Ganadería caprina Val de Conso: La experiencia de empezar desde cero en la montaña de Ourense

Antonio Tucci y Paula Jarque llegaron a Galicia en busca de un entorno donde poder llevar a cabo su propia ganadería caprina. Así formaron Val de Conso, en Vilariño de Conso, donde tienen 150 cabras en unas 180 hectáreas. La agricultura regenerativa y el ecologismo son las bases de su manejo, además de lidiar con la fauna salvaje y otros problemas.

Antonio y Paula en uno de los terrenos que pastorean con sus cabras. Foto: Cedida

Antonio y Paula en uno de los terrenos que pastorean con sus cabras. Foto: Cedida

Antonio Tucci y Paula Jarque llegaron a Galicia en la busca de un entorno en el que poder llevar a cabo su propia ganadería caprina, un ejemplo de «nuevos entrantes», o agricultores y ganaderos que se incorporan desde otros sectores. En su caso, crearon la Ganadería Val de Conso, en el ayuntamiento ourensano de Vilariño de Conso, donde tienen 150 cabras en unas 180 hectáreas. La agricultura regenerativa y el ecologismo son las bases de su manejo, además de lidiar con la fauna salvaje y otros problemas.

Antonio Tucci y Paula Jarque son de Nápoles y Madrid, respectivamente, y llegaron a este municipio de la montaña de Ourense con la idea de llevar a cabo su explotación caprina. En estos momentos su granja cuenta con unas 120 cabras y unas 30 chivas que manejan en un total de 180 hectáreas entre las que se encuentra un monte comunal, y varias fincas privadas.

Se trata de un proyecto ganadero en vías de certificación ecológica, que aplica los principios de la agricultura regenerativa. Pastorean las cabras, las llevan a los rediles, y duermen en la nave todos los días, además de agrupar los partos en la primavera, que es cuando más alimento tienen disponible. Comenzaron con cabras de carne, pero siempre tuvieron el ganado caprino de leche en mente, y ante la búsqueda de una mayor rentabilidad hicieron el cambio. Hablamos con ellos para ver cuál es el proceso que siguieron hasta madurar su proyecto, en paralelo a la crianza de su hija.

– ¿Qué llevó a una madrileña y a un italiano a venir a una aldea de Vilariño de Conso, en la montaña de Ourense, para dedicarse a la ganadería? ¿Qué balance hacéis después de tres años?
Entonces, después de dar varias vueltas por Galicia, mucho a partir del trabajo de formación que hago, nos gustaron varias zonas y anduvimos investigando donde había más posibilidades. Lo que vimos es que aquí parecía que había un nicho en cuanto a explotar el monte, ya que lo poco que quedaba aquí eran vacas y ovejas. De este modo, había mucho monte disponible, nadie lo aprovechaba, entonces pensamos que podríamos ser nosotros quienes le dieran una oportunidad con las cabras.

El balance de estos tres años, ya camino de cuatro, es positivo. Aunque fue difícil entrar por el hecho de ser nuevos y venir de fuera, el recibimiento fue bueno, especialmente por el hecho de tener una niña, ya que aquí hay un gran problema para mantener la escuela abierta por la falta de niños y niñas.

Aquí la mayor parte de las fincas son privadas, la gente no te conoce y no sabe cómo vas a ser, y entonces hay cierta reticencia al principio. Después de estos años pasa lo contrario, casi nos ofrecen más fincas de las que podemos llevar. La verdad es que estamos bastante contentos a pesar de las dificultades que tiene emprender en un proyecto nuevo, la disponibilidad económica, el tiempo que implica, etc.

(Paula) También fue un poco de ‘no pensarlo mucho’, un poco de locura, y de ganas de encontrar un sitio para hacer lo que quieres hacer sin tener que hacer una inversión económica fuerte. Otro motivo importante fue la crianza de la niña en un entorno amable. De hecho, aquí, con el tema de los niños, tenemos ayudas, así como un punto de atención a la infancia que desde el principio pudo ir gratis; así que en ese sentido muy bien.

 

-Cuando se empieza desde cero, una de las mayores dificultades es el acceso a la tierra. ¿Cómo fue la experiencia en vuestro caso?
Efectivamente fue, como decía antes, difícil al principio y creo que fue mejorando a medida que vas demostrando a la gente que estás aquí para trabajar y para hacer un bien, sobre todo para atender fincas que están abandonadas. Hay mucha gente que esta realidad le duele, ver esas fincas a monte o a zarzas, con rebolos y demás. En este sentido, la superficie que cogimos al principio, a pesar de algún contratiempo, poco a poco fue mejorando.

A partir de eso, nos ofrecieron una finca muy pequeña que está ahí cerca, que tiene 1000 m², y allí llevamos las cabras. Luego fuimos llevando los animales a otros sitios más perdidos, que nos delimitaban por donde ir y no, y con el tiempo nos ofrecieron más fincas e incluso la nave en la que estamos (antes los animales estaban en un cortello más pequeño). Hay que destacar que toda la extensión que tenemos es cedida.

(Paula) Luego decir que tuvimos un gran recibimiento de la gente de la aldea. Nos convertimos en comuneros y eso nos llevó a acceder a más monte.

Claro, eso fue muy importante. Lo que nos dijeron fue ‘si tenéis cabras, el monte os lo dejamos a vosotros’, y nos ayudó mucho porque teníamos muchas parcelas pero que quedaban pequeñas. El inconveniente en el minifundio es que tenemos fincas donde no caben las cabras, y aparte, decir que todo el invierno las cabras pastorean por el monte comunal; pasamos todo el día con ellas y por la noche vuelven a la nave, pero esa superficie nos resulta de mucha utilidad.

ganderia val de conso 2 monte cabras

-Las redes sociales en el rural son claves, sobre todo cuando vienes de fuera. ¿Cómo está siendo el proceso en vuestro caso? ¿Qué recomendarías en este sentido a la gente que es nueva en el rural?
(Paula) La verdad es que creo que no me llevaba muy bien con las redes, aún no sé utilizarlas bien, pero es cierto que con los tiempos que corren no puedes decir ‘no lo hago’. Al final, aunque sea para darte a conocer porque la gente vea el trabajo que haces, y también para la venta directa, nos ayuda mucho.

Yo sí que recomiendo a la gente que está en el rural que haga su punto de difusión porque sí que interesan las historias de la gente nueva que va al campo, tanto si provienes de un mundo ya rural o no.

(Antonio) Y también por la conexión porque anunciarte por las redes llegas a más gente, incluso con proyectos similares. Al final aquí en la aldea somos 10 vecinos y en el municipio unos 400.

(Paula) Y a nivel divulgativo tiene su utilidad. En nuestro caso, además de ser un proyecto de cuidado de la naturaleza y de hacer las cosas de otra manera, también haces un trabajo de acercar las ciudades al campo, creando una ventana que muestra el día a día en el proyecto.

-La formación es otro de los puntos clave. Cuéntanos cómo fue vuestro proceso formativo y qué necesidades detectáis.
(Antonio) En mi caso el proceso fue un poco al revés, por así decirlo. Yo me dedico a la formación y al asesoramiento de explotaciones (antes más que ahora), y me formé en agricultura y ganadería ecológica después de estudiar biología; y después hice formaciones complementarias, por mi cuenta, en agricultura regenerativa.

Es por eso que mi caso es un poco al revés: aplicar lo que sabía y aprendí en el proyecto porque yo no vengo de una familia conectada con el rural, de hecho en Italia mi familia era de industria. Sin embargo, sí que miro que mi caso no es el más habitual y sí que hay una gran necesidad de formación. Por mi parte, sí que pienso que más que una formación hace falta un seguimiento y un asesoramiento por parte de la administración o recuperar ese papel que tenían las oficinas de extensión agraria y que desapareció por completo. Ahora lo que hay de cara a la administración está enfocado a todo el tema de papeleo, que va muy bien, pero en términos de asistencia para la innovación, etc., prácticamente ha desaparecido, no solo en España.

(Paula) Yo pienso que en cualquier trabajo o profesión hay que tener la iniciativa de mantener un interés formativo porque siempre hay novedades o avances científicos que pueden aplicarse y quizás en el campo no estaba tan insertado esto. Por eso, desde mi punto de vista es importante que la gente del rural apueste por la formación, y por una formación que esté actualizada a los tiempos que vienen. Por ejemplo, en mi caso, hice formación de comportamiento animal tanto para los perros como para las cabras, y sí que la aplicamos bastante al proyecto.

-¿Qué apoyos recibisteis por parte de las administraciones? ¿Fue excesivamente complicado acceder a ayudas? ¿Qué habría que mejorar?
(Antonio) Nosotros tuvimos bastante ayuda. En este sentido, estamos pendientes de que se apruebe la licitación de aldea modelo en nuestra aldea por los incendios del 2019 que llegaron casi a las casas, y aún está sin hacer. De hecho, una de las cosas que se necesita mejorar son los tiempos porque desde que empezó a plantearse hasta que se formalizó el proceso ya pasaron más de dos años, entonces nosotros tuvimos que buscarnos la vida mientras.

Después, nosotros hicimos la incorporación y lo mismo: para incorporarme yo pasó más de un año hasta que se aprobó, pasaron unos cuantos meses hasta cobrar la primera parte, luego solicitamos los derechos de reserva nacional que tardan unos dos años en asignarnos, etc. En definitiva hay un impedimento desde el punto de vista económico para acceder a esas ayudas porque tienes que demostrar que te dedicas al campo para solicitar esas ayudas, y luego dichas ayudas, como el caso de los derechos, no llegan hasta que pasan 4 años de todo el proceso. Entonces, mientras tanto, en nuestro caso, estuvimos en un momento de parón porque no llegaban las ayudas. Entonces, mientras tanto, en nuestro caso, ¿qué haces? Pues tirar mano de la pareja para que ella trabaje y poder mantener a la familia y el ganado, porque al principio el proyecto da muy poco.

Igualmente, la intención es mantener la explotación sin ayudas, aunque la realidad es que el 40% de las explotaciones a nivel nacional dependen de las ayudas para la sostenibilidad económica. Entonces, muy bien que muchas de las solicitudes que hicimos y que nos aconsejaron vienen aprobadas, pero los tiempos son eternos, y eso es un inconveniente.

A día de hoy cuentas con una ganadería de caprino. Descríbenos cómo es vuestra ganadería: número de animales, raza, base territorial…
(Antonio) Nosotros actualmente tenemos algo más de 120 cabras, más unas 30 crías nuevas que acaban de nacer en mayo de este año. En cuanto a la raza, nosotros cuando llegamos apostamos por un rebaño de carne y optamos por la cabra gallega, pero no acabó de adaptarse ni a nuestro manejo ni a nuestra idea, y fue entonces cuando surgió la iniciativa de tener cabras de leche, también por un tema de rentabilidad.

(Paula) En ese primer momento, apostamos por la raza autóctona gallega porque confiábamos en que se adaptaba mejor al medio, y las compramos a una Comunidad de Montes que las tenía para el mantenimiento de sus montes. No cumplieron las expectativas que iban acorde a nuestro manejo (hacemos un manejo muy concreto) y quizás estas cabras estaban más enfocadas a pastorear en libertad. Además, el tema de la leche siempre estuvo presente en nuestra idea, y con las gallegas era absolutamente inviable.

(Antonio) Como en Galicia no hay ninguna raza autóctona de cabra de leche, ahora tenemos un conjunto de cruces de razas autóctonas peninsulares, de las cuales tenemos desde cabra de Guadarrama (Sierra de Madrid), Florida Sevillana, Malagueña y algún cruce más. De este modo, mediante cruce estamos intentando ver cuál es el cruce que mejor se puede adaptar a las condiciones de Galicia. Después, en tamaño de explotación, manejamos las 180 hectáreas de monte comunal aunque no aprovechamos el 100% de la superficie.

(Paula) En manejo, las cabras salen a pastar todos los días, aunque dependiendo de la época del año salen a pastar más horas o menos, y además jugamos con el tema del redil con las mallas de las cercas eléctricas.

(Antonio) Intentamos pasar el máximo tiempo con ellas. Sí que en invierno, por la falta de horas de luz, nos vemos más obligados a pasar tiempo con ellas en el monte porque en los prados no hay comida. La alimentación el 90% es nuestra, si no comen fuera les segamos hierba, y luego les damos un poco de cereal en el amarre para el ordeño o para que vengan con más ganas a la corte.

-¿Cómo os organizáis en el día a día de vuestra granja?
(Paula) Depende del momento del año, pero nuestra idea es que en invierno las cabras no estén produciendo leche, sino aprovechar el pasto de primavera y verano -que son más nutritivos- para el ordeño y para ahorrar en pienso. Por lo tanto, en invierno es un poco más relajado, entre comillas, porque salimos a pastar todo el día y luego las guardamos. Las sacamos a pastar no muy temprano por las heladas y el frío, comemos fuera con ellas, y luego las recogemos cuando se hace de noche. Siempre tienen algo de hierba en los comederos en invierno porque, si no, son muchas horas en el corral y pocas pastando fuera.

Ahora, en primavera, nos levantamos temprano, ordeñamos, y cuando terminamos salimos a pastorear -normalmente salgo yo- y las recogemos al mediodía para que amamanten a los cabritos y ya después por la tarde van al redil, lo cual organiza Antonio mientras yo estoy con las cabras.

(Antonio). Durante el día, las cabras tienen que volver por lo menos una vez porque como esas cabras dan mucha leche, los cabritos tienen riesgo de empacharse y de tener diarreas, lo cual es un riesgo para los más pequeños.

-Se dice que la alimentación del ganado caprino es de las más complicadas para mantener un equilibrio nutricional. ¿Cómo es en vuestro caso?
(Antonio) Eso es totalmente cierto. Las cabras, de todo el ganado doméstico, son las que más problemas dan. La gente tiene la falsa idea de que las cabras lo comen todo, y sí, lo comen todo, pero también mueren por comerlo todo, es decir, es un animal que tiene unos requerimientos nutricionales muy elevados, mucho más que las vacas o las ovejas en cuanto a proteína y energía. Además, es altamente selectiva, por lo tanto, en la alimentación no la puedes forzar a comer de todo, aunque sí es verdad que en pastos y en monte son capaces de encontrar lo bueno dentro de lo malo, pero también a base de trabajo. Igualmente, para cabras de leche, el complemento de cereal que les damos les viene bien.

-¿Cómo es el manejo que hacéis de los partos? ¿Qué ventajas aporta la ganadería regenerativa?
(Antonio) Nosotros hacemos partos agrupados por el momento, es decir, como decía antes Paula, intentamos que las cabras paren en la mejor época del año en cuanto a climatología y abundancia y calidad de los pastos. Prácticamente las cabras comienzan a parir cuando está florecida la carqueixa, que las alimenta mucho. Intentamos que paren en el mes de mayo, en una paridera muy agrupada, es decir, con todas las cabras que están preñadas hacemos diagnóstico de gestación por ecografía -así también las controlamos en cuanto a la alimentación- y en 20 días sabemos que paren todas las cabras. (Paula). Las cabras quedan apartadas un día y una noche con el cabrito recién nacido para que tengan la tranquilidad de conectar con la cría, y después se crían todos juntos en un espacio de la nave donde están todas las madres y todos los cabritos. A partir del segundo día, las madres salen fuera igual que el resto.

-También existe la creencia de que las cabras son muy delicadas a nivel de salud, y supongo que aún más en ecológico. ¿Es así en vuestro caso? ¿Qué recomendarías para mantener un buen estado sanitario?
(Paula) La verdad es que son muy duras y frágiles a la vez. Tienen un cuerpo resistente, pero puede que un día tengan tos y al día siguiente estén muertas, y no sabes de dónde vino. (Antonio). Es fundamental el tema preventivo y de control. Desde el principio intentamos prescindir al máximo de cualquier tipo de tratamiento, y ahora trabajamos mucho con prevención. Vacunamos de casi cualquier cosa de la que se puedan contagiar y estamos de la mano del ADS y con otros veterinarios que nos ayudan. De hecho, estamos en campaña voluntaria para la vacunación de paratuberculosis y vacunamos de enterotoxemia, de neumonía, y siempre muy pendientes del tema de parásitos a través de coprologías, es decir, no desparasitamos sin control, sino que hacemos pruebas cada ciertos meses y a partir de ahí vemos si es necesario o no. Este año tuvimos mucho problema con las garrapatas, y de hecho, contagian una bacteria que hace que las cabras se vayan quedando atrás. El tratamiento no acaba de responder bien del todo. Todo esto hace que las cabras tengan una tasa de mortalidad elevada, haciendo necesario generar una tasa de reemplazo alta, de un 30% aproximadamente.

-En cuanto a fertilización, ¿aplicáis encalado o algún orgánico adicional aparte de los propios excrementos del ganado?
(Antonio) De momento solo el propio excremento que producen las cabras. No aplicamos nada más. Cal sí aplicamos en una finca por un experimento que hicimos para sembrar alfalfa y plantones, pero no funcionó. Lo que tenemos pensado es que en las fincas que estamos recuperando del monte, que tienen un pH muy bajo, encalar, pero por el momento lo que hacemos es una fertilización con lo que genera la propia explotación.

cabras val de conso 1-La comercialización es uno de los pilares fundamentales en la viabilidad económica de estos proyectos. ¿Vendéis cabritos y animales para vida?
(Paula) Obviamente vendemos los cabritos y si son para vida yo priorizo. De momento, con la cantidad de cabras que tenemos, nos lanzamos a la venta directa y nos salió bien porque como no es una cantidad muy grande los vendemos todos. (Antonio). Además de la demanda de particulares, estamos intentando abrir un hueco en la hostelería para intentar mejorar el margen por ese lado. Estamos intentando desarrollar la venta directa de proximidad o con envíos para mejorar los márgenes. (Paula). Y con el tema de la leche, aún estamos ordeñando este año, entonces la cosa está incierta, pero la idea es vender la leche a queserías artesanales, aunque no se descarta la posibilidad de hacer un esfuerzo económico para hacer una quesería propia y vender en la misma línea.

-¿Habéis calculado cuánto os cuesta producir un kilo de carne de cabrito?
(Antonio) A ver, lo he calculado de manera aproximada, y realmente de forma incorrecta porque lo hice a partir de los gastos, sin contar las horas de trabajo. De este modo, lo que tengo calculado más bien es cuánto comen las cabras a lo largo del año, contando con el complemento de cereal que tenemos para la leche. Por eso, un cabrito de 9 kg vivo está saliendo sobre 8€, o algo más, el kilo de canal producido.

-Se podría decir que prácticamente no tenéis alimentación externa y el ganado aprovecha los recursos del monte. ¿Por qué recomendarías consumir esta carne de calidad?
(Paula) Organolépticamente, los animales que comen lo que deben comer siempre desarrollan mejor el equilibrio de perfiles nutricionales, más que cualquier otro animal que tiene un organismo forzado a base de piensos y cereales. Entonces, es más recomendable alimentarse de animales que comen en el monte y en el pasto aquello de lo que debe alimentarse su especie. Además, este tipo de nutrición favorece su bienestar y no les permite a los animales segregar hormonas que se pueden encontrar en otros tipos de manejo. En el caso de los cabritos, no se alimentan de otra cosa que no sea la leche de sus madres.

-El acceso a mataderos es un problema general, y supongo que aún más tratándose de caprino. ¿Cómo lo resolvéis en vuestro caso y qué habría que mejorar? ¿Echáis mano del Matadero Móvil de la Xunta? ¿Cómo valoráis el servicio?
(Antonio) Lo del matadero aún no lo hemos hecho, pero es una de las grandes ideas que tenemos en mente. Aquí sí tenemos uno relativamente cerca, que está en Viana do Bolo, a 14 km, pero, por ejemplo, la semana pasada un vecino que tiene ovejas probó el Matadero Móvil y dijo que la experiencia fue muy buena. Así que la idea que tenemos seguramente sea hacer eso.

(Paula). De hecho, si la cosa va bien apostamos directamente por el Matadero Móvil. Hacen falta en general, tanto en Galicia como en el resto de España, muchos más pequeños mataderos cercanos a las ganaderías, o incluso apostar por desarrollar más mataderos móviles que puedan ofrecer ese servicio.

-En los últimos años se ha producido un drástico descenso del censo caprino en Galicia y también del consumo. ¿Cómo valoráis la situación del mercado y las oportunidades que hay para nuevas ganaderías profesionales como la vuestra, que producen tanto lácteos como carne?
(Antonio) A ver, eso no solo está pasando en Galicia, sino que es una realidad en toda Europa. Luego, en cuanto a la bajada del consumo, creo que está relacionada con la gente mayor. Quienes más solían consumir son las generaciones anteriores a las de nuestros padres, y desgraciadamente esa gente está muriendo. También es verdad que el cordero y el cabrito es algo que se consumía en familia, y ahora estas no son como antes, de 6 o 7 hermanos. Al final, también parece que el ritmo de vida de la gente más joven es más rápido y no tienen tiempo para cocinar. Yo veo una oportunidad clara, pero hace falta encontrar un hueco en el mercado que lo acepte, y creo que lo tenemos en las zonas urbanas. En Galicia, la gente mayor consume carne de monte, pero en las ciudades se está demandando mucho más este tipo de carne, aunque no sabemos cómo evolucionará la cosa.

(Paula) Es verdad que el ritmo de vida de hoy, y lo que le presta a la gente, es hacer las cosas rápidas. Los típicos cortes del cabrito y del cordero necesitan horas de cocina, bien de horno o de guisado, e la gente no cocina tanto en casa. También es un plato que se asocia a alguna festividad.

-¿Estáis certificados por el CRAEGA?
(Paula) Estamos en proceso de certificación.
(Antonio) Vamos a hacer ya la solicitud este año para entrar en ecológico porque hasta el momento no hemos estado certificados, aunque prácticamente hacemos todo en ecológico salvo el uso de suplemento de cereal que es convencional. Sí que alguna vez hemos comprado algo de cereal a algún vecino o compañero que solo fertiliza con estiércol. Aun así, hoy en día es lo único no ecológico que tenemos en la explotación, por lo que es muy fácil pasar a la certificación en ecológico.

-¿Cómo es la convivencia con la fauna salvaje -lobo y jabalí- y qué medidas de prevención consideráis más eficaces?
(Antonio) Nosotros con el lobo no hemos tenido mucho problema hasta el momento. Nosotros en concreto. Sí que en esta zona está habiendo bastante problema. Por nuestra parte, lo único que recuerdo es una cabra que mató el lobo porque no la pudimos bajar con el resto, y cuando volvimos por ella ya no estaba.
Lo primero que planteamos fue trabajar mucho en prevención. Partimos de que las cabras ya no dormían fuera -a pesar de no haber tenido ningún ataque-, y aparte de convivir con los mastines, nosotros también estamos con ellas en el monte constantemente. Además, en los rediles tienen cierre eléctrico.
(Paula) Al final es un tema de manejo. Entre los rediles eléctricos, que las cabras no queden solas sin una medida o dos de protección. Y luego, el tema de guardar el ganado cuando nosotros no podemos protegerlo es fundamental.
(Antonio) Quizás tenemos más problemas con los ciervos o con el jabalí. Nuestra intención era cosechar grano en el monte, lo intentamos dos años seguidos, y no pudimos porque no nos dejaron cosechar nada, por lo que lo descartamos.

-Además de la ganadería, también realizáis asesoramiento sobre agricultura regenerativa. ¿Cómo valoras la acogida de este servicio que trata de mejorar la biodiversidad del suelo y producir alimentos de forma más sostenible?
(Antonio) Yo pienso que cada año va a más. Creo que está teniendo muy buena acogida. Hay mucha gente que está entrando en este mundo por varios motivos, el primero es darse cuenta de que las cosas no se estaban haciendo bien -por la degradación de los terrenos, la pérdida de productividad, etc.- y después, también por temas de viabilidad económica. Aprovechando los ciclos de la naturaleza se necesitan menos insumos y, por lo tanto, puedes producir lo mismo o un poquito menos con muchísimos menos gastos. Por estos dos lados principalmente, cada vez va a más.

-En vuestro caso, ¿cómo valoráis los apoyos que recibís por parte de la PAC? ¿Qué modificaciones consideráis necesarias en estas ayudas?
(Paula) Nosotros de la PAC casi me atrevería a decir que no recibimos apoyo alguno.
(Antonio) Bueno, aunque la incorporación es un procedimiento subvencionado por la Unión Europea, por lo demás recibimos muy poco apoyo. El problema principal, como ya digo en nuestro caso, es partir de territorios abandonados. Por lo tanto, límpialos, pásalos, abónalos si puedes, aplica algo de estiércol, solicita cambios de uso, derechos de la reserva nacional, etc. Es decir, en un monte que todo eran brezos y aulagas hemos gastado miles de euros, y de momento no hemos visto nada. No es que esté mal o bien, pero incidimos sobre todo en un tema de tiempos.
(Paula) Eso, y que la PAC también está centrada en un tipo de superficie pero existen otros tipos que no están contemplados dentro de ella. Luego, otra de las cosas es que no puedes construir tu negocio ganadero pensando en la PAC, es decir, no puedes basar el desarrollo del proyecto en las ayudas que te van a dar.

-¿Qué cambios os gustaría hacer en vuestra ganadería en los próximos años?
(Antonio) Aquí contemplamos dos líneas. Por un lado, en cuanto a instalaciones nos gustaría mejorar la nave porque nos facilitaron una nave que estaba abandonada. Luego, nos gustaría mecanizar algunos trabajos relacionados con el estiércol, mejorar algunos cercados y poner otros fijos; y a largo plazo nos gustaría plantearnos más en firme la transformación de la leche por nuestra parte, pero depende de cómo evolucione la relación con las queserías artesanales y demás porque quizás no tengamos necesidad de someternos a esa actividad.
(Paula) Sobre todo también por la carga de trabajo porque somos solo dos personas, aunque en algún momento nos ayudan algunos vecinos. Entonces hay que valorar un poco todo.

-¿Algo más que añadir?
(Paula) Que en todo este marco hay que encuadrar a la niña. La conciliación laboral en este sector es muy complicada y aún más en un lugar que no es el tuyo. Es por eso que los servicios sociales en el medio rural tienen que mejorar, sobre todo para las familias jóvenes que vivimos del rural y en el rural para que podamos desarrollarnos bien.
(Antonio) A mí en cuanto a ganadería lo único que me gustaría destacar es el papel de los montes comunales. A pesar de que tenemos muchas facilidades para la superficie privada, si no fuera por los montes comunales sería muy complicado poder emprender y llegar a una superficie amplia de explotación. Para nosotros el monte comunal es nuestro pulmón, y ahí juegan un papel muy importante los vecinos: es fundamental tener su apoyo. Nosotros estamos muy agradecidos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información