Hortas de Galicia, crecer despacio para obtener el mejor sabor

Mondoñedo es un ayuntamiento con tradición hortícola en el que están surgiendo en los últimos años nuevas iniciativas en este campo. Mónica y Jorge montaron su primer invernadero hace tres años. Hoy tienen ya 12, distribuyen ellos mismos su mercancía y piensan en nuevos proyectos, para los que quieren incrementar volumen de producción y de mercado.

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Hortas de Galicia, crecer despacio para obtener el mejor sabor

Mónica en el invernadero, en el que en esta época tienen sobre todo lechuga

“Nosotros no aceleramos el crecimiento de las distintas plantaciones para que todo lo que cogemos tenga sabor”. Es la filosofía con la que nació hace tres años Hortas de Galicia , un proyecto que Jorge puso en marcha en su pueblo, Mondoñedo, junto con su pareja, Mónica. “Yo soy de Madrid, urbanita, y de esto no sabía nada, pero me gusta y estoy contenta”, aclara Mónica.

En varias fincas alquiladas cultivan hasta 25 referencias distintas. En invierno lechuga, coliflor, brócoli o repollo y en verano tres variedades de tomates y dos de pimientos, además de calabacín, berenjena, pepino o calabaza. Buscan ese sabor propio e intenso de cada producto que solo se logra si las cosas van creciendo despacio, a su ritmo.

Como su propia empresa. “No tenemos ningún préstamo, según tenemos así invertimos”, cuenta Mónica, que explica que “hasta ahora todo lo que sacamos lo vamos reinvirtiendo para ir creciendo poco a poco”. Están montando dos nuevos invernaderos para sembrar hacia esta primavera, en la que contarán ya con una docena, que suman unos 6.000 metros cuadrados a cubierto. A mayores, cultivan fuera unas 3 hectáreas.

Cada invernadero les cuesta entre 5.500 y 6.000 euros, a lo que hay que añadir el tractor y los aperos que tienen para trabajar la tierra y una furgoneta y un furgón isotermo que usan para el reparto. “En conjunto es una inversión bastante importante, así que queremos ganar en volumen de producción y de mercado para rentabilizar mejor todo eso y poder dar un salto que nos permita afrontar nuevos proyectos e inversiones”, cuentan.

 “El producto va muy fresco y eso nos obliga a empezar muy temprano a recoger”

Van a alquilar también una nave para almacén, comprar una báscula de suelo para hacer pesajes en palés e instalar una cámara frigorífica con la que poder planificar de otro modo la recogida del producto. “Vamos sobre pedido en el mismo día, así que cosechamos por la mañana y hacemos el reparto nosotros mismos por la tarde. El producto va muy fresco y eso nos obliga a empezar muy temprano a recoger, sobre las seis y media de la mañana, pero somos solo tres, nosotros dos y Raquel, una empleada, y si tenemos mucho pedido acabamos muy tarde de cortar y eso nos retrasa el reparto, porque hay días en verano que no acabamos de coger la mercancía hasta las tres o a las cuatro de la tarde. Así que queremos adquirir una cámara de segunda mano, porque nueva cuesta unos 40.000 euros, no para almacenar mercancía en ella, sino para poder trabajar con más previsión y aprovechar las horas del atardecer para coger productos como tomate para el día siguiente”, explica Mónica.

Sus principales clientes son pequeños supermercados de Lugo, A Coruña y Ourense, además de tiendas de barrio, fruterías y algún distribuidor. Mónica es la que se encarga de la parte más comercial y también del reparto. “Hay mucha competencia y hay que luchar mucho todos los días”, dice, pero descarta la venta a grandes superficies por las condiciones que imponen a los productores.

El tomate, uno de los productos estrella

En este momento tienen lechuga en distintas fases de crecimiento en ocho de los invernaderos y en los otros dos acelga, coliflor, brócoli y repollo. La lechuga, de la que plantan unas 6.000 plantas por invernadero de las variedades lisa y rizada, tarda en invierno unos 3 meses en llegar al tamaño de venta, por lo que al ir plantando escalonadamente a medida que van levantando las plantaciones de tomate y pimiento del verano, logran sacar en algunos casos, en los primeros invernaderos que plantan, dos ciclos de lechuga.

Pero sin duda uno de los productos estrella de Hortas de Galicia es el tomate. “Se nos da muy bien y tiene mucho sabor”, dicen orgullosos. Cultivan tres variedades (anairis, raf y rama) y logran producciones de 2.000 kilos a la semana en los meses de verano en los hasta ahora ocho invernaderos que dedicaban a tomate (ponen unas 800 plantas en cada invernadero). En otros dos plantaron el año pasado pimiento, de las variedades italiano y lamuyo.

“Este año tendremos dos invernaderos más y vamos a adelantar un mes la plantación del tomate, de finales de marzo a finales de febrero, porque el microclima de Mondoñedo lo permite, para así tener fruto ya a comienzos de junio, también un mes antes”, avanza Mónica. Pero sin acelerar el crecimiento de la planta porque quieren incrementar volumen y producción pero sin perder sabor. “Buscamos tener una marca reconocida en base a eso, que se identifique nuestro producto porque tiene sabor”, dice. Ese mismo sabor que Mónica echaba en falta cuando vivía en Madrid.

Abonado al estilo tradicional, con estiércol

HORTA_MONDOÑEDO_esterco e novos invernadoirosEn la búsqueda de ese sabor de siempre logrado en las huertas familiares gallegas, aunque en una producción a mayor escala, Jorge y Mónica recuperaron este año el abonado de las tierras con estiércol, que compran a un vecino ganadero, aunque en esta zona es difícil de conseguir porque hay pocas explotaciones que lo produzcan y mucha demanda, al ser Mondoñedo un ayuntamiento con tradición hortícola y con nuevas iniciativas, como la de Jorge y Mónica, surgidas en los últimos años.

“La nuestra no es una producción ecológica pero intentamos usar los menos productos químicos posibles, porque esto también lo cómo yo y lo que no quiero para mí no lo quiero tampoco para mis clientes”, argumenta Mónica, que cuenta que “este año tuvimos nabizas y repollos a los que no se les echó absolutamente nada”.

No usan herbicidas sino que “el control de las malas hierbas es todo a base de escardar y escardar”, y tampoco emplean ningún tipo de sulfatos o compuestos químicos si no es imprescindible. “A veces es inevitable usar algo porque sino no tendrías cosecha o sería rechazada por el consumidor, por ejemplo cuando hay plagas de pulgón, porque aquí en A Mariña no hay heladas importantes por lo que es un clima idóneo para la producción de huerta durante casi todo el año pero, al mismo tiempo, no tienes ese frío que elimina de manera natural este tipo de insectos”, explica.

: “Buscamos que se identifique nuestro producto porque tiene sabor”

Luchan a diario también contra otra plaga, la de la imagen de producto apetecible que traslada publicidad televisiva y los lineales de los grandes supermercados, que priman el aspecto visual sobre la calidad y que acaban influyendo en las preferencias del consumidor. “En alimentación las estrategias de venta de las grandes cadenas de distribución buscan uniformidad y no sabor, así que los pequeños productores como nosotros también nos vemos obligados a adaptarnos a esa uniformidad si queremos vender, pero en nuestro caso queremos hacerlo sin perder sabor”, recalca Mónica.

Concentrar las parcelas que cultivan

La mayoría de las fincas que trabajan son alquiladas pero de pequeño tamaño. Por eso están tratando de hacer una reorganización en la zona de cultivo para concentrar la superficie que cultivan al aire libre al lado de las dos fincas donde tienen los invernaderos. “Hay bastante tierra abandonada y los alquileres son asequibles, pero tenemos parcelas muy pequeñas y dispersas que son más difíciles de trabajar y de gestionar de manera eficiente y perdemos mucho tiempo saltando de una para otra”, explican. Además una parte de las 3 hectáreas que trabajan al aire libre son muy húmedas, con presencia de fuentes de agua, por lo que solo las pueden usar en primavera y en verano porque en invierno se empapan.

Jorge y Mónica son “autodidactas”, porque aunque él es de Mondoñedo, antes no se dedicaba a esto y no le viene tampoco de tradición familiar. “Aprendemos a base de cometer errores y perder dinero”, dicen, porque “en agricultura 2 más 2 no son 4, son 3 y con suerte”, afirman.

A medida que fueron cogiendo experiencia en estos tres años que llevan de andadura fueron introduciendo cambios en la manera de trabajar y en las técnicas empleadas. Por ejemplo, en las producciones de verano hacen riego por goteo pero en invierno las lechugas las riegan por aspersión dentro de los invernaderos. “Nos facilita el trabajo de levantar los surcos, airear la tierra y volver a plantar”, explican. En los nuevos invernaderos que montaron pusieron también red de malla en las puertas en vez de plástico para que haya más ventilación y menos temperatura, aun a costa de perder crecimiento en algunos casos.

Página web con recetas y venta on line y nuevos retos

Hortas de Galicia cuenta con una página web en la que proponen muchas recetas que se pueden hacer con sus productos y a través de la cual venden sus producciones a un público más joven y urbano, acostumbrado a comprar por internet, una herramienta con la que poder saltar también la limitación de los mercados de cercanías. La venta on line es algo que poco a poco llegará también al sector de los productos frescos, un mercado por el que ya están apostando gigantes como Amazon.

En solo tres años Mónica y Jorge pusieron en marcha un proyecto en base a la tierra que se está demostrando viable y ahora intentan trabajar con más comodidad y dar un salto que les permita enfrentar nuevos retos. “Tenemos otros proyectos en mente, pero para ellos necesitamos crecer primero para poder enfrentarlos económicamente. La nave que tenemos apalabrada para almacén era un antiguo concesionario de coches y tiene una zona de exposición de vehículos que queremos aprovechar para montar una tienda donde vender nuestras verduras y también otros productos de esta zona aprovechando el tirón que Mondoñedo tiene para el turismo”, avanza Mónica.

“Hay que trabajar mucho y no siempre salen las cosas como quieres, así que hay decepciones, pero también muchas satisfacciones y mucha ilusión. Y nosotros montamos esto para que nos diese para vivir, no para hacernos millonarios, y para poder trabajar en algo que nos satisfaga personalmente”, concluye.

 

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