“Estamos evitando que los viñedos queden abandonados por falta de relevo generacional”

Lar de Ricobao, ubicada en Quiroga, en la DO Ribeira Sacra, es una de las bodegas más singulares de Galicia: Sus viñedos son alquilados a vecinos que ya no pueden trabajarlos, no emplean herbicidas y la bodega genera su propia electricidad. Entrevistamos a Julio Quiroga, uno de los impulsores de este proyecto que apuesta por “poner en valor lo que tenemos en el territorio”.

Publicidade
Julio Quiroga xunto a Suso Bao nun dos viñedos alugados que traballan

Julio Quiroga junto a Suso Bao en una de las viñas alquiladas que trabajan

En 2012 comenzó a andar Lar de Ricobao, una iniciativa de varios emprendedores y dinamizadores del ámbito rural, que un año después también pusieron en marcha Ouro de Quiroga, una de las principales almazaras de Galicia.

Esta bodega es un claro ejemplo de diferenciación basada en poner en valor los recursos propios de la zona: sus viñedos son alquilados a vecinos que ya no pueden trabajarlos, no emplean herbicidas, la bodega genera su propia electricidad y alquila su espacio a otros viticultores. Entrevistamos a Julio, una de las almas del proyecto Lar de Ricobao.

– Acabáis de terminar la vendimia y ahora todo el trabajo se concentra en la bodega. ¿Cómo valoráis la cosecha de 2024?
Para nosotros ha sido la mejor cosecha. La uva estaba muy sana, en su punto óptimo de maduración, sin grandes disgustos por plagas o enfermedades. Promete unos grandes vinos.

– En la DO Ribeira Sacra este está siendo uno de los años más difíciles que se recuerdan por la crisis de los vinos tintos. ¿Cómo os afecta esta situación?
En nuestro proyecto no nos está afectando demasiado, porque al final trabajamos con pequeños viticultores con los que ya tenemos un compromiso desde hace años. Seguimos recogiendo la uva no por cantidad, sino por calidad. El resto del vino que tenemos es en alquiler y lo gestionamos nosotros. Tenemos bien dimensionados los volúmenes en función de la demanda, así que no nos está afectando directamente.

– ¿Qué valoración haces de las medidas de apoyo a los viticultores y bodegas por parte de la Xunta? ¿Qué medidas crees que deberían adoptarse para superar esta crisis?
Las medidas que tomó la Xunta parece que llegaron algo tarde en el caso de las bodegas, con el tema de la destilación. En cuanto a los viticultores, con temas como la protección del paisaje o intentar evitar que abandonen los viñedos, vemos que, si no hay un cambio o iniciativas más concretas, no suponen una gran ayuda. En el caso de los viticultores estamos hablando de cantidades muy pequeñas para mantener un paisaje como el de la Ribeira Sacra, donde la mayoría de los viñedos están en bancales.

– Lar de Ricobao es una bodega muy singular por diversas razones. Una de ellas es que las 4 hectáreas de viñedo que trabajáis no son de vuestra propiedad, sino alquiladas. ¿Por qué optasteis por esta opción y cómo la valoráis?
La valoramos positivamente. Cuando iniciamos el proyecto en 2012 decidimos alquilar, principalmente, parcelas de personas mayores que no tenían relevo generacional y que iban a quedar abandonadas. En muchos casos estaban quedando en monte y tuvimos que reconvertirlas y en otros casos mantenerlas tal cual las llevaba el viticultor. Estamos evitando que los viñedos queden abandonados por falta de relevo generacional, y a la siguiente generación de propietarios les quedará un viñedo ya preparado.

Estamos evitando que los viñedos queden abandonados por falta de relevo generacional.

– ¿Tenéis previsto seguir ampliando superficie o el objetivo es mantener producciones limitadas y muy diferenciadas?
El objetivo sigue siendo mantener ediciones limitadas y diferenciadas, sin descartar nuevas parcelas en alquiler, replantándolas o manteniéndolas según su estado.

 La subzona del Valle de Quiroga-San Clodio no tiene nada que ver con el resto de zonas de la DO Ribeira Sacra.

– El vino se hace en la viña. En vuestro caso, ¿cómo son las parcelas y qué destacarías de las variedades con las que trabajáis?
Lo importante de nuestro proyecto es el lugar en el que estamos. Trabajamos con uvas del Valle de Quiroga-San Clodio, una subzona de la Ribeira Sacra muy peculiar, que no tiene nada que ver con el resto de las zonas de la DO. Tenemos un microclima especial y una diversidad de suelos y orientaciones extraordinaria. Esto nos permite cultivar distintas variedades en diferentes altitudes y terrenos, aportando características únicas. No significa que sean mejores o peores, pero sí que contamos con una gran diversidad que nos permite trabajar de forma diferente. Todo esto aporta una diferenciación muy importante.

– A nivel agronómico, no usáis herbicidas. ¿Cómo reemplazáis el glifosato y qué aporta esto a la calidad y cantidad de uva?
Esa fue una apuesta desde el principio. Queremos alejarnos de tratamientos sistémicos o que dañen la naturaleza, así que siempre descartamos el uso de glifosatos. Esto nos permite tener una biodiversidad y un equilibrio en el viñedo que se traduce en cepas y uvas más sanas. No sé si esto es mejor o peor, pero está claro que es diferente. El glifosato no creo que influya demasiado en la cantidad, pero los tratamientos sistémicos sí pueden permitir obtener más volumen.

Buscamos hacer pequeñas elaboraciones y encontrar un público que las aprecie. Este año estamos elaborando por primera vez un monovarietal de blanco legítimo.

– Para ser una bodega pequeña, elaboráis nada menos que 7 tipos de vinos. ¿Qué destacarías de cada uno?
Al final, cada vino es como un hijo, con sus virtudes y defectos. Lo que nos gusta es hacer pequeñas elaboraciones cuando creemos que hay algo interesante que podamos transmitir al consumidor. Ese es su verdadero aporte. Dependiendo del año, hacemos diferentes elaboraciones. Este año, por ejemplo, estamos elaborando un blanco legítimo por primera vez. Buscamos crear pequeñas producciones y encontrar un público que las valore.

– Destacáis que vuestros vinos nunca son iguales de un año para otro. ¿Por qué? ¿Cómo influyen las levaduras que usáis?
Las levaduras son propias de las uvas. Varían cada año porque cambia la climatología, no hay dos años iguales, entonces la uva evoluciona de manera diferente. Podríamos buscar que fueran siempre iguales, pero no nos interesa trabajar así.

 Las levaduras son propias de las uvas y varían cada año.

– La venta de vino, especialmente de tintos, es complicada en un sector tan competitivo. ¿Qué nos puedes contar de vuestra estrategia de comercialización?
Decidimos apostar por pequeñas ediciones y volúmenes limitados, buscando un público que sepa valorar este tipo de productos. Nuestra estrategia es casi de boca a boca, y esos son los canales que usamos para el vino. Vimos que la DO y los canales de las grandes bodegas no son adecuados para nosotros, porque no podemos competir en costos con ellos ni acudir a grandes eventos.
Nos enfocamos en pequeñas elaboraciones muy cuidadas y en llegar al consumidor final, para que valore nuestro trabajo.

– ¿Qué porcentaje de ventas representa la exportación y la venta online en vuestro caso?
Es poco significativo. Ahora mismo solo tenemos una operación de exportación. El canal online fue importante durante la época del COVID, pero después decidimos reducirlo para no competir con ciertas tiendas o distribuidores que llevaban nuestro producto. Nos enfocamos más en aquellas personas que están en la calle defendiendo el producto.

– Vuestra bodega también es singular por ser autosuficiente energéticamente. ¿Cómo es la instalación que tenéis y qué destacarías de sus resultados?
Fue un proyecto que realizamos en 2015 para el autoabastecimiento energético de la bodega. Instalamos un sistema solar térmico para agua caliente y calefacción, uno fotovoltaico para electricidad y un sistema de baterías aislado. También añadimos una caldera de biomasa para agua caliente y calefacción. Este proyecto lo financiamos a través de un crowdfunding.

Vendimos esas instalaciones a un nuevo proyecto en la zona y nos trasladamos a otro lugar donde seguimos apostando por las renovables. Hoy en día trabajamos con balance energético y generamos excedente que vertemos a la red. Producimos más energía de la que consumimos. Esto lo conseguimos llenando el techo de nuestra nave con paneles solares con una conexión de 90KW.

– También colaboráis con José Luis Vázquez, que utiliza vuestras instalaciones para elaborar su vino. ¿Cómo valoráis esta colaboración? ¿Hay demasiadas bodegas infrautilizadas en Galicia?
Siempre colaboramos con viticultores porque lo consideramos positivo, se aprende mucho de otros. Esta colaboración tuvo lugar durante un año, en la pandemia. Es cierto que en Galicia hay muchas bodegas infrautilizadas, proyectos faraónicos, sobre todo de personas de otros sectores que tienen mucho dinero y deciden montar una bodega por su imagen bucólica, aunque no sean proyectos rentables. Esto crea competencia desleal para los que buscamos amortizar y hacer de esto una forma de vida.

Muchas bodegas podrían albergar varios proyectos a la vez, pero en este mundo no todos piensan igual ni tienen esta mentalidad colaborativa.

– ¿Qué planes tenéis para vuestra bodega en los próximos años?
Seguir trabajando en esta línea, seguir haciendo cosas nuevas y, sobre todo, disfrutar elaborando vino. Además, queremos que sea un complemento de nuestra otra actividad: la producción de aceite. Nuestro objetivo es llevar ambos proyectos lo mejor posible.

viñaRicobao3

Una de las viñas alquiladas que trabajan

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información