“Está volviendo a entrar queso barato de Centroeuropa, desplazando a los quesos en barra gallegos”

La caída en las cotizaciones de los productos industriales está derivando los excedentes de producción de Alemania y los Países Bajos hacia la fabricación de Gouda y Edam para la exportación. Analizamos como les está afectando a las queserías gallegas

Línea de quesos de barra.

Larsa es una de las empresas que fabrica queso en barra en Galicia, al igual que Prado, Hoxe, Farelo o Lorán

Prácticamente habían desaparecido de los lineales en el último año pero están volviendo con fuerza. En las últimas semanas se están volviendo a ver en los supermercados quesos de importación, con precios de venta al público de 7 euros el kilo, que están desplazando a los quesos en barra fabricados en Galicia, con precios entre 2 y 5 euros más caros y que no son capaces de competir con los de origen europeo.

Los precios de compra de queso de importación por parte de las cadenas de distribución se mueven en este momento alrededor de los 4 euros, cuando la simple compra de la materia prima con los precios actuales en Galicia ya excedería ese nivel.

Fabricar un kilo de queso de barra a nosotros nos sale a 6,5 euros y ahora mismo está viniendo de Alemania y Holanda a 4 euros

“El precio de la leche aquí no está para competir. El aprovisionamiento de la materia prima y el transporte a la fábrica supondría ya 5,5 euros, a lo que habría que sumar otro euro del proceso de elaboración. Fabricar un kilo de queso de barra a nosotros nos sale a 6,5 euros”, explican en una quesería gallega.

Problema recurrente

La entrada de queso barato procedente de Europa es una circunstancia con la que están acostumbradas a tener que lidiar las queserías gallegas. No es algo nuevo que las grandes industrias lácteas de Alemania, Holanda o Dinamarca utilicen las exportaciones de queso Edam o Gouda a bajo coste para regular sus excedentes mientras mantienen precios elevados en su mercado interno.

Pero la competencia que supone esta práctica para los fabricantes gallegos de queso en barra y queso loncheado casi había desaparecido en el último año y medio, sobre todo tras la guerra de Ucrania, que llevó a una caída generalizada de la producción láctea en Europa a causa de los elevados costes de producción y al repunte de las cotizaciones de los productos industriales como la nata, la mantequilla o la leche en polvo, que monopolizaron durante meses la transformación láctea.

Mientras la mantequilla y la leche en polvo mantuvieron precios altos monopolizaron la transformación industrial en detrimento de los quesos

Pero el descenso que están sufriendo desde hace algunos meses estos productos en los mercados internacionales están volviendo a derivar los excedentes de producción de los países del centro y norte de Europa de nuevo hacia aquellos tipos de queso considerados comodities y que no están sufriendo caídas tan acusadas en sus cotizaciones.

Aumento de la producción en el norte de Europa y falta de leche en el sur

A esto se añade el incremento de producción que se está dando en los países del norte de Europa, con aumentos superiores al 4% en Holanda y al 3% en Alemania, en contraposición con lo que sucede en los países del sur, como España, Italia o Portugal, que no han sido capaces de recuperar su producción y mantienen aún niveles en negativo.

El incremento de producción en Alemania, Holanda y Polonia estaría empujando la exportación de quesos hacia países deficitarios como España

“Aquí no está habiendo tanta abundancia de leche y no priva que en otoño tengamos falta de ella otra vez”, admite Benigno Pereira, de Queizuar, que recuerda lo que pasó en 2022. “Faltó leche casi todo el año, ya a partir de febrero o marzo, pero la caída más fuerte fue de julio a octubre. Andaba todo el mundo desesperado peleándose por un litro de leche”, admite.

La situación llegó a ser crítica en verano y los supermercados llegaron a notar la ausencia de productos lácteos en sus lineales. “Fuimos agotando los stocks porque en febrero recogíamos medio millón de litros de leche a la semana y en agosto solo 300.000”, reconoce.

Aquí no está habiendo tanta abundancia de leche y no priva que en otoño tengamos falta de ella otra vez. Hay que buscar el punto de coherencia y de equilibrio en los precios, manteniendo el diálogo con el productor

La empresa que fabrica los quesos Bama mantiene un acuerdo estable con la cooperativa Pico Sacro, con la que llevan trabajando 30 años. Benigno defiende que la industria y los productores vayan de la mano y puedan mantener sus márgenes de beneficio.

“Nosotros no necesitamos una leche barata porque si los ganaderos no ganan dinero no producen. Yo soy partidario de que los alimentos tengan un precio digno. Todo el mundo está pendiente de la cadena de valor, pero nadie está pendiente de la cadena de suministro; nadie se preocupó de asegurar el aprovisionamiento y las industrias lo vamos a pasar mal. Lo que no puede ser es que una granja viable cierre. Si no tiene sucesión hay que buscar una solución para que esa explotación siga produciendo”, afirma.

Efecto en cadena

Queizuar transforma en este momento 18 millones de litros de leche al año, poniendo en el mercado 2 millones y medio de kilos de queso, pero en 5 años quieren crecer hasta los 30 millones de litros de leche transformados, tras una inversión de 10 millones de euros para incrementar la capacidad productiva de su factoría de Touro.

Su producción está centrada en quesos con denominación de origen, por lo que la entrada de queso barato de Europa no les afectaría directamente, aunque sí de manera más indirecta. “Afectar nos afecta a todos porque se da un movimiento acordeón. Ya nos están llamando para preguntarnos cuándo vamos a bajar el queso y cuánto”, reconoce Benigno.

Ya nos están llamando para preguntarnos cuándo vamos a bajar el queso y cuánto

Larsa, Queserías Pardo, o la Cooperativa Hoxe estarían entre las más perjudicadas por la competencia directa del queso de importación. “El queso barato había desaparecido un poco, pero está entrando otra vez. Eso nos afecta a las ventas. Lo estamos notando desde principios de año”, reconoce Lito Andión, gerente de la quesería de Lalín.

Hoxe es una de las empresas que hacen queso barra en Galicia. Hace 20 años suponía el 80% de su producción, que han ido derivando hacia otro tipo de quesos. En la actualidad, la producción de la cooperativa se reparte al 50% entre el formato industrial y los quesos con DOP. “La barra es muy variable en el mercado y dependes de lo que suceda en el exterior para defender el producto; los otros quesos que fabricamos tienen precios más estables”, admite Lito.

La barra es muy variable en el mercado y dependes de la coyuntura exterior para defender el producto

Otras queserías más industriales, como Entrepinares o TGT, no se verían tan afectadas. La empresa de Valladolid, con factoría en Vilalba, mantiene acuerdos estables con Mercadona que le garantizan la venta del producto, mientras que la compañía catalana propietaria de las queixerías Ruta Xacobea y Ferrado Verde cuenta también con importadora, por lo que tendría capacidad para comprar fuera el queso industrial cuando está barato y compensar la caída de producción en las fábricas de O Pino y Santa Comba, más enfocadas a la producción de quesos de denominación de origen Tetilla y Arzúa-Ulloa.

“Que venga queso de importación es un obstáculo para poder retribuir como hasta ahora la leche a los ganaderos”

Lito Andión, no interior da queixería.

Lito Andión, en el interior de la quesería de la cooperativa Hoxe en Lalín

Países de centroeuropa, como Alemania y Holanda son los grandes productores de queso barato en Europa. En el caso de Alemania, la leche procede en ocasiones de Polonia, aunque la empresa fabricante sea alemana.

“Hasta ahora la leche que sobraba en esos países iba para mantequilla y nata, pero al caer el precio de esos productos nos inundan a nosotros con queso”, explica Lito, que asegura que el hecho de que venga queso de importación es un obstáculo para poder retribuir como hasta ahora la leche a los ganaderos.

Ofertas imposibles

Para poder mantener su queso barra en los supermercados y la restauración las empresas gallegas se ven obligadas a hacer promociones imposibles, puesto que ese queso que tienen almacenado y al que quieren dar salida fue fabricado con costes de producción elevados.

“Es cierto que el precio ahora ha bajado, pero no hemos sido las empresas queseras las que más hemos bajado la leche. Nosotros intentamos aguantar los precios”, indica el gerente de Hoxe, con precios en el campo que se acercan en este momento, tras la renovación de contratos, a los 53 céntimos.

También Queizuar está produciendo en este momento con costes elevados, después de pagar la leche de marzo a 60 céntimos. Cuando el precio comenzó a dispararse, la empresa de Touro llegó a un acuerdo con sus granjas proveedoras para aplicar un decalaje de un mes tanto en las subidas como en las bajadas de precio para poder retribuir de este modo al productor acorde al precio de venta alcanzado por el producto elaborado en el mercado.

El año pasado sufrimos un aumento de costes del 55% y solo logramos repercutir la mitad de eso en el precio de venta del queso

“Las cadenas de distribución te empiezan a pedir que bajes pero nosotros aún tenemos unos costes muy altos y un hueco por cubrir del año pasado que no hemos recuperado aún porque no trasladamos al precio del queso todo el incremento de costes que tuvimos”, explica Benigno.

Queizuar tuvo el año pasado un aumento de costes del 54,7% (incluida la subida del 60% en el precio de la leche en origen) pero solo logró subir el precio de venta del queso a los supermercados un 27%, un desfase que se dejó notar en la cuenta de resultados de la empresa.

El salvavidas de las denominaciones de origen

Benigno Pereira, impulsor e propietario de Queixos Bama.

Benigno Pereira, en las instalaciones de Queizuar en Touro

Benigno lleva 34 años en el sector y es un claro defensor de las denominaciones de origen, “aunque tengan que ir evolucionando con el mercado”, dice. “Hay que seguir apoyando los productos de calidad diferenciada porque son los que pueden dar un poco de estabilidad en los precios. Las denominaciones de origen son un paraguas defensivo”, asegura.

Francia hace otro tipo de quesos a los de Alemania y Holanda, que no compiten con los gallegos

El responsable de Bama es partidario de imitar el modelo italiano. “Allí la leche que producen la meten en quesos y productos de valor y el brick lo importan de Alemania y Austria”, explica.

El consumo de queso en el mes de marzo “se portó bien”, dice, por el efecto de la Semana Santa, pero pasado ese momento que supone una mayor salida de producto, abril puede ser más complicado. “Seguimos estancados en un consumo medio de 7 kilos por habitante y año cuando el promedio en Francia es de 22 kilos y en Italia de 18”, compara Benigno.

Desde que los precios del queso aumentaron se consume más pieza grande al corte en la charcutería en detrimento del queso entero de tamaño estándar

Otra tendencia que se está notando en el consumo a raíz de la subida de precios motivada por la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo de la población es la recuperación de la venta de queso al corte en detrimento de las piezas individuales. “Se consume más la pieza grande que se compra en porciones en la charcutería que la pieza pequeña entera porque el queso de tamaño estándar, de 750 gramos, pasó de costar 7€ a costar ahora 9 o 10 euros y la gente sigue gastando los mismos 7€ y llevando menos cantidad”, explica Lito. 

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