Ganadería Manteiga SC es una explotación familiar de vacuno de leche situada en la parroquia de Oirós, en el ayuntamiento pontevedrés de Vila de Cruces. En ella trabajan el matrimonio formado por Jesús Manuel Manteiga y Marifé Rodríguez y su hija mayor, Rocío, que, junto a su hermana, María, en breve tomarán el relieve de la explotación.
La historia de esta ganadería refleja el enorme salto técnico y económico que experimentó el sector sector lácteo gallego en las últimas tres décadas. Cuando se incorporó Jesús Manuel, en el año 1988, la ganadería familiar contaba con 12 vacas y 20.000 kilos de cuota. Hoy Ganadería Manteiga tiene 120 cabezas de ganado, de las que unas 60 están en ordeño, y unos 500.000 litros de producción anual, con un promedio de unos 11.300 kilos por lactación.
Pero las necesidades de evolución son constantes en este sector. Así, han solicitado un plan de mejora para construir un nuevo establo, así como una nueva fosa de purín, nuevos silos y adquirir un robot de ordeño. “La nave actual se nos queda pequeña y antigua y vemos que la mejora genética que realizamos en los últimos años necesita de unas nuevas instalaciones en las que las vacas tengan mayor bienestar animal para poder desarrollar todo su potencial genético”, explica Jesús Manuel.
Aunque la situación del precio de la leche no anima a los ganaderos a realizar grandes inversiones, el paso de modernizar las instalaciones lo dieron gracias a que Rocío decidió incorporarse a la explotación en el año 2015 y tomar el relevo a sus padres, un paso que también tiene intención de dar en breve su hermana María.
Estrategia de alimentación: producir el máximo de forrajes en la explotación
Manteiga SC maneja unas 50 hectáreas de base territorial, entre propias y en alquiler. Cultivan raigrás, maíz forrajero y girasol, un cultivo que cada vez cobra más protagonismo en esta comarca como alternativa ante los crecientes ataques de los jabalís a las fincas de maíz. “El jabalí es un problema cada vez más grave para los ganaderos. Este año sembramos menos maíz porque tuvimos que volver a sembrar 4 hectáreas que nos arrasó”, se queja Jesús Manuel, quien advierte de que “el problema cada vez es más grave, pues antes sólo atacaba cuando el maíz ya tenía espiga, pero ahora nada más sembrarlo”.
La estrategia de alimentación del ganado es principalmente en base a forrajes producidos en la propia explotación. Las vacas en producción permanecen estabuladas y reciben una ración diaria de 1 kg de paja, 2 kg de alfalfa, 16 kg de silo de maíz, 22 kg de silo de hierba y 8 kg de pienso. Las novillas y las sequías están en pastoreo y reciben también un complemento de la ración.
Las calidades de la leche de esta ganadería están en un promedio de 3,2% de proteína y entre 3,6 y 3,8% de grasa, un porcentaje que baja cuando la ración contiene más girasol. Venden su leche a través de la cooperativa primer compradora Cobideza a Reny Picot, con un precio de 27 céntimos más calidades referenciado al promedio de Galicia y con variación mensual. El contrato es anual.
Valoran positivamente los servicios de la cooperativa Cobideza, sobre todo el de substituciones
Además, en Manteiga SC echan mano de otros servicios de la cooperativa dezana, tanto para los trabajos de siembra y de recolección como para el servicio de substitución, una iniciativa de la que esta ganadería fue fundadora y que tiene muy buena acogida entre los socios, al permitir disponer de días libres y de vacaciones con la tranquilidad de dejar la explotación a cargo de personal cualificado.
La genética es una de las grandes apuestas de esta ganadería. Así, Manteiga SC participa desde hace años en el programa de compra de embriones de Xenética Fontao, implantan embriones en las novillas, utilizan semen sexado de forma selectiva y desde hace tres años realizan un genotipado de las terneras con más potencial. Todo con el objetivo de realizar una mejora del rebaño y quedarse con las mejores hembras. Y es que, tal como subraya Jesús Manuel “la mejora genética cuesta dinero y es difícil en momentos de precios de la leche como este, pero es fundamental para mejorar la rentabilidad de la explotación”.
Realizan genotipado de las becerras para quedarse con las mejores hembras
En las novillas o vacas con peor genética y rendimiento inseminan con razas cárnicas, fundamentalmente Azul Belga, Blonda y Rubia Gallega, descartando la Limousin por los problemas de parto que, según Jesús Manuel, presenta esta raza para las vacas frisonas. Alrededor de un 30% de las inseminaciones son con razas cárnicas.
En cuanto al futuro, en Ganadería Manteiga ven imprescindible mejorar el acceso a la tierra para las explotaciones ganaderas. “Queremos aumentar la base territorial pero en esta zona es difícil porque, aunque hay superficie abandonada, los alquileres están caros, hay competencia con las plantaciones de eucaliptos y el Banco de Terras de la Xunta aquí no funciona”.
María Manteiga: “Mi sueño es seguir con la ganadería familiar”
María Manteiga prevé incorporarse en breve a la explotación familiar, “a finales de año o comienzos del que viene, depende de cuando resuelva la Consellería mi ayuda de incorporación”, asegura.
Su vocación ganadera viene desde niña: ayudando en el cuidado de las vacas, como experta manejadora en concursos y también participando en asociaciones profesionales como el Clube de Xóvenes Gandeiros.
“Con el robot de ordeño tendremos menos dependencia de personal externo”
Actualmente finalizó el segundo año de Ingeniería Agrícola en la Escuela Politécnica de Lugo, una formación profesional que considera necesaria para las personas que se quieran incorporar al sector. “Es imprescindible formarse y que te guste el sector, y pienso que las nuevas generaciones que nos incorporemos podemos aportar la visión de otros sistemas más basados en los forrajes propios y de calidad producidos en la explotación y menos en la compra de alimentos externos, para así aumentar el margen que nos queda a los ganaderos”, asegura.
En cuanto al plan de mejora para su ganadería familiar, María destaca que “la compra del robot de ordeño y la estabulación libre buscan que podamos controlar la granja con nuestro propio trabajo y depender menos de la mano de obra externa”, un personal cualificado y motivado que no es fácil encontrar.
“Me gusta la ganadería y mi sueño desde pequeña fue quedarme aquí y quiero cumplirlo”, concluye.