Ganadería Maseda, apuesta por la leche doble A y por las calidades

José Manuel López Tellado es dueño de una de las explotaciones con mejores datos de producción, calificación morfológica e índices genéticos de la provincia de Lugo. Nos cuenta como es el manejo en su granja y como se ha adaptado a las limitaciones de espacio.

Ganadería Maseda, apuesta por la leche doble A y por las calidades

José Manuel López Tellado en su ganadería

Situada en la parroquia de Cirio, perteneciente al ayuntamiento de Pol, ganadería Maseda SC es una de las habituales todos los años en el top ten de las explotaciones de leche de la provincia de Lugo. Limitada en sus posibilidades de crecimiento por sus instalaciones, su propietario, José Manuel López Tellado apuesta por incrementar su rentabilidad en base a la mejora en la calidad de la leche que produce, que está calificada ya como doble A.  

«Es necesario priorizar la calidad, ahora que se valora tanto la grasa, y voy a intentar mejorar por ahí», avanza. Y eso que ganadería Maseda está situada ya en niveles de 3,90 de grasa y 3,11 de proteína, pero José Manuel no se conforma. Y, al mismo tiempo, considera que «también hay opciones de mejora en la leche A2, ya que técnicamente hay medios suficientes para seleccionar animales que la produzcan». De momento él está recogiendo parámetros de su rebaño por medio de la realización de pruebas genómicas a todas las terneras que destina a recría cuando estas cumplen los tres meses de vida «para saber lo que tengo en casa», dice.

Reconoce que hay mucha expectación en el sector con este tipo de leche, que posee betacaseína A2 y en otros países tiene ya un precio superior, pero afirma que «producir leche A2 no vale de nada si no hay quien mire de buscarle un sitio en el mercado».

“Si te descuidas, la mejora genética puedes perderla en muy poco tiempo”

En toda su vida como ganadero, José Manuel siempre fue partidario de aprovechar los avances técnicos en el campo de la mejora genética, un campo que no descuida porque «lo que lograste durante muchos años con constancia, si te descuidas puedes perderlo en muy poco tiempo» y sus vacas tienen un ICO muy alto (el promedio fue de 2.523 puntos en el 2016). «En algún momento hice embriones y ahora, desde que comencé a hacer tests genéticos, estoy empezando a usar semen sexado en las novillas, y en las primerizas en animales con índices suficientes para poder aprovechar eso, mientras que en el resto pongo cruce industrial para sacar más dinero por los becerros», cuenta.

Ganadería Maseda tiene ahora la mirada puesta en la calidad y no en la cantidad, pero su anterior decisión estratégica fue a incrementar litros, cuando en el 2012 decidió pasar de dos a tres ordeños diarios. «Hubo una crisis, pienso que más aguda que la actual, porque aunque había sido más corta, al precio bajo de la leche se le habían añadido costes de producción muy altos por la subida del gasóleo y de los piensos», recuerda José Manuel.

Por eso pensó en los tres ordeños como una forma de «producir más litros con las mismas vacas y la misma mano de obra para diluir los gastos fijos y compensar esa subida de costes». Con el cambio logró un incremento de entorno al 12%, al pasar de un promedio de producción de 36 litros por vaca y día a superar los 40 en la actualidad (el promedio del pasado año fue de 13.411 litros por vaca, según los datos de Control Lechero).

Con tres ordeños logran un promedio de 13.411 litros por vaca

«Visto desde la óptica de hoy igual no tiene tanto sentido pasar a tres ordeños, porque se valora más la calidad que la cantidad, pero en aquel momento fue una buena solución para nosotros», indica. De momento no piensa volver atrás «porque una vez que te adaptas a la organización del trabajo de una manera determinada no puedes andar haciendo y deshaciendo», dice, aunque no descarta volver a los dos ordeños «si en el futuro hay limitaciones a la producción».

Las horas de ordeño en ganadería Maseda están fijadas a las 7 de la mañana, a las 3 de la tarde y a las 10 y media de la noche y los turnos se reparten entre José Manuel y dos empleados. Entre los tres atienden la explotación.

30 años de historia

La historia de esta explotación se remonta a 1987, cuando José Manuel junto a su padre y su tía Josefa crearon una comunidad de bienes. «Mi tío tenía problemas de salud y pensaba cerrar su explotación. Estaban comenzando las cuotas lácteas y en nuestra casa había poca cuota, así que pensamos en esta opción para poder aprovechar la cuota de las dos, que sumaban unos 150.000 litros», cuenta. A partir de ahí fueron comprando en sucesivas veces hasta llegar a los 600.000 litros de cuota propia.

El origen del nacimiento de la granja fue también marcando su devenir posterior. «Fuimos aumentando en base a ampliaciones a partir de una nave de trabajo que aún mantenemos hoy y que tenía problemas de espacio. Comienzas así y luego ya te ves atado, porque sino tiras la inversión. Después, cuando comenzamos, era una explotación grande, con 40 vacas, y hoy se está quedando pequeña», asegura José Manuel.

Externalizar la recría les permitió pasar de 55 animales en ordeño a los 90 actuales

A la nave original, en la que caben unos 55 animales, le hicieron un añadido para otros 30 y más tarde acondicionaron un espacio aparte para las vacas secas. La cama de los animales es de paja, y se repone a diario tanto para las vacas en producción como para las secas, aunque sólo las que están en ordeño disponen de cubículos.

En el año 1998, dos años antes de la primera ampliación, ganadería Maseda pasó de comunidad de bienes a sociedad cooperativa, formada por José Manuel y su tía. Hoy la lleva él sólo. Cuenta con unas 160 cabezas, de las que 90 son vacas en ordeño, 10 secas y 60 novillas, después de que en el año 2011 decidiese externalizar la recría para ganar espacio en la nave y poder meter más vacas en producción. Con esa decisión, en un sólo año pasó de ordeñar 55 animales a los 90 actuales. Así que desde entonces las terneras que nacen pasan en boxes en la explotación hasta los 3 meses, edad en la que marchan a una explotación cercana que hace recría para tres granjas de la zona. Las novillas vuelven a los 7 meses de preñadas y están en un cubierto aparte con las vacas secas hasta que paren.

As vacas secas reciben a súa propia ración

Las vacas secas reciben su propia ración

Más concentrado en las primerizas

En el momento de parir las novillas pasan a la nave de producción, donde los animales están separados en dos lotes. En uno están las primierizas y en el otro el resto de vacas en ordeño. Esto permite a José Manuel hacer dos raciones diferenciadas. «Las primerizas comen menos, así que si las raciones fueran iguales la ingesta de concentrado sería menor, así que su ración lleva más concentrado y menos forraje para que al final del día el volumen de pienso que tienen en el cuerpo sea similar al de las vacas multíparas, en torno a 13 kilos por animal», explica. Al tener las vacas secas también separadas se hace una tercera ración diferenciada también para ellas.

Las distintas raciones se hacen con forraje propio que Ganadería Maseda ensila en la propia explotación. Dispone de unas 45 hectáreas de terreno, la mitad de ellas alquiladas, que destina a la producción de hierba y de maíz. Todos los trabajos, incluido el servicio de carro mezclador diario, son contratados a la cooperativa Agris, a excepción de las tareas de sacar y echar el purín en las tierras y de alguna de las fases de preparación para la siembra del maíz, como puede ser el laboreo con fresa rotativa.

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