El lobo se volverá a cazar en Galicia con autorización especial, siempre que haya daños reiterados sobre el ganado y que se demuestre la necesidad de los controles cinegéticos. Es la decisión que adoptó hoy el Consello da Xunta, que acordó retomar el Plan de Gestión del Lobo que había estado vigente en Galicia hasta el 2021, cuando se incluyó el lobo en el Listado de Especies en Protección Especial a nivel de toda España.
Las poblaciones de lobo se concentran en España en la parte noroeste de la península, principalmente en cuatro comunidades: Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, y en menor medida, en otras próximas, como el País Vasco. Todas ellas se posicionaron en el 2021 en contra de que el lobo se incluyese en el Listado de Especies en Protección Especial (Lespre), pero de nada les valió, pues hubo una mayoría de comunidades (sin lobos) que estuvieron a favor de la propuesta de protección del Ministerio de Transición Ecológica.
Ahora, por vericuetos de las votaciones, el Congreso de los Diputados levantó la protección especial del lobo al norte del Duero, de manera que se podrá cazar en las condiciones marcadas por cada comunidad autónoma.
La Xunta calcula que las reses muertas por el lobo aumentaron un 57% desde 2021
En Galicia, la Xunta argumenta su decisión de volver a permitir la caza del lobo en base a la evolución de las poblaciones del cánido y en la evolución de los daños sobre el ganado. El Gobierno autonómico señala que en los últimos 20 años, la población de lobo aumentó un 37%, hasta las 93 manadas actuales, en tanto los animales atacados por el lobo aumentaron un 57% desde 2021, según la Xunta, con una media diaria de 10 bajas de reses.
Este aumento de los avisos de bajas de ganado ha llevado a que el presupuesto consignado a indemnizar daños haya crecido de menos de 350.000 euros de media al año antes del 2021 a 900.000 en el último año, según la Xunta.
En verdad, la decisión gallega de volver a incluir el lobo como especie cinegética, con autorización especial de batidas, esperas o monterías, no cambia mucho la situación de la especie en la comunidad, pues en Galicia apenas había batidas autorizadas contra la especie y las que hubo entre 2010 y 2010 terminaron con sólo 11 lobos abatidos.
El cambio de status del lobo en Galicia tendrá previsiblemente un impacto escaso. Entre 2010 y 2020 sólo se cazó en la comunidad una media de uno al año. Entre Asturias y Cantabria, sumaban 40 anuales
Distinta es la situación en otras comunidades, pues entre Asturias y Cantabria, hasta 2020, cada año venían cazándose de manera permitida alrededor de 40 lobos. En zonas concretas, se comprobó como la extracción de hasta el 20% de los lobos cada año no afectaba al censo poblacional de la especie.
En el sector agrario de Galicia, se da por descontado que es la caza furtiva la que mantiene las poblaciones del cánido mínimamente a raya, pues las batidas organizadas se demostraron como herramientas fallidas, aparte de generar un importante rechazo social entre colectivos animalistas que las hacen poco atractivas para los cazadores.
Otras comunidades, como Asturias, apuestan por controles cinegéticos de la guardería ambiental cuando hay daños reiterados y así se autoriza, si bien Galicia por el momento no se planteó un sistema similar.