Ganadería Casa Ferreiro Tosal: Mejora de la rentabilidad y de la calidad de vida gracias a la raza Fleckvieh

Esta ganadería familiar de Sarria pasó hace dos años de vacas de carne a de leche. Buscaban animales que dieran pocos problemas, con buenas lactaciones vitalícias y que producieron una leche con más calidades y por tanto, mejor pagado. Apostaron por la raza Fleckvieh y este está siendo su resultado

Ganadería Casa Ferreiro Tosal, situada en la aldea de Santo Estevo de Lousadela, en Sarria (Lugo), es una granja de vacuno de leche bastante atípica para Galicia: pasaron de vacuno de carne a vacuno de leche hace dos años, las vacas no prueban el silo de maíz, su propietario da compatibilizado el trabajo en la granja con otro empleo y las vacas son de raza Fleckvieh, aún raras en España pero muy comunes en países como Austria y otros de Europa.

Las causas de estos cambios nos las explica Ginés Manuel García Díaz, que también trabaja por las mañanas en el centro de recría de la cooperativa AIRA en Sarria: “Tenía una ganadería de vacas de carne, 20 animales de raza Blonde, que estaban en pastoreo en unas 22 hectáreas de terreno, repartidos en varias parcelas alrededor de la nave. Pero últimamente tenía problemas con los terneros, a pesar de haber invertido mucho en mejora genética, y tal y como estaban los precios de la carne no le veía mucha rentabilidad, por lo que empecé a mirar otras alternativas, porque la verdad me dolía deshacerme de todo esto”.

Comenzó informándose por internet sobre razas de vacas de leche más resistentes y adaptadas al pastoreo. Tenía claro que no quería meter Holstein, pues “por mi trabajo las conozco bien, y son vacas bastante delicadas. Ademáis, no me gusta el sistema de estabulación intensiva ni le veo rentabilidad para mi caso”.

Fue así como llegó a ponerse en contacto con Ganados Barreira, importador de diferentes razas de ganado vacuno desde distintos países de Europa: “Quería una raza que no fuera la Holstein, que fuera una vaca dura, que no me ocupara mucho tiempo y que me evitara gastos veterinarios y de las fábricas de pienso; es decir, quería buscar la rentabilidad produciendo leche de calidad a bajo coste”, reconoce.

Finalmente en diciembre del 2018, con 47 años de edad, decidió adquirir 15 novillas preñadas de raza Fleckvieh procedentes de Austria. “Fue la raza que más me convenció, miramos las cartas y el ganado que tiene Ganados Barreira en su finca en Lugo, y vi que gracias al trabajo de Genetic Austria, son donde más están mejorando la raza, y donde no hubo cruces con la Holstein”.

“Son vacas que transforman muy bien el forraje en leche”

Pasado más de un año, Ginés valora el resultado como “muy satisfactorio”. “Son vacas que transforman muy bien el forraje en leche, precisando menos pienso que la Holstein para producir la misma cantidad de leche; a nivel de salud son animales muy duros, con cero problemas de patas y de partos, y muy buena fertilidad. Ademáis, conservan muy bien el estado de carnes, de forma que su condición corporal no varía mucho y mantiene una producción lechera bastante constante desde el comienzo hasta el final de la lactación”, resume.

A nivel de carácter, este ganadero destaca su docilidad: “Son mansas de más, cuando las trajimos pensamos que iba a ser un lío llevarlas al prado e incluso echamos mano de la ayuda de los vecinos, pero no hubo ningún problema, e incluso cogí a alguna por la cuerda ese día en el prado; son mucho más tranquilas que la frisona”, reconoce.

Alimentación del ganado y organización del trabajo

La producción de las 16 vacas en ordeño que tiene esta ganadería en este momento es de un promedio de 30 litros diarios con unas calidades medias del 4,2% de grasa y del 3,7% de proteína y un recuento de células somáticas que ronda las 100.000 unidades. La leche se la venden a Lactalis, con una prima por realizar pastoreo, y que sumadas a las calidades oscila entre los 0,35 euros litro -Iva incluido- en primavera y los 0,38 euros en invierno, al variar el porcentaje de sólidos según la estación.

Para compatibilizar la granja con su otro trabajo Ginés simplificó al máximo el manejo de su ganadería, que atiende principalmente él, con ayudas puntuales de su padre y de su esposa.

Así, la jornada comienza a las 6 de la mañana con el ordeño, pero antes les da una ración de 2 kilos de pienso por vaca y otros 2 de pulpa de remolacha, punteando según la producción de cada animal. Después del ordeño les da silo de hierba y sobre las nueve de la mañana salen al pasto, donde permanecen hasta las 6 de la tarde, aproximadamente. A esa hora las recoge para ordeñarlas, pero antes les da 2 kilos de harina de maíz, y después del ordeño silo de hierba. En verano, cuando hay menos pasto, lo compensa aumentando en 1 kilo el pienso y la pulpa por animal. Ginés destaca que con esta ración tiene menos costes de producción y menos necesidad de horas de trabajo.

Donde sí está mejorando es en la calidad de los pastos: “El pasto es la fuente de alimentación más barata y es ahí donde tengo mucho margen de mejora. Estoy trabajando sembrando una mezcla de raigrás híbridos ingleses con raigrás italiano y algo de trébol”.

Un plus en la venta de becerros

La Fleckvieh es reconocida por ser una raza de doble propósito, con producciones lecheras que llegan a los 12.000 litros por lactación en estabulación intensiva, pero también cárnica, con becerros con buena aptitud y vacas de desvieje valoradas por el marmolado o infiltración de grasa en su carne.

En el caso de Ganadería Casa Ferreiro Tosal están vendiendo los terneros con 30 días a un precio medio de entre 200 y 250 euros. “En esta raza tienen un precio intermedio entre el de los becerros pintos y el de los de cruce industrial”, asegura Ginés.

En cuanto a la genética, el semen que están empleando es de Genetic Austria, que le ofrece también asesoramiento para los acoplamientos. “Estoy apostando por el mejor semen importado, pero como crítica, me gustaría que la carta de toros fuera más amplia”, reconoce.

Adaptaciones en el establo

Esta ganadería aprovechó el establo del que disponían para vacas de carne pero tuvo que realizar una inversión para adaptar las instalaciones. “Entre la compra de las vacas y las obras que tuvimos que hacer el gasto rondó unos 80.000 euros, que tuvimos que poner de nuestro bolsillo, porque al pasar de los 40 años no pude optar a ayudas”, asegura.

Los principales cambios fueron la construcción de cubículos con camas de arena, la traída de corriente eléctrica y la construcción de una sala de ordeño, un equipo de 6 puntos con posibilidad de ampliarlo a 8.

Planes de futuro

Los planes de Ginés pasan por seguir aumentando el rebaño hasta llegar a unas 40 vacas en ordeño, y cubrir así la capacidad que tiene el establo y de la base territorial de la que dispone. “Ahora mismo tengo en recría 15 novillas en unas praderas de mi mujer en O Incio, estoy apostando por una buena genética y los números con este sistema y con esta raza están resultándome positivos, concluye.

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