En su día a día Gustavo Schuenemann, veterinario y profesor del departamento de Medicina Preventiva en la Universidad de Ohio (Estados Unidos), trabaja mano a mano con productores y asesores en vacuno de leche de todo el estado, actividad que compagina con la docencia. Además es especialista en cuestiones como el manejo de la vaca de transición, la gestión de personal y las tecnologías de precisión en las ganaderías de vacuno de leche. Con él conocemos las preocupaciones de los ganaderos norteamericanos, al tiempo que le pedimos algunas recomendaciones para abordar los principales retos en la producción de vacuno de leche.
-¿Cuáles son las principales preocupaciones de los ganaderos en Estados Unidos?
-Para entender a un productor lechero hoy, hay que entender los cambios que han sucedido en la industria lechera. En enero de 2020, había 9.3 millones de vacas distribuidos en unas 34.200 granjas con una producción promedio de casi 11.000 litros por vaca al año para una población de 328 millones de habitantes. En los últimos 20 años, se cerraron aproximadamente el 50% de las granjas, a una tasa promedio de cerca de 2.300 granjas al año, esto equivale a 6,3 granjas por día, la mayoría de menos de 500 vacas. Actualmente, la industria lechera está en un proceso muy fuerte de consolidación con algunos sistemas de producción integrados en lecherías de 10.000 a más de 100.000 vacas y la productividad promedio anual por vaca ha aumentado en casi 3.000 litros. Esta consolidación en la industria lechera ha cambiado la forma de trabajar, desde el profesional consultor a los proveedores de insumos, con mejor consistencia en los procesos de producción.
Las principales preocupaciones del productor lechero son la pérdida de rentabilidad en el negocio lechero, la falta de empleados, el manejo de purines y cumplir con las demandas de los consumidores. Sin duda, eficientizar y mejorar la consistencia en los procesos de producción son también prioridades para poder dar continuidad al negocio lechero, pero con un fuerte énfasis en mejorar bienestar animal, sustentabilidad y teniendo en cuenta las demandas de los consumidores. Esta crisis de Covid-19 nos mostró que las estanterías vacías en el supermercado generan mucho miedo a todo nivel, pero los campos sin cultivar o cerrados puede ser devastador para un país. Momentos como estos nos recuerdan a todos la importancia de tener un sistema de producción de alimentos sólido para garantizar la seguridad alimentaria de una nación.
“En algunas granjas hemos revertido la falta de empleados cubriendo gastos asociados como transporte, vivienda o oportunidades de educación para los empleados y sus familias”
-A la gestión del personal en la granja cada vez se le está prestando más interés y también hay más dificultades para conseguir trabajadores, ¿Por qué es complicado encontrar gente que quiera trabajar en las granjas estadounidenses?
-Es sin duda un fenómeno social multifactorial donde probablemente influyen las expectativas del trabajo en el calendario semanal, acceso a más oportunidades de educación, o simplemente vivir cerca de comunidades con mejor infraestructura (internet, salud, vivienda, tiendas, etc.). La falta de empleados en las empresas rurales es un fenómeno global, aquí en EEUU, y también observo la misma tendencia en Sudamérica y Europa. En algunas granjas hemos podido revertir parte de la falta de empleados cubriendo los gastos asociados: transporte o vivienda, oportunidades de educación para los empleados y sus familias, y proveer almuerzo o ropa de trabajo.
-En su opinión, ¿cuáles son las claves para lograr el éxito en la contratación de personal en ganaderías de vacuno de leche?
-Hoy en muchas granjas están satisfechos con solo poder cubrir los puestos de trabajo vacantes. Es necesario definir claramente las responsabilidades, habilidades necesarias, rol del empleado en la granja y expectativas (transmitir claramente la cultura de trabajo y la misión de la granja). Durante la entrevista de trabajo es importante evaluar la actitud del futuro empleado. Las personas tienen la capacidad de aprender y sobreponerse a limitaciones, pero es muy difícil y costoso resolver problemas de actitud (no me importa, falta de atención a los detalles o compromiso, etc.). En nuestros programas de entrenamientos nos dimos cuenta de que una persona con actitud negativa termina teniendo mal desempeño, a pesar de tener excelentes conocimientos y habilidades. Hoy damos más importancia a una persona con actitud positiva que a sus conocimiento y habilidades, porque esto lo podemos mejorar muy rápidamente dentro de la granja.
-La producción de leche en EEUU en los últimos años ha evolucionado hacia granjas cada vez de mayor tamaño, las conocidas como megagranjas. ¿Son ya el presente y serán el futuro de la ganadería de vacuno en el país?
-La industria lechera se ha consolidado fuertemente en los últimos 20 años con menos granjas, pero de mayor tamaño en número de vacas. Hoy en EEUU, un 5% de las granjas (con 1.000 vacas o más) ordeña casi el 60% del total de vacas lecheras. A medio plazo, la consolidación de granjas lecheras continuará con énfasis para mejorar eficiencia en los procesos, integradas con las comunidades locales y recursos naturales (tierra, agua y energía) teniendo en cuenta las demandas de los consumidores para dar sustentabilidad al sistema de producción.
“El ganadero debe estar atento a los cambios y demandas de alimentos para poder adaptar su sistema a tiempo, transformar desafíos en oportunidades y así poder seguir en el negocio lechero”
-En Europa, aunque en menor medida, también se ha visto este cambio hacia ganaderías de mayor tamaño en decremento de las unidades familiares, lo que habitualmente suscita críticas. ¿Qué opina de este modelo de megagranjas tan alejado de las ganaderías familiares?
-La consolidación de la industria lechera es una realidad global, aquí en EEUU pero también en Europa, Sudamérica y Asia. La mayoría de las granjas de más de 1.000 vacas siguen siendo familiares, pero a mayor escala. En términos de eficiencia, las granjas grandes han aumentado la productividad individual de los animales con el uso de estándares definidos de bienestar animal y están trabajando mucho en sustentabilidad con especial atención a las demandas de los consumidores. La falta de empleados es un desafío, pero la tecnología de precisión ofrece oportunidades para automatizar procesos. Es importante destacar que también vemos productores con 300 vacas eficientes y explorando oportunidades para comercializar su leche a través de asociaciones, produciendo leche ecológica o A2A2 para cubrir demandas específicas de los consumidores.
Indistintamente del tamaño de la granja, el productor líder debe estar atento a los cambios y demandas de alimentos para poder adaptar su sistema a tiempo, transformar desafíos en oportunidades y así poder seguir en el negocio lechero. El traspaso del negocio de una generación a la siguiente es un tema importante que requiere un plan, compromiso y visión a medio-largo plazo para coordinar una transición ordenada y así dar continuidad al negocio. En las lecherías pequeñas este traspaso generacional no esta tan claro y los bajos márgenes de rentabilidad generan incertidumbre que impacta sobre la viabilidad del negocio a futuro.
-Mejorar la productividad es uno de los objetivos habituales en las ganaderías y que ha abordado en distintos trabajos, ¿Alguna recomendación para lograrlo?
-El negocio lechero es el arte de controlar variación y manejar riesgo. Los sistemas eficientes en producir leche se caracterizan por un fuerte énfasis en el recurso humano, con un programa definido para manejar el periodo de transición con procesos simples pero efectivos. Debe contarse con un programa eficiente para producir forrajes de calidad y un programa de recría definido y eficiente para lograr consistencia en el desarrollo de las futuras madres. Todos estos puntos tienen que estar integrados en un programa de bienestar animal y sustentabilidad.
-¿Qué priman en la actualidad las ganaderías estadounidenses en la producción de leche: cantidad o calidades de los sólidos? ¿Ha hecho la industria una apuesta clara en este sentido?
-En las últimas décadas, la leche se paga en base a sólidos totales con bonificaciones por calidad. Por lo tanto, hubo una mejora genética muy marcada en los últimos 30 años a través de elegir toros positivos en sólidos (proteína y grasa) y con menos mastitis. Hay una tendencia muy marcada a pagar la leche en base a sólidos (principalmente proteína) y calidad, con nichos de mercado orientados a diversos grupos de consumidores desde compra local, leche ecológica o producción de lácteos sin uso de maíz transgénico (GMO).
-¿Hay interés por incorporar otras razas a las granjas más allá de la Holstein? ¿Cuáles y porqué?
-El 86% de las vacas lecheras en EEUU son Holstein y el resto están distribuidas en las demás razas como Jersey, Brown Swiss, Guernsey, Ayrshire, Shorthorn lechero, and Red and White Holstein. También hay algunas granjas que usan cruces entre Holstein, Red Holstein, Montbeliarde y Jersey con muy buenos resultados en términos de producción de leche con altos sólidos totales (3.7% proteína y 4.2% grasa), calidad de leche (menos de 100.000 células somáticas por mililitro) y eficiencia reproductiva (30% TP 21 días). Indistintamente del tipo de vaca, hay un gran interés por el uso de la tecnología genómica para seleccionar animales (toros y las novillas de remplazo) con alta producción de sólidos totales, mejorando salud y reproducción, pero sin resentir producción de leche.
“Las granjas que apuestan por el bienestar animal logran mejorar la longevidad en los animales y la rentabilidad económica”
-Otro de los aspectos al que cada vez se está dando mayor importancia es el bienestar de la vaca, ¿Cuáles son las pautas que más contribuyen a mejorar el confort del animal? ¿En qué inciden las ganaderías estadounidenses?
-El confort está definido por las cinco libertades del bienestar animal: acceso a una dieta balanceada con agua, instalaciones que ofrezcan termoneutralidad (evitar el estrés calórico o frío), instalaciones limpias y bien ventiladas que permitan expresar el comportamiento normal (descansar, comer, caminar, etc.), animales libre de dolor y enfermedades y lesiones, y una interacción positiva entre los animales y las personas para evitar animales temerosos.
En términos prácticos a nivel de la granja, trabajamos en las siguientes 4 áreas:
1) Definir el manejo: Integrar los protocolos, personas, animales, alimento/agua y las instalaciones para definir los procesos en el sistema de producción.
2) Monitoreo de los procesos: Establecer un control de calidad a través de un panel de control usando indicadores líderes (horas de descanso de las vacas, disponibilidad de alimento, etc.) y rezagados (eventos de salud, calidad de leche, reproducción, etc.) para determinar cómo responden las vacas al manejo.
3) Capacitación de los empleados: Integrar instalaciones y manejo (personas y protocolos) para lograr consistencia.
4) Certificación: evaluación independiente de los puntos anteriores para dar transparencia al sistema de producción de leche.
El bienestar animal se logra integrando las instalaciones y el manejo, personas y protocolos, con confort y salud para darles una buena vida a los animales. Al final del día, las granjas que apuestan por el bienestar animal logran mejorar la longevidad en los animales y la rentabilidad económica.
“La vaca tiene una marcada necesidad de descansar una media de 12 horas al día y este comportamiento tiene prioridad sobre el consumo de materia seca””
-Una de las áreas de trabajo en las que se ha especializado es el período de transición de las vacas. ¿Cuales son los principales errores que, en su opinión, se suelen cometer en el manejo del ganado durante esta fase?
-Formular una dieta correctamente o administrar una vacuna es muy importante, pero no necesariamente soluciona los problemas de salud o baja productividad. En estos últimos años, la investigación aplicada sobre el comportamiento de las vacas en transición nos ha demostrado que las vacas tienen una marcada necesidad de descansar, un promedio de 12 horas por día, y esto tiene prioridad sobre el consumo de materia seca. Hoy sabemos que sin un descanso consistente por falta de confort (camas duras o mojadas, sobrecarga de los corrales, estrés calórico, etc.) es muy difícil promover altos consumos de materia seca y productividad, indistintamente de cómo formulemos la dieta. La vaca acostada tiene aproximadamente un 30% más de flujo sanguíneo en la glándula mamaria comparado con cuando está parada. La vaca come parada y se acuesta con el rumen lleno, y esto explica el aumento en producción de leche con un mejor confort.
-¿Están concienciados los ganaderos de leche de EEUU con la producción libre de antibióticos?
-Es importante aclarar que la leche que llega al consumidor es libre de antibióticos o sus residuos. Las plantas procesadoras monitorean frecuentemente la presencia de antibióticos en leche y a nivel de las granjas los productores lecheros siguen los protocolos establecidos por sus veterinarios para evitar la introducción de residuos en la cadena alimentaria, tanto de leche como de carne. En la década de 1990 comenzó un marcado crecimiento de la leche ecológica, regulada por el National Organic Program del USDA y donde el uso de antibióticos no está permitido. A partir del 1 de enero del 2017 tuvimos cambios significativos a través de la agencia federal Food and Drug Administration donde se reguló el uso de antibióticos en animales de granja incluyendo abejas y peces. Hoy también tenemos granjas convencionales donde producen leche, pero sin el uso de antibióticos en vacas lactando.
-¿Qué pautas siguen para lograr reducir los antibióticos?
-Básicamente implementando un sistema de trabajo con un fuerte énfasis en prevención y mejora continua. Trabajamos en integrar las instalaciones con un programa eficiente de manejo (recría, vacas en transición y calidad de forrajes) y capacitación del recurso humano para optimizar consumo de materia seca, prevenir enfermedades y optimizar productividad mejorando el bienestar animal.
“Un programa de recría eficiente proporciona 5 litros más de leche al día y casi 5 puntos porcentuales más de tasa de preñez”
-En materia de prevención, ¿cuáles son bajo su criterio los aspectos en los que más deben incidir los ganaderos con las vacas en producción?
-Hay cinco áreas que son fundamentales para poder prevenir enfermedades y lograr procesos más eficientes:
1) Instalaciones: Principalmente diseñadas con conceptos modernos para promover una interacción positiva entre los animales, las instalaciones, la dieta, las personas y el ambiente porque esto determina el confort. El confort marca consumo de materia seca, salud y productividad. Es muy difícil lograr consumos de materia seca sin tener confort en los animales indistintamente como este formulada la dieta. Mejorar el confort con instalaciones amigables para los animales y el personal teniendo en cuenta los procesos.
2) Programa de recría: Diseñar un programa simple pero eficiente para lograr crecimiento constante de ganancia de peso vivo mayor o igual a 0,9 kilos por día en las vaquillas de remplazo entre el nacimiento y el parto. Las terneras, principalmente los primeros 60 días de vida, necesitan ganar más de 0,5 kilos al día para que funcione su sistema inmunitario. Por ejemplo, las terneras que en sus primeros 60 días de vida tuvieron una ganancia de peso vivo mayor o igual a 0,9 kilos al día producen 2.000 litros más de leche por lactancia comparado con las que crecieron a una tasa de menos de 0,5 kilos por día. Hoy la tecnología genómica nos permite seleccionar animales (toros y novillas) con mejor salud (mastitis, metritis, neumonía) sin que se resienta la producción de leche o sólidos. Un programa de recría eficiente proporciona 5 litros más de leche al día y casi 5 puntos porcentuales más de tasa de preñez.
3) Programa de transición: Diseñar un programa simple pero efectivo para optimizar el confort y consumo de materia seca, y así evitar enfermedades metabólicas (hipocalcemia y cetosis). Programa de vacunación que se ajuste a las necesidades de cada granja. Mejorando el confort logramos mejores consumos de materia seca, menos enfermedades metabólicas en la lactancia temprana con una mejora significativa en producción de leche y reproducción. Esto tiene un efecto positivo sobre longevidad y rentabilidad del negocio lechero.
4) Programa para producir forrajes de calidad: Esto es muy importante para dar consistencia al sistema de producción lechera en el tiempo. Sin forrajes de calidad es muy difícil ofrecer una alimentación balanceada, la cual afecta a la salud (cetosis, DA), producción de leche y reproducción. El sistema inmunitario de los animales no funciona adecuadamente sin una dieta balanceada y que esté al alcance de los animales, indistintamente de qué tipo de vacuna usen.
5) Capacitación del personal: Un programa de capacitación que sea consistente con los protocolos establecidos y las instalaciones. Implementar un sistema de trabajo con fuerte énfasis en prevención y mejora continua. La falta de empleados o profesionales en agricultura es una tendencia global. Necesitamos formar líderes y capacitar el recurso humano existente con herramientas y conceptos modernos. Trabajo en equipo, liderazgo y comunicación son esenciales en sistemas modernos de producción. Crear una cultura en el ambiente de trabajo que fomente una interacción positiva entre los animales y las personas integrada con bienestar animal y sustentabilidad.
-¿Cómo están abordando el secado?
-En las granjas ecológicas no está permitido el uso de antibiótico al secado. En granjas convencionales hay tres opciones: el secado tradicional con antibióticos, la terapia selectiva sin antibiótico en vacas de bajo riesgo (teniendo en cuenta el recuento de células somáticas y los casos de mastitis clínicas) y ofrecer una dieta baja en energía una semana antes del secado: la dieta de las vacas secas. En granjas con vacas en alta producción al momento del secado, es decir con unos 25 litros por día, se forma un grupo de vacas semanalmente y son alimentadas con la dieta de las vacas secas durante una semana antes del secado siguiendo la rutina de ordeño diario. La producción de leche baja aproximadamente el 60% y esto disminuye sustancialmente el riesgo de contraer infecciones intramamarias al secado. La pérdida de leche esta compensada por una mejor calidad de leche en la siguiente lactancia y las bonificaciones recibidas por calidad.
“Hay una tendencia a incorporar tecnologías de precisión en la granja sin comprometer el impacto ambiental y prácticas de manejo regenerativas”
-Otra de las preocupaciones actuales en el sector ganadero europeo es la gestión de residuos y la reducción de emisiones, ¿qué tratamiento de los purines realizan las granjas norteamericanas? ¿Es un problema en la actualidad? ¿Es una prioridad la reducción del impacto ambiental en las macrogranjas?
-El manejo de los residuos (materia fecal del ganado) y el agua es una prioridad absoluta en las granjas lecheras. Hay varios sistemas para el tratamiento de purines desde sistemas de biodigestores, compostado, separador de sólidos con almacenamiento de materia fecal líquida (piletas o lagunas con procesado anaeróbico y aeróbico). Hoy vemos empresas agropecuarias midiendo el impacto ambiental de sus procesos de producción y mejorando la utilización de los recursos naturales (nutrientes del suelo, agua y energía). Hay una marcada tendencia a incorporar tecnologías de precisión sin comprometer el impacto ambiental y prácticas de manejo regenerativas (biodigestores, paneles solares, reciclar agua o nutrientes, uso de cultivos de cobertura sin herbicidas, etc.) en el sector agropecuario en general y en granjas lecheras en particular.
-¿Cómo ve el futuro del sector lechero estadounidense?
-Necesitamos mirar al medio plazo. En los próximos 10 años, siguiendo la tendencia de consolidación actual, es muy probable que tengamos la misma cantidad de vacas lecheras (aproximadamente 9,3 millones) pero en 11.200 granjas, eficientes en términos de producir sólidos (principalmente proteína) y sustentables, con énfasis en tecnologías regenerativas. Hoy vemos sistemas de producción de alimentos completamente integrados con una cadena de proveedores establecidas, involucrándose activamente con la comunidad local, midiendo el impacto ambiental y con una logística que va del campo a la mesa del consumidor. Las innovaciones las podría resumir en cuatro áreas:
1) Diseño de instalaciones modernas para optimizar procesos teniendo en cuenta el medio ambiente, hacer más eficientes los recursos disponibles para obtener forrajes de calidad y mejorar el confort de los animales y las personas. Esto tiene un impacto positivo en bienestar animal y productividad. Hoy tenemos el conocimiento para poder integrar estos conceptos con automatización de procesos y generación de energía alternativa en distintos sistemas (pastoril, lote seco, establos libres o compost).
2) Automatizaciones de procesos para hacer más eficientes los recursos, telecomunicaciones audiovisuales en tiempo real, y crear una red de trabajo integrada para dar soporte al recurso humano responsable de ejecutar tareas en el día a día. Hoy podemos conectarnos a través de smart-glasses (lentes inteligentes equipados con cámaras y micrófonos) a miles de kilómetros de distancia y poder resolver en tiempo real un problema puntual. Esta tecnología revoluciona la forma de aprendizaje y trae oportunidades a comunidades rurales. También existen, en desarrollo, impresoras 3D para imprimir en el lugar de trabajo las partes o repuestos de los equipos o implementos necesarios para producir alimentos.
3) Tecnología genómica tiene un potencial enorme para dar respuestas concretas en la selección de animales adaptados a las necesidades de cada región o país (productividad, salud, reproducción, longevidad, etc.) con impacto medible en sustentabilidad.
“Hoy necesitamos programadores para integrar datos, visualizar la complejidad de los sistemas de producción y mejorar la toma de decisiones en la granja”
4) Formar profesionales y líderes comprometidos teniendo en cuenta las nuevas demandas. Este proceso necesita que nosotros, los responsables de formar profesionales y capacitar empleados, debemos identificar estas necesidades para poder transformarlas en oportunidades y ajustar prioridades educativas. Todo cambio es doloroso, pero es necesario para contribuir de forma proactiva a las demandas a medio y largo plazo de un país. Además de veterinarios, nutricionistas o ingeniero agrónomos, hoy necesitamos desarrolladores y programadores de aplicaciones digitales para integrar datos, visualizar la complejidad de los sistemas de producción y mejorar la toma de decisiones o para dar transparencia a los procesos. Necesitamos comunicadores o “influencers” en el agro para conectarnos con las nuevas generaciones de consumidores y poder contar la historia y hechos de forma transparente.