Ganadería Dradas, un ejemplo de relevo generacional en el vacuno de carne de Galicia

Ganadería Dradas, un ejemplo de apuesta por la vida rural en la montaña lucense, combina tradición y modernidad en un entorno donde la calidad de vida y el trabajo ganadero se unen para criar la nueva generación en un ambiente de libertad y tranquilidad

Ganadería Dradas, un ejemplo de relevo generacional en el vacuno de carne de Galicia

Alfonso y Tania valoran la oportunidad que les da este trabajo de tener una calidad de vida y poder pasar tiempo con sus hijos en un entorno bonito y tranquilo.

Ganadería Dradas es a día de hoy una de las granjas referentes en el vacuno de carne de la montaña lucense, en concreto en el ayuntamiento de A Fonsagrada. Con 150 madres en régimen extensivo y un cebadero propio, Tania, junto con Alfonso se encargan del trabajo diario en esta explotación. Son referencia por hacer valer la vida en el campo y el orgullo de ver crecer a sus pequeños en un entorno rural. Muestra de esto fue la participación de Tania en la VII Reunión Casal de Arman, organizada por el Foro Económico de Galicia, donde se analizaron retos y oportunidades para el campo gallego.

Con la incorporación en 2017 de Tania a la explotación familiar, la continuidad de las vacas de carne en la parroquia de Dradas estaba asegurado. Por aquel momento, los padres de Tania trabajaban un rebaño de 80 vacas asturianas bajo un sistema extensivo y un acabado final en el cebadero propio. Pasados los años la cabaña ganadera fue aumentando, con unas 150 madres repartidas en algo más de 100 hectáreas de terreno.

La tranquilidad y libertad de la vida en el campo es algo que valorarán nuestros hijos

Sobre su futuro, Tania siempre tuvo claro que “me iba a dedicar a algo relacionado con la ganadería y tenía que ser en este entorno de A Fonsagrada. Cursé un ciclo de industrias alimentarias, en un primer momento había pensado en pasar a estudiar veterinaria pero coincidió con la jubilación de mi padre. En ese momento decidí tomar el relevo y hacerme cargo de la explotación, con la ayuda de Alfonso. A La par de la incorporación nació nuestro primer hijo, este es un entorno tranquilo y bonito donde ver crecer a los pequeños. Carecemos de algunos servicios que puede haber en las grandes ciudades pero solamente la libertad y tranquilidad de la vida en el campo creo que lo compensa”.

Esta pareja considera muy importante a calidad de vida que les ofrece esta profesión, por la libertad pero también por las posibilidades de conciliación de trabajo y crianza de los hijos. “Es uno de los pocos trabajos que permiten que los pequeños nos puedan acompañar en las tareas del día a día y, cuando no, siempre puedes estar tranquilo porque están en un entorno seguro. Este es un trabajo que tenemos que hacer todos los días pero darnos cierta flexibilidad para dedicarles tiempo”.

«A los 10 meses, cuando los becerros están engordando bien ya los tenemos que sacar»

El trabajo diario pasa por atender y revisar las vacas que se encuentran por los prados en régimen totalmente extensivo, y por otra parte atender a los becerros del cebadero. Por lo general entran al engorde pasados los 7 meses que marca el sello de Ternera Gallega Suprema, hasta comercializarse antes de los 10 meses. “Por diversas circunstancias alguno queda hasta los 12 meses, yendo sin el sello de Suprema. Es poco tiempo lo que tenemos para cebar, cuando entran y vemos que están cogiendo kilos ya los tenemos que sacar. Además por el sabor de la carne, particularmente creo que debería esperar como mínimo a los12 meses. Pasado el año tiene otra textura e intensidad, sería como comparar un pollo de un mes con otro ya finalizado”.

El cebadero cuenta con 10 recintos con una capacidad de 5 o 6 en cada uno.

El cebadero cuenta con 10 recintos con una capacidad de 5 o 6 en cada uno.

No se realiza concentración de partos para ir abasteciendo todo el año al cebadero

Para ir abasteciendo el cebadero continuamente no se realiza concentración de partos en un momento concreto. “Cada lote de vacas viene más o menos junto pero hacer una concentración de la mayoría de las madres en una época del año haría que en unas épocas tuviéramos el cebadero saturado y en otras vacío”, apunta Alfonso.

Hierba seca para encamar por los altos precios de la paja

La alimentación para el final consiste en un concentrado específico de engorde y hierba seca de las propias hincas. Para el encamado, debido a los altos precios de la paja en la campaña anterior, y por exceso de forraje, comenzaron a utilizar la hierba seca de peor calidad para lo encamado.

Alfonso y Tania explican que “cada semana gastamos aproximadamente un rollo de hierba para las camas. No es tan absorbente como la paja y tenemos que gastar algo más pero es un recurso del que echamos mano para contener los costes de producción. Tenemos el cebadero separado en 10 recintos y en cada uno procuramos no meter más de 5 o 6 animales para que descansen bien y no haya demasiada competencia entre ellos. Este año también estamos probando a cebar dos vacas que tuvieron problemas en el parto y tenemos con el mismo engorde que los becerros”.

De cara al futuro se decantan por la raza limusín por la vitalidad y facilidad de parto

Por otra parte, el manejo de las madres se limita a revisar que no tengan problemas y de su alimentación, bien la base de pasto o de silo. La totalidad de las nodrizas, unas 150 aproximadamente, se encuentran divididas en lotes de alrededor de 25 animales con su respectivo toro.

“Tenemos varias razas, alguna más llamativa como la galloway, pero también fleckvieh, parda, cruce de frisón, rubia gallega pero mayoritariamente limusín. La facilidad de parto y la vitalidad con la que nacen y se ponen a mamar son fundamentales en este sistema extensivo. Por este motivo, excepto un lote de vacas asturianas con toro de la misma raza que era con el que trabajaban mis padres, el resto de sementales son limusín”.

Terneros en el lote de vacas asturianas.

Terneros en el lote de vacas asturianas.

La alimentación de los animales en el exterior es exclusivamente de hierba para las vacas y de leche, hierba y pienso en tolva para sus crías. “Ponemos tolva con pienso para los becerros para ayudar cuando ya van teniendo poca leche las madres y para que en el paso al cebadero empiecen a comer bien ya desde el primero día”. En los meses de invierno y en la sequía del verano el pasto es complementado con silo que se distribuye por las fincas, en comederos o con un salto desensilador por la finca.

«Hacemos alrededor de 1000 rollos de silo»

Ubicados a alrededor de 800 metros de altitud en los últimos años, la climatología supone gastar más silo en verano que en invierno. “Los inviernos están viniendo lluviosos pero las temperaturas son más suaves que hace años. Esta primavera fue más húmeda de lo habitual pero normalmente los prados ya estarían secos. En estas fechas, y en los meses más fríos del invierno gastamos algún día hasta 7 rollos de silo. Otra tarea es la de llevar agua para las vacas. Tenemos fincas con agua pero a otras tenemos que llevarla en cisternas, para este año hemos proyectado hacer una balsa de almacenamiento y abastecer una importante parte de las parcelas”, explica Alfonso sobre unos trámites que requieren muchas exigencias y limitaciones burocráticas, no siempre justificadas, como la capacidad máxima de esta balsa.

Las más de 100 hectáreas están distribuidas por diferentes zonas aunque principalmente concentradas alrededor de la casa. Algo más lejanas, a 3 kilómetros, hay un segundo lote de parcelas y más lejanas, a 13, está el lote de recría. Para la cerca del ganado, Tania y Alfonso cuentan con “cierres de malla en unas fincas, otras con alambre de pinchos, principalmente en las 60 hectáreas en propiedad. En lo restante utilizamos mucho las cercas con hilo de pastor por la comodidad y por ser un sistema rápido de poner”.

La pradera natural, con buena presencia de trébol, es la base de la alimentación del ganado.

La pradera natural, con buena presencia de trébol, es la base de la alimentación del ganado.

El excedente de hierba es recogido, principalmente, en forma de rollos de silo. Cada año en Ganadería Dradas “recogemos unos 1000 rollos y aunque tenemos excedentes preferimos ir con margen por si viene algún año muy seco o un invierno en el que tengamos que tirar más del silo. En esta campaña, cuando tocó ensilar aún teníamos forraje para un año. Este invierno vendemos un camión por circunstancias puntuales, pero nunca antes habíamos vendido nada. Hacemos rollos bastante grandes y tampoco se valora a la hora de vender, quien compra lo hace por unidad y no por peso, pero para tener cierta reserva tampoco es algo que nos planteamos”.

Para las tareas agrícolas son prácticamente autosuficientes. Principalmente Alfonso es el encargado de la siega y recolección del forraje. A mayores de ayudar la Tania con la ganadería, trabaja en una empresa de servicios agrícolas de la zona, con la que contratan la distribución del estiércol del cebadero. A pesar de no ser una ganadería ecológica, el manejo es similar. En las parcelas no se emplean tratamientos de herbicidas y el único abonado es el propio estiércol del cebadero. En lo relativo a la veterinaria también es raro tener que realizar tratamientos con antibióticos, sistemáticamente antes de la entrada al cebadero los becerros se vacunan para neumonía.

Las fincas con mayor pendiente se aprovechan mediante el pastoreo únicamente. Las zonas bajas y con árboles son un sitio agradable para el ganado.

Las fincas con mayor pendiente se aprovechan mediante el pastoreo únicamente. Las zonas bajas y con árboles son un sitio agradable para el ganado.

El lobo causa cada año entre 3 y 5 bajas

Debido a estar el ganado en el exterior, el riesgo de un ataque de lobo está presente. Tania y Alfonso lamentan que “cada año tenemos entre 3 y 5 bajas por ataques y lo peor es que no puedes hacer nada porque no tienes como demostrar que realmente fue el lobo. Sabemos que es porque se ven por los montes y hay cagadas de ellos por las fincas, pero si no los ves en el momento del ataque y tienes pruebas no puedes demostrar nada”.

Para dar a conocer al mundo el trabajo en una ganadería y la vida en el campo, Tania traslada a través de las redes alguna de las tareas diarias. “A parte de que lo hago porque me gustan las redes sociales, creo que es una buena oportunidad para transmitir la forma de vida en un pueblo y el trabajo que hay detrás de un kilo de carne”.

De cara al futuro esta pareja de jóvenes busca “estabilizarnos en tamaño y poner las cosas cómodas para el día a día. Esta zona es buena para el trabajo de la maquinaria por lo que tampoco hay mucho margen para ampliar el número de animales. Comenzamos en el 2017 con 80 madres y hoy estamos con 245 animales totales por lo que queremos estabilizarnos y hacer el trabajo lo más llevadero posible”.

Huelga de entregas

Ganadería Dradas es una de las muchas que se sumó este verano a la huelga de entregas al considerar los precios insuficientes, declarando precios de hasta 50 céntimos inferiores a hace un año. “Desde lo que recibimos los ganaderos hasta el precio que tiene que pagar el consumidor hay una diferencia muy amplia. El trabajo del ganadero no está suficientemente valorado y en esta casa de valor hay muchos intermediarios que viven a cuenta nuestra”.

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