego se incorporaba estiércol bien compostado, tojo y vides y no había tantos problemas de enfermedades de la madera porque se tenía más cuidado a la hora de hacer los cortes en la poda y también porque en cada viña había un ecosistema propio, con miles de bacterias”.

A este respeto, el ex-investigador de la EVEGA advierte que, en su opinión, el problema de las enfermedades de la madera “más que a incorporar o no las vides, se debe a un cúmulo de factores, que van desde hacer mal los cortes en la poda, compactar demasiado el suelo, y sobre todo, la alteración del ecosistema por organismos que vienen de fuera a través de plantas que no se sabe de donde proceden y pueden traer tipos de armillaria, de escoriosis o de yesca diferentes”.

“Cuando alteras el ecosistema por organismos que vienen de fuera es donde pueden aparecer problemas”, concluye.

Joaquín Martínez Rodiño: “Llevamos 15 años triturando las vides en la viña y no tenemos más problemas de enfermedades de la madera”

Joaquín Martínez Rodiño, responsable técnico de viticultura y mecanización en Bodegas Martín Códax, explica que llevan 15 años triturando las vides de poda y asegura que “no observamos un incremento de las enfermedades de la madera con respecto a cuando sacábamos todos los restos de poda y los quemábamos”.

“Para evitar problemas fitosanitarios, cuando detectamos una planta que manifiesta síntomas de enfermedades de la madera la marcamos ya durante la primavera o verano. Esas son las que primero podamos, y de ellas sí que retiramos todos los restos de poda y los quemamos, un proceso que supone un promedio de 20 horas más de trabajo por cada hectárea de viñedo”, explica.

Los demás restos de poda son triturados finalmente e incorporados al suelo para su descomposión. “Lo hacemos así por un tema económico de ahorro de costes, pero también medioambiental de sostenibilidad, pues estamos fijando carbono, incorporando materia orgánica al suelo y evitando emisiones de CO2”, concluye.

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