Escenario de la industria del eucalipto en Galicia tras la sentencia del caso Ence

El fallo del Tribunal Supremo consolida el futuro de la planta de Lourizán y le aporta seguridad jurídica a la compañía, que anuncia nuevas inversiones productivas en Pontevedra. Los grandes desafíos para la actual y futuras plantas pasteras de la comunidad pasan por el cierre del ciclo del papel en Galicia, la creación de una biorrefinería de lignina y líneas de fibras textiles

Escenario de la industria del eucalipto en Galicia tras la sentencia del caso Ence

Si el fallo del Tribunal Supremo sobre la continuidad de la planta de Lourizán se confirma como definitivo, se cierra una incertidumbre de décadas sobre el futuro de la instalación, con independencia de que continúe el debate social y político. Ence tenía en los últimos años bloqueadas nuevas inversiones productivas en Pontevedra, a la espera de definir el futuro de la planta, pero ya anuncia 130 millones de inversiones en Lourizán para los próximos diez años.

La sorprendente decisión del Tribunal Supremo, que anuló sentencias previas de la Audiencia Nacional contrarias a la ampliación de la prórroga de la planta, autoriza la continuidad de Ence Pontevedra hasta el año 2073. Contra esa decisión, en principio sólo cabría recurso ante el Tribunal Constitucional, si alguna parte afectada considera que se violan derechos fundamentales, si bien parece un camino complicado.

Así las cosas, Ence tiene camino abierto para redefinir su plan de inversiones, que en los últimos años se había centrado en la factoría de Navia (Asturias), donde incluso contemplaba la posibilidad de una nueva línea de pasta de papel con la maquinaria de la planta de Lourizán.

La seguridad jurídica que le da ahora la sentencia del Tribunal Supremo ha llevado ya a Ence a anunciar 130 millones de euros en inversiones para Lourizán en los próximos diez años.

La compañía aún no precisó qué nuevos desafíos productivos abordará en la planta, si bien a priori se pueden destacar tres posibilidades: ampliación de la capacidad productiva de la planta, creación de una biorrefinería de lignina, con la que valorizar la parte de la madera que no se emplea para pasta de papel, y/o abordar una segunda transformación de la celulosa en productos de papel tisú (papel higiénico, rollos de cocina, etc.).

Biorrefinería de lignina
Son todos proyectos que Ence tuvo en algún momento encima de la mesa. Hace poco más de tres años, el propio departamento de I+D de la compañía planteaba la posibilidad de una biorrefinería de lignina en Pontevedra si la planta de Lourizán obtenía seguridad jurídica de continuidad. Ence incluso tenía potenciales clientes interesados en algunos de los productos que podría elaborar con lignina, como espumas ‘verdes’ para la industria de la automoción o adhesivos.

El procesado de la madera en una biorrefinería abre múltiples posibilidades de valorizar un subproducto, la lignina, que hasta ahora Ence simplemente quemaba. Con la lignina se pueden obtener productos que sirvan de base a la industria alimentaria (aromas, bioaceites, xilosa, etc.) y farmacéutica, así como composites (bioplásticos).

Segunda transformación de la celulosa
La celulosa que produce Ence Pontevedra se orienta en su mayor parte a la exportación hacia otros países de Europa, donde se transforma principalmente en productos finales de papel tisú (higiénicos, cocina, pañuelos de papel, etc.) y, en menor medida, en otras líneas (papel de embalaje, de imprenta, etc.). Una opción que acaricia Ence desde antiguo es la de acometer una segunda transformación de la celulosa, con la que lograr mayor valor añadido.

La compañía anunció a mediados del 2022 que proyecta una nueva planta en As Pontes (A Coruña), con la que buscaría elaborar productos finales de papel tisú en base a papeles y cartón reciclados (70%) y a celulosa de la planta de Pontevedra (30%). La instalación se concibe con unos objetivos modestos, pues según anunció Ence, produciría alrededor de 100.000 toneladas de fibra al año, por lo que se puede estimar que el consumo en la instalación de As Pontes de celulosa de la planta de Pontevedra rondaría un 5-10% de la producción de esta.

Conviene destacar además que el proyecto despierta incógnitas en el sector, pues la materia prima disponible en España para reciclar (papel, cartón) ya es absorbida por plantas existentes, que incluso importan del resto de Europa un 27% de sus necesidades de materia prima.

El transporte de la celulosa de Pontevedra hasta un segundo ciclo en As Pontes supone también un sobrecosto productivo y logístico, en comparación con plantas de otras empresas de la competencia, como las portuguesas, que producen en una misma unidad productiva la celulosa y los productos finales, lo que ahorra costes logísticos y también productivos (primero, el secado de la celulosa para, en una segunda fase, proceder a su diluido en agua).

Si es cierto que Ence descarta abordar un primer ciclo de celulosa en As Pontes, como manifestó, una alternativa podría pasar por la recuperación de un proyecto de segunda transformación para Pontevedra. La secretaria general de Comisiones Obreras en Galicia ya se pronunció hoy a favor de esta opción de un segundo ciclo en Pontevedra, en detrimento del proyecto de As Pontes.

Biomasa
Outre elemento que llama la atención del proyecto de Ence para As Pontes es la planta de biomasa que diseñó para acompañar la instalación, pues sólo la planta de biomasa absorbería una inversión de 155 millones de euros, más del 40% de la inversión total prevista. De la dimensión de la planta de biomasa proyectada da cuenta el hecho de que superaría la inversión que se anunció en su día para la planta de Greenalia en Curtis (135 millones de euros).

La planta de biomasa de As Pontes tendría la ventaja de un mayor aprovechamiento de la energía, pues no solo produciría electricidad, como la de Greenalia, sino que utilizaría el calor obtenido para los procesos de la planta de papel.

En cualquier caso, la Unión Europea está poniendo en cuestión el papel de la biomasa como fuente de energía renovable. De retirarse la biomasa de la categoría de renovables, los posibles apoyos europeos a esa instalación estarían en cuestión, pues Europa es más partidaria de potenciar una economía circular, en la que toda la madera tenga nuevos usos, quedando la quema como última opción.

En su día, Ence también barajó una planta de biomasa en Pontevedra, si bien finalmente había descartado esa inversión.

Fibras textiles
Otro de los proyectos de transformación del eucalipto en Galicia corresponde a la planta de fibras textiles proyectada por Altri en Palas de Rei (Lugo), que fabricaría lyocell. La compañía lusa espera a la confirmación de fondos Next Generation para la instalación.

Por su parte, Ence tiene proyectos en Navia (Asturias) para la fabricación de otra fibra textil, la viscosa, aunque en Galicia por el momento descartó entrar en esa línea.

En cualquier caso, todos estos proyectos, tanto el de Palas como el de Navia y el de As Pontes están pendientes de si reciben o no fondos públicos Next Generatión. Si no fuera el caso, su viabilidad sería complicada.

Valoraciones sobre la continuidad de Ence

Las reacciones a la continuidad de Ence no se hicieron esperar en el ámbito político y forestal. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se felicitó por la noticia y declaró que “gana la sensatez y la legalidad”, en tanto desde el BNG, opuesto a la continuidad de la planta, confirman que buscarán vías para proseguir la pugna judicial contra la instalación.

El vicepresidente de la Deputación de Pontevedra, César Mosquera (BNG), ironizaba así sobre la sentencia del Supremo: “Quien tiene padrino, se bautiza”, afirmó, en alusión a la presencia de ex-altos cargos del PP en el Consejo de Administración de Ence y a la supuesta falta de independencia del poder judicial.

Por parte del PSdeG, se produjo una reacción más intermedia, abogando por una industria del papel moderna que continúe reduciendo su impacto ambiental en el entorno.

En el ámbito forestal, hubo felicitaciones públicas a la continuidad de Ence por parte del Clúster de la Madera y de la Federación de Aserraderos y Rematantes de Galicia, que siempre se habían pronunciado públicamente a favor de la continuidad de la planta.

Desde los colectivos de propietarios forestales, el proceso de la planta de Ence se venía siguiendo de soslayo, pues había el convencimiento de que, en cualquier escenario, el eucalipto gallego mantendría una fuerte demanda. De todas formas, desde Asefoga, su responsable, Jacobo Feijoo, sí que valora en positivo “la seguridad jurídica y la estabilidad para el sector forestal y para los trabajadores de Ence” que aporta el fallo del Supremo.

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