Escenario de la EHE y de la lengua azul ante las vacunas

La lengua azul y la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) tienen características similares y actualmente siguen presentes en la cabaña ganadera de la Península, especialmente la EHE desde el pasado año. Sobre estas enfermedades se desarrollaron dos ponencias en una jornada de Proecogal. Una a cargo del profesor de Sanidad Animal de la Universidad de Santiago de Compostela, Alberto Prieto, quien realizó la ponencia bajo el título ‘Enfermedades transmitidas por Culicoides… ¿Qué sabemos realmente?’; y otra del veterinario y ganadero Enrique Gutiérrez, que mostró su experiencia con la EHE. Ambos ponentes formaron parte de la jornada formativa organizada por la asociación Proecogal, que tuvo por objetivo dotar al sector de herramientas para afrontar los retos de la producción en ecológico.

¿Cómo se desarrollan los Culicoides?
Para abrir la ponencia, Alberto Prieto explicó que los Culicoides, también conocidos como jejenes, “no se pueden definir como mosquitos en sentido estricto ni tampoco como moscas”. Tienen un tamaño de 1 a 3 mm y son exófilos, es decir, prefieren estar en el exterior. Tienden a estar más activos en las horas de crepúsculo (amanecer o atardecer) y son malos voladores, “pero como son pequeños y ligeros se ven arrastrados fácilmente por las corrientes de aire y eso facilita que se diseminen de unas localizaciones a otras”.

En cuanto a su ciclo de vida, el profesor indicó que las hembras grávidas, cuando realizan la puesta, colocan una cantidad de huevos variable, pero siempre en materia orgánica con alto contenido de humedad. Los huevos tardan en eclosionar desde horas hasta días, dependiendo mucho de la humedad y de la temperatura del medio. Cuando los huevos eclosionan, sale una pequeña larva que realiza cuatro mudas. El periodo también es variable. “Una característica curiosa es que en el estadío número cuatro, el culicoide es capaz de invernar, por lo tanto, esa es la manera en la que sobreviven al invierno hasta que las condiciones climáticas son favorables y vuelven a emerger”.

Los adultos se alimentan, fundamentalmente, de néctar hasta el momento de la cópula. Después de la cópula los machos se mueren y las hembras viven varias semanas y necesitan sangre para poder realizar la puesta de huevo. “Así localizan a animales, se alimentan de ellos, obtienen esa sangre y en ese momento pueden transmitir diferentes infecciones, fundamentalmente víricas”, aclara el profesional. A través de este mecanismo, una hembra puede infectarse en la primera ingestión de sangre, y después en la segunda si se encuentra con un animal no infectado puede transmitirle los patógenos.

Comportamientos y enfermedades que transmiten
Los culicoides buscan materia orgánica con humedad, principalmente heces, purines, etc., “no tanto la parte líquida, sino los márgenes, porque necesitan que sea una materia con cierta consistencia”. Prieto indica que una zona típica en el ganado en extensivo es debajo de los árboles donde los animales buscan sombra, ya que ahí orinan las vacas.

No hay protección cruzada entre diferentes serotipos de la lengua azul y EHE

En cuanto al comportamiento, se indica que el vector se puede encontrar desde febrero- marzo, hasta noviembre, dependiendo de las condiciones climáticas y de la región.

En años en los que hay calor, alta humedad y poco viento estarán más activos. “Si estamos en una zona donde sopla mucho el aire tienen más difícil poder posarse sobre un animal, pero esos días de calor en los que casi no sopla el aire nos los encontraremos más”.
Son transmisores de multitud de enfermedades y, especialmente, de las producidas por arbovirus. Dentro de estas, se pueden destacar las mencionadas lengua azul y EHE en el ganado, pero también la peste equina africana en caballos o la fiebre Oropuche en humanos, si bien estas no están presentes en España.

La EHE y la lengua azul
La EHE y la lengua azul son enfermedades producidas por el mismo género de virus, con gran capacidad de mutación y de recombinación, y eso permite que desarrollen un gran número de serotipos o variantes diferentes. En lengua azul se conocen más de 30 serotipos distintos y en EHE, hasta la fecha, 7 diferentes. En cuanto a las mutaciones, que son muy frecuentes, lo que hacen es cambiar los antígenos presentes en el virus. Esto está muy relacionado con la protección, porque si hay un animal que ha sufrido la infección o que está vacunado contra un serotipo concreto va a tener anticuerpos específicos contra esos antígenos que le permiten unirse al virus y bloquearlo. Sin embargo, si aparece un serotipo nuevo, muta o cambia, esos anticuerpos ya no son capaces de unirse a esos antígenos que hay en la superficie, dado que la unión entre ambos debe ser específica. De esta forma, los anticuerpos existentes ya no son capaces de bloquear al virus y el animal enfermará.

Este hecho es el responsable de que no exista la protección cruzada entre los diferentes serotipos de estos virus. “Hoy en día tenemos en España, por ejemplo, serotipo 8 en hemorrágica, pero en Marruecos tenemos el 6. Si el año que viene entra el 6, todo lo que vacunemos este año frente al serotipo 8 no nos va a valer para nada porque no hay protección cruzada. Por eso nos están vacunando de serotipo 4 en lengua azul, cuando anteriormente ya nos habían vacunado de serotipo 1 y 8”, aclara el profesional.

Puede haber porcentajes de animales infectados muy bajos, o hasta el 100 % de los animales infectados

El ciclo de transmisión es relativamente sencillo: Un mosquito no infectado se encuentra con uno de estos reservorios (vaca, ciervo, etc.) que está infectado, le pica y adquiere la infección. Luego de un pequeño período de incubación se vuelve infeccioso y cuando busca su siguiente alimento, si se encuentra con un animal no infectado le puede transmitir el virus. Así se cierra el ciclo.

Factores de riesgo
La transmisión intrarrebaño, que es la capacidad de dispersarse la enfermedad en el establo, es muy variable. Al ser transmitida por vectores, depende mucho de los animales, del contacto que tengan con el vector y de otros muchos factores. “Podemos tener porcentajes de animales infectados muy bajos, o hasta el 100 % de los animales infectados, si estamos en una zona donde haya muchos culicoides y mucho reservorio alrededor”, indica Prieto.

La buena noticia es que son enfermedades que frecuentemente tienden a volverse endémicas con el tiempo, entonces el primer año la incidencia de la enfermedad es más elevada y los años siguientes suelen ser relativamente más relajados, sobre todo en las zonas donde ha habido casos en la temporada anterior.

Uno de los factores a tener en cuenta es la adquisición de animales porque hay que tener en cuenta que los animales son el reservorio principal. “Si yo compro una vaca que no tiene ninguna sintomatología, pero viene infectada con un serotipo 4 de lengua azul o 8 de EHE y la meto en mi rebaño y hay población de culicoides, ahí ya cierro el círculo para la transmisión de estas enfermedades”.

Situación de las enfermedades
En el caso de la EHE llegó a Europa en 2022 (noviembre). Entre las primeras notificaciones en Italia y España hay una semana de diferencia. En los dos casos se notificó un serotipo 8 y ese serotipo era igual al que circulaba de Túnez. En Marruecos o Argelia, otros países más próximos a nosotros, se dice que solo hay serotipo 6, por lo tanto, el serotipo 8 que acaba de entrar procede de Túnez. Lo más probable del motivo es el movimiento de animales. “Un barco que vendría por vía marítima, que fue parando por diferentes países”.

En septiembre de 2023 llegó a Galicia y los puntos se fueron multiplicando masivamente. La comunicación de casos se realizó por comarcas (257 comarcas afectadas en total), pero los focos probablemente fueron miles. En esta nueva temporada, los primeros datos son del mes pasado. Se han comunicado tres focos (Guadalajara, Ourense y Salamanca).

El caso de la lengua azul es un poco menos preocupante, desde mi punto de vista. En España tenemos el serotipo 1 y 8 y también el 4, que es el más frecuente desde hace años en nuestro país. En 2015 fue un año grave. En 2021-22 volvió a emerger. En 2023 se detectaron 51 focos en todo el país (3 en A Coruña).

En cuanto a reducir la transmisión, hay insecticidas, pero tienen efecto limitado

Sintomatología y control
Normalmente en estas enfermedades, tanto lengua azul y hemorrágica, el cuadro subclínico es el más frecuente. “Nos encontramos con muchos animales infectados que no sufren ninguna patología, que no vemos ningún signo, pero son problemáticos desde el punto de vista de que actúan como reservorio”, recalca el profesional.

En algunos se pueden encontrar signos como lenguas hinchadas, o el trato intestinal, etc. En menor medida, el cuadro es agudo y se ven problemas en las patas. Otros son ya fulminantes. En la zona del paladar pueden aparecer úlceras. Uno de los signos más llamativos son los edemas en las lenguas, con gran aumento de tamaño, de tal manera que hay animales que casi no les coge la lengua en la boca. Hay que tener en cuenta que emplean la lengua para todo, especialmente para beber, por lo que los animales afectados se deshidratan con facilidad.

Como en todas las infecciones víricas, no existe un tratamiento específico contra el patógeno. Lo que se puede aplicar dar es un tratamiento sintomático para que el animal se encuentre lo mejor posible dentro de los signos. Antiinflamatorios, rehidratar, en el caso de las úlceras se puede utilizar algún tipo de antiséptico como la clorhexidina. Si se sospecha de una infección bacteriana secundaria, se puede añadir un antibiótico.

Para el control de la enfermedad existen dos pilares fundamentales. “Uno de ellos es tratar de reducir la trasmisión. Puede intentarse reducir el número de culicoides en el medio, o tratar de evitar que nuestros animales entren en contacto con ellos. El segundo es mejorar la inmunidad del animal, con vacunación o con control de otros procesos que tengo en la granja. Por ejemplo, si tengo un BVD ya tengo un problema inmunosupresor en mi granja, si entra una hemorrágica me va a causar más problemas que un estable con una inmunidad fuerte, de la misma manera que si tengo animales parasitados o cualquier otro tipo de patología a nivel de rebaño”.

En cuanto a reducir la transmisión, hay insecticidas, pero tienen efecto limitado. Los repelentes, según este experto, también funcionan bien pero sólo se pueden utilizar en équidos no destinados a consumo, porque en las especies dedicadas a la producción de alimentos están totalmente prohibidos.

Los animales estabulados de manera permanente probablemente tienen menos riesgo, pero al final los culicoides acaban entrando también en los establos, especialmente cuando las condiciones exteriores no son favorables. Aun así, es necesario intentar mantener las inmediaciones de la granja lo más limpias posible y evitar acumulación de barro y materia orgánica. El drenaje en pastos puede ayudar en casos de terrenos demasiado húmedos o que tienden a encharcarse.

En cuanto a la vacunación frente a ambas enfermedades, no hay inmunidad cruzada de unos serotipos con otros. Así, si el serotipo 8 de lengua azul ,que ha emergido recientemente de nuevo en Cataluña se extiende a otras comunidades habrá que vacunar los animales frente a este serotipo, además de la vacunación que se está realizando frente al 4 y el 1. “También recalcar que si vacuno de EHE no protejo de lengua azul”, indica. Actualmente, existen vacunas para lengua azul para los serotipos que hay circulando (1, 4 y 8) y para la EHE han autorizado recientemente una, que se empezará a comercializar en agosto. “A día de hoy, las vacunas son la mejor herramienta que tenemos, aunque es verdad que pueden producir algunos efectos secundarios incluso a largo plazo”, indica el profesional a raíz de un debate generado durante la ponencia. Algunos profesionales presentes alertaron de casos en los que los animales, tras ser vacunados y con la presencia de otras enfermedades, la reacción a otros tratamientos fue preocupante.