Fundación TerrEO, el ejemplo de una iniciativa municipal para recuperar tierras abandonadas

Evitar el cierre definitivo de una piscifactoría fue el germen de toda una serie de proyectos con una vertiente productiva que buscan crear empleo y ofrecer servicios a los vecinos en Ribeira de Piquín, uno de los municipios con menor densidad de población de Galicia

Ribeira de Piquín cuenta con 500 habitantes dispersos en más de 70 km cuadrados. La emigración de la gente joven y el envejecimiento de la población terminaron por hacer cerrar las pocas actividades que mantenían la economía, los puestos de trabajo y los servicios en el municipio.

Ante esta realidad, en lugar de mirar hacia otro lado alegando que no entraba dentro de sus competencias, el Ayuntamiento dio un paso al frente para poner en marcha y gestionar directamente una serie de iniciativas de carácter productivo que buscan aprovechar los recursos del territorio para crear empleo, revitalizar el rural y mantener los servicios a la vecindad.

“Igual que sucede en otros municipios rurales del interior de Galicia, tenemos dificultades para que las iniciativas privadas se asienten en nuestro territorio”, reconoce Roberto Fernández, alcalde de Ribeira de Piquín desde hace 10 años y presidente de la Fundación TerrEO, una entidad de carácter 100% municipal que actúa como vehículo legal para la puesta en marcha de los distintos proyectos.

Los ayuntamientos rurales del interior de Galicia tenemos dificultades para que las iniciativas privadas se asienten en nuestro territorio y debemos hacer algo

“Desde mi punto de vista, es imprescindible que la Administración, en este caso la local, interceda en proyectos de actividad económica, sobre todo en aquellos municipios más pequeños y despoblados”, defiende.

Una piscifactoría, el germen de la Fundación TerrEO

A posta en marcha da piscifactoría de Santalla foi o punto de partida da Fundación TerrEO

Las instalaciones de la piscifactoría de Santalla, que llevaba 10 años cerrada, reabiertas por la Fundación TerrEO

Junto con la agricultura y la ganadería, la acuicultura siembre ha sido históricamente uno de los motores económicos de Ribeira de Piquín. El río Eo atraviesa el término municipal, dejando a su paso vegas con tierras productivas, pero también un agua pura y cristalina idónea para la cría de truchas.

La piscifactoría de Santalla había nacido por iniciativa de varios socios, pero llevaba 10 años parada cuando fue rescatada por el Ayuntamiento. En ese tiempo ya le habían caducado todos los permisos administrativos, tanto la concesión de captación de agua del río Eo como el resto, por lo que hubo que volver a tramitarlos, al tiempo que se hacía una rehabilitación integral de las instalaciones, que fueron compradas por el Ayuntamiento de Ribeira de Piquín y traspasadas, mediante una cesión de uso, a la Fundación TerrEO para su gestión.

La acuicultura siempre fue, junto con la agricultura y la ganadería, una de las principales actividades económicas en Ribeira de Piquín

Arrancó con la producción de trucha arco iris para venta a restaurantes y particulares, en la actualidad algo más de 3.000 kg al mes, con el objetivo de cerrar 2025 con 40 toneladas de producción, principalmente trucha pequeña de alrededor de 50 gramos, pero también trucha asalmonada de mayor tamaño que comenzaron a criar este año.

Las ventas se centran en las zonas limítrofes con Ribeira de Piquín, sirviendo a restaurantes de A Pontenova, Meira, Baralla o Pedrafita, así como a las pescaderías de la Plaza de Abastos de Lugo, y también en las propias instalaciones. “Queríamos tener venta directa en la propia piscifactoría, para que la gente fuera allí a ver nuestras instalaciones y poder animar de este modo iniciativas semejantes”, cuenta el alcalde.

Diversificación productiva: kiwis, huerta y cerdo celta

FUNDACION TERREO (Ribeira de Piquin) plantacion de kiwi2

Desde su reapertura, la piscifactoría está siendo el motor económico del resto de proyectos, que se financian con los ingresos obtenidos con la venta de las truchas, “un modelo de gestión pública que reinvierte los beneficios en el propio municipio”, destaca su alcalde.

“No inventamos una Fundación para estar inyectándole dinero público, tenemos que demostrar que los proyectos que estamos poniendo en marcha son económicamente sostenibles por sí mismos”, defiende Roberto.

Que sean fondos públicos no quiere decir que no haya que llevar un control estricto

El proyecto Forescelta, por ejemplo, un grupo operativo financiado por el Ministerio de Agricultura, permitió al Ayuntamiento de Ribeira de Piquín dotarse de una serie de infraestructuras para la cría de cerdo celta, con más de 200 animales producidos hasta el día de hoy.

En paralelo, también se hizo una plantación de kiwis en Montefurado, en la parroquia de Navallos, en una parcela de 2 hectáreas de superficie, que entrará en producción en los próximos años. Asimismo, en las fincas de ribera, caracterizadas por contar con suelos muy productivos y que mantienen la humedad en los meses de verano, están impulsando cultivos de huerta, en concreto habas de la variedad galaica, la misma que se emplea en la IGP Faba de Lourenzá, y brásicas como coliflor y brócoli.

Asesoramiento realista a particulares

Os proxectos postos en marcha pola Fundación TerrEO queren servir de escaparate e banco de probas para iniciativas privadas

Los proyectos puestos en marcha quieren servir de escaparate y banco de pruebas para iniciativas privadas

La Fundación está documentando todos sus proyectos con un estudio de costes realista de manera que permita servir de banco de pruebas sobre la viabilidad de las distintas iniciativas. “Queremos tener datos fiables de cuánto cuesta plantar una hectárea de kiwis, cuánto supone su mantenimiento, cuánto tarda en producir y cuál es su rentabilidad, pero no de forma teórica, sino en la práctica y en la realidad de esta zona, para que cualquier persona que tenga una hectárea de terreno abandonada en Ribeira de Piquín y quiera ponerla a producir pueda tener una referencia clara aquí. Eso nos lleva a hacer cambios en los diversos cultivos y a cometer errores, pero preferimos cometerlos nosotros y que no los cometa después alguien que emprenda en nuestro ayuntamiento”, argumenta Roberto.

Queremos documentar cada proyecto que vamos desarrollando desde un punto de vista económico para que sirva de referencia a quien quiera emprender aquí

Además de prestar asesoramiento para que los proyectos públicos de la Fundación TerrEO sean el motor de otras iniciativas privadas, se busca facilitar la comercialización en conjunto a todos los productores de la zona. “A medida que vamos avanzando, nos damos cuenta de que desde una fundación pública de un ayuntamiento despoblado tenemos más facilidad para llegar a los puntos de consumo y comercializar que un productor particular, y queremos aprovechar nuestra fundación como una plataforma que le abra las puertas del mercado a cualquiera que quiera producir en nuestro ayuntamiento”, dicen.

Reapertura de la gasolinera

O alcalde de Ribeira de Piquín, Roberto Fernández, defende que os Concellos deben implicarse no impulso do rural

El alcalde de Ribeira de Piquín, Roberto Fernández, defiende que los Ayuntamientos deben implicarse en impulsar el rural

Junto con la recuperación de la vertiente productiva, el Ayuntamiento está también volcado en prestar servicios a la población, tratando de suplir aquellos que se van perdiendo. Tras más de una década cerrada, hace un mes volvió a entrar en funcionamiento la gasolinera situada en Barcia, a la entrada de la capitalidad municipal, Chao do Pousadoiro, donde se encuentran la mayoría de los servicios públicos y negocios: la ferretería, la farmacia, la oficina de Correos, el centro médico, la Casa Consistorial o el centro de día, abierto en el año 2019 en el edificio del antiguo colegio de la localidad, el CEIP Aníbal Otero, cerrado en 2013, un síntoma claro de la evolución demográfica de un municipio con cada vez menos niños y niñas y más personas mayores.

Estamos tratando de retener servicios en el territorio

Su apertura fue impulsada por la Fundación TerrEO y se financió con una aportación de 110.000 euros de la Diputación provincial. La gasolinera genera también empleo estable, con la contratación de dos personas a tiempo completo. Está abierta todos los días de 7:30 a 13:30 horas y de 15:00 a 20:00 horas. Cuenta además con tienda.

“Poder repostar combustible es un servicio público esencial en cualquier ayuntamiento rural”, defiende el alcalde de Ribeira de Piquín. Los vecinos no tendrán ahora que desplazarse a Meira, A Pontenova o A Fonsagrada para hacerlo.

“Las directrices de las últimas décadas, tanto desde la Xunta como desde Bruselas, llevaron al abandono de la actividad agraria en ayuntamientos como el nuestro”

A recuperación produtiva de 18 hectáreas no entorno da aldea de Montefurado pretende actuar tamén unha barreira natural contra o lume

La recuperación productiva de 18 hectáreas en la aldea de Montefurado será también una barrera contra el fuego

Procedente de una familia ganadera, el alcalde de Ribeira de Piquín vivió en primera persona el proceso de transformación productiva experimentado en el municipio en las últimas décadas. “Todas las directrices públicas llevaron a esta zona a ser forestal. Prácticamente la actividad agrícola se fue abandonando porque no hubo relevo generacional y se plantó todo de eucalipto”, describe.

Pero el municipio cuenta con zonas de ribera altamente productivas a orillas del río, situadas a una altitud media de unos 200 metros y que en algunos casos incluso disponen de acceso a regadío, actualmente abandonadas.

“Los propietarios tienen la dificultad de que no van a poder destinarlas a producción forestal, porque la normativa lo prohíbe, pero tampoco les van a dar un uso agroganadero porque son personas mayores y no hay aquí, ni fuera de aquí, nadie interesado en poner de acuerdo a propietarios de más de 300 parcelas para juntar 18 hectáreas de superficie. Por eso defendemos que la Administración pública debe interceder, porque no hay otra manera de poner en valor este tipo de tierras”, asegura el alcalde. “Con 7 habitantes por km² y cuando ya no quedan explotaciones de las que tirar, no tenemos otra salida más que una apuesta desde lo público”, insiste.

La Administración pública debe interceder, porque no hay otra manera de poner en valor este tipo de tierras

Nada más acceder a la alcaldía, en 2015, Roberto Fernández se fijó como prioridad para el primer mandato la mejora de los servicios públicos e infraestructuras municipales en los 43 núcleos de población de Ribeira de Piquín (vías de comunicación, abastecimientos de agua, alumbrados públicos, servicios sociales, centro de día). “Era aquello que los vecinos y vecinas podían demandarnos, las competencias directas y propias de la Administración local, y eso fue lo que centró nuestro trabajo en la primera legislatura”, explica.

Pero siempre sin perder de vista otra de las necesidades urgentes del municipio: la dinamización económica de un ayuntamiento poco atractivo para las iniciativas privadas, algo que figuraba como propuesta destacada en su programa electoral para el segundo mandato.

Necesitábamos un ente paralelo que nos permitiera tener una actividad económica, porque desde el Ayuntamiento no podemos comprar y vender truchas

Por eso, nada más revalidar el cargo en 2019, comenzaron a trabajar en la vertiente productiva. Pero un ayuntamiento se encuentra con muchas trabas para poder gestionar directamente una actividad económica que incluya, por ejemplo, la venta de truchas, kiwis o habas.

El patronato de la Fundación TerrEO está formado por el alcalde, los concejales y un funcionario municipal

Así, pensaron en la alternativa de una fundación 100% municipal, que hiciese más sencilla la gestión. La Fundación TerrEO se creó en 2020, pero fueron necesarios dos años de trámites, papeleo y burocracia para que estuviera plenamente operativa y pudiera empezar a trabajar.

Recuperar tierras que se encontraban en situación de abandono

FUNDACION TERREO (Ribeira de Piquin) terra para plantacion de horta

Con la finalidad de prevenir incendios forestales, desde la Fundación TerrEO se está recuperando el carácter productivo que tenían muchas de las fincas en torno a los núcleos de población, promoviendo, por ejemplo, un polígono agroforestal de iniciativa privada de 18 hectáreas en la aldea de Montefurado.

“Como el proceso de tramitación de los polígonos agroforestales es lento, lo que hicimos fue alquilar directamente algunas de las parcelas a los propietarios”, explica Miguel Fernández Labrada, ingeniero agrónomo y técnico de la fundación municipal.

El polígono agroforestal de Montefurado forma parte de una concentración parcelaria paralizada

La respuesta de los vecinos está siendo muy buena, pero el minifundio obliga a firmar multitud de contratos, en muchas ocasiones con personas que emigraron o con sus descendientes. “Es algo que sería inviable sacar adelante sin el conocimiento sobre el terreno que tenemos los ayuntamientos”, asegura el alcalde.

“La mayoría de los propietarios son antiguos agricultores jubilados, por lo que ven con buenos ojos que se vuelvan a poner en producción esas fincas que fueron su modo de vida”, afirma Miguel. Pero tanto en los terrenos que alquila la fundación municipal, como en los proyectos que desarrolla, la premisa es no entrar en competencia con otras actividades que ya estén funcionando en el territorio, como el vacuno de carne, uno de los sectores económicos más importantes hoy en día en el municipio de Ribeira de Piquín.

La mayoría de los propietarios son antiguos agricultores jubilados, por lo que ven con buenos ojos que se vuelvan a poner a producir sus fincas

El polígono agroforestal de Montefurado está compuesto por más de 300 parcelas, que proceden de una antigua concentración parcelaria paralizada de 790 hectáreas en la parroquia de Navallos. “Las zonas más productivas en torno a los núcleos de población son las que tratamos de impulsar ahora desde la Fundación. Tenemos identificadas otras 5 o 6 zonas de alto valor productivo como esta en todo el término municipal, que suman unas 100 hectáreas”, describe Miguel.

Alquileres de 500 euros por hectárea

O enxeñeiro agrónomo da Fundación TerrEO, Miguel Fernández Labrada, revisando o estado das 2 hectáreas da plantación de kiwis

El ingeniero agrónomo de la Fundación TerrEO, Miguel Fernández Labrada, revisando la plantación de kiwis

Al mismo tiempo que se vuelven a poner a producir las tierras, se está generando un valor para sus propietarios. “Estamos pagando 500 euros/hectárea de alquiler, muy por encima del precio de mercado en esta zona, pero nosotros también queríamos que eso fuera un aliciente para entrar en los proyectos de la Fundación. La zona dedicada a cerdo celta son 10 hectáreas y supone 5.000 euros de alquiler al año”, ejemplifica Roberto.

La finca más pequeña es de 40 metros cuadrados, no entra ni el tractor en ella

Una de las premisas de los proyectos de la Fundación TerrEO es siempre implicar a los vecinos y propietarios. En las 2 hectáreas de kiwis, por ejemplo, probaron a limpiar las calles tanto con caballos como con ovejas propiedad de dos vecinos de Montefurado. Otro tiene colmenas y las abejas son un aliado imprescindible para la polinización.

Objetivo final: generar empleo

A pesar de ser un municipio de pocos habitantes, Ribeira de Piquín trata de generar propuestas dinámicas con el objetivo de crear empleo de calidad estable en el tiempo. “Apostamos por la agricultura porque requiere mucha más mano de obra que la ganadería de carne en extensivo, por ejemplo, y nuestro objetivo principal es crear empleo”, defiende el alcalde.

Apostamos por la agricultura porque requiere mucha más mano de obra que la ganadería

La combinación entre potenciar servicios en la primera legislatura y crear oportunidades laborales en la segunda, busca frenar y revertir las cifras de la despoblación. Para ello, también se rehabilitaron 3 escuelas unitarias de las parroquias como viviendas para poner a disposición de quienes quieran venir a trabajar al municipio y que se ofrecieron a la ONG Rescate para acoger a inmigrantes.

La Fundación TerrEO cuenta ya en este momento con 9 puestos de trabajo estables, que se suman a los que aporta el Ayuntamiento para la gestión directa de todos los servicios municipales (abastecimiento de agua, alumbrado público, desbroces, servicios sociales y centro de día, etc.). “Eso nos lleva, en los meses de más trabajo, a pagar más de 60 nóminas entre el Ayuntamiento y la Fundación en un municipio de 500 habitantes”, destaca Roberto.

El Ayuntamiento de Ribeira de Piquín está tramitando autorización para una turbina que permita cubrir todo el consumo eléctrico municipal

Desde el Ayuntamiento han solicitado también al Ministerio responsable del Reto Demográfico una ayuda para transformar una vieja escuela que está justo enfrente de la Casa Consistorial para convertirla en un centro de asesoramiento agroecológico que sirva para impulsar iniciativas privadas en este ámbito. “Creemos que va a ser un sector de futuro porque será imprescindible ser más autónomos alimentaria y energéticamente”, defiende.

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