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“Hay una revalorización de la profesión ganadera, con personas jóvenes que apuestan por la innovación”

Entrevistamos al director comercial de Caixa Rural Galega, José Manuel López Marcos, para hablar de la actual situación económica, derivada de la Covid, y de su impacto en el campo

José Manuel López Marcos.

José Manuel López Marcos.

¿Qué impacto financiero está teniendo la crisis del coronavirus en el campo?. Abordamos la situación y las perpectivas de los distintos sectores con José Manuel López Marcos, director comercial de Caixa Rural Galega. La entidad destaca por la importante presencia que mantiene en el sector agroalimentario de Galicia, que representa un 40% de sus inversiones crediticias en sectores productivos.

La crisis de la Covid-19 está teniendo un impacto importante en toda la economía, pero quizás la parte que mejor está aguantando es el sector primario y agroalimentario. Desde vuestra perspectiva, ¿cómo veis la situación?
– Esta crisis fue muy profunda y sobre todo rápida, pero aunque afectó de manera muy generalizada, hay sectores menos afectados y uno de ellos es el agroalimentario. Esto favorece de alguna manera a Galicia, ya que este sector tiene un peso relativo en nuestra economía superior a otras comunidades o países. La cuestión es que la alimentación sigue siendo una necesidad básica. Pero no debemos olvidar que algunas industrias del sector están muy enfocadas a la restauración, por lo que se vieron igual de afectadas que el sector hostelero.

La incertidumbre es tan grande que es muy complejo hacer previsiones, pero esperamos que los avances en vacunas y tratamientos permitan reducir las restricciones y se perciba cierta reactivación. La gran duda está en el sector turístico porque esta pandemia provocará cambios de comportamiento y no parece que las cifras de visitantes se vayan a recuperar tan rápido, aunque las restricciones se eliminen.

Dentro del campo, las ganaderías de vacuno de carne y las bodegas son dos de los sectores más afectados, junto con parte del sector forestal. ¿Están aumentando los créditos para mantener liquidez?
– Las ganaderías de vacuno de carne sí que lo están pasando mal por la caída de precio, ante la falta de demanda de determinados despieces. Pero hay iniciativas interesantes a nivel cooperativo para crear canales directos de venta y llegar por internet a los consumidores finales. Como siempre, el nivel de gasto y las necesidades vitales de los ganaderos en las zonas de montaña, principales productoras de carne, son más reducidos y por eso tienen capacidad para aguantar más tiempo.

El sector vinícola sigue tirando bien gracias a la exportación, que mantuvo un nivel de ventas muy aceptable y permitió que siguieran vendiendo los grandes productores, e indirectamente también los pequeños.

«La solución a esta crisis no debe pasar por niveles de endeudamiento excesivos que puedan comprometer la sostenibilidad futura de productores e industrias»

Por último, el sector forestal no paró en la pandemia y sólo cerraron algunas industrias, que ya recuperaron la actividad por la fuerte demanda del sector de la construcción para reformas. En general, este sector salió reforzado en la pandemia.

No estamos percibiendo un incremento de crédito para mantener liquidez en estos sectores ni en general en el sector primario, lo cual es muy positivo porque la solución a esta crisis no debe ser asumir niveles de endeudamiento excesivos que puedan comprometer la sostenibilidad futura de productores y empresas.

Los tipos de interés están en mínimos históricos, pero también existe incertidumbre por la evolución de la pandemia en los próximos meses. ¿En qué medida se están frenando las inversiones en el campo en sectores punteros como el lácteo a causa de esta situación?
– El sector lácteo salió muy reforzado por el tirón del consumo y las inversiones crecieron también gracias a las líneas de ayudas europeas para la mejora de las granjas. Una de las lecciones de la pandemia fue constatar que los lácteos son una proteína básica, muy completa, y hay que recordar que apoyan además el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

Con esto es de prever en los próximos años un tirón en el consumo asociado a los lácteos, que presumiblemente reforzará los precios de la leche en los niveles actuales. Al mismo tiempo, la apuesta de las granjas por la mejora de la eficiencia y la automatización, aprovechando las importantes ayudas europeas, está siendo la vía por la que las personas jóvenes se incorporan a las granjas familiares. Sin duda, hay una revalorización de la profesión ganadera, unida a una sociedad en la que se aprecia una tendencia post-crisis de vuelta al rural.

De cara a próximos años, ¿qué prioridades de trabajo destacaríais para el sector agrario de Galicia, con el que tenéis una relación histórica de más de medio siglo?
– Nuestro compromiso está en poner de nuestra parte para que la actividad en el medio rural siga viva e incluso pueda incrementarse. Trataremos de estar presentes con oficinas físicas, al tiempo que seguiremos poniendo a la disposición de los socios y clientes medios digitales, como ya venimos haciendo desde hace años.

A día de hoy, el porcentaje que el sector primario supone en nuestra inversión crediticia total alcanza el 18%. Si de la inversión crediticia total descartáramos la que corresponde a particulares, podríamos decir que el sector primario supone aproximadamente el 35% de la inversión crediticia en sectores productivos.

Si además le añadimos al sector primario la industria agroalimentaria, estaríamos hablando de que la inversión crediticia en estos sectores supera el 40% de la inversión productiva, como dije, excluyendo a los particulares.

Estas cifras plasman un compromiso y una relación histórica de mucho calado. Pensemos que, por ejemplo, el sector primario en Galicia no alcanza ni el 6% del PIB de la comunidad, pero nosotros mantenemos una importante presencia y relación.

A nivel general, en el conjunto de vuestros clientes, ¿qué tendencias veis a raíz de la crisis de la Covid-19?, ¿está aumentando la morosidad?
– La realidad es que a día de hoy aún no notamos el reflejo de la crisis en la morosidad, que sigue experimentando un descenso paulatino desde 2014, cuando empezamos a ver las primeras mejoras tras la crisis de 2008.

«A día de hoy no percibimos un reflejo de la crisis en la morosidad, que mantiene un descenso paulatino desde 2014, pero puede haber una situación más adversa en el futuro»

Lo cierto es que, si nos retrotraemos a marzo, pensábamos en un escenario peor a estas alturas. Pero no cabe duda de que la morosidad se verá afectada por esta recesión tan brusca. De este modo, estamos incrementando dotaciones previendo una situación más adversa en el futuro. A nivel sectorial, tampoco se está disparando.

Las medidas de contención como ERTES y la facilidad de liquidez mediante las líneas ICO, con aval del Estado, están de alguna manera salvando esta situación. Pero tenemos la economía un tanto ‘medicada’ y no sabemos si será capaz de recomponerse antes de que se acaben la medicinas.

En cuanto al ahorro, ¿qué les estáis recomendando a los distintos perfiles de clientes?
– Los tipos negativos no permiten obtener rentabilidades sin riesgos, como sucedió siempre. Los perfiles más conservadores no pueden aspirar más que a preservar el capital en el mejor de los casos. Así que la inversión canalizada a través de fondos de inversión, con un porcentaje de renta variable acorde al perfil de riesgo del cliente, es la única forma de tener opción de rendimientos positivos.

Por otro lado, recomendamos fondos mixtos y globales que permitan una elevada diversificación frente a fondos con marcado carácter sectorial o geográfico. Para eso están los gestores, que sobreponderan o infraponderan sectores, monedas o áreas geográficas en función del contexto económico. Actualmente, los fondos sostenibles, con diferentes grados de aversión al riesgo, están entre el catalogo de recomendaciones.

“Los actuales tipos de interés bajos son una anomalía”

¿Cómo está atravesando Caixa Rural Galega la crisis de la Covid-19, pues la mala situación general sin duda os tiene que repercutir?
– En primer lugar, con mucha preocupación por la salud de empleados y clientes. Tanto porque las consecuencias de la enfermedad pueden ser muy severas como porque las posibles bajas por enfermedad o cuarentenas pueden resultar críticas.

En relación a la actividad, estamos creciendo a ritmos más intensos que en épocas precedentes, pero esto tenderá a estabilizarse. Otra de las grandes preocupaciones es la morosidad que, tal como comentaba antes, aun no ha llegado. Con todo, tenemos que estar preparados para situaciones más adversas en este sentido.

Pero el gran problema para el sector está en la persistencia de tipos negativos, que están lastrando las cuentas de resultados de las entidades financieras. La crisis del Covid viene a prolongar las políticas monetarias expansivas y los tipos negativos. Los tipos bajos son favorables para quien se endeuda y para incentivar la actividad, pero desfavorables para los ahorradores.

Realmente, los tipos negativos son una anomalía que dura demasiado tiempo y que limita la capacidad del sector financiero para autocapitalizarse y conseguir mejores grados de solvencia para afrontar situaciones de crisis, o simplemente para seguir creciendo con una buena base. Con todo, el sector financiero está haciendo de soporte en esta crisis, en lugar de ser una de las causas de la misma, como sucedió en el 2008.

Sois una entidad bancaria singular, pues sois la única que continúa siendo 100% gallega y con una base cooperativa. ¿Cómo afronta Caixa Rural Galega el futuro?
– El secreto para mantener el carácter local y cooperativo radica en las sinergias que el Grupo Caja Rural le aporta a las entidades que lo formamos y que supone, de manera agregada, el séptimo grupo bancario del país en el 2019. Esa es la gran fortaleza que nos permite a entidades pequeñas o medianas mantenernos apegadas a nuestro territorio, de manera independiente, pero siendo capaces de ofertar los mismos servicios que entidades de mucho mayor tamaño.

El futuro pasa por seguir formando parte del Grupo Caja Rural e incrementar en la medida de las posibilidades la presencia en zonas de Galicia en las que no estamos. El gran reto es la transición tecnológica y digital, con las continuas adaptaciones que esto implica, sin perder la presencia física y la cercanía a socios y clientes que siempre tuvimos.

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