Ganaderos de ovino que pacen en invierno las praderas de los de vacuno de leche: Un ejemplo de beneficio mutuo

Ganaderos de ovino y de vacuno de leche del norte de la provincia de Lugo colaboran desde hace años en una práctica que beneficia a las dos partes: las ovejas pacen durante el otoño y el invierno las praderas permanentes de las ganaderías de vacuno de leche, evitando el gasto de tener que trituralas

Ganaderos de ovino que pacen en invierno las praderas de los de vacuno de leche: Un ejemplo de beneficio mutuo

Ovejas de Gandería Sabugueiras pastando en una finca de un ganadero de vacuno de leche

“Simbiosis: Asociación de dos organismos de especies diferentes para beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital”. Así se podría definir la colaboración que mantienen desde hace años ganaderos de vacuno de leche y de ovino del norte de la provincia de Lugo, en concreto en los ayuntamientos de Meira, Pol, A Pastoriza, Riotorto y A Pontenova.

Los ganaderos de ovino pastan durante el invierno las praderas permanentes de los productores de vacuno de leche, ahorrándoles los costes de tener que trituralas, una relación de beneficio mutuo, sin contrapartidas económicas y mediante acuerdos verbales, que se mantiene de un año para otro, y que es un ejemplo de economía circular y sostenible.

Una práctica habitual en las islas británicas que llegó a Galicia

Eloi Villada, funcionario jubilado de la Consellería de Medio Rural, y con una ganadería de ovino en su casa familiar, fue pionero en importar esta práctica hace unos 25 años.

“Lo vi en el año 1992 en un viaje a Inglaterra: allí los suelos son bastante arcillosos y, por lo tanto, se encharcan rápido y los ganaderos de ovino iban a las fincas de los de vacuno a pastar en otoño e invierno las praderas”, explica.

A su vuelta a Galicia empezó a aplicarlo en su ganadería familiar de ovino en Riotorto y enseguida se difundió entre otros ganaderos de ayuntamientos limítrofes. “Fuimos poco a poco, y un punto de inflexión que mejoró mucho lo manejo de las ovejas fue cuándo con la ayuda del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) empezamos a emplear mallas electrificadas para cerrar las ovejas dentro de las praderas e irlas moviendo, pues el hilo del pastor eléctrico no era eficaz con este tipo de ganado, a no ser que le tocaran con el hocico”, añade.

Las ovejas entran a pacer las praderas como muy temprano en el mes de septiembre y continúan en algunos casos hasta el mes de marzo, dejándolas limpias y abonadas para que la hierba renueve en buenas condiciones para el corte para silo de la primavera.

Una práctica que, según destaca Eloi Villada, tiene múltiples beneficios: “Las ovejas no extraen prácticamente nutrientes de las praderas, ya que lo que comen lo devuelven en forma de excretas. El ganado ovino controla la hierba de otoño e invierno que a muchos ganaderos no les interesa aprovecharla pues tiene mala conservación en los silos (poca materia seca, mucha proteína y poca energía), y en una época en la que es complicado entrar en las fincas con el tractor”.

Además, destaca que con el ganado ovino “no hay el efecto de las pisadas que se produce con el ganado vacuno y tampoco se compacta el suelo como sucede con el desbroce con los tractores”. “Y por supuesto -subraya-, el ganadero de vacuno de leche ahorra el gasto de tener que tritutar la pradera”.

Para los ganaderos de ovino las ventajas también son importantes: la principal es disponer en invierno de pasto en cantidad y calidad de forma gratis. “Las ovejas con estos pastos están perfectamente y no precisan suplementos ni de hierba seca ni de concentrado. Incluso en pastoreo de otoño vimos que los corderos crecen muy bien, de forma que se ceban para Navidad”, reconoce.

Pero también existen beneficios desde el punto de vista metabólico para las ovejas: “Como hay mucho raigrás en las praderas, los aportes energéticos de almidón son importantes, y se reduce el incidente de cetosis de la lactancia en las ovejas”, asegura.

La valoración que realiza Eloi Villada de esta colaboración puesta en marcha hace 25 años es muy positiva: “La experiencia fue a más y en esta comarca aumentó el número de ovejas, gracias a esta colaboración que es beneficiosa tanto para el que lleva las ovejas a pastar como para el que deja pacer las fincas”.

Una relación simbiótica que se podría extender a otras comarcas ganaderas de Galicia, para lo cual considera preciso hacer una labor de divulgación y también pedagógica, aprendiendo a los ganaderos de ovino a manejar el ganado y los cierres.

Pedro Rivas Andión (Granxa O Conde-Pol): , ganadero de vacuno de leche: “Ahorro más de 1000 euros y las praderas rebrotan muy bien”

Pedro Rivas Andíón tiene una ganadería, Granxa O Conde, con 115 vacas en ordeño en sistema de estabulación en el ayuntamiento lucense de Pol y lleva ya varios años colaborando con un ganadero de ovino para que le paste las praderas en invierno.

“Inicié hace 8 años la colaboración con Joan Alibés, un ganadero de ovino de la zona. Vi que le pacía la finca de un vecino y que el resultado era bueno, por lo que le ofrecí también las mías. Hoy me pastan unas 20 hectáreas de praderas que si tuviera que triturar me supondrían un coste de algo más de 1000 euros”, explica.

Además, destaca que “al repartirse las excretas por toda la finca y de forma bastante uniforme, el rebrote de la pradera es muy bueno”.

Joan Alibés: “No damos atendido toda la demanda que hay de los ganaderos de vacuno de leche”

Ovejas de la ganadería de Joan Alibés en una pradera cedida

Ovejas de la ganadería de Joan Alibés en una pradera cedida

Por parte de Joan Alibés, ganadero de Meira (Lugo), reconoce que esta colaboración le resultó también muy beneficiosa y que empezaron a ponerla en marcha a los dos años de iniciarse en la ganadería, en aquel entonces con cabras. “Un ganadero nos dejó un prado porque era muy mojado y no podía meter el tractor para triturar y desde entonces fuimos a más. Hoy, de septiembre hasta marzo, pastoreamos praderas de ganaderos de vacuno, en total sobre unas 35 hectáreas con nuestras 300 ovejas”, asegura. Este año reconoce que “incluso vamos desbordados y no damos atendido toda la demanda de los ganaderos de vacuno de leche”.

Normalmente la iniciativa de ofrecer las praderas parte del ganadero de vacuno. Subraya que “es mucho una relación de confianza y cuando ven que eres serio y que es beneficioso también para ellos te ofrecen la pradera y repiten año tras año”.

Además, de los beneficios citados anteriormente, Joan Alibés añade que “al pacer las ovejas, mejora la composición botánica de la pradera, pues se favorece el crecimiento del trébol y se mejora la calidad del primer corte para silo, pues recoges la hierba limpia, sin restos de hierba vieja triturada”. También destaca que “sanitariamente no hay ningún riesgo, pues las ovejas van desparasitadas y las praderas son para segar, no para aprovechar luego en pastoreo por los ganaderos de vacuno de leche”.

A veces las praderas que les ofrecen están lejos, por lo que en colaboración con otros ganaderos de ovino contratan un camión para transportarlas a hasta 30 kilómetros. Las ovejas permanecen en la pradera día y noche, acompañadas por perros mastines, que las protegen de posibles ataques de depredadores, con una cisterna de agua, y una malla electrificada móvil que el ganadero va moviendo a medida que pastan.

Joan Alibés defiende que por su sostenibilidad medioambiental esta práctica debería ser tenida en cuenta para las ganaderías de vacuno de leche en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Ganadería Sabugueiras (Riotorto): “Es muy positivo para las dos partes”

Ovejas de Ganadería Sabugueiras pastando parcelas de ganaderos de vacuno de leche

Ovejas de Ganadería Sabugueiras pastando parcelas de ganaderos de vacuno de leche

Ganadería Sabugueiras, en el ayuntamiento de Riotorto, es otra de las que llevan años realizando esta colaboración en la comarca. Las 300 ovejas pacen en otoño/invierno unas 40 hectáreas de ganaderías de vacuno de leche.

“Normalmente empezamos en noviembre, pero algún año nos dejan las fincas ya en septiembre, y seguimos como muy tarde hasta marzo”, explican. Su cálculo es que unas 100 ovejas vienen pastando sobre 1 hectárea por semana.

Al igual que las otras ganaderías, en esta también coinciden en destacar las importantes ventajas para las dos partes: “La hierba rebrota mejor y más rápido después de ser pacida por las ovejas y para nosotros es un ahorro muy importante en alimentación, permitiéndote tener las ovejas alimentadas gratis durante 3 o 4 meses, además de que engordan y mejora su fertilidad”, concluyen.

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