‘Es el momento de impulsar nuestra industria alimentaria’

Artículo de opinión del director general de la cooperativa Clun, Rafael Prieto

Rafael Prieto, director xeral de Clun.

Rafael Prieto, director xeral de Clun.

Las crisis, por su propia naturaleza, hacen que nos centremos en lo más primordial y, por tanto, suelen revitalizar el conjunto de la actividad agroalimentaria. Así ocurrió en la recesión del 2008 y, aunque no tenemos un antecedente comparable, todo lleva a pensar que en plena crisis sanitaria ocasionada por el Coronavirus suceda lo mismo. Por el momento, con “media humanidad” confinada, las industrias agroalimentarias están organizándose en medio de grandes dificultades para que en nuestras casas no falten los alimentos y son actividad esencial y prioritaria.

Es en circunstancias tan dramáticas como éstas cuando mejor se puede valorar la importancia de tener una “soberanía alimentaria” que tristemente no alcanza a otros productos que se han vuelto esenciales como las mascarillas, que tenemos que importar en casi su totalidad.

Galicia posee condiciones ambientales, recursos naturales, materias primas de excelente calidad, reconocimiento y tradición que le confieren potencial suficiente para ser un actor clave en la producción alimentaria en España. Sin embargo, estas excepcionales características naturales no se ven acompañadas en igual medida por la capacidad de transformación, la de negociación con las comercializadoras y la de llegar al consumidor a través de marcas y proyectos suficientemente competitivos en el actual entorno globalizado.

«Es en circunstancias tan dramáticas cuando mejor se valora la importancia de la ‘soberanía alimentaria’, que tristemente no tenemos en otros productos, como las mascarillas»

Si siempre lo ha sido, éste es el mejor momento para unir fuerzas a lo largo de toda la cadena de valor y contribuir todos al fortalecimiento de una actividad clave; y para la que estamos especialmente bien preparados. El conjunto de nuestros ganaderos, con su esfuerzo, su capacidad de emprendimiento y su profesionalidad, ya ha demostrado estar a la altura de las circunstancias en momentos delicados anteriormente.

Nos toca ahora a los agentes transformadores y comercializadores armar una estructura robusta y proyectos sólidos que vertebren el futuro de nuestro medio rural y lo hagan más resistente a las adversidades. A la industria láctea, sea de estructura cooperativa o no, nos toca poner todo de nuestra parte para mantener el insuficiente y frágil equilibrio conseguido en estos últimos años en el reparto del valor de nuestra cadena de transformación y comercialización.

«No es razonable aprovechar la leche excedente de otros países, que hoy abunda en el mercado a precios irrisorios, para hundir los aun exiguos precios que hoy reciben nuestras granjas»

Es momento, más que nunca, de pensar en Galicia, en nuestra gente, y en dejar el máximo valor posible en nuestra tierra para que ayude a enderezar la difícil situación que se avecina. No es “razonable” aprovechar leche excedente de otros países, que hoy abunda en el mercado a precios irrisorios, para generar el hundimiento de los aun exiguos precios que hoy reciben nuestros ganaderos por su trabajo.

A los comercializadores, a todos ellos, les pediría lo mismo: que no intenten sacar ventaja frente a sus competidores vendiendo leche a precios que saben no son sostenibles y que están arruinando a nuestros productores locales, que son una parte muy importante de la economía de Galicia, que luego debe consumir también en sus establecimientos.

«El consumidor tiene fácil apoyar la leche gallega, pues existe un sello, Galega 100%, que certifica el producto de nuestra comunidad»

Y en su defecto les pediría que comuniquen muy claramente los orígenes y las diferencias de los productos que comercializan para que el consumidor, soberano y responsable, pueda elegir con toda la información en su mano.

Estos días hemos conocido el acuerdo de la Consellería do Medio Rural con los principales operadores de la distribución gallegos para comercializar parte de la producción agraria ante el cierre de los principales canales de consumo fuera del hogar.

Ojalá nuevas iniciativas puedan seguir a ésta en muchos de nuestros productos. Y por último, a los consumidores también les pediría, aun en este momento de extrema dificultad económica que, en la medida de sus posibilidades, apoyen a los productores locales; de leche y de cualquier otro producto. En la leche es muy fácil, pues existe un sello, “Galega 100%”, que certifica el producto gallego.

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