Que la madera de pino no sirve para la construcción de edificios es un tópico errado pero muy extendido en Galicia al que cuesta dar la vuelta. Un cambio social y cultural, pero también de mentalidad empresarial, que permitiría incrementar la demanda, valorizar las plantaciones de coníferas existentes e incentivar las futuras.
A nivel mundial, la madera estructural de pino representa un mercado en claro crecimiento, con buenas perspectivas para los próximos años, y poco a poco se está abriendo también camino en el sector forestal y en el mundo de los arquitectos y las empresas de construcción de Galicia.
Tradicionalmente en nuestra comunidad el pino no se había emplado hasta ahora para la construcción de estructuras en edificaciones. Se optaba por las frondosas: castaño mayoritariamente, roble en menos ocasiones y eucalipto ya entrado el siglo XX en las zonas de costa.
Tradicionalmente en Galicia siempre se emplearon las frondosas para la construcción de estructuras, un papel cumplido por las coníferas en otros lugares del mundo, como Norteamérica, Centroeuropa o los países nórdicos
Pero en otras zonas del planeta eran (y siguen siendo) las coníferas las que cumplían (y siguen cumpliendo) este papel, desde los EEUU y Canadá en Norteamérica a Suecia y Finlandia en los países nórdicos o Austria y República Checa en Centroeuropa.
Un círculo vicioso que devalúa la madera
Al no existir culturalmente ese uso, tampoco los aserraderos y empresas de transformación de madera asentadas en Galicia centraron hasta este momento sus esfuerzos (e inversiones) en ese campo, por lo que la creciente demanda de madera de pino para forjados o estructuras de forjado (por el menor coste económico frente a otras maderas como el castaño o el eucalipto laminado) fue cubierta con importación de madera europea de abeto llegada de países como Estonia, Austria o Rusia.
La importación de madera de abeto europea para forjados o estructuras de forjado mantuvo al pino de los montes gallegos en usos secundarios de menor valor añadido, como palés para embalajes o tablas para encofrar
Esta práctica habitual fue relegando al pino de los montes gallegos a usos secundarios de menor valor añadido, como palés para embalajes o tablas para encofrar, lo que a su vez contribuyó a rebajar el precio de la madera en el monte (y su relevo paulatino por otras especies como el eucalipto). También llevó a una menor silvicultura (y como consecuencia a una materia prima de peor calidad y precio aún más bajo).
Para romper con ese círculo vicioso es necesario mudar usos culturales y constructivos, pero también prácticas silvícolas en los montes por parte de los propietarios forestales (como podas idóneas) que permitan suministrar a las empresas del sector de materia prima de calidad (rolla de pino sin nudos) para que pueda ser transformada en toda una gama de productos capaces de sustituir en el mercado gallego y estatal los productos importados e incluso competir con ellos en el mercado internacional.
Trabajo en conjunto: la creación de la Fundación Arume
En el lanzamiento de nuevos productos orientados a la construcción en madera de pino se está involucrando en Galicia toda la cadena forestal, que ha constituido la Fundación Arume para relanzar el cultivo del pino en nuestra comunidad. Otra entidad destacada es la Plataforma de Ingeniería para el Desarrollo de la Madera Estructural (PEMADE), un grupo de investigación de la Universidad de Santiago dirigido por Manuel Guaita que lleva años trabajando en este campo en la Escuela Politécnica Superior de Lugo.
Para romper con el círculo vicioso del pino en Galicia es preciso mudar usos culturales en la construcción, prácticas selvícolas en los montes y técnicas de transformación en la industria
Entre los objetivos principales de la Fundación Arume está la creación de la marca Pino de Galicia para poner en valor a madera de pino gallega en los mercados nacionales e internacionales. «Queremos ayudar a las empresas de Galicia a avanzar en la segunda transformación, a buscar valor en el mercado, y que parte de ese valor podamos devolvérselo al propietario. Para hacer productos de calidad se necesita madera de calidad y ese es precisamente otro de los ejes principales de la Fundación», resaltan. «Pero para tener esa madera de calidad necesitamos un modelo silvícola adecuado y partir de una planta de calidad, para lo cual estamos llevando a cabo un plan de mejora genética para el pinus pinaster y el pinus radiata de Galicia», añaden.
Parece que algo está cambiando y que algún paso ya se está dando. Hablamos con distintas empresas gallegas, que están apostando a día de hoy por dar valor al pino gallego como madera estructural, y con técnicos conocedores del sector para vislumbrar las posibilidades de unos usos aún incipientes en Galicia, pero consolidados desde hace muchos años en otros países.
David Lorenzo (Tecnalia): «La calidad del pino gallego es igual o superior a la de los abetos que vienen de Europa»
David Lorenzo es profesor de la Universidad de Vigo en la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra y auditor de Tecnalia Certificación, una consultoría con sede en el País Vasco que trabaja a nivel estatal e internacional y que está ayudando a empresas gallegas del sector forestal a dar el salto hacia nuevos usos de la madera de pino destinados a estructuras para construcción.
«El pino gallego tiene muchas posibilidades como material de calidad pero aquí no tenemos cultura en la población y menos a nivel forestal e industrial. Tenemos en los montes pino del país e insigne que se puede serrar, laminar y contralaminar. De Europa viene abeto y nuestro pino tiene una calidad igual o superior a los abetos», asegura David.
Hay mucha madera que queda fuera de la norma porque no se hace una buena poda. Si de 100 tablas solo vale el 10% para hacer productos estructurales eso desincentiva a los aserraderos y a las industrias de segunda transformación
Pero pone sobre la mesa los obstáculos con los que se encuentra el desarrollo en Galicia de toda una cadena especializada en el suministro al mercado de madera estructural de pino. «De los más de 200 aserraderos que puede haber funcionando en este momento en Galicia el 80% han enfocado su negocio al pino, pero destinado a tabla para encofrado, muebles, embalajes o tarimas», evidencia, a lo que se añade un segundo problema, no menor, el de las dificultades de suministro de materia prima de calidad.
«No se hace, con carácter general, una buena poda y silvicultura en los montes, por lo que a la hora de transformarla hay mucha madera que se queda fuera de la norma porque no hay buenas rollas de madera podada de diámetro y longitud idóneas para hacer productos estructurales. De 100 tablas te vale el 10% y eso desincentiva a los aserraderos. Ese es otro de los factores, junto con la falta de cultura, que dificulta el desarrollo de este tipo de industria», explica.
Mercado mundial en expansión
La busca de construcciones más ecológicas y sostenibles desde el punto de vista medioambiental juega a favor de la utilización de la madera en edificación y rehabilitación frente a otros materiales como el hormigón o el acero o incluso en combinación con estos.
Una tendencia a nivel global en la que el pino es el protagonista frente a otras especies. «A nivel europeo y mundial el 99% del mercado de madera estructural es de coníferas. El eucalipto tiene muy buenas prestaciones para muchas cosas, pero globalmente hay mucho más mercado para el pino que para el eucalipto en este ámbito y eso va a seguir siendo así», pronostica.
Estamos a años luz de otros lugares de Europa. El ejemplo de las Landas, en Francia, es un espejo donde mirarnos desde Galicia
Por eso y dados los problemas actuales existentes, dice David, para que el sector forestal gallego pueda aprovechar las posibilidades reales que abre el mundo de la madera estructural de pino, «es necesario mejorar en muchos ámbitos que están relacionados y que van del monte al producto final», implicando a toda la cadena, desde los viveros a los propietarios forestales pasando por los maderistas, aserraderos e industrias. «Estamos a años luz de otros lugares de Europa. El ejemplo de las Landas en Francia es un espejo donde mirarnos desde Galicia», asegura.
A nivel del estado español, nuestra comunidad es la principal zona en producción de madera de pino (pinaster y radiata) y número de aserraderos, seguida del País Vasco, donde en los montes hay pino insigne, y de otras zonas de Castilla y León y Castilla la Mancha, como Soria, Burgos o Cuenca, donde la especie predominante es el pino silvestre o pino rubio.
Generar valor y mejorar precios en toda la cadena
La madera de pino en Galicia, por su destino para productos de poco valor añadido, cuenta con precios modestos, lo que hace que lleve años perdiendo terreno en los montes y cuota de mercado dentro de las empresas de tala y transformación de la madera que operan en la comunidad. Es la pescadilla que se muerde la cola: no se valoriza, por lo que no se puede pagar bien en el monte, como no tiene buen precio no se cuida y como no se cuida no hay materia prima de calidad para valorizar.
La tabla para estructuras se paga al doble y eso indirectamente hace que la rolla en el monte pueda valer más
«Hay que tratar de salir del círculo vicioso de palé, tarima y tabla de encofrado. Si tú puedes serrar para estructuras aumentas el valor del producto. Esa tabla se paga al doble. Indirectamente eso hace que la rolla en el monte también se revalorice y anime a los propietarios forestales a que haya pino plantado en los montes y a que se cuide para que haya madera de calidad para serrar para estructuras», argumenta David.
Apostar por este tipo de productos de alto valor añadido (vigas laminadas, madera termotratada para fachadas, tablero CLT, etc.) serviría para mejorar la cadena del pino en Galicia, llegando incluso a duplicar el precio en el monte si el incremento de valor en el mercado respecto a los productos tradicionales que salen de los aserraderos se acaba transmitiendo a los propietarios.