Ganadería Pumar de Buxán: Un referente de manejo en vacuno de leche

La ganadería Pumar de Buxán, en el ayuntamiento coruñés de Val do Dubra, es un referente en buen manejo del ganado, una de las claves de su rentabilidad, junto a la buena calidades de los forrajes. Conocemos como trabajan

Ganadería Pumar de Buxán: Un referente de manejo en vacuno de leche

Rosario, Toni e Antonio na súa ganderia

Lograr la máxima rentabilidad de la ganadería reduciendo el coste de producir un litro de leche, y eso en base a un excelente manejo y una buena calidades de los forrajes. Esta es la máxima que sigue desde hace casi 40 años la ganadería Pumar de Buxán, situada de la parroquia homónima del ayuntamiento coruñés de Val do Dubra.

Ordeñan 60 vacas que permiten crear cuatro puestos de trabajo: los dos de sus propietarios, el matrimonio formado por Antonio Pumar García y su esposa Rosario, su hijo Toni, recién incorporado a la explotación, y una asalariada externa, Vanessa, que trabaja en las labores de ordeño.

La historia de esta ganadería, que durante años se situó en los primeros puestos de Galicia en nivel genético, viene marcada por la constancia en el trabajo y también por el azar. “Yo estudié en Santiago una formación profesional en la rama mecánica, y en el año 1982 mis padres me propusieron hacerme cargo de la ganadería familiar, que acepté siempre y cuando se cambiaran muchas cosas en la explotación”, cuenta.

Y es que la granja de la que partía eran 6 vacas de cruce, que cambiaron con la adquisición de 5 vacas Holstein y varias becerras, el origen de la actual cabaña ganadera. Un punto de inflexión para esta ganadería fue la construcción en el 1990 de un nuevo establo, en un terreno separado de la casa familiar, y con una sala de ordeño ubicada fuera de la nave de las vacas. ?Creo que fueron dos aciertos, pues nos permitieron crecer y mejorar tanto en limpieza como en higiene de ordeño”, reconoce.

Hoy Ganadería Pumar de Buxán cuenta 70 vacas adultas, de las que 60 están en ordeño y 10 secas, a las que hay que sumar 20 novillas y otras 20 becerras para recría.

«Emplean como máximo 9,5 kilos de pienso para una producción de 36 litros y un 3,9% de grasa”

La producción media es de 35 litros por vaca, con un 3,9% de grasa y un 3,37% de proteína. Desde sus comienzos venden la leche a Nestlé, que se la pagada por calidades; es decir, por kilos de grasa y de proteína. “Nestlé nos ayudó mucho a mejorar en manejo, porque nos incide mucho en las calidades de la leche y en el bienestar animal, de forma que vamos compartiendo metas y objetivos”, destaca Antonio.

Para lograr esa producción emplean una ración compuesta por 9,5 kilos de pienso, medio kilo de paja, 11 de silo de hierba y 35 kilos de silo de maíz. “Por nuestros cálculos -explica- no nos es rentable incrementar más la producción y el uso de concentrado, pues las vacas van a tener más complicaciones y no estaríamos produciendo el litro de leche más barata”.

La ración la hacen ellos con un carro mezclador de segunda mano, algo que resultaría poco rentable si se tiene en cuenta el tamaño de la granja, pero que compensan con una comida más fresca para los animales, al servirla dos veces al día, y también con una mejor calidad de mezclado.

Manejo de la base territorial

La alimentación del rebaño de Ganadería Pumar de Buxán se produce principalmente en su base territorial, compuesta por unhas 30 hectáreas de terreno, de las que unas 25 son en propiedad, algo que Antonio considera estratégico para la viabilidad de una explotación.

Realizan ellos todos los trabajos agrícolas, excepto el ensilado, y desde el año pasado la siembra. En la hierba, tanto en las praderas temporales como en las permanentes, emplean una mezcla de raigrás híbrido y trébol, con buenos resultados. “Empezamos empleando raigrás inglés y tréboles pero lo fuimos dejando porque rebrotaba más tarde para hacer los cortes, de forma que se nos retrasaba demasiado la siembra del maíz. Luego, empezamos a meter tréboles con raigrás híbrido y notamos que, gracias a que las leguminosas fijan nitrógeno, el cultivo posterior de maíz mejora su rendimiento. Además, con los tréboles logramos mejores calidades de proteína y de digestibilidad en el silo de hierba, de hecho en el último estuvimos en un promedio de 16% de proteína”, destaca Antonio.

“Notamos mayor producción de maíz en las fincas que tuvieron pradera de invierno con trébol”

En cuanto al maíz, siembran unas 24 hectáreas con un ciclo 280, que se ajusta a los suelos de sus parcelas, de tipología franco-limosa, pues de ir a ciclos más largos podrían tener dificultades para entrar a las fincas en el momento de ensilar.

En cuanto a las calidades del silo de maíz, de promedio están en un 37% de almidón, prestando especial atención tanto al picado cómo a la altura de corte. “El picado del maíz es muy importante, llevamos varios años con el sistema Shredlage, y los resultados son buenos. El corte lo hacemos por el tercer nudo, pues de lo contrario lo único que haces es meter problemas en el silo”, subraya. Para preservar la fertilidad del suelo, procuran sembrar pradera después de recoger el maíz.

En Ganadería Pumar de Buxán aplican desde hace años lo que ahora se llama ganadería de precisión: Lograr que las vacas le saquen el máximo rendimiento a los forrajes y que en el caso de las tierras al purín que produce la granja.

Para eso, realizan analíticas de tierras y de purín todos los años, y para reducir las pérdidas de nitrógeno y los malos olores desde el 2020 emplean bacterias específicas. “Empezamos trabajando con las de Bioprana y ahora estamos utilizando unos polvos de TimacAgro que son más fáciles de aplicar”, afirma.

En las camas también buscaron un material que les permitiera conjugar el bienestar y la higiene de las vacas con la mejora del potencial productivo de sus terrras. Probaron varios sistemas, incluyendo el serrín, cal apagada con magnesio, o la cama caliente con compost de las bostas de las vacas, que acabaron descartando por la humedad que acumula en invierno.

“Ahora empleamos una mezcla de cascarilla de arroz, cal apagada y serrín y, junto con las bacterias, notamos que redunda en una mejora del rendimiento de las cosechas”, asegura Antonio.

Y cuando a la arena, este ganadero reconoce que “nunca se nos pasó por la cabeza por el problema que provoca en las tierras a medio plazo”.

“La genética es importante pero para mí es más determinante el manejo”

En cuanto al nivel genético de la granja, y a pesar de situarse entre las más destacadas en ICO en Galicia, Antonio Pumar afirma que “para mí es más determinante el manejo”. “Un establo con unas vacas mediocres y con un buen manejo puede conseguir los mismos o mejores resultados que un establo con vacas de primera y mal manejo”, sentencia.

Así, en los acoplamentos, que realiza Antonio, ademáis de la inseminación, buscan la menor consangüinidad posible y toros intermedios para lograr una vaca equilibrada. Los datos de reproducción en Ganadería Pumar de Buxán son envidiables, con tan sólo 1,2 inseminaciones por vaca. “Utilizamos muy poca prostaglandina, son celos naturales, y a los 2 meses de parto inseminamos”, explica Antonio.

La clave de esta buena fertilidad está en la detección de celos. “Para mí lo más importante es el paso del ser humano por el establo, cuanto más controles mejor. Por muchos podómetros y aparatos que tengas, que sí son una ayuda, no suplirás la observación de una persona”, subraya.

Futuro: Mejorar el margen por litro de leche más que crecer

Sobre el futuro de esta ganadería para los próximos años, Antonio prevé mantener la producción de leche, alrededor de unos 600.000 litros al año, y mejorar la rentabilidad reduciendo los costes de producción.

“Aumentar producción requeriría ampliar el establo y meter más personal, con lo cual no estoy seguro de que incrementáromos la rentabilidad ni la calidad de vida”, asegura.

Las inversiones que sí piensan realizar es en el almacenamiento del purín, bien amplicando la fosa o instalando un separador de la fracción sólida de la líquida, así como construir una nave para becerras y vacas secas. “Y por supuesto, comprar tierra si surgen oportunidades interesantes”,y añade.

Por último, Antonio Pumar hace un llamamiento a las administraciones para solucionar dos importantes obstáculos, a su juicio, a la incorporación de la jóvenes al campo: la excesiva fiscalidad de las ayudas -”serían mejor ayudas la fondo perdido”, asegura- y los excesivos impuestos por los derechos de sucesión.

En dos frases: ¿Cuál es la clave para la rentabilidad de una ganadería de vacuno de leche?

-”Si eres constante haciendo las cosas bien día a día, una granja es viable. La otra clave es hacer el litro de leche lo más barato posible, y para eso hay que tener comida suficiente y tener buena calidad de los silos”.

-”Si tuviera la extensión que tenemos en pocas fincas haría pastoreo porque tienes menos trabajo y más margen por litro”.

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