«La cosecha está perdida, ahora la prioridad es salvar las cepas para que quede poda para el próximo año»

Hablamos con los bodegueros de San Fiz, en Chantada, después de que una fuerte granizada arrasara este miércoles buena parte de sus viñedos. Las pérdidas son cuantiosas y la vendimia se da por perdida, por lo que los trabajos se centran ahora en recuperar las vides

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O pedrizo caído o mércores pola tarde deixou as vides sen follas e racimos e rompeu moitas varas

El pedrisco caído o miércoles por la tarde ha dejado los viñedos sin hojas ni racimos y ha roto muchas ramas

Una fuerte granizada, caída el miércoles por la tarde, ha acabado con la cosecha de vino de este año en la parroquia de San Fiz, en Chantada. El golpe ha sido grande, sobre todo para las cuatro bodegas que forman parte de la Denominación de Origen, dentro de la subzona de Chantada, un palo tremendo, igual que el que han sufrido sus viñas por el efecto del pedrazo. Pero los productores tratan de recomponerse y salvar las cepas para evitar que las pérdidas se trasladen a los siguientes años.

Esa es su prioridad en este momento. No piensan en ayudas ni en compensaciones. En el día después, mientras evaluaban los daños, algunos ya se pusieron a trabajar en las viñas aplicando algunos tratamientos para ayudarles a sobrevivir. Los trabajos se centran ahora en recuperar las cepas, con una poda en los próximos días, en cuanto pare de llover, pero se da por perdida la totalidad de la vendimia.

60 hectáreas afectadas

En San Fiz tienen su base cuatro bodegas, Amedo, Ribada, Castrofiz y Os Cipreses. En la zona tiene también viñedos Vía Romana, tanto propios como de proveedores, y hay también varias docenas de pequeños cosecheros. No hay aún valoración oficial de los daños, pero las pérdidas son cuantiosas.

Este jueves técnicos de la Consellería de Medio Rural hicieron un primer recorrido por la zona y constataron que en una superficie de cerca de 60 hectáreas de la parroquia de San Fiz las vides quedaron sin hojas ni racimos y que también hubo afectaciones, aunque en menor medida, en las parroquias de Pesqueiras y Líncora, en Chantada, y en las de Rebordaos y Diomondi, en el ayuntamiento vecino de O Saviñao. Con todo, habrá que esperar unos días más para que se manifiesten la totalidad de los estragos y los productores de la zona calculan destrozos en 100 hectáreas, en las que estiman una pérdida de más de un millón de kilos de uva.

El castigo al que han sido sometidas las cepas afectará también a la producción de los próximos años (José Manuel Rodríguez, presidente de la D.O. Ribeira Sacra)

En el Consejo Regulador de la Ribeira Sacra las primeras estimaciones hablan de entre 50 y 60 hectáreas destrozadas dentro de esta subzona amparada por la Denominación de Origen. Su presidente, José Manuel Rodríguez, explica que en este momento se están valorando la totalidad de los daños, pero que no solo podrían afectar a la cosecha de este año, sino también de los sucesivos, debido al «castigo» al que han sido sometidas las vides, ya que el fuerte impacto del pedrisco además de machacar las hojas y racimos, dañó también la madera de las cepas.

El suelo lastrado de hojas y racimos

La de este año iba camino de convertirse en una de las mejores cosechas de los últimos años en la zona de Chantada, pero en cuestión de minutos las esperanzas de los bodegueros acabaron por el suelo. Los cosecheros ya dan por perdida la producción en su totalidad, al arrancar el pedrisco tanto las hojas como los racimos de uvas, que se estaban comenzando a formar después de una buena floración y que hacía presagiar una cosecha abundante en cuanto a la cantidad.

Aguas abajo, en la zona de Pesqueiras y Líncora, también se produjeron daños, así como en Rebordaos y Diomondi, ya en O Saviñao, aunque de menor entidad

Las previsiones meteorológicas de estos días marcaban la zona en alerta naranja, y las tormentos de las jornadas anteriores ya habían causado algunos destrozos, pero no de este calibre. Pero lo sucedido este miércoles sorprendió a los vecinos del lugar, que «nunca habían visto nada igual». La fuerte granizada incluso obligó a cortar el tráfico en el corredor que une Chantada con Monforte y que discurre por la ribera del Miño en este tramo. Los daños fueron mayores en la parte alta, donde están los viñedos de San Fiz, aunque también los hubo en la parte baja de la ribera, en la zona de Pesqueiras, al lado ya del embalse de Belesar, provocando sin embargo aquí daños de menor entidad.

Se preveía una cosecha muy buena

La tormenta comenzó a descargar con fuerza hacia las cinco y media de la tarde y en pocos minutos las piedras de granizo, de gran tamaño, arruinaron una vendimia que se preveía mejor aún que la de hace dos años, que había sido histórica en el conjunto de la Denominación de Origen (la del último año, sin embargo, fue buena en cuanto a calidad pero escasa en kilos de uva).

El pedrisco estropeó las vides, que estaban en la flor y comenzando a formar los racimos

Tras el paso del pedrisco y con el cielo totalmente oscuro durante más de media hora, continuó lloviendo en la zona, y la tromba de agua arrastró tierra y hojas, provocando algunos derrumbes en los muros de contención de las viñas, que en esta zona se caracterizan por su colocación en bancales que van descendiendo ladera abajo hasta el río.

Hablamos con las cuatro bodegas de la zona para que nos cuenten cómo enfrentan la situación. En todas ellas, los trabajos se centran ahora en tratar de recuperar las vides lo antes posible, para que la cosecha del año que viene sufra lo menos posible.

Adegas Amedo: «Las yemas de la poda del año que viene están destrozadas»

Adegas Amedo granizo viñasLorena Gay, lleva, junto a su padre, Pepe, Adegas Amedo, la bodega de la familia de los Gaio, creada en 1997, y que fue de las más afectadas. Cuentan con 12 hectáreas de viñedo y 55.000 litros de producción de marcas como Pero Bernal. «Afectó más en las zonas altas de San Fiz; la zona cero fue en Tarrío, donde nosotros estamos. La viña que tenemos al lado de la bodega está afectada al 100%. Es una finca de mencía de unos 700 metros cuadrados. Estaba en flor y no queda nada, la cosecha de este año está totalmente perdida y esperemos poder salvar las cepas», dice Lorena.

Cuando sequen las cepas habrá que echar un cicatrizante para evitar enfermedades y podarlas para sacar la parte muerta

Otra parcela de una hectárea, situada más hacia el río, «se libró porque está orientada al sur y contra unos muros», aclara. Tienen otras 5 hectáreas plantadas cerca del salto de Belesar, donde cayó la tormenta el día anterior, pero allí por lo menos, explica, «no se fue todo al traste». Lo mismo le pasó a una viña pequeña, de unos 400 metros, dedicada a blanco, que tienen en medio del valle, donde los destrozos afectaron al 50%.

Desperfectos también en la bodega

Pero además de las fincas, el pedrazo provocó daños también en la bodega de los Gaio. «En la puerta rompieron tejas y empezó a llover por dentro; en la zona de oficina y venta tenemos una pared toda mojada y en la zona de elaboración también», cuenta Lorena. «Está claro que zona catastrófica la es, pero ya veremos después si podemos acceder a ayudas», dice.

Está claro que zona catastrófica la es, pero ya veremos después si podemos acceder a ayudas

Pero más allá de las instalaciones, la prioridad para Bodegas Amedo es otra: las vides. «Están peladas de todo, tanto de racimos como de hojas y hay que ver la madera cómo evoluciona. Cuando seque habrá que echar un cicatrizante para evitar enfermedades y podarlas para sacar la parte muerta, todo lo que se quemó, y la parte viva dejarla crecer para ir buscando las podas, porque las yemas de la poda del año que viene están destrozadas. La planta se ha ralentizado con esto 3 años por lo menos», asegura.

Os Cipreses: «Vendimia ya nada, yo no la voy a hacer»

granizo viñas parroquia San Fiz ChantadaRabelas SL comercializa su vino con la marca Os Cipreses, que también dan nombre a la bodega. Cuentan con 3 hectáreas de viñedo en producción, todas afectadas. «Fue un desastre y en nuestra zona fue lo peor precisamente, porque esto es como un embudo y fue donde cargó más. La tormenta vino del norte, de la parte de Sabadelle y se concentró aquí, del puente nuevo para allá ya no hizo nada», explica Manuel Vázquez.

Con toda la superficie dañada, solo piensan en salvar las vides. «La vendimia ya nada, este año yo no la voy a hacer, con eso ya te lo digo todo. Lo que hay es que salvar las cepas y punto. Pero va a ser muy difícil, porque la cepa tiene una época y si en esos años le cortas la vida no se recupera», dice.

Va a ser muy difícil salvar las vides, porque la cepa tiene una época y si en esos años le cortas la vida no se recupera

Este año contaban con tener una buena cosecha. «La del año pasado fue buena de calidad pero cantidad poca. Este era un año de los mejorcitos», asegura Manuel. Normalmente no les quedaba vino de un año para otro, pero esta campaña también fue distinta en eso a causa de la covid-19 y las restricciones en la hostelería. «Blanco no tengo nada, pero el tinto aun no lo he embotellado», explica. Con ese excedente del año pasado tratarán de suministrar a los clientes para no perderlos.

En esta bodega tienen seguro contra inclemencias meteorológica pero Manuel no espera que las coberturas sirvan para cubrir los daños. «Yo en eso no confío mucho, tú ya sabes como son los seguros. Ya en otra ocasión habíamos tenido problemas para poder cobrar, y eso que aquello era poca cosa», recuerda.

Viña Ribada: «Nosotros no tenemos seguro porque no se adaptan a nuestra realidad»

granizo viñas parroquia San Fiz Chantada2«El campo es así», dice con resignación Manuel Calvo, de Adega Ribada, tras el paso del pedrisco. A él el miércoles a tormenta lo cogió en la viña y, ante la impotencia, grabó con su teléfono móvil unos vídeos de lo que estaba sucediendo. «No había visto cosa igual en mi vida», asegura.

A ellos la granizada les ha afectado «al corazón de la bodega», unas 2,5 hectáreas, entre propias y de otros dos proveedores de la zona, donde cosechan la uva para su vino mencía 100%. «Son fincas especiales, que desbrozamos y donde no usamos herbicida», explica.

Nos ha afectado al corazón de la bodega, a hincas especiales en las que no usamos herbicida y con las que hacemos el vino mencía 100%

«Las vides estaban preciosas y prometían buena cosecha pero han quedado como una gallina desplumada. La parroquia de San Fiz cuenta con 225 hectáreas dedicadas a viñedo y yo pienso que más de dos tercios están afectadas al 100% y el otro tercio está dañado, aunque quedó con más hoja», calcula.

Viña Ribada salvó la producción de godello «porque no están aquí las fincas» pero de mencía 100% no esperan tener cosecha. «Era un vino que nos estaba funcionando muy bien y en el 2021 no vamos a poder estar con él en el mercado y ese espacio lo ocupa otro vino y luego ya es como volver a empezar y es muy complicado», indica Manuel. «Pero el problema ya no es solo perder la producción para el próximo año, porque las varas están muy machacadas y, si no se recuperan las cepas, tener que plantar sería terrible», dice.

Apoyo para dinamizar la zona

En esta bodega no contaban con seguro porque, dicen, «no se adapta a nuestra realidad», y tienen pocas esperanzas también en que declaren San Fiz zona catastrófica. «Necesitamos más cosas que ayudas puntuales por esto. En Sober hay media docena de miradores, aquí ni el primero, y eso que San Fiz tiene también mucho potencial para el enoturismo y la mayoría de las bodegas que estamos aquí podríamos explotar eso», afirma Manuel.

Estamos totalmente abandonados. Hay dos embalses y estamos rodeados de parques eólicos pero yo no tengo luz eléctrica en la bodega

«Esta zona se conoce como la milla de oro, pero estamos totalmente abandonados», asegura. Y pone un ejemplo: «Aquí hay dos embalses, el de Os Peares y el de Belesar y estamos rodeados de parques eólicos y yo, sin embargo, no tengo luz eléctrica en la bodega, funciono con un generador. Me pidió Fenosa más de 60.000 euros porque es Red Natura y hay que llevar el tendido soterrado, y solicité al GDR una ayuda del plan Leader para colocar placas solares y no me la concedieron», se queja.

Castrofiz: «Aunque algún racimo llegue al final no lo vamos a poder aprovechar por la calidad de esa uva»

Adegas Castrofiz granizo viñasHéctor Abelairas se encarga del trabajo de campo en la Adega Castrofiz. En su caso, han perdido «10.000 kilos de uva o más». «Tenemos una hectárea totalmente afectada, el 90% de la producción ha desaparecido, quedarán 1.000 kilos, pero aunque quede algún racimo y llegue al final no lo vamos a poder aprovechar porque la calidad de esa uva no va a ser la que nosotros queremos», afirma. «Lo que tenemos es que intentar salvar las cepas, la producción ya no cuentas con ella, por lo menos la mayor parte. Las cepas hay que intentar curarlas, pero ahora están con un estrés elevado y pueden secar. Ellas van a intentar sobrevivir, pero hay que ayudarlas. Nosotros vamos a centrar el trabajo todo en eso», avanza.

Las cepas están ahora con un estrés elevado y pueden secar

De hecho, en la bodega Castrofiz han estado ya este jueves tratando las vides dañadas. «Lo que estamos haciendo es intentando protegerlas por fuera con una película de cicatrizante y luego esperaremos 4 días para ver cómo evoluciona todo porque van a secar muchas varas que están muy golpeadas. Y ya en la semana que viene podaremos para ver cuáles tienen opción de salir adelante. Además, para podar tiene que parar de llover, porque si podas con agua se provocan hongos y enfermedades. Luego intentaremos fijar la hoja que quede con un abono foliar de algas, pero estos días con el frío la cepa está parada vegetativamente», explica Héctor.

La producción de vino ecológico, estropeada

Las inclemencias del tiempo se cebaron este año con la bodega Castrofiz. La granizada de este miércoles en O Castro, en la parcela al lado de la bodega, se sumó a la que ya habían padecido unos días antes en Castelo, donde cuentan con una finca en la que tenían previsto comenzar a hacer vino ecológico. «Teníamos el proceso de conversión hecho e íbamos a producir ya este año y fue la primera finca tocada hace cuatro días, a la que más afectó», explica José Luis Fernández.

Tenemos seguro con Agroseguro, esperemos que sirva por lo menos para mantener los gastos de la viña

«Este año teníamos una gran ilusión pero primero fue eso y ahora esto otro de segundas. Y esta la ha machacado redonda, tenemos toda la finca alfombrada de hojas y racimos, ha arrasado con todo y no ha dejado nada, ni las varas, porque las que no están rotas están peladas», describe.

La Xunta desplaza técnicos de la EVEGA para asesorar a los viticultores sobre tratamientos a aplicar

La Xunta desplazará este viernes a técnicos de la Estación Experimental de Viticultura y Enología ( Evega) a Chantada para asesorar, en coordinación con el personal de las Oficinas agrarias comarcales, a los viticultores afectados por la tormenta de pedrazo, según anunció durante una visita a la zona el Conselleiro del Medio Rural, José González.

Los técnicos se encargarán de orientar a los productores perjudicados sobre los tratamientos que deben llevar a cabo en los viñedos con mayor celeridad y sobre las prácticas más aconsejables, con el objeto de minimizar las pérdidas. A través del teléfono 982889112, correspondiente a la OAC de Monforte, los productores y bodegueros afectados pueden resolver dudas y solicitar asesoramiento. Este número estará activo también durante el fin de semana.

Seguros agrarios

El conselleiro también aprovechó para hacer un llamamiento al conjunto de los productores de la comunidad, para que se acojan a la orden de ayudas que convocó el Gobierno gallego en enero para fomentar los seguros agrarios. Así, destacó que las aportaciones de la Xunta para fomentar la contratación de las pólizas agrarias asciende en este 2021 a los 6 millones de euros, un 20% más que lo presupuestado el año pasado.

El plazo de contratación de las líneas de seguro está abierto hasta el 15 de noviembre, según la línea de la que se trate, y la ayuda correspondiente se recibe en el momento de la contratación. La Xunta concede estas ayudas de forma directa a los agricultores y podrán ser beneficiarios los asegurados que sean titulares de explotaciones agrarias gallegas, siempre que suscriban pólizas de seguros de líneas agrícolas del Plan 2021 y de líneas ganaderas de los planes 2020 y 2021, formalizadas este año.

Ayudas directas y censo de afectados

El Sindicato Labrego Galego espera, sin embargo, que la Xunta no se escude en la contratación de seguros agrarios para no poner en marcha una línea de ayudas directas específica para los afectados. «Medio Rural debería crear una línea de ayudas directas semejante a la que se creó para apoyar a los viticultores y viticultoras de la Ribeira Sacra afectadas por la granizada en 2016. Esperemos que, en esta ocasión, la Xunta no nos venga con la excusa de que todo el asegurable no es subvencionable», dice Primitivo Lareu, bodeguero y viticultor afectado y vocal del SLG en el Consejo Regulador de la Ribeira Sacra.

Se debería crear una linea de ayudas como la de 2016. Esperemos que, en esta ocasión, la Xunta no nos venga con la excusa de que todo el asegurable no es subvencionable (Primitivo Lareu, SLG)

«Lo primero que debería hacer Medio Rural ante esta situación catastrófica, a través de las oficinas agrarias comarcales con competencias en las zonas afectadas, es un registro de los labradores y labradoras afectadas y de la superficie real dañada por el granizo, además de otros daños colaterales en bodegas e instalaciones. Además de destruir cosechas enteras, tenemos constancia de que las tormentas se han llevaron por delante vallados, bancales e incluso han destruido vides», añaden desde el SLG.

Solicitud de zona catastrófica

Desde la Federación Rural Galega (Fruga), consideran que «las explotaciones afectadas no pueden estar solo al dictamen de las pólizas de seguros agrarios que puedan haber contratado, necesitan de la acción decida de la Consellería de Medio Rural, del Gobierno Gallego, para que se aprueben medidas de ayudas, como puede ser la declaración de Zona Catastrófica, que permitan su continuidad y viabilidad».

Los daños en las plantas se traducirán en la necesidad de reponer muchas de ellas o someterlas a un proceso de saneamiento y recuperación que afectará su productividad en las próximas cosechas (Fruga)

«Hay que tener en cuenta además que estos daños no suponen, en la mayor parte de los casos, pérdidas en la cosecha actual sino también daños en las infraestructuras de las explotaciones y, lo más importante, daños en las plantas que se traducirán en la necesidad de reponer muchas de ellas, o someterlas a un proceso de saneamiento y recuperación que afectará su productividad en las próximas cosechas», argumentan desde la Fruga, que añaden que «estos daños suponen unas pérdidas económicas importantes para unas explotaciones que ya están al límite de su capacidad de resistencia en el contexto de la crisis económica y de restricciones de los últimos años».

La tormenta se suma a las pérdidas por la covid-19

Desde los grupos de la oposición en el Parlamento Gallego, el portavoz de Agricultura del Grupo Socialista, Martín Seco, también reclamó a la Xunta «ayudas directas a los afectados» y la puesta en marcha de un Plan de Recuperación del Viñedo en las zonas más afectadas por la tormenta de granizo.

«Después de una tormenta como la de este miércoles, hace falta actuar con rapidez para evitar los efectos secundarios, ya que los daños pueden derivar en la entrada de hongos, por lo que las primeras horas son cruciales», aseguró, por lo que reclamó a la Xunta que actúe con rapidez para ayudar a los viticultores y a las bodegas afectadas.

Los viticultores han sido uno de los sectores más afectados por la crisis de la covid-19 y los cierres de los canales de restauración, lo que ha hecho que muchos productores hayan tenido problemas financieros, que en algún caso incluso ha podido causar la falta de contratación de un seguro que garantizase su producción (Martín Seco, PSOE)

«Una vez se analicen las viñas afectadas, tampoco es descartable que haya que pedir la declaración de zona catastrófica en las zonas afectadas, señaladamente en los viñedos de San Fiz, Belesar y parte de Sabadelle», aseguró el portavoz socialista.

Seco considera “más necesario que nunca que el gobierno gallego se sitúe al lado de los viticultores” para “garantizar que puedan continuar con su actividad en próximas cosechas”, ya que la tormenta ha caído precisamente “en un año muy complicado para los viticultores como uno de los sectores más afectados por la crisis de la covid-19 y los cierres de los canales de restauración, lo que hizo que muchos productores tuviesen problemas financieros, que en algún caso incluso ha podido causar la falta de contratación de un seguro que garantizase su producción”, concluyó.

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