Gestión del pasto en Nueva Zelanda, el país con los costes de producción de la leche más bajos

Fernando Ferreiro,  un gallego que trabaja en Canterbury Boquiabiertas Ltd, una de las mayores ganaderías de Nueva Zelanda, explica las claves de la gestión del pasto en ese país y como esto les permitió tener los costes de producción de la leche más bajos del mundo

Gestión del pasto en Nueva Zelanda, el país con los costes de producción de la leche más bajos

La gestión del pastoreo en Nueva Zelanda es cada vez más imprescindible con el aumento de los nuevos objetivos ambientales y la necesidad de mantener nuestra ventaja competitiva debido a la volatilidad de los precios.

Nuestra ganadería tiene como objetivo estratégico aumentar los beneficios de la productividad en 65 dólares por hectárea al año. Para eso es fundamental una mejora de la gestión del pastoreo, al aumentar la cantidad de pastos de alta calidad cultivados en cada hectárea de tierra y convertirlo de manera eficiente en sólidos lácteos. La gestión correcta del pastoreo es una habilidad con resultados dependientes de la planta, del animal que pace y del empresario. Este artículo aborda todos estes componentes: los principios del crecimiento del pasto, el valor y las limitaciones del ryegrass como alimento para la vaca lechera y las decisiones operativas tomadas por el empresario.

Finalmente reunimos todo esto para definir objetivos y procesos de gestión del pastoreo que mejorarán la rentabilidad en la granja.

Maximizar la disponibilidad de hojas usando principios de crecimiento

La energía de la luz solar: el alimento vegetal principal y el punto de partida para comprender el crecimiento de las plantas y el rendimiento de los pastos es la captación de luz. En este sentido, podemos ver la luz como el alimento básico de las plantas.

“La energía de la luz solar: es el alimento vegetal principal y el punto de partida para comprender el crecimiento de las plantas y el rendimiento de los pastos”.

El regreso del pasto tras el pastoreo elimina las hojas y priva a las plantas de su fuente de alimento principal: la luz. Generalmente, la primera hoja después del pasto es relativamente pequeña porque la planta tiene poca energía para su cultivo y restringe su tamaño. No obstante, una vez sale, la primera hoja añade más energía a la planta, por lo que hay más energía para la siguiente hoja -que ya será un poco más grande- continuando este patrón hasta que la planta recupere su estado energético.

Las hojas tienen una vida útil limitada. Así, el Ryegrass a menudo se denomina planta de «tres hojas» porque, normalmente ese es el máximo de hojas vivas que soporta. Por tanto, una vez que se produjo la tercera nueva hoja -la primera se produjo tras el pasto- comenzará a morir.

En última instancia, el pasto alcanzará su rendimiento máximo mientras las plantas produzcan nuevas hojas, al tiempo que la cantidad producida queda cancelada por la tasa de muerte. En este momento de máximo rendimiento, la tasa de pérdida por muerte de hoja vieja es igual a la producción de hoja nueva; por tanto, el material muerto seguir acumulándose en la base, pero no se acumula material foliar adicional para el pastoreo.

Por tanto, hacer una buena limpieza del pasto mediante diente se ve como un deber para hacer una excelente entrada de luz en la primera hoja.

Momento óptimo de pasto

La tasa de crecimiento instantáneo es la tasa diaria de crecimiento neto de pastos que contribuye a la acumulación neta de pasto. Esto lo sabemos haciendo mediciones en toda la plataforma de pasto una vez o dos veces por semana, ya que saber lo que crece el pasto diariamente es la base del sistema.

El crecimiento instantáneo aumenta inicialmente, a medida que se forman nuevas hojas y no se produce ninguna muerte, y luego disminuye a medida que las hojas comienzan a morir y anulan la tasa de producción de nuevas hojas.

La tasa de crecimiento promedio es la cantidad de pasto cultivado desde el último pastoreo (rendimiento actual, menos residual en el último pasto) dividido entre el número de días. Cuando se alcanza la tasa de crecimiento medio máximo es porque hay un equilibrio excelente entre la cantidad de hoja nueva producida y la cantidad de hoja que muere.

Más allá de este punto, la eficiencia de nuevos aumentos en la cubierta de pasto está disminuyendo, por lo que es el punto óptimo para pastar. Entonces, ¿como pueden los ganaderos identificarlo? Por ejemplo, a través del estadio de las hojas: generalmente, la tasa media máxima de crecimiento se produce aproximadamente en el estadio de tres hojas después del pasto , por lo que el control del estadio de las hojas es una manera práctica de rastrear lo que está sucediendo.

Impacto residual del pastoreo

El análisis anterior de la dinámica de pastos y la identificación del punto de pastoreo óptimo se basan en el regreso del pasto tras los residuos de pastoreo (lo que dejan las vacas tras cada pasto) de 3,5-4.5 cm de altura comprimida.

El residuo a partir del que se recuperan los pastos impacta en su dinámica, las tasas de crecimiento posteriores y el momento óptimo del pastoreo. Está demostrado el impacto de diferentes residuos post-pastoreo (bajos, medios y altos) sobre la tasa de crecimiento medio durante el siguiente ciclo de regeneración. Esto resalta que:

– El tiempo que lleva alcanzar la tasa de crecimiento medio-máximo es muy corto con un residuo alto y muy largo con un residuo bajo.

– La tasa de crecimiento real alcanzada en la tasa de crecimiento promedio máximo es inferior para el residuo de pasto alto y el residual bajo en comparación con el residual medio De ahí, la cantidad de pasto que queda después de cada pastoreo impacta sobre el momento óptimo para pastar de nuevo y la tasa de crecimiento promedio máximo.

“Lo óptimo es que las vacas salgan del pasto con una altura de 3,5 a 4,5 centímetros para que el rebrote sea más rápido”

Por lo tanto, esto afecta a la cantidad de pasto disponible en el siguiente pasto. En otras palabras: los residuos juegan un papel clave en el crecimiento global de los pastos. Asegurar que los residuos post-pastoreo son gestionados de forma consistente dentro de un rango muy alto (3,5-4,5 cm de altura comprimida) permitirá a las plantas captar tanta energía solar como les sea posible y convertirla en alimento para las vacas.

Minimizar la cantidad de hoja vieja que queda tras el pasto conducirá a un mejor ritmo de crecimiento, permitiendo que el tamaño y la densidad de la cepa se adapten a un régimen de luz consistente después de cada pasto. Esto minimiza el «retraso» en la acumulación de hoja verde nueva. Cuando se consiguen residuos consistentes, aproximadamente el 40% del rendimiento final total proviene de la primera, segunda y tercera hojas producidas. Permitir que la luz llegue al fondo estimula la producción de nuevos rebrotes. Esto mantiene la alta densidad de la cepa, lo que permite que el pasto se recupere rápidamente después del pastoreo.

Consideraciones del sistema

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En la granja, la aplicación de los principios de crecimiento de pasto se complican con la necesidad de equilibrar los requerimientos de los animales y la oferta de suplementos (siempre que las condiciones lo requieran) durante todo el año. Hay momentos en los que los agricultores necesitan doblar «las reglas» del pasto para mejorar los resultados globales del sistema. La consideración de estas desviaciones permite mejorar la toma de decisiones.

La transferencia del pasto en otoño-invierno para alimentar el rebaño de leche a principios de la primavera es un objetivo común de la gestión del pastoreo a finales del otoño-invierno (estado de vacas secas, comiendo pasto de invierno como centenos, triticales, nabos, berzas o remolachas) es transferir el pasto del otoño-invierno a principios de la primavera, para lograr las cubiertas de pasto necesarias en el parto y cumplir los requisitos de pasto de las vacas post parto.

Esto se consigue alargando la rotación en otoño y en invierno, más allá del tiempo que se tardan en cultivar tres nuevas hojas. Aunque esto producirá alguna muerte en hoja, la alimentación se puede transferir desde un período de demanda relativamente baja a un período de alta demanda de suplemento de ensilado del sobrante de la primavera si es el caso.

En primavera es clave gestionar los excedentes y la calidad de los pastos durante la temporada, pues las tasas de crecimiento de los pastos a menudo superan la demanda de las vacas, dando como resultado períodos de excedente de pasto temporal que, si no están bien gestionados, producirán una calidad de pasto reducida y, posteriormente, un rendimiento animal inferior.

La eliminación de excedentes de pasto (ensilado) puede reducir los intervalos de pasto, dando lugar a pastar algunos pastos antes de la etapa de 2½ y 3 hojas. Si la recolección de excedentes no es la deseable, los cortos intervalos de pasto pueden reducir el crecimiento del pasto. (encanado, espigado de la hierba, y hojas muertas)

Gestionar la cubierta del pasto

Hay que gestionar el rendimiento (importantísima la medición de los crecimientos diarios de la hierba: sin medir no podemos contabilizar y sin contabilizar no podemos gestionar) previo al pastoreo para optimizar el aprovechamiento del pasto y el rendimiento de los animales, al tiempo que se pueden conseguir los residuos óptimos.

El objetivo recomendado es de 2600-3200 kg de materia seca / ha para las vacas lecheras en período de lactancia. Durante los períodos de rápido crecimiento y en pastos estimulados con nitrógeno, puede ser necesario el pastoreo entre las etapas de 2-2½ hojas para alcanzar los objetivos de cobertura previa al pastoreo.

Ryegrass como alimento para la vaca lechera

El rendimiento óptio en los sistemas basados en pastos requiere una gestión especializada del pastoreo. Aquí, nos centramos en el valor nutritivo de pastos dominantes de alta calidad y en el impacto de adherirse a una buena gestión del pastoreo en el rendimiento de los animales.

Las vacas lecheras son rumiantes, con cuatro compartimentos estomacales (rumen, retículo, omasum y abomasum) que evolucionaron hasta prosperar en los forrajes. La configuración anatómica del sistema digestivo, combinada con el proceso de ruminación, hace que el rumiante sea muy eficiente para extraer energía de los forrajes. De hecho, los rumiantes son capaces de recuperar más nutrientes de los forrajes que cualquier otro herbívoro de un tamaño similar. Para conseguirlo, formaron «asociaciones» con microorganismos en el rumen. Los microorganismos son principalmente bacterias, pero también incluyen protozoos, hongos y arqueas. Juntos digieren el forraje comido por la vaca. El rumen de una vaca contiene unos 100 kg de forraje y hay aproximadamente 10.000 millones de bacterias en cada mililitro de líquido de rumen. Así, cuando se alimenta la vaca lechera, son los microorganismos del rumen los que se están alimentando más que la propia vaca.

Muchas de las recomendaciones nutricionales proporcionadas ampliamente se basan en datos derivados de vacas alimentadas con una ración mixta total (TMR), pero estas no siempre son aplicables a las vacas lecheras. Esto es debido a que las vacas alimentadas con pasto tienen características únicas. Vamos a numerar algunas:

– Carbohidratos: En teoría, la producción de leche se maximiza cuando azúcares y almidones solubles son del 40% de la dieta. Aunque los pastos de primavera contienen menos que esto, los carbohidratos estructurales (fibra) de buena calidad, los pastos de hoja son altamente digeribles (85%) y se degradan relativamente rápido, proporcionando así energía similar a azúcares y almidones solubles.

Esto es debido a que los bloques constructivos de todos los hidratos de carbono (azúcares y almidones solubles y fibra) son esencialmente los mismos (un simple azúcar, por ejemplo, glucosa), siendo la única diferencia química el tipo de enlace que une las moléculas de azúcar. Los microorganismos del rume son capaces de romper todos estos enlaces; y suministrar a las vacas alimentadas con pastos con azúcares o almidón no mejora la energía generada por la fermentación microbiana, a menos que aumente la cantidad total de energía suministrada.

Además, las recomendaciones de TMR sugieren que la fibra nuetro detergente debe constituir un 30% de la materia seca con fibra efectiva, la fibra más eficaz para estimular la ruminación y salivación, constituyendo un 20% de la materia seca.

Aunque los pastos de primavera de alta calidad contienen más fibra neutro detergentes que lo necesario (40% DM), esta fibra es digerida fácilmente y no limita la ingesta. Además, aunque se estima que la fibra «efectiva» en el pasto es relativamente baja (17-20% DM) en comparación con un TMR, y puede producir un pH inferior al recomendado, no hay efectos adversos sobre la digestión o el crecimiento microbiano.

Esto es debido a que una merma del pH en las vacas alimentadas con pasto generalmente es causada por un aumento del ácido acético y no resulta en trastornos.

En comparación, la caída del pH del rumen en una vaca alimentada por TMR normalmente está asociada a un aumento del ácido láctico que puede tener efectos perjudiciales (acidosis del rumen). Además, proporcionar fibra adicional «eficaz» (es decir, paja) a las dietas basadas en el pasto no mejora la función de rumen ni la producción de leche. De hecho, cuando se añadió la paja a una dieta basada en pastos (pasto + 4 kg de harina de maíz) la producción de leche y la respuesta marginal al grano se redujo.

– Proteína: Los niveles de proteína recomendados para las vacas alimentadas con TMR se basan en una dieta que contiene alrededor de un 16% de proteína bruta, del que el 65% es degradable, mientras que el 35% no se digirió en el rumen. En la mayor parte de las veces, el pasto de buena calidad contiene más proteína de la que la vaca precisa. Aunque la proteína en el pasto es altamente degradable (80-90%), la velocidad rápida de paso del rumen significa que aún hay suficiente proteína no digerida en el rumen.

Cuando la proteína es degradada en el rumen, el amoniaco es producido y usado por los microorganismos del rumen o transportado a través de la sangre al hígado, donde es convertido en urea. La mayor parte se excreta en la orina, pero otra se recicla en el rumen y aparece una pequeña cantidad en la leche .

Este proceso no es enérgicamente “caro” para la vaca lechera y las altas ingestiones dietéticas de proteína bruta no son perjudiciales para la salud o la reproducción en vacas a base de pasto. Como resultado, el pasto de alta calidad cumple los requisitos proteicos de la vaca lechera

-Lípidos: Estos proporcionan una fuente de energía para la vaca, pero no son utilizados por los microorganismos del rumen para el aprovechamiento. Una vaca lechera tiene un bajo requisito de lípidos dietéticos (3-6% DM). De hecho, un exceso de lípidos en la dieta puede reducir la digestión de fibras y disminuir la producción de leche. El pasto proporciona una fuente adecuada.

-Vitaminas: La suplementación de vitaminas rara vez es necesaria en las dietas basadas en pastos, aunque debe considerarse suplementar la vaca con vitamina A, D y E en el final de la lactancia (secado) y durante el período de vaca seca.

– Minerales: Estos so esenciales tanto para los microorganismos del rumen cómo para la vaca. Las vacas lecheras alimentadas con hierba a menudo requieren magnesio antes del parto y durante la primavera. Los requisitos para los suplementos minerales están afectados por la región, el tipo de suelo, la fase de lactancia y la dieta. Normalmente son aplicados un mix de minerales, dependiendo de la fase en la que se encuentra la vaca, inyectados en el agua de bebida de las vacas o en grandes bloques (100 kg) dejados en el prado o también mezclados con melaza y algo de cebada rota (200g) suministrada en el comedero de la sala.

Probablemente este último sea el mejor sistema, ya que aumentamos el flujo de entrada en la salas rotativas y la bajada más rápida de leche, lo que se traduce en un ordeño más rápido y eficiente.

Esto ponen de manifiesto el elevado valor nutricional de la hierba como alimento para las vacas lecheras: hasta el momento, la investigación no demostró ninguna ventaja en la producción sustituyéndola por una fuente alternativa de piensos.

Por tanto, el pasto en la fase de 2½ y 3 hojas, dirigir los residuos de pastoreo y maximizar el material de las hojas futuras de pasto proporcionará grandes cantidades de pasto de buena calidad para la vaca lechera, proporcionando un buen rendimiento durante toda la lactación.

Una visión operativa de la gestión del pastoreo

Es importante comprender este complejo proceso e identificar criterios clave para la toma de decisiones, ya que los procesos diarios de gestión del pastoreo empleados por los ganaderos a nivel de prados (PDK) tienen una influencia significativa en la productividad y en la rentabilidad de las explotación.

Proceso de la gestión del pastoreo:

-Establecer un plan:

Reclutar y ordenar los prados según estos criterios: Altura, rendimiento previo al pastoreo, intervalo de pastoreo y etapa de la hoja.

-Definir el plan:

Revisar el orden de los prados a pastar. Criterios empleados: Clima, rendimiento previo al pastoreo, necesidades de gestión y fase de las hojas.

-Calcular la demanda de pasto de los animales (kg de materia seca /animal/y tiempo)

-Determinar la asignación del área a pastar. Criterios empleados:

Pastos necesarios vs disponibles
Longitud de rotación
Suplementos ( sí son necesarios)
Rendimiento previo al pastoreo.

-Vacas en el prado y vigilar el pastoreo. Consideramos:

Comportamiento de las vacas
Residuos, torpeza
Estado de la parcela

-Sacar las vacas del prado y revisar los objetivos de pastoreo. Consideramos:
Residuos
Rendimiento de las vacas
Estado del prado.

“Si dejamos hierba sin comer en el prado dejamos dinero tirado”

En el caso de no cumplirse tomaremos medidas correctivas, considerando:

-Limpieza mecanizada de la pradera

-Suplementos

-Asignación (rendimiento de área / pre-pasto)

-Revisar los pasos de control. Algo se hizo mal en algún paso anterior, por el contrario ahora incidiremos en gastos limpiando la pradera por quedar mal pastada debido a la aplicación masiva de suplementos o al mal cálculo de la hierba ofrecida a las vacas. Tenemos un gasto en limpiar la pradera mecánicamente y también un gasto en no transformar el remanente en leche.

Y recordar siempre: si dejamos hierba sin comer en el prado dejamos dinero tirado que no podremos coger ni recuperar y eso ademáis incurrirá en gastos adicionales.

¿Como conseguir un correcto equilibrio?

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Las comparaciones de costes totales de producción entre las diferentes granjas indican también que, a medida que aumenta la proporción de pasto en la dieta y la cantidad de pasto producida por hectárea, el coste total de producción disminuye.

Por ejemplo, si aumentamos la cantidad de pasto de 20 a 30 kg de DM (50%) por vaca aumentará la ingesta por vaca en 1,3 kg de DM pero reducirá su utilización en un 23%. Esto indica que hay que conseguir un equilibrio entre la utilización de pasto y la ingesta individual de materia seca por vaca (DMI). La respuesta al aumento de la ingesta de pasto es bastante baja en los niveles más altos.

Otras investigaciones informan de que la ingesta de pastos aumenta 0,45, 0,23 y 0,12 kg DM por kg de dotación DM dentro de los intervalos de 10-15, 15-20 y 20-25 kg DM (respectivamente) por encima de un resíduo de 5 cm3.

En otras palabras, el aumento marginal de la DMI se reduce en la medida que aumenta la bonificación. La mala utilización de pastos (% utilizada por encima de los 3,5 cm) lo que resulta en altos residuos post-pastoreo, suprimirá las tasas de crecimiento del pasto en el ciclo posterior de crecimiento. También reducirá la digestibilidad de los pastos en el próximo pastoreo , repercutiendo negativamente en el rendimiento de los animales.

Para conseguir altos niveles de aprovechamiento y altas ingestiones de energía a lo largo de la temporada se le deberían ofrecer a las vacas cantidades moderadas de pasto de alta calidad. El aumento de la tasa de abastecimiento en una vaca / ha se reportó en una merma del rendimiento lechero por vaca en un 8%, pero en un aumento del 20% en la producción de leche por hectárea, lo que indica de nuevo el compromiso del rendimiento de los animales para conseguir un rendimiento mayor por ha. Es decir, menor consumo de materia seca (DMI) por vaca pero mayor utilización de pasto por hectárea.

Los residuos de pasto son un indicador clave de la utilización de pastos después de pacer las vacas. A finales de la primavera, la hierba pasa del crecimiento vegetativo al reproductivo, dando lugar a algunos cambios importantes en los pastos. El desarrollo reproductivo lleva a alargamiento del tallo y aumenta las proporciones de encañado en el futuro pasto, lo que puede llevar a pequeños aumentos en la altura residual posterior al pastoreo.

Consecuentemente, los residuos de pastoreo aumentarán ligeramente en verano y las vacas tendrían que verse obligadas a comer el tallo y hoja muerta de baja calidad. La consecución de residuos de pasto objetivos en primavera reducirá posteriormente la relación de reproductores vegetativas, minimizando así este aumento de residuos de pasto.

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El invierno ofrece la oportunidad de restablecer el nivel de los residuos para la próxima temporada y asegurar que el crecimiento de las hojas se promueva en la base de la hierba. Por lo tanto, hay poco espacio para la desviación a través del período crítico de primavera, desde un objetivo residual de 3,5 cm con un ligero aumento en verano hasta 4,0 cm y 3,5 cm de nuevo a finales del otoño / invierno.

Aunque el pasto es valioso y nutritivo, muchas veces se añaden fuentes complementarias al sistema. Generalmente, los suplementos aumentarán la DMI (materia seca ingerida) total. Sin embargo, cuando añadimos suplemento se dejará algún pasto en el prado. Se conoce como relevo y se caracteriza por una merma del tiempo de pasto de aproximadamente 30 minutos por cada kg de suplemento de materia seca y, en consecuencia, una merma del aprovechamiento de los pastos que es directamente proporcional a la producción de sólidos por hectárea de hierba consumida.

El relevo puede ser negativa (pasto malgastado) o positivò (pastos ahorrados). El principal elemento de relevo es el hambre de vaca, habitualmente reflejado en la cantidad de pastos que quedan (residuales post-pastoreo) cuando las vacas salen del prado. Los residuos post-pasto son el principal motor de la respuesta de sólidos de leche producidos, ya que a medida que los resíduos aumentan la respuesta de sólidos de leche a los suplementos disminuye.

El impacto potencial de la alimentación de suplementos sobre residuos de pasto, después de pastoreos consecutivos (rotaciones) en un prado donde los residuos no están bien gestionados, ilustra como este incremento es pequeño en cada pastoreo, pero acumulativo sobre eventos de pastoreo consecutivos con el futuro del pasto, aumentando e impidiendo que la vaca logre el objetivo residual con el paso del tiempo.

Por lo tanto, el control de los residuos de pastoreo y una buena toma de decisiones operativas son esenciales para garantizar una respuesta elevada de sólidos en leche a los suplementos (si son necesarios) y altos niveles de crecimiento y calidad posteriores de los pastos.

Lograr los objetivos

La gestión de la etapa de las hojas y los rendimientos pre-pastos requiere un foco mayor a nivel táctico y operativo.

Un proceso eficaz de gestión del pastoreo permitirá tomar las decisiones correctas para asegurarse de alcanzar los objetivos. Esto permitirá establecer la longitud de rotación correcta, basándose en la evaluación del estadio de las hojas, y se asegurará de que los prados pastados están dentro del intervalo de rendimiento deseado antes del pasto.

La figura destaca la importancia de gestionar el rendimiento previo al pastoreo para alcanzar objetivos residuales y una alta cantidad de materia seca ingerida. Para conseguir 16-18 kg de DMI (materia seca ingerida) por vaca al llegar a los 3,5 cm de pasto residual el rendimiento previo al pastoreo debe gestionarse entre 2800-3200 kg DM / ha, con tomas más elevadas, necesitando rendimientos pre-pastoreos más bajos para un objetivo semejante residual.

La consecución de una ingesta similar con rendimientos excesivos de pastoreo previo requiere altos residuos de pasto con impacto negativo en el crecimiento posterior de los pastos y calidad. En la búsqueda de una mayor DMI será necesario equilibrar con la consecución de la fase de hojas objetivo para maximizar el crecimiento del pasto y optimizar el aprovechamiento de los pastos.

Cuando la DMI (ingesta de materia seca) sea inferior (14 kg de DMI), como por ejemplo en la lactancia tardía, se pueden pastar rendimientos de hasta 3800 kg DM / ha hasta llegar a los 3,5 cm. Esto requiere una buena toma de decisiones, ayudada por paseos semanales en granjas, dejando de pastar prados cuando sea necesario y prestar atención a los residuos posteriores.

El manejo por estadios de las hojas también requiere la relación descrita. Por ejemplo, el pasto fertilizado con nitrógeno tendrá altos rendimientos en los estadios inferiores de las hojas, requiriendo el pasto antes de la etapa de tres hojas. También es importante considerar la demanda de suplementos (pienso o silo si había sido el caso ) de la explotación en comparación con la cantidad de pasto cultivado, con un estadio de hojas más avanzado (intervalo de pastoreo más largo) más favorable para las explotaciones con más animales por ha.

Conseguir residuos uniformes y consistentes en todos los prados en cada pasto es difícil pero no imposible. Precisa un mayor foco en el nivel operativo para capturar oportunidades antes, durante y después de cada evento de pastoreo.

A este reto se suman los cambios en el rendimiento previo al pastoreo y los hechos meteorológicos adversos. Durante largos períodos de precipitaciones altas, puede ser que los residuos de pasto no sean asequibles con residuos más largos o racimos de hierba restantes, reduciendo el crecimiento posterior.

Por lo tanto, si no se cumplen los residuos de pastoreo y los pastos pasan a ser «irregulares» tiene sentido tener que corregirlos. Para esto se pueden utilizar medidas como el pastoreo con un rendimiento previo al pastoreo inferior en la siguiente rotación, dejar el prado para ensilado, pastar con vacas secas o con animales de descarte.

Hay una serie de programas informáticos y software disponibles a través de proveedores comerciales dirigidos a ayudar a tomar decisiones sobre los datos de pasto.

Las claves del éxito en la gestión del pastoreo en vacuno de leche:

1. Medición y monitorización del crecimiento de la hierba semanal

2. Crear una estrategia basada en el crecimiento real de la hierba

3. Determinar que prados serán pastados cada semana

4. Definir la rotación de entrada de las praderas en días segundo el crecimiento

5. Marcar el objetivo de residuos

6. Calcular la demanda de materia seca ingerida por las vacas según la producción de sólidos y estado de lactación

7. Dar los metros cuadrados necesarios por vaca y día de pasto para conseguir el mayor aprovechamiento de pasto con el objetivo de resíduos.

8. Medir la hierba sin comer y comprobar que se logró el objetivo

9. Observar si los animales mantienen las producciones o si tienen hambre

10. Chequear la dosis y correcta administración de los minerales

11. Chequear que los bebederos funcionan perfectamente

12. Sacar las vacas del prado de manera tranquila y pausada, nunca empujar o apurarlas. Tener caminos lisos y anchos, sin barro ni piedras; facilitar que anden a súa velocidad (2km/h) para evitar gasto de energía y, por tanto, de leche. Distanciarse de la última vaca como mínimo 20 m. En la salida de la sala de ordeño, asegurar que tengan acceso a prado con pasto fresco.

13. No dejar nunca que las vacas entren en las zonas que ya fueron pacidas. Cuando acaben de comer los bocados grandes ellas volverán atrás a comer los rebrotes nuevos

14. Redefinir el plan si es necesario

15. Aplicar nitrógeno de síntesis siempre que la temperatura de la tierra esté por encima de 7 grados celsius y por debajo de 19, a razón de que tenga disponible 1 unidad fertilizante por día de nitrógeno

16. Aplicación de regadío a razón de 8 mm/día, dependiendo de la evapotranspiración

17.Resembrar las praderas menos productivas

Herramientas prácticas de nos pueden ayudar:

– La calidad de la hierba bien manejada es de 10.5-12.5 MJ ME/KG DM o más 1.1 ufls

– Requisitos diarios de una vaca a principio de lactancia de 450 kg peso vivo kiwi crros, produciendo 2,0 kg sólidos / día y perdiendo 0,5 kg por día de peso a 12,0 MJ ME / kg DM ingerida:
– Mantenimiento 54 MJ ME
– Caminando en llano (3 km x 2 MJ ME / km) 6
– Sólidos lácteos (2,0kg MS x 80 MJ) 160
– Pérdida de peso (0,50 kg peso vivo x -37 MJ) -19
– Total MJ ME a 11,0 ME 201 ME
-Requisitos reducidos en 5 % cómo 12,0 ME alimentados = 201 x 95% 191 kg de materia seca (DM)
-kg DM consumido (191 ÷ 12,0 ME) 15,9 kg DM(materia seca requerida vaca
día

– Una vaca Kiwi crros (450 kg de peso vivo) come de promedio 16 kg de materia seca de hierba pastada y produce 420 kg de sólidos por lactacion

– Una vaca transforma 10kg de hierba a 11ME en un kilo de sólidos de leche

– 420kg de sólidos producidos por una vaca en un año equivalen a 4200kg de hierba pastada

– Una ha produce al año 17 tn de materia seca de hierba o más, dependiendo de las habilidades del empresario ganadero. 17 kg de materia seca producida/4200kg de materia seca ingerida por vaca en lactanción=4,04 vacas por ha

– 420 kg de sólidos vaca/año x 4.04 vacas/ha=1696.8 kg de sólidos/ha sin depender de ningún insumo externo, sólo con pasto.

– El coste de 1kg de materia seca de pasto ingerido es de 0.027 dólares neozelandeses, calculando todos los costes menos el silo producido, en el caso de hacerlo

– Una vaca, entre lo que come y rechaza o desperdicia, consume 17kg de DM(materia seca), lo que se traduce en un gasto de 17kg de DM x 0,027$NZD=0.459$ diarios

– Cálculo de pastura previa al pastoreo: (vacas por ha x ingestión x rotación) + Residuo excelente = Cubierta previa al pastoreo Ejemplo: (3,0 vacas / ha x 17,5 kg DM / vaca x 22 días) + 1500 kg DM / ha = 2650 kg DM / ha

– Asignación de pasto:

Demanda por vaca kg materia seca ingerida x número de vacas = demanda del lote de vacas. Por ejemplo: 18 x 200 = 3600 kg DM demanda ese lote diario

Suministro por ha.

Rendimiento previo al pastoreo – residual = kg de materia seca ha, por ejemplo. 2800 – 1500 = 1300 kg DM / ha – área requerida: Demanda ÷ oferta = área necesaria, por ejemplo. 3600 ÷ 1300 = 2,8 ha / día (Superficie x suministro) ÷ número de vacas = pasto disponible / vaca, p. (2,8 x 1300) ÷ 200 = 18 kg DM.

– Asignacion de área:

– M² por vaca a vacas por ha 10.000 ÷ m² / vaca = vacas / ha, por ejemplo. 10.000 ÷ 140 = 71 vacas / ha (1ha = 10.000 m²)

-Área que se necesita por lote de vacas: Total de vacas ÷ vacas / ha = área
necesaria. Ejemplo. 200: 71 = 2,8 ha

– Área del pasto para ser pastado: Área (m²) ÷ Ancho del paddock = longitud
necesaria para el pasto, ejemplo. (2,8 x 10.000 = 28.000 m²) 28.000 ÷ 150 m = 187 m

Referencias:

RESEARCH CENTER TEAGASC IRELAND

DAIRY NEW ZELAND

David Chapman, Sean McCarthy, Cathal Wims, Jane Kay, Chelsea Hirst, Massey University, Danny Donaghy, David Gray and Brennon Wood,

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