Estrategias para sembrar leguminosas en condiciones de frío y humedad

Los tréboles, las vezas y los guisantes aportan beneficios a nivel agronómico y nutricional a las explotaciones, pero este año se enfrentarán a dificultades para su implantación. Analizamos las distintas posibilidades para no tener que renunciar a cultivarlos

Auga apozada nunha finca de millo colleitada a semana pasada na zona da Mariña

Agua estancada en una finca de maíz cosechada la semana pasada en la zona de A Mariña

En los últimos años, las praderas monofitas de raigrás han dado paso a diversas mezclas de gramíneas o cereales con leguminosas, especialmente tras la implementación de la nueva PAC, que fomenta el uso de cultivos mejoradores.

Para incrementar las ayudas que reciben, muchas explotaciones lecheras optaron por acogerse al eco-régimen de rotación de cultivos en las tierras de maíz, lo cual obliga a sembrar al menos un 10% de la superficie destinada al cultivo con leguminosas como especie predominante.

Sin embargo, este no será un buen año para las leguminosas, debido tanto al retraso en la época de siembra como a la humedad y el encharcamiento del suelo, lo cual afecta su implantación. Por ejemplo, especies como los guisantes, algunas vezas (como la villosa) y tréboles (suavolens, vesiculoso y esquarroso) toleran mal la humedad.

Las explotaciones deberían rotar al menos el 50% de las fincas de maíz y plantar leguminosas en un 10% para cumplir con la PAC

Por ello, distintas voces reclaman mayor permisividad en los controles de cumplimiento de la PAC (que ya fue objeto de cierta flexibilización tras las protestas a principios de año) debido a las dificultades particulares de este otoño para la siembra de praderas.

Primer problema: Acceso a las fincas

Retirar el maíz ya fue una odisea en muchos casos, especialmente en aquellas parcelas más húmedas. El paso de las cosechadoras y los remolques dejó rodaduras en muchas áreas, compactando el suelo, por lo que ahora es necesario un paso de fresado o grada antes de la siembra de la hierba.

Es necesario un laboreo superficial para descompactar la tierra y corregir las rodaduras de ensilado del maíz

En estas circunstancias, es imprescindible emplear maquinaria ligera para la preparación del terreno y la siembra, evitando trabajar con la tierra demasiado mojada para no compactarla más ni crear terrones que dificulten la germinación de las semillas.

El trébol exige una buena preparación del terreno para la siembra y siempre pasar un rodillo detrás

La humedad del suelo también dificulta las tareas para deshacerse de los restos del maíz, por lo que se recomienda un pase final con rodillo para ayudar a enterrarlos. Esto es aún más necesario si se siembran leguminosas, en cuyo caso el uso de un rodillo es indispensable para favorecer su implantación y evitar llevar tierra al silo al momento de cosechar (en el caso de sembrar solo raigrás es menos problemático, ya que crea una capa superficial en el terreno que evita que las piedras y restos de tierra queden expuestos al segar).

Fosas de purín llenas

Otra dificultad surge al retirar el purín. En las fosas descubiertas, las abundantes lluvias otoñales están desbordando los pozos de almacenamiento, lo que incrementa la necesidad de aplicarlo en las tierras.

Sin embargo, en caso de sembrar leguminosas, una sobreaplicación de purín puede ser incluso perjudicial, ya que dosis de nitrógeno superiores a 25 kg/ha afectan a la simbiosis con el rizobio y, por lo tanto, a la capacidad de la planta para fijar nitrógeno atmosférico en el suelo.

Si la granja tiene suficiente capacidad de almacenamiento de purín, se puede sembrar la pradera sin abonarla con purín, dejando esta aplicación para la primavera

Si en el momento de sembrar el maíz se abonó con purín, parte del nitrógeno (derivado de la mineralización de la materia orgánica) estaría disponible ahora para la siembra de la pradera y sería suficiente para el arranque de las leguminosas.

Durante el invierno, con el frío, la leguminosa no se desarrolla ni necesita nitrógeno. Tiende a crecer cuando la temperatura del suelo alcanza entre 8 y 10 grados, ya al comienzo de la primavera. Ese sería el momento idóneo para aplicar una nueva dosis de fertilizante, en este caso en cobertura, de otros 50 kg de nitrógeno por hectárea.

¿Esperar para la siembra?

A la hora de sembrar en suelos encharcados, se podría optar por esperar a que el clima se estabilice y el suelo drene parte de la humedad acumulada, siempre y cuando no se trate de una zona con heladas fuertes, ya que las leguminosas son bastante sensibles al frío.

En ese caso es preferible no esperar, seleccionando especies que toleren mejor la humedad, como el trébol persa o el migueliano, o simplemente optar por no plantar leguminosas este año en esas tierras.

No es recomendable sembrar tréboles más allá de diciembre; si las siembras van a ser muy tardías, es preferible sembrar solo raigrás

Sin embargo, a la hora de labrar el maíz el próximo año, no es lo mismo sembrar solo raigrás ahora o mezclarlo con leguminosas. Agronómicamente, al introducir leguminosas el terreno queda más mullido y es más fácil de trabajar para la preparación del próximo año, sin contar el aporte de nitrógeno al suelo para el siguiente cultivo, estimado entre 40 y 100 kg de nitrógeno por hectárea en función del grado de implantación de la leguminosa y su desarrollo vegetativo.

La mayoría de las leguminosas son extremadamente sensibles al frío al nacer, pero una vez implantadas y con 3 hojas, resisten mejor las heladas, de ahí las ventajas de sembrarlas antes de que bajen las temperaturas.

Las mezclas de cereales de invierno con veza o guisantes no son recomendables para terrenos encharcados

El momento de la siembra también condiciona el rendimiento final en el momento de ensilar el cultivo. Los tréboles sembrados tarde, por ejemplo en diciembre o enero, florecerán igual en abril o mayo como si hubieran sido sembrados en octubre, por lo que llegarán a la siega con poco desarrollo vegetativo y escaso tallo, obteniendo muy poco rendimiento en términos de kilos de materia seca por hectárea y un menor porcentaje de proteína.

El crecimiento de las leguminosas en general está marcado por la temperatura del suelo (por encima de 8-10 grados), cuando se activan las bacterias (rizobio) y la planta aprovecha el nitrógeno atmosférico y crece más.

Especies de tréboles recomendadas

La implantación de tréboles es lenta, por lo que funcionan mejor mezclados con una gramínea, más precoz en su crecimiento, que también aporta los azúcares necesarios para una mejor conservación en el silo.

El trébol encarnado, el persa y el migueliano resisten condiciones de frío y encharcamiento

Algunas de las especies de trébol más utilizadas en Galicia, como el encarnado, el persa y el migueliano, resisten bien el frío y la humedad, por lo que, en función de las características del terreno, serían las recomendadas en las condiciones edafoclimáticas que se están dando para las siembras de otoño este año.

El raigrás híbrido es el recomendado para mezclar con tréboles, pero si se busca una implantación rápida es preferible el raigrás italiano alternativo, tipo Westerwold

Si se busca una rápida implantación de la pradera, por ejemplo en terrenos en pendiente con riesgo de erosión y pérdida de suelo por escorrentía, el raigrás italiano alternativo tipo Westerwold es una buena solución, aunque su calidad nutricional sea inferior a la del raigrás italiano convencional y al del raigrás híbrido.

El raigrás híbrido tarda más en implantarse, por lo que no es recomendable en siembras muy tardías

A un mes de sembrado, el raigrás ya tiene un desarrollo suficiente como para evitar el lavado del terreno por las lluvias invernales. El raigrás híbrido, que aporta mayor calidad al ensilado (contenido proteico y digestibilidad) tarda más en implantarse y crece más lentamente que el raigrás italiano, por lo que no es recomendable en siembras tardías.

Vezas y guisantes

La veza también se ha convertido en una leguminosa cada vez más frecuente en Galicia en los últimos años y hubo incluso escasez de semilla el primer año que entraron en vigor los eco-regímenes de la PAC. Mezclada bien con gramíneas o cereales de invierno, es una buena alternativa para las explotaciones que desean hacer un solo corte de ensilado de la pradera a finales de abril o principios de mayo, justo antes de preparar el maíz.

La veza sativa tolera el encharcamiento, mientras que la villosa no

La veza villosa es menos digestible que la sativa, aunque la sativa es más propensa al acame y necesita un cereal como tutor. El problema este año es que los cereales más habituales (triticale, centeno, cebada o avena) resisten mal el encharcamiento del terreno en el momento de la siembra.

Otra leguminosa frecuente en las rotaciones con maíz es el guisante. Aporta un alto contenido proteico al ensilado, pero es un cultivo que también tolera mal la humedad excesiva y el frío, por lo que no es recomendable sembrarlo en pleno invierno.

“En este momento la temperatura del suelo sigue siendo buena para sembrar”

JOEL_FERTIPRADO_02Joel Presa es el director de Estrategia y Desarrollo de Producto de Fertiprado, una empresa especializada en semillas pratenses, con diversidad de mezclas disponibles. Aunque la campaña de siembra de praderas vaya este año con retraso, recomienda no renunciar a introducir leguminosas, con sus beneficios agronómicos y su aporte de proteína a la ración, debido a que la temperatura del suelo todavía es idónea para el establecimiento del cultivo.

– ¿Cuáles son las semillas pratenses que menos resisten el encharcamiento?
– Las variedades menos resistentes al encharcamiento son los cereales como avena, cebada, trititicale, centeno, trigo, etc.

– ¿Recomiendas introducir leguminosas o no?
– Sí metería leguminosas, por varios motivos:

  • la temperatura de suelo siguen elevadas
  • los tréboles como el persa, el resupinato y el micheliano son de las especies mas resistentes al encharcamiento
  • con tantas lluvias y dificultades de meter purín en el invierno las leguminosas son la forma más económica y sostenible de aportar nitrógeno al suelo.

Las leguminosas son la forma mas económica e sostenible de aportar nitrógeno al suelo

– ¿Optarías por sembrar ahora o esperar a enero en el caso de mezclas con cereal, por ejemplo?
– Mientras tengamos una ventana sin lluvia y las maquinas puedan preparar la tierra, recomiendo sembrar ahora, pues la temperatura de suelo es más elevada y el cultivo desarrolla más rápido, permitiendo proteger los suelos de la erosión y ganando más producción de cara al ensilado de primavera, para no retrasar después las siembras del maíz. En las fincas muy húmedas, seguro que tendremos de esperar para poder entrar y en ese momento tendremos de optar por variedades de ciclos más cortos.

En las fincas muy húmedas tendremos de esperar para poder entrar y habrá que optar por variedades de ciclos más cortos

– ¿Cómo se debe realizar el laboreo?
– Va a depender del tipo de finca, pero en general daría los siguientes consejos:

  • pasar gradar rápida /grada de discos para descompactar la tierra de los rodales
  • sembrar con equipo de siembra (rotovator más sembrador con rulo detrás). Sembrar muy superficial, a una profundidad máxima de 0,5cm
  • si la tierra estuviese mojada o lloviendo, no pasar el rulo liso, pues la semilla podrá quedar pegada al rulo.

– ¿En las actuales circunstancias, es aconsejeble abonar con purín o no?
– Si podemos entrar en las fincas con las cubas sin destrozar demasiado, yo recomendaría hacerlo, aportando nitrógeno para este arranque en la germinación y al mismo tiempo aprovechando para vaciar algo los pozos.

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