“Mis abuelos tenían vacas en San Xiao de Mos, aunque mis padres se dedicaron a otra cosa, pero a mí siempre me gustó esto, por eso estudié ingeniería agrónoma”, explica Jesús Blanco, responsable de Granxa Xustás SL, en el ayuntamiento de Cospeito.
Se trata de una ganadería constituida en el año 2000 por varios vecinos que con el paso de los años retornó a la estructura de una granja familiar. “Mi suegra, cuando de jubilaron los socios que tenía en la SAT, me ofreció la posibilidad de incorporarme al proyecto. Yo en ese momento estaba planteándome hacer otra nave de pollos pero preferí diversificar”, explica.
Hoy, a sus 40 años, además de las dos granjas avícolas en las que cría 450.000 pollos al año, Jesús está ampliando la de vacuno de leche para llegar a las 200 vacas en producción. Su filosofía es clara: diversificar para no depender de una única fuente de ingresos. “Queremos seguir compaginando la producción de leche con la venta de forraje y tratar de ser cada vez mejores en la parte agrícola”, dice.
Mis padres no fueron ganaderos, pero mis abuelos tenían vacas en San Xiao de Mos y yo estudié Ingeniería Agrónoma porque era algo que me gustaba
Cultivan 105 hectáreas de superficie, en las que labran maíz y también girasol. El girasol lo siembran en las fincas más secas y lo ensilan para ellos para poder vender el maíz que les sobra a otras explotaciones.
Otra fuente de ingresos es la venta de los terneros de cruces cárnicos (azul belga y angus), que tienen hasta que cumplen las 5 o 6 semanas. “Es la manera de poder sacarles un poco más, una media de entre 400 y 500 euros, que al final del año multiplicado por el número de animales de cruce que salen de una granja como la nuestra es dinero”, dice Jesús.
Cuarto robot
En la actualidad cuentan con 170 vacas en producción y están creciendo en recría para instalar un cuarto robot este año, con el objetivo de superar los 3 millones de kilos de leche y lograr una ratio de 1 millón de kilos por trabajador.
Nuestro futuro pasa por la instalación del cuarto robot de ordeño, con el que vamos a superar la ratio de un millón de kilos de leche por UTA
“Con los 3 robots y 170 vacas se están haciendo ochocientos y pico mil litros por robot, que suman unos dos millones y medio de litros al año y con el cuarto robot queremos llegar a los 3 millones de litros, un millón por cada UTA que trabajamos en la granja”, argumenta.
La explotación es atendida solo por 3 personas: Jesús, su suegra y 1 empleado. Para poder centrarse en la atención del ganado en producción y ser capaces de asumir la carga de trabajo, tienen la recría en centros externos y contratan también la realización de la mayor parte de los trabajos agrarios.
Entre los planes futuros de Granxa Xustás está también ampliar la fosa del purín para tener mayor capacidad de almacenamiento e incrementar la producción forrajera. La toma y análisis de datos, tanto a nivel de granja como en las fincas agrarias, les está permitiendo alcanzar una mayor eficiencia.
Comida fresca dos veces al día
Los animales de producción los tienen en este momento divididos en dos lotes: en uno están las primerizas y en el otro las multíparas y disponen de carro mezclador propio, lo que les permite hacer las raciones más a menudo (dos veces al día para las vacas en producción y una vez al día para el lote de vacas secas).
Tenemos arrimador, pero haciendo el carro también por la tarde logramos un kilo más de ingesta por vaca
“Por la mañana limpiamos de todo el pesebre antes de depositar la comida y por la tarde, si ya la comieron toda volvemos a limpiar y sino lo que hacemos es juntar la comida sobrante y volver a echar comida nueva en el resto del pesebre”, explica Jesús.
Al comer más forraje están más preparadas para el pienso del robot y se reducen los problemas de acidosis
“El doble carro a nosotros nos funciona muy bien; para mí tiene varias ventajas: por un lado logras una mayor ingesta, de un kilo de materia seca más, y por otro lado al comer más forraje están también más preparadas para asumir el punteo de pienso del robot, por lo que los problemas de acidosis se reducen mucho; se ve incluso a simple vista en los excrementos, que son más consistentes”, destaca.
Tener dos momentos al día en los que poder trabar a las vacas te facilita el manejo
Además, al volver a ir todas las vacas a comer otra vez cuando hacen el carro de la tarde, les permite tener dos momentos al día en los que trabarlas, lo que facilita el manejo. “Para mí es algo muy rápido y cómodo, por ejemplo para inseminar alguna o para aplicar tratamientos”, indica.
La media de producción supera los 45 litros
La producción por vaca y lactancia es de 14.002 litros a 305 días, con un 3,69% de grasa y un 3,21% de proteína y una media de 202.000 células somáticas. “Nos movemos entre los 46 y 47 kilos de media de producción. Llegamos a los 50-52 kilos en invierno pero bajamos a 44 cuando viene el calor en los meses del verano”, reconoce Jesús.
Producen unos 8.000 litros diarios y entregan la leche a Larsa
En este momento producen unos 8.000 litros diarios, con una media de 47,7 kilos por vaca y día y unos porcentajes de sólidos del 3,80% en la grasa y 3,35% en la proteína. La media de visitas al robot es de 3,1 al día por vaca, con un 12% de tiempo libre. “Nuestra idea es llegar a las 200 vacas en ordeño, 50 por robot, no nos queremos ir a más”, explica.
Recría externalizada
La recría está externalizada, una parte en el centro de Recría Castro y otra en el Rancho Las Nieves de Zaragoza. Cuentan en este momento con un número elevado de animales de recría, unos 110, en previsión de cubrir las necesidades del cuarto robot.
“Nuestra idea ahora es estabilizarnos en el número de animales cuando tengamos el cuarto robot a plena capacidad”, avanza. En cuanto a las instalaciones, su intención de cara l futuro es hacer únicamente pequeñas mejoras necesarias.
Nuestra idea ahora es estabilizarnos en el número de animales cuando tengamos el cuarto robot
“Queremos hacer una nueva fosa para el purín para tener más capacidad de almacenaje o pensar en instalar algún sistema de humidificación y ventilación en la nave de producción, que va a cumplir ya 25 años, para paliar los efectos del calor en verano porque es cierto que las temperaturas son cada vez más altas y aunque es una nave abierta por los lados y aquí da bastante el viento norte, en verano siempre se produce una bajada de producción que puede llegar a los 5 o 6 litros por vaca”, reconoce.
Pensando siempre en el bienestar animal
En las últimas ampliaciones llevadas a cabo en las instalaciones, tanto la hecha para las secas como para las vacas en producción, optaron por instalar separadores de cubículos flexibles, buscando mayor comodidad para el ganado.
“Habiendo esto en el mercado hoy, pienso que poner hierros es un atraso. A la cornadiza flexible, que nosotros pusimos en el lote de secas, sí que no le veo tanta utilidad; no veo que coman más y complica el manejo a la hora de cogerlas”, dice.
A la vaca le da igual si la estructura va montada en hierro u hormigón; solo entiende de tener una cama buena
El espacio para las vacas secas “es una nave funcional pero low cost”, describe. “La vaca no entiende si la estructura va montada en hierro u hormigón, entiende de tener una cama buena, con un buen material, que se la rellenes con frecuencia y que se la muevas todos los días; pero que la viga sea de hierro o de hormigón eso a la vaca le da igual”, argumenta Jesús.
Veíamos que cuando se acumulaban muchos animales en el lote de vacas secas cogían peor el pico de lactación al parir, por eso decidimos ampliarles el espacio y darles mayor confort
Esa zona con 45 camas para el lote de vacas secas fue “una inversión pequeña pero muy rentable”, dice. “El dinero que gastas en eso se recupera con creces cuando paren. Antes cuando empezaba a haber un número importante de animales, porque venían novillas de los centros de recría, por ejemplo, veíamos que al parir las vacas cogían el pico de lactación peor y teníamos algún caso de retención de placenta, aun sin tener grandes problemas. Fue cuando decidimos medir la rumia y vimos que había que darles más comodidad al lote de secas para que llegasen en mejor estado al momento del parto”, explica.
Granjas de pollos
Aunque lo más frecuente en Galicia, sobre todo en comarcas como O Deza en Pontevedra o la zona de Friol en Lugo, es que sean las explotaciones lecheras las que monten después alguna nave avícola, Jesús hizo el camino inverso. Él empezó como ganadero con granjas de pollos y de ahí se pasó a la leche. “La avicultura me permitió comprar el 50% de la granja de vacas de leche, ese dinero se generó en la granja de pollos”, admite.
Las dos naves avícolas que tiene están en la parroquia de Duarría y tienen capacidad para 60.000 pollos cada 45 días. “Trabajamos con el sistema de integración, es un trabajo muy constante y, aunque está todo muy mecanizado y tienes muchas alarmas, tienes que estar muy pendiente de todo siempre, porque un fallo en cualquier cosa puede hacer que no sea rentable el negocio”, asegura.
Las dos naves avícolas tienen capacidad para sacar 60.000 pollos cada 45 días
“Al estar en un sistema de integración en las granjas de pollos tienes mucha menos libertad para hacer cambios. Es una crianza muy rápida y los contratos están vinculados a los índices de conversión que alcanzas, así que no te puedes permitir fallar en nada. En las vacas puedes probar cosas nuevas; los pollos, en cambio, no te dejan margen a hacer ningún cambio”, reconoce.
Aunque son gestionadas de manera independiente, Jesús trata de rentabilizar las sinergias entre sus dos actividades. “El estiércol que producimos en las granjas de pollos es el que usamos luego para abonar el maíz que cultivamos en las fincas de la explotación lechera”, cuenta.
Planta de biogás
Granxa Xustás SL cuenta también, desde el año 2010, con una planta y biogás, la segunda que se instaló en Galicia. Jesús defiende que es un buen sistema de producir energía, tanto para cubrir las necesidades de la propia granja como para vender los excedentes a la red, por lo que anima a las granjas de nueva creación a valorar la instalación de una planta de este tipo. “La ventaja de este sistema con respecto a las placas solares es que tú puedes acumular el biogás en el digestor para producir la electricidad en los momentos de mayor consumo de la granja o cuando el precio de la luz es más caro”, explica.
En este momento la planta no tiene capacidad para tratar todo el purín generado en la explotación, ya que se hizo cuando había menos vacas en la explotación y fue quedando pequeña a medida que el número de cabezas iba aumentando. “A día de hoy hay parte del purín que producimos que no es capaz de absorber la planta, que tiene una potencia de 50 kW y estaría pensada para unas 100 vacas. Una granja que produzca 8 metros cúbicos de purín al día es el ideal para una planta como esta”, asegura.
Cuenta con una potencia de 50 kW y nació como una planta experimental para replicar esa tecnología en otras granjas
De la gestión integral de la planta, así como de su mantenimiento, se encarga la empresa Norvento, que paga a la ganadería un canon anual por la ocupación del espacio y la utilización del purín. Emplea únicamente como materia prima residuos orgánicos generados en la explotación, tanto purín como restos de comida, silo en mal estado o el estiércol de los boxes de los terneros. “No se compran insumos fuera para echar a la planta de biogás”, aclara Jesús.
La fosa donde se almacena el purín fresco que sale de las arrobaderas cuenta con pendiente y un sistema de decantación para que vaya quedando en él la arena que utilizan como material de relleno en los cubículos. “Eso se hizo a posteriori, viendo los problemas que daba la arena se le buscó esa solución”, indica.
Lo difícil es filtrar y purificar bien el metano que sale del digestor; ahí es donde está la clave de este sistema
Se trata de una planta de monodigestor, por lo que dependiendo del tiempo de maduración que permanezca el purín en ocasiones no es capaz de extraerle todo el metano, algo que sí se lograría con un doble digestor colocado en serie.
El digestor cuenta dentro con un agitador y fuera con una antorcha que regula la presión quemando los gases sobrantes. Para purificar el metano tiene un sistema de filtrado (compuesto por un sistema de soplado que le saca el CO2 y los gases nitrogenados y por un filtro de carbono) para que el biogás llegue lo más puro y limpio posible (99%) al motor de cogeneración que produce la electricidad. A mayores hay una caldera que sirve para regular la temperatura interna del digestor y para proporcionar agua caliente sobrante para la granja.
“El purín es un recurso muy desaprovechado”
El purín es un recurso que tenemos las explotaciones y que muchas veces se convierte en un problema. Se le da únicamente un valor como fertilizante pero también puede aprovecharse su poder energético, ya que hay mucha energía también contenida en él que se puede aprovechar sin perjudicar su valor fertilizante, al contrario, mejorando incluso su uso como abono, porque en el proceso de fermentación mesotérmica en el digestor se alcanza una temperatura que sirve para desnaturalizar las semillas de malas hierbas, por ejemplo, que no vuelven para la tierra, porque es como si sometieses el purín a un proceso de pasteurización”, compara.
El purín es un recurso que tenemos en las explotaciones que hay que tratar se sacarle el máximo provecho posible
“Para mí el producto resultante es mucho mejor que el propio purín, porque no pierde poder fertilizante pero es más fácil de aplicar, porque no genera costra ni hay que batirlo”, explica.
El digestato intentamos reservarlo para las praderas; para eso es un abono buenísimo
“El material digestado lo empleamos sobre todo para abonar las praderas. Hacemos una primera aplicación cuando la hierba es pequeña y después cuando tocaría abonar para ensilar, en vez de usar un nitrato amónico u otro tipo de fertilizante químico, volvemos a entrar con la cisterna y hacemos una nueva pasada con digestato. Para eso es un material fantástico. Nosotros lo echamos con la cisterna del purín, con los tubos colgantes, de manera que no se mancha la hierba y se aplica cerca de la raíz, por lo que la planta lo absorbe de manera inmediata. Se nota muchísimo en el crecimiento, además del ahorro económico, claro, porque para los cortes de ensilado usamos solo eso, no echamos abonos químicos”, aclara.
“Queremos ir comprando las fincas que tenemos en alquiler; para nosotros las tierras en propiedad son uno de los mejores activos que tiene una granja”
Uno de los objetivos primordiales de esta explotación a corto y medio plazo pasa por ir transformando todos aquellos alquileres de fincas que tienen en propiedad. “Para nosotros las tierras en propiedad son uno de los mejores activos que tiene una granja”, asegura Jesús.
Por eso, todos los años parte de los ingresos que genera la explotación los invierten en comprar tierras. “Lo que tratamos sobre todo es ir haciéndonos con aquellas fincas que llevamos en arrendamiento, tratamos de no competir con otras explotaciones que hay en esta zona y que están también creciendo y necesitan superficie”, aclara.
Una maquinaria que compras hoy puede ser muy buena pero dentro de unos años es chatarra; las tierras, sin embargo, dentro de 20 años seguirán produciendo maíz
Manejan en este momento unas 105 hectáreas: 30 a pradera permanente y el resto en rotación, en las que el cultivo de invierno se reparte en 35 hectáreas a hierba, 25 a nabos, 5 con mezcla de leguminosas para enterrar y 10 sin cultivo, y el cultivo de verano entre 55 hectáreas de maíz y 22 de girasol. “Logramos una producción de 40 toneladas por hectárea de girasol, que ensilamos al mismo tiempo, mezclado con el maíz”, explica.
En el uso de la maquinaria buscan también la mayor eficiencia. “Hay trabajos que hacemos nosotros y otros que contratamos. Por ejemplo, el purín y el estiércol lo movemos nosotros y en la cosecha de hierba segamos nosotros las fincas pequeñas pero en las grandes subcontratamos la siega. Para labrar el maíz pasamos nosotros la grada rotativa pero arar y sembrar lo contratamos, igual que el picado para ensilar tanto la hierba como el maíz”, explica.
Semen sexado en las novillas y cruces cárnicos en las vacas
Junto con las tierras, las vacas son otra de las cosas importantes que tiene una granja, asegura Jesús. Por eso llevan años tratando de mejorar el nivel genético del rebaño, algo para lo que dice que les sirvió mandar a las terneras a centros de recría, donde cuentan con instalaciones idóneas, rutinas de manejo y personal formado.
En las novillas que tienen en los centros de recría ponen todo semen sexado para garantizar el reemplazo que precisa la explotación. Jesús prefiere toros americanos o canadienses. “No nos obsesionamos con los índices. Buscamos vacas correctas morfológicamente que sean productivas y, sobre todo, longevas. Tenemos vacas con muchos partos”, afirma.
Estamos en una tasa de reposición de un 30% y eliminamos un 20%, esa diferencia nos da para crecer
En las vacas adultas ponen casi todo cruces cárnicos, usando semen tanto azul belga como angus. “Como tenemos vacas muy longevas, nuestra tasa de reposición es muy pequeña y eso nos permite poner el 90 o 95% carne”, argumenta.
“Hubo algún año en el que vendimos hasta 20 novillas, pero arriesgas mucho más, porque estás criando un animal durante dos años para ganarle 500 euros y un ternero azul belga algo bueno que crías durante mes y medio casi te los deja”, compara.
Tener los animales de cruce durante ese tiempo en la explotación incrementa la carga de trabajo de la granja “pero al no tener la recría en casa podemos asumir ese trabajo extra”, dice Jesús.