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En la parroquia de Friolfe, en el ayuntamiento lugués de O Páramo, se encuentra Ganadería Quintián, una explotación ganadera familiar que lleva más de 40 años produciendo leche y que, desde el año 2010, también vende la directamente al consumidor.
El matrimonio formado por Julio López y Chelo López muestran orgullosos su ganadería, en la que intentan cuidar todos los detalles, y también el hermoso paisaje agrario que rodea la explotación, sabedores de que el cliente de «Ganadería Quintián» compra también un modo de producir, una calidad y un paisaje, algo en lo que las ganaderías gallegas tienen un gran potencial.
Cansados de que la industria les recogiera la leche «a desprecio» empezaron a buscar referentes en España de venta directa, y en el año 2006 realizaron un viaje a Elizondo, en Navarra, para ver las primeras máquinas expendedoras de leche del Estado. «Vimos que las explotaciones allí apuestan por la diversificación, elaborando quesos, cuajada, venden directamente la leche y también tienen casa de turismo rural, y nos pareció que ese es el futuro», asegura Julio.
De vuelta a Galicia decidieron poner en marcha su proyecto, partiendo de la realidad de su explotación: 65 vacas en ordeñado, 40 novillas y 50 hectáreas de superficie. Obtuvieron el registro sanitario y, tras un lento y complejo proceso burocrático, el 20 de noviembre de 2010 inauguraron su primera máquina expendedora de leche en Sarria.
Venden directamente el 30% por ciento de su leche y el objetivo es llegar al 100%
Sin embargo, durante todo el proceso, se percataron de la alta demanda de leche fresca que había en el sector de la hostelería y de la restauración, una leche que es envasada en la propia explotación sin conservantes ni aditivos. De esta manera, a día de hoy, la mayoría de sus ventas son a restaurantes, pastelerías y tiendas de barrio, de Lugo capital y de alrededores. »
También empezamos a vender en Madrid, donde nuestra botella de 1,5 litros se vende a 2,5 € y el cliente lo demanda cada vez más, pero lo que nos frena a exportar es el coste de los portes, ya que se trata de un producto que tiene que estar en frío», asegura Julio. En este momento venden directamente unos 20.000 litros mensuales bajo su marca «Gandería Quintián» y el lema «La leche de Siempre», lo que supone el 30% de la producción de la explotación.
«El futuro de las explotaciones lácteas gallegas pasa por diversificar y transformar su producto»
Venden su leche fundamentalmente en botella de 1,5 litros, aunque también tienen un formato de bolsa, adaptado para obradores y pastelerías. El reparto de la leche del día lo efectúa en una furgoneta de lunes a viernes un empleado que contrataron.
Aunque como subraya Chelo «el camino no fue fácil, porque tuvimos que ir creando escuela nosotros mismos y las ayudas de la Administración se van para las grandes industrias y no para proyectos pequeños como el nuestro», a día de hoy se muestran muy satisfechos con su iniciativa.
«A nuestros clientes le ofrecemos un precio fijo a un año vista, y eso es una garantía tanto para ellos como para nosotros, que no sufrimos las oscilaciones bruscas del mercado», destaca Julio. Una relación comercial que les garantiza estabilidad de precios y que impide también que la leche sea utilizada por las tiendas como producto reclamo.
«Además, vemos valorada la leche que producimos por parte de nuestros clientes, con los que tenemos una relación de transparencia, tanto a través de las redes sociales como con las visitas que recibimos cada semana», añade Chelo.
De cara al futuro, el objetivo de Ganadería Quintián es vender directamente la totalidad de su producción. «Ahora hemos previsto servir a nuevos clientes, con lo que aumentaremos la venta directa al 50% y a medida que aumentemos las ventas y si somos capaces de quitar al mercado un producto elaborado incluso barajamos reducir nuestra capacidad de producción para comercializar toda nuestra leche sin vendérsela a la industria», asegura .
Leche natural con más proteína y Omega 3
En cuanto al proceso de transformación decidieron optar por la pasteurización. «Primero barajamos la idea de homogeneizar la leche, porque hace más nata y queda en el vaso, pero decidimos no tocarle para que vaya de manera natural, con toda la proteína,» afirma Julio.
Chelo trabajando en la zona de envasado.
De esta manera, una vez ordeñadas las vacas, la leche pasa del tanque de frío a la pasteurizadora, una máquina que la somete a una temperatura de 73º durante unos segundos y a continuación vuelve a ser enfriada hasta bajar de los 4º, condición en la que puede permanecer hasta siete días.
La leche pasteurizada no precisa ser hervida, ya que la pasteurización elimina las bacterias y patógenos que haya podido tener, pero sin alterar sus propiedades y su valor nutritivo.
Y todo cumpliendo la normativa sanitaria: «Analizamos la leche en el LIGAL y tenemos clase A tanto en bacteriología como en células somáticas», asegura Julio.
En cuanto a la composición físico-química, la leche de Ganadería Quintián está por encima de la media en proteína, en un 3,3; en grasa por debajo del 3,7, y tiene un alto contenido en Omega 3. Esto es posible gracias a una alimentación basada en los forrajes producidos en la explotación: unas 15 hectáreas a maíz y el resto praderas de raigrás. También plantan un cultivo de invierno: raigrás o y veza, o veza y avena.
«Si alguna tienda utiliza nuestra leche como producto reclamo, la retiramos
«Y también procuramos no meter nada en la ración que le poda dar mal sabor o una mala calidad a la leche y por eso utilizamos semilla de lino que le da más Omega3 a la leche y un mejor sabor», explica Julio. Los clientes valoran estas cualidades de la leche de Ganadería Quintián. Así, Chelo destaca que «en la hostelería valoran el rendimiento y la crema que hace en los cafés;: en pastelería agradecen que nuestra leche hierve antes y que no tenga conservantes ni aditivos». «Además -añade- aunque la recalienten tampoco se les quema».
La mejor explotación por genética de Galicia
Ganadería Quintián también es un referente a nivel de genética Frisona. Prueba de eso es que acaba de ser distinguida por FEFRIGA como la mejor explotación de Galicia por GICO de menos de 75 vacas durante el año 2014.
Y es que para Julio, además de un factor de competitividad, la genética también es una afección, situando su ganadería en los primeros puestos en los últimos años tanto a nivel gallego como español. La clave estuvo en «recurrir a los mejores toros, tanto de Xenética Fontao como del extranjero, y crecer a lo largo de estos años, pero siempre con genética propia de la explotación».
Un cuidado de la genética que, según Julio, «busca tener vacas con buena salud, duraderas, rentables y que den leche de buena calidad». Y eso se acompaña de un manejo sin forzar los animales, con una producción media diaria de 32 litros, y unos 10.000 litros por lactación, «por debajo de su capacidad por genética».
«La clave está en como vendemos lo que producimos»
Genética, cuidado del manejo y buena alimentación y venta directa son las bases sobre las las cuales se asienta la rentabilidad de Ganadería Quintián. Y esta última es en la que menos se avanzó en las explotaciones lácteas gallegas. Julio y Chelo tienen claro que «con la desaparición de las cotas, las explotaciones familiares o apostamos por diversificar y cerrar el ciclo o vamos a tenerlo muy complicado, porque ni tenemos base territorial ni estamos preparados para ir hacia macroexplotaciones lácteas de miles de cabezas de ganado».
«La clave no está en la cantidad que produzcamos, sino en como vendemos lo que producimos», concluye Julio López.
He tenido la oportunidad de hacer un curso de queso con la leche donada por la ganadería Quintiansu y lo cierto es q salió excelente.
Felicidades por conseguir tan buena materia prima